La Pijamada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Mane25sys.
Todo comienza en un salón de clases de la escuela secundaria, poco a poco conforme avanzaba el primer curso dos grupos inseparables se empezaron a formar, por un lado estaban Alejandro, Eduardo y Manuel (servidor), y por el otro Karla, Sofía y Lucero.
Ya sea en equipos de estudio o en juegos, estos dos grupos estaban unidos, más que con los otros compañeros del salón, aunque eso no quiere decir que no nos saludábamos y llevábamos bien.
Aunque con el grupo de las chicas antes mencionadas existía un poco de enemistad, según nos habían llegado rumores ellas nos tenían en un concepto equivocado, por lo visto creían que éramos presumidos y nos creíamos los mejores por ser los más guapos del salón, y como ellas eran las populares y debo decir que las más lindas, existía una competencia con ellas, aunque claro solo de su parte, porque nosotros intentamos siempre llevarnos bien con todos pero ellas nos rechazaban por una u otra cosa y eran un tanto groseras.
Fue hasta el mes de diciembre, cuando las cosas empezaron a cambiar, al estar cerca la navidad, vendrían las vacaciones invernales, y como es costumbre alguno que otro maestro propone hacer un intercambio de regalos y a la vez hacer el juego del amigo secreto, es decir que sea sorpresa a quien le va a regalar cada quien.
Y por fortuna a mí me tocó regalarle a Lucero.
Cuando se llegó el intercambio y me tocó pasar a darle su regalo a Lucero su cara fue de disgusto pero no me importó, le di su abrazo y me retiré para que siguiera el intercambio, le había comprado un abrigo de piel y le escribí un mensaje que decía así:
“Hola Lucero deseo de todo corazón pases unas buenas vacaciones y feliz navidad en compañía de toda tu familia, recibe un abrazo afectuoso de tu amigo Manuel”
Posdata: Espero y un día si podamos decirnos amigos, ojala te quede el regalo, no se tu talla pero más o menos a vista pensé que te quedaría.
Bueno y para no hacer la historia más larga, solo diré que funcionó ya que con esa acción todo cambió por completo, nos hicimos amigos y ayudó a que los 6 nos conociéramos y llegáramos a ser lo que somos ahora.
Así paso el tiempo hasta que se llegó el segundo año de la secundaria, y con ello fuimos dejando un poco el papel de niños y empezar a convertirse en adolescentes, también las clases empezaron a subir un poco de tono especialmente cuando se llegó el tema de la sexualidad.
Fue un maestro bastante bromista al que le tocó esta materia y tema, por lo que la forma como nos explicó causo gracia y morbo, recuerdo que nos decía que si alguno quería experimentar del sexo que lo hiciera con prudencia hasta bromeó diciendo: “Chicos si van a estar con una chica y están en el acto sexual cuando vayan a eyacular no vayan a pensar en sacar su pene para eyacular afuera, si van a hacer la travesura háganla completa porque para su información aún con el pre seminal pueden embarazar a la mujer, así que o se ponen condón o ya se aguantan y si hay chiquillo pues ni modo por andar de calenturientos”.
También nos hacía referencia a las diferencias entre el hombre y la mujer, el cómo debíamos tratarnos para que las relaciones no solo sexuales sino también humanas funcionaran, con su fiel estilo bromista: “ A ver chicos sean prudentes no todo contacto es sexual, fíjense bien chicas hay hombres que si les tocas la mano o los abrazan, pronto se prenden con una erección porque traen las hormonas al mil, por eso tengan cuidado, y chicos si les llega a pasar eso no vayan a querer tocar a las chicas en respuesta porque ellas reaccionan distinto y se van a ganar una buena cachetada”.
Incluso no faltaba el compañero bromista del salón que salía con sus cosas: “Oiga profesor y que se hace si un hombre tiene su cosa esa chiquita y no corresponde a su edad”; a lo que el profesor le respondía: “Mira Fernando para empezar se le llama pene, “no su cosa esa”, así que no tengas miedo decirlo; y si tienes un problema de pene pequeño ten confianza y dilo, mira si ese es tu problema pues a falta de pene usa tu creatividad para compensar, o también puedes ir al médico para que te revisen y ver si hay un problema de desarrollo”.
Las risas no se hicieron esperar y Fernando se puso rojo.
Estoy seguro que estas clases detonaron todo, además de que por la edad como lo había dicho el maestro teníamos las hormonas a todo, pero a los pocos días de las clases, a la hora del receso nos fuimos a sentar con Lucero, Karla y Sofía en el césped del jardín; comúnmente nosotros tres jugábamos básquet bol, pero ese día estaba ocupada la cancha por los maestros por lo que resignados nos fuimos con ellas.
