La primera mamada que recibí en preparatoria.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por AbdulAlGattas.
Todo comenzó una noche de viernes en plena fiesta escolar en casa de una compañera del grupo, como de costumbre muchas niñas iban muy bien vestidas, maquilladas y muy sexys, algo que la verdad me provocó mucha excitación porque una cosa era ver a mis compañeras con uniforme todos los días y otra muy diferente era verlas vestidas y arregladas de esa forma.
Nosotros los chicos íbamos vestidos de una manera muy sobria.
Mientras me encontraba charlando con mi grupo de amigos no podía dejar de ver a una niña llamada Paola.
Paola era una chica bastante popular dentro de la escuela, era una niña muy normal; Cara algo cuadrada, frente corta, ojos grandes color negro al igual que su largo cabello lacio y un poco cachetona. Era bonita.
Su cuerpo estaba muy formado para su edad (tenía 16 años recién cumplidos).
Estaba un poquito pasada de peso y sus senos eran pequeños pero firmes, su cintura prominente y sus piernas combinan perfecto con el resto de su cuerpo.
Después de haber ingerido un poco de alcohol me decidí y fui directo a hablar con ella, para mi sorpresa teníamos una amiga en común, estuvimos hablando durante un rato de diversos temas mientras yo seguía tomando unos botes más de cerveza y ella una bebida que igual contenía alcohol pero a mucha menor medida.
Ya bien entrada la noche me animé y la invite a dar un paseo en mi auto, ella casi al instante aceptó.
Nos dirigimos al auto y una vez dentro puse música para amenizar el ambiente y proseguí a encender el auto y ponerlo en marcha, todo esto sin dejar de hablar con ella.
Dimos un par de vueltas por la zona y compramos un poco más de alcohol lo bebimos todo fuera del establecimiento, después pusimos marcha de nuevo a la fiesta.
A medio camino ella me dijo que me estacionara fuera de un terreno baldío que encontramos.
-¿Qué sucede? Le pregunté.
-Estoy un poquito mareada.
Me contestó.
Apagué el auto y encendí la luz interior.
Yo: Podemos esperar a que se te pase si quieres.
Ella: Sí, está bien, solo será un momento.
Coloqué mi mano sobre su pierna y la fui subiendo hasta llegar a los alrededores de su entrepierna.
Ella no dijo nada así que acerqué mi cara a la suya y le robe un beso rápido.
Ella: ¿Qué fue eso?
Yo: Solo fue un beso.
Dije entre risas nerviosas.
Ella: ¡Qué lástima!
Yo: ¿Por qué lo dices?
Ella: Porque podría ser algo más.
Yo: ¿Cómo qué?
Ella: Ya sabes.
Yo: No, no sé.
Entonces ella soltó una risa nerviosa así que de nuevo me acerqué y la besé, ella correspondió y así estuvimos durante unos 5 minutos.
Rápido coloqué mi mano directamente sobre su entrepierna.
Ella de inmediato se desabotonó el pantalón y acto seguido metí mi mano dentro de él.
Acaricié lenta y suavemente su vagina por encima de sus bragas hasta que sentí que empezaba a humedecerse esa zona.
Me quité mi camiseta y ella su blusa, después se quitó el sostén dejándome ver esos pezones rosados bien parados.
Desabroché mi pantalón y me lo bajé hasta los tobillos y continuamos con los besos.
Acomodé mi asiento para tener más espacio, bajé mis boxer y saqué el pene.
Ella de igual manera se despojó de su pantalón por completo.
-¿Traes condones? Interrogó de inmediato.
-No.
Le dije.
-Entonces no podemos hacer nada.
respondió entre suspiros.
-Está bien.
Repliqué, no quería obligarla a nada ni hacerla sentir incomoda.
Mientras nos poníamos la ropa de nuevo:
Ella: Pero.
puedo.
mientras lo decía hacía una seña con su mano y una mueca con su boca dando a entender que podía darme sexo oral.
Yo: Si tu lo quieres está bien.
Entonces ella se agachó y acerco su cara a mi pene que aún se encontraba flácido que poco a poco se ponía duro.
Comenzó a dar pequeñas lamidas por el tronco para después tomarlo con su palma y jugar con él.
Cuando mi pene estaba completamente duro, lo introdujo a su boca y comenzó a con el sexo oral.
Subía y bajaba la cabeza muy rápido, tan rápido que lo único que pude hacer fue acariciar su cabello mientras lo hacía, cerrar los ojos y dejarme llevar.
Aquella mamada duró un poco más de 5 minutos y cuando sentía que iba a venirme no le dije nada, de repente de su boca se llenó de semen pero ella no dejaba de chuparlo.
Por mi parte sentía una extraña sensación de cosquillas y placer mientras que ella parecía disfrutarlo.
Unos segundos después ella sacó mi pene de su boca y tragó aquel semen que inundaba su boca mientras hacía una leve cara de asco.
Al terminar de ponernos nuestra ropa ella no dijo nada acerca del tema, ni yo tampoco.
Nos dirigimos de nuevo a la fiesta y nunca volvimos a hablar de eso.
Nunca más volvimos a salir y sinceramente hasta el día de hoy no puedo olvidar ese gran sexo oral, tampoco la he olvidado, ya que me quedé con ganas de coger con ella.
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