LA PRIMERA PAJA QUE ME HICIERON, LA MEJOR DE MI VIDA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Puedo asegurar que la paja que me hizo Rosa fue la mejor de mi vida, fue la primera que una tía me hacía y nadie me ha excitado tanto, nada ni nadie me ha dado tanto placer como Rosa meneándomela, nada ni nadie me ha hecho hacerme tantas pajas como Rosa, lo que ocurrió pasó como por casualidad e inesperadamente, lo cual lo hizo más excitante aun. Aquello que sucedió hizo que Rosa siga siendo la mayor de mis fantasías sexuales después de tantos años.
Por entonces éramos bastante jóvenes, poco más que adolescentes, Rosa no era una belleza que se diga, una chica mas bien anchita y que siempre me había llamado la atención por las tetas que tenía, por entones Rosa tenía las tetas más grandes que yo podía imaginar, de echo me había empezado a masturbar por ella a cuenta de las tetazas que tenía.
Rosa había llegado a cas como empleada del hogar ya hacia un par de años y yo fantaseaba de vez en cuando con ella, con sus tetas y con la esperanza (casualidades de la vida) de que algún día pudiera hacerme una paja. Esta fantasía me ponía bien caliente y comencé a masturbarme por Rosa cada vez con mayor frecuencia. Alguna vez que me estaba pajeando por las mañanas por debajo de las sábanas ella entraba en la habitación y yo tenía que hacerme el dormido con la polla en la mano y sin moverme para disimular. Siempre pensé posteriormente que Rosa intuía lo que yo hacía dado la gran cantidad de veces que me sorprendía en plena faena y que me imagino no me daba tiempo totalmente a simular. Es ahí cuando comenzó mi gran fantasía de que Rosa entrara en la habitación y me hiciera ella una paja.
Un día estando yo en la cama se sentó en el borde de la misma estando yo acostado boca abajo y diciéndome que me levantara comenzó a hacerme un masaje sobre mi espalda desnuda (yo estaba en la cama solo con un boxer y la sábana por encima), Rosa dijo en voz baja:
_ ¿No te han dado nunca un masaje?
Yo no pude articular palabra mientras sus manos iban recorriendo mi espalda, aquello me condujo a un estado de excitación indescriptible, proferí algún gemido que otro mientras Rosa me masajeaba no pudiendo disimular el placer que me estaba proporcionando (hasta entonces para mí desconocido) y que hizo que me empalmara como nunca, la vida me daba que estaba boca abajo y con la sabana cubriendo de cintura para abajo).
Las manos de Rosa hacían un trabajo increíble y cada vez descendían más, hasta que llegaron a la parte posterior de mi cintura, mi estado de nerviosismo y excitación iba creciendo progresivamente a medida que Rosa proseguía con aquella maravilla y suspiré
_ ¡Dios…, vaya masaje!
Rosa continuó con su trabajo hasta que sobresaltada por las palabras que vinieron de la planta baja de la casa la hicieron salir repentinamente de la habitación como una exhalación:
_ ¡No te levantas ya….! (era mi madre) ¡Que ya va siendo hora…!
Pasó como medio minuto hasta que ella volvió a entrar en la habitación. Yo me había quedado jodido por la interrupción del placer que Rosa me proporcionaba, y además me había colocado ahora de costado diciéndome a mi mismo… – o ahora o nunca –
Rosa volvió a colocarse en el mismo sitio y sin mediar palabra continuó sobándome, ahora por el pecho y a medida que poco a poco sus manos descendían hasta el vientre yo me fui girando hasta estar casi totalmente boca arriba. La sábana había dejado un poco al descubierto mi boxer, y me imagino Rosa podía observar cómo estaba yo totalmente empalmado además de ver mi cara de sufrimiento con los ojos idos y cerrados por la excitación que yo tenía.
De repente Rosa deslizó su mano por debajo del boxer y rozando mi polla con suavidad sobre el capullo semidesnudo me hizo proferir un gemido de placer contenido…
_ ¡Uuumm, aaaah!
Pasaron unos pocos segundos hasta que Rosa repitió la operación magistralmente volviéndome a rozar de nuevo mi polla enormemente dura (quería ver –adivino- cual era mi reacción por lo que hacía), cuando de repente…… ¡Dios mío!, Rosa introdujo de golpe toda su mano dentro del boxer y agarrando toda mi polla con su mano la sacó para empezar a moneármela con movimientos lentos y acompasados, como si fuera un reloj.
Rosa me meneaba la polla intentando llevar cada vez mas abajo la mano que sostenía mi polla con una fuerza sobre ella que jamás he vuelto a sentir en mi vida, era como si me estuviera estrangulando la polla lentamente a cada movimiento que hacía. Rosa me estaba volviendo realmente loco con aquella paja (la de veces que había deseado que me la hiciera…).