Cuando no sentamos ellas nos hicieron espacio y accidentalmente Sofía puso su mano sobre la de Alejandro, pero rápido la quitó y le dijo: “Ale no te vayas a excitar como dijo el maestro ehh, fue accidente cuida que no se te vaya a parar”, Alejandro se puso rojo y todos comenzamos a reír, pero para nuestra sorpresa en efecto si ocurrió porque se le levantó el paquete, trató de disimularlo pero era demasiado tarde ya todos lo habíamos visto y nos empezamos a burlar y echarle carrilla como decimos en México.
Paso un rato y Karla nos dijo que ya lo dejáramos en paz porque ya estaba apenado y no sabía ni que decir.
Entonces ocurrió algo, la misma Karla preguntó: “Oigan muchachos y hablando de esta platica de erecciones, ¿si les ocurre muy seguido esto?”, nos quedamos fríos y Lucero agrego: “Si no sean tímidos dígannos queremos saber por curiosidad además es normal, a ver Mane, ¿tienes muchas erecciones?”.
Dude un poco pero al fin conteste: “Pues así como que al tocarme la mano se me pare, pues no me pasa a mí, aunque últimamente si se me pone erecto muy seguido sin algún motivo aparente”; me armé de valor y agregué: “Además la verdad es que me pasa más por las noches en la madrugada despierto y lo tengo duro y se mueve”.
Alejandro se armó de valor y dijo: “Pues yo la verdad es que desde hace unos meses a mi si me pasa a todas horas, y creo que como nos dijo el maestro, a mí el cuerpo me reacciona muy rápidamente, y perdón por lo de hoy es algo que no puedo controlar”.
Eduardo que era el más abierto y desvergonzado de todos sin dudar dijo que a él solo se le paraba viendo porno, de unas películas que a escondidas le agarraba a su hermano.
Las chicas solo se reían y no pudimos continuar con la plática porque sonó el timbre para regresar a clases, ese día todo quedo ahí, pero la plática se retomó unos días después cuando una maestra avisó que no podía llegar a darnos clase por problemas personales por lo que tuvimos la clase libre.
Todos los demás compañeros se salieron del salón a las canchas o a caminar por los jardines como era lo habitual, pero nosotros tres nos quedamos para pasarnos una tarea que no habíamos hecho y esa hora libre nos cayó como anillo al dedo, pero de rato llegaron Karla, Lucero y Sofía y se nos unieron, nos preguntaron que hacíamos y les dijimos que una tarea que no habíamos hecho pero que ya la estábamos terminando.
A los pocos minutos la plática se retomó esta vez nos preguntaron si ya nos salía semen, que si nos masturbábamos y que como nos gustaban las chicas, también nosotros preguntamos si a ellas ya les bajaba el periodo, si les gustaba masturbarse, o que si tenían novios, hablamos de todo hasta que ellas nos preguntaron de cual ropa interior nos gustaba usar, yo respondí que bóxer, al igual que Eduardo y Alejandro.
En ese momento Sofía la más tímida nos dijo: “A ver enséñenos sus bóxer así rápido aprovechando que estamos solos”; pero antes de reaccionar Eduardo le contesto: “Estas loca Sofí imagínate si nos llegan a ver, nos expulsarían pero no sin antes llamar a nuestros padres y decirles lo que estábamos haciendo, y tu bien sabes que los prefectos rondan y en cualquier momento pueden pasar, así que aquí no podemos hacer eso.
Tuvimos un momento de no decir nada, cambiamos de tema y se terminó la clase, pasó el resto del día y llegó la hora de salir.
Ya nos íbamos cuando se acercan las 3 chicas y nos dicen que tenían algo que proponernos, les preguntamos que era esa propuesta, y nos dijeron que si aceptábamos tener una pijamada con ellas, en la casa de Lucero el próximo fin de semana como amigos, y que antes de decirles que eso era cosa de niñas, nos decían que podría ser divertido conociéndonos más, no muy convencidos dijimos que estaba bien pero que nadie se enterara y que siempre y cuando nuestros padres aceptaran dejarnos ir, pero la verdad nos moríamos de ganas por ir, ya que bien sabíamos de que se trataría y sin duda nos pedirían vernos en ropa interior y porque no nosotros a ellas, era un morbo total al cual nadie se puede resistir.
Al fin de cuentas a todos nos dejaron ir claro diciendo mentiras de nuestro verdadero destino, nos pusimos de acuerdo con Eduardo y Alejandro para llegar los tres juntos, en el camino íbamos platicando acerca de lo que nos esperaría en unas horas y antes de llegar a la casa de Lucero, Eduardo sacó una bolsa de plástico, traía unos condones, nos dijo que los había comprado pensando en que podríamos tener sexo con ellas y si se daba usarlos.
