La puttica de Viviana
continuando la travesuras de la cuñadita de Aron.
Escuchar el cuento de Aron era más que estimulante, aunque para mi ese tipo de cosas eran pura fantasía para un buen pajazo y es que Viviana era la típica niña poco desarrollada: era morenita clara, flaquita sin una figura destacable, su cabello era liso, aunque lo tenía corto y tenía unas nalguitas pequeñas pero paraditas.
Las muy menores no era lo mío, pero saber que esa niña le gustaba montar una verga ya me la había puesto dura y a quien no le gustaría un coñito caliente y apretadito además según Aron era mejor que su propia novia.
Volviendo nuevamente a la actualidad cuando tenía los 19 y Aron los 20 ya que los había cumplido meses atrás. Arón y yo vivíamos en casa de su tía en casa porque era más sencillo llegar a la uni, en el caso de Aron como también se quedaba en casa de Bárbara. En ocasiones lo envidiaba lo afortunado que era porque tenía novia, una cuñada muy menor bastante pervertida y una tía golosa la cual yo soy el culpable de que él tenga esa relación con ella por lo que una vez le había comentado para hacer el trio con bárbara, pero lamentablemente ella no era de esas incluso era más probable hacerlo con su hermana sin embargo era mejor evitar problemas a pesar de todo a veces sí que antojaba y no era porque estuviera aburrido de Amelia.
Una tarde como cualquier otra llego de la uni tras desvestirme para luego irme a bañar y en el momento cuando iba a entrar escucho algo proveniente del cuarto de Emilio, pero la música era muy alta, al mismo tiempo venía Amelia y dice: —no vayas a molestarlo—. Yo sin cuidado me metí a bañar y relajarme un poco por el día que había tenido. Al salir vuelvo a escuchar algo, pero esta vez sí pude identificar claramente gemidos desde la habitación de Emilio y si bien Amelia me dijo que no molestara yo lo que quería era echar un ojo a ver como lo hacían por lo que con cuidado abrí la puerta que ni seguro tenía y con sumo cuidado me asomo y miro Emilio le da tremendas embestidas mientras con su mano clava la cabeza de ella contra el colchón. A pesar del alto volumen de la música claramente se escuchaba como ella le pedía más entretanto me empecé a jalar el pescuezo porque la menara en que gemía y en cómo se movía eran muy morbosas.
De pronto mientras continuaba mirando de sorpresa Amelia me agarra la verga desde atrás.
—me asustaste—, le digo yo en un tono bajo.
—te dije que no lo molestaras—, entretanto con suavidad manoseaba mi dura verga.
—no estoy molestando a nadie, por cierto ¿quién es ella? —.
—es la putica de Viviana—.
—¿en serio, desde cuándo? —, estaba sorprendido de que fuera ella.
—ni idea, nunca me dijo. ¿y por qué se te pone tan dura? —, Amelia se arrodilla y em la comienza a mamar, —sabes que soy mejor que una niñita—, entretanto Amelia continuó dándome su gloriosa mamada yo continue mirándolos como esos dos cogían hasta que no aguanté más.
Horas después a mediados de las 8 le conté a Aron sin embargo este no se sorprendió porque si bien desconocía la relación entre ellos dos si estaba claro en que Viviana lo hacía con alguien más y pues no era de extrañar con lo pervertida que era además que en el año desde que Aron probó sus primeros jugos se había desarrollado bastante bien. Ahora era un poco más alta, tenía unas buenas tetas para su edad y altura sumando una buena cintura que hacía lucir sus caderas. Y mientras Aron y yo continuábamos charlando se acerca Emilio.
—¿te la jalaste duro, mirón? —, lo dice con una sonrisa.
—jajaja. Con que me viste—.
—cómo no te iba a ver si casi metías la cabeza—.
—¿y desde cuando son novios? —, pregunta Aron.
—mmm—, Emilio con una mano se toca la cara mientras miraba hacia arriba, —realmente no sé, ya teníamos tiempo—.
—¿o sea que te la coges hace mucho? —, le pregunto yo un tanto emocionado.
—yo fui el que la desvirgué—.
Y mientras continuábamos nuestra conversación fueron encajando varias cosas en el comportamiento y gustos de Viviana, pero enterarnos de ellos no cambiaba nada cada quien tenía su pareja excepto yo que mataba el antojo con su tía, pero en parte sentía algo de envidia pro las cosas que pasaba entre ellos y si bien anteriormente no me imaginaba teniendo relaciones con chicas muy menores, pero Viviana sí que antojaba. Conocer su historial la hacía cada vez más deseable para mí, pero por desgracia nuestra relación estaba lejos de llegar a estoy no quería mencionarle nada a Aron ya que tampoco quería que hubiera discordia entre familia.
Meses después las cosas continuaba su curso Aron continuaba con su santa novia Bárbara, aunque ya non tan santa con el cerca de ella que cada vez la iba desinhibiendo, Emilio y Viviana seguían juntos, pero ambos eran tremendos infieles que se desconocían sus propias mentiras mientras que yo continuaba soltero y deseando las parejas de otros por lo que ocasionalmente le hacía chistes sucios a Bárbara, pero como ya era normal que los hiciera no causaban nada más que pequeñas risas. Aron sabía muy bien lo que yo quería, sin embargo, para poder tenía que ser ella la que se abriera. A su vez con Viviana había menos posibilidades ya que no habíamos tenido ese tipo de acercamiento, aunque de igual manera aplicaba lo mismo que hacía con Bárbara ya que eventualmente ella misma se iría abriendo, aunque fuera solo en nuestras conversaciones, Pero el día de la fiesta de cumpleaños n°10 de Daniela las cosas se habían calentado bastante.
Ese día fue como cualquier otro, cada quien con sus distintas ocupaciones y para la noche los amigos y vecinos disfrutaban del momento por lo que es evidente que mientras más anochecía más de uno ya se le había subido el alcohol y Bárbara era una, por lo que las veces que llegamos a bailar se pega toda y sentir su respiración tan cerca me provocaba demasiado por lo que más de una vez la erección se la estrujé, pero con tantos presentes era imposible que se me ocurriera hacer más a pesar de estar bien estimulado por la bebida por su parte Viviana también estaba más parlanchina y atrevida ya que a pesar de ser una menor había tragado lo suficiente para embriagarse. Para cuando me fui a dormir la fiesta aun continuó con algunos invitados y Amelia, mientras los demás ya se habían ido.
De pronto las ganas de orinar me despiertan a altas horas de la noche que para entonces todo ya estaba a oscuras, de igual manera casi corriendo y me senté para orinar debido a que tenía una erección que me dificultaba apuntar hacia abajo mas no antojaba jalarme el ganso así que una vez terminé salí con dirección hacia mi habitación, sin embargo, susurros y jadeos activó mi perversa mente así que al acercarme noté que estos provenían desde la habitación de Daniela por lo que ya me estaba imaginando las cosas más morbosas que mi cabeza podía procesar en ese momento, pero al asomarme no podía distinguir nada por lo que tras una leve jaladita me regrese a mi cuarto, pero estaba tan excitado