Yo podía ver su cara de vicio con su mirada clavada en mí mientras me pajeaba, lo cual me excitaba aún más y a la vez me ponía más nervioso. En aquel momento deseé que me la chupara como loco (hoy en día lo deseo mucho más, siempre he pensado que Rosa también me haría la mejor comida de polla de mi vida).
Mi mano izquierda se dirigió hacia sus tetas y avanzando como pude se la introduje poco a poco dentro del sujetador hasta que toda su teta fue mía, me costó lo indecible pero al final lo conseguí… ¡Qué tetazas tenía!, eran enormes, no me cabía en la mano ni de cachondeo. ¡Qué maravilla!, Rosa me estaba haciendo una paja increíble mientras yo le sobaba las tetas.
En aquel momento se abalanzó sobre mi cuello y sin soltarme la polla (mi mano se salio de dentro de su sujetador) con su lengua recorrió dulcemente mi cuello durante un buen rato. Cuando se reincorporó siguió pajeándome y yo mirándola fijamente a los ojos le dije colocando la mano nuevamente al comienzo de su sujetador:
_ ¿Quieres?…
_ ¡Ay!… no…. (Mordiéndose la parte inferior del labio)
_ ¿Quieres?… (Volví a repetir al ver que ese no parecía decir sí)
_ ¡Ya verás tú! (Dijo como amenazándome de la que me esperaría)
Entonces yo introduje de nuevo mi mano de golpe y me hice otra vez con una de aquellas maravillosas tetas de Rosa, la agarre y la empecé a mover a ritmo para que ella hiciera lo mismo con mi polla y no me hiciera sufrir más (aunque yo deseaba que aquello no se acabara nunca), ella sin embargo continuó meneándomela a su ritmo, amarrándome con la misma fuerza la polla y bajando con fuertes golpes casi hasta los huevos. Rosa me estaba matando de placer.
_ ¡Levántate ya! (mi madre de nuevo)
Rosa soltó mi polla y salio corriendo de la habitación. Madre mía, el dolor de estómago que me entró fue bestial, esto no podía suceder, me habían dejado de hacer lo que mas placer me había proporcionado en mi vida (y posiblemente hasta hoy en día)…. ¡Oh Dios!, ¡Nooooo!…, menos mal que Rosa volvió a entrar en la habitación y colocándose de pie al lado de la cama..
_ ¡Venga tío!… ¡levanta!
_ ¡Noooo!…., ¡Solo un rato!
_ ¡Venga tío!…
_ ¡Sólo un rato!… ¡Porfa…! (Supliqué)
Rosa, ahora de pie introdujo su mano nuevamente y cogiendo mi polla me la empezó a menear cada vez más rápidamente, cada vez mejor, como me lo había hecho desear con locura anteriormente, ahora sí, ahora me estaba realmente matando, que placer, que locura, que forma de menearme la polla (no me extraña que después de tantos años me siga matando a pajas por ella). Yo estaba totalmente extasiado con los ojos cerrados disfrutando como un poseso y cuando abrí los ojos un poco pude ver mis líquidos preseminales blanqueando la mano de Rosa mientras ella no paraba de meneármela frenéticamente, fue bestial, que maravilla, era la primera vez que veía a una tía con esos líquidos (que cortazo y al vez que excitante), a Rosa no parecía importarle y seguía masturbándome para llevarme al éxtasis.
No sé cómo, pero antes de correrme proferí gemidos y chillidos contenidos de placer (jamás me había corrido delante de una tía), a lo que Rosa disminuyó la velocidad y detuvo poco a poco sus movimientos con la mano llena de líquidos preseminales, ver eso me hizo casi marearme. Ella soltó mi polla y abandonó la habitación, yo me levanté como pude, me fui al baño y me rematé con la visión de lo que Rosa acababa de hacerme, la corrida fue espectacular. Rosa se fue s su baño, me imagino a desfogarse también por lo que acababa de suceder. Inocente de mí había llegado a pensar que Rosa estaría necesitada y el pobrecito era yo, Rosa me daba cien mil vueltas, sabía más que yo y lo que hacía lo hacía de maravilla.
A partir de aquí comencé a masturbarme por Rosa con más frecuencia y aun lo sigo haciendo, me da un placer inmenso pajearme por ella, he llegado en innumerables ocasiones a hacerlo con sus bragas y me he corrido con deleite en las mismas, para mi decir fantasía es decir Rosa, es pero con mucho la tía que mas dura me la pone. Me he pajeado a lo largo de mi vida por ella, siempre he querido follar con ella, anhelo comerle el coño hasta que se corra, pero desde luego tengo que estarle agradecido por aquella maravillosa paja que me hizo… ¡Gracias Rosa!
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