Las tres chicas ya estaban ahí esperándonos, les preguntamos que si no había problemas de estar en la casa de Lucero y ella nos respondió que no, que sus padres habían salido a visitar a su hermano mayor que estudiaba fuera, que ella había puesto la mentira que Sofía haría una fiesta y que le pidió no faltara por lo que la dejaron quedar y además se suponía dormiría en casa de Sofía.
Estuvimos un rato platicando con normalidad, Lucero sacó un six-pack de cerveza y nos dijo que nos tomáramos una cerveza como amigos, la verdad yo nunca he sido muy del gusto de cerveza, prefiero tequila pero la acepté para combinar con el momento, de rato sacó otro y ya teníamos 2 cervezas cada quién en el cuerpo, lo que ayudó a estar más relajados todos.
Fue cuando Lucero dijo: “Bueno amigos vamos a divertirnos un poco, que les parece si jugamos verdad o reto para romper el hielo, miren aquí tengo un dado, cada quién tendrá que tirar una vez, y al número que les salga le tocará decidir si es verdad o reto”.
Todos estuvimos de acuerdo, sonaba divertido entonces Lucero continuó: “Ok entonces yo seré uno, Sofí el dos, Karla el tres, Mane será el cuatro, Ale el cinco y Eduardo el seis, por ejemplo si tiro el dado y sale el uno no vale volveré a tirar, pero si sale el tres que es Karla entonces le preguntaré a ella verdad o reto y después a ella le tocará tirar, de acuerdo”, todos aceptamos y comenzamos a jugar.
Lucero tiró primero y el número que salió fue el 2 por lo que le tocó a Sofí y le pregunto: “verdad o reto Sofí”, ella respondió que verdad y lucero le preguntó que si alguno de nosotros le gusta para novio y Sofía dijo que sí.
Sofí tomó el dado y el número que salió fue el 6, le dijo a Eduardo que si verdad o reto y él valiente respondió que reto: “Dale un beso en la boca a Karla”; se puso de pie se acercó a Karla ésta se puso un tanto nerviosa y Eduardo le plantó un beso.
Así siguió el juego entre retos pequeños o verdades, hasta que dio de nuevo la vuelta, Lucero tiró y salió el cuatro: “A ver Mane para ti va reto directo vamos a subir de nivel, quiero que te bajes el pantalón para verte en bóxer”, todos hicieron burlas y risas, yo no repliqué solo me levante me desabroché el cinturón, desabotoné el pantalón, bajé la bragueta y bajé los pantalones dejando ver un bóxer blanco ajustado que mostraba mi bulto.
Las chicas gritaron y se pusieron rojas, mis amigos solo reían, ya me iba a subir los pantalones pero Lucero me detuvo, dijo que así me quedara ya, que me quitara el pantalón y me anduviera en bóxer; ya no era parte del juego pero la idea de que me estarían viendo las chicas me lleno de calentura y acepté.
El juego iba a continuar pero fue interrumpido por Eduardo quien de pronto sugirió que era injusto para mí estar semi desnudo y los demás vestidos, que mejor cambiáramos de juego y todos se anduvieran en ropa interior porque también nosotros queríamos verlas a ellas así.
Las chicas se hicieron las difíciles pero al final aceptaron, estaban excitándose igual que nosotros.
Los primeros en desnudarse fueron mis amigos, Alejandro traía un bóxer azul y Eduardo uno gris, prosiguieron las chicas, en el momento que vi cómo se estaban empezando a quitar las blusas y verlas en sostén, fue una emoción indescriptible, era la primera vez que veía a una chica real así, después siguieron con sus pantalones y pronto estaban luciendo su ropa interior, Lucero traía un juego de sostén y panti rosa, sofí un juego azul turquesa y Karla rojo vino.
Se veían bastantes sexys y ya tenían un cuerpo bien formado, buenas bubis y buenas nalgas las tres.
Estuvimos un rato platicando echándonos taco de ojo, ellas nos veían nosotros las veíamos.
Pasaban de las 11 de la noche cuando Lucero se me acercó y me dijo que ella tenía ganas de estar sola conmigo un momento y de platicar me tomó de la mano y me guio hacia las escaleras, tanto Sofí como Karla se rieron, supongo que ya tenían planeado eso, y Eduardo nos gritó: “Hey buenas noches, se divierten”.
Llegamos a su habitación y cerró la puerta con seguro una vez que yo entré.
Nos sentamos en la cama y me dijo que me confesaba que desde hacía un tiempo atrás yo le parecía muy atractivo, y que sentía algo raro por mí, me agradeció por el abrigo que le había regalado hace tiempo porque nunca lo había hecho, incluso me lo enseñó de su guardarropa y me dijo que lo guardaba con mucho cariño.
De pronto se acercó y me empezó a besar, yo no me resistí me deje llevar plenamente a ese momento, lo disfrutaba, con su cuerpo me hizo recostar y ella quedo sobre mí me seguía besando, sentía su piel cálida y suave, se detuvo me miró a los ojos tiernamente se dirigió a mi oído: “Tengo ganas de bajarte el bóxer me dejas o te enojas si lo bajo”, yo le respondí: “ Pues bájamelo y sabrás si me enojo o no pero eso será el riesgo que deberás correr”, ella sonrió se paró tomo mi bóxer y lo empezó a bajar lentamente, tuvo un poco de dificultad por el hecho de que mi pene ya estaba erecto pero cuando por fin lo liberó sentí algo raro en el estómago y mi corazón empezó a latir muy rápido.
Reaccioné de manera muy rápida me puse de pie observando como ella se deleitaba viéndome desnudo, me acerqué a ella la tomé por la cintura y la empecé a besar mientras ella me tomó el pene y lo masajeaba, estaba disfrutando ese momento como loco, sin darme cuenta tomé su sostén lo desabroché y le bajé los tirantes dejando sus bubis redonditas expuestas, eran tan lindas blancas y los pezones rosados, bajé con mi boca y los empecé a besar y chupar poco a poco, eché un vistazo a su cara y estaba con los ojos cerrados disfrutando, me había dejado de tomar el pene así que bajé dando besos a su abdomen hasta que me hinqué y quedé a la altura de su ombligo, lentamente baje su panti, disfruté cada momento en que iba bajando, incluso cuando estaba en sus tobillos y levantó un pie y luego el otro para que pudiera retirarla completamente.
La guie hacia su cama la recosté y me recosté a un lado de ella, en esa posición la empecé a besar mientas que con la mano que tenía libre le acariciaba las bubis y su estómago, luego sus piernas, notaba su emoción empezaba a tener temblores involuntarios de lo excitada que estaba, cuando por fin me decidí a buscar su vagina abrí sus piernas ella no opuso resistencia, con mi dedo índice toqué su vagina estaba húmeda y caliente, empecé a masajearla lentamente de arriaba hacia abajo, que delicia.
Escuche cuando en gemidos mi dijo que entrara que le hiciera el amor, eso me prendió mas, pero en eso recordé que tenía el condón en el bolsillo del pantalón que estaba en la sala con los otros, le dije que había un problema que no tenía condón, y me dijo que debajo de su almohada tenía uno que lo había comprado por si tenía la oportunidad de estar conmigo y que su deseo se le cumplió.
Lo encontré lo abrí, por la inexperiencia tardé en ponérmelo me temblaban las manos, pero al final lo logré aunque me quedó algo grande porque a esa edad aún estaba un poco chico, le dije que si estaba lista me dijo que sí, me monté sobre ella puse mi pene el su entrada y poco a poco hice presión, entró de a poco hasta que encontré resistencia ella me puso las manos en mis hombros indicándome que de a poco, empuje y por fin pude entrar pero ella soltó un pequeño grito ahogado, le die que si quería parar pero me dijo que no pero que lo hiciera despacio, así fue, poco a poco el dolor pasó y llegó el placer para ella y para mí, cambiamos de posición nos pusimos de cucharita y la seguí penetrando, dándonos un beso mientras ella agarraba mi trasero.
Estaba punto de eyacular, mi pene se movía involuntariamente y ella lo notó, y preguntó que si iba a acabar le dije que sí y me pidió parar, me recostó, agarró mi pene, le quitó el condón que estaba un poco rojo le había salido sangre, y lo tiró al piso, me empezó a masturbar rápido y de golpe paraba, después de nuevo rápido y se detenía, me ocasionaba un placer delicioso, hasta que no pude más y salieron disparados 3 chorros de semen junto con más espasmos.
Me ayudo a limpiar y se recostó conmigo me dijo que lo había disfrutado mucho y que ojala que yo también, le dije que sí que lo había disfrutado bastante, y le dije que si tendríamos que volver a la sala y me dijo que no que nos quedáramos a dormir, estábamos exhaustos así que la obedecí y nos dormimos desnudos.
Desperté en la madrugada aun no me creía lo que había pasado, tenía bastante sed así que sin despertar a Lucero me levanté, me puse el bóxer, salí de su cuarto, bajé a la cocina por el agua, cuando volvía pase por la sala y mis otros amigos no estaban, ni había rastro de ellos, solo pude observar que cerca del sofá estaban las pantis rojo vino de Karla, por lo que supuse no habíamos sido los únicos en llegar más allá de los juegos.
Regresé a la habitación de Lucero me quité de nuevo el bóxer, me metí a la cama, la abracé quedando mi pene metido entre sus pompis, le di un beso en la mejilla y puse la mano con la que la abrazaba en su bubi, a los pocos minutos volví a estar dormido era tiempo de descansar.
Ese fue el inicio de más aventuras que tuvimos juntos y por separado, por lógica al día siguiente ocurrieron más cosas pero eso lo contaré en otra historia puesto que ésta ya es demasiado larga.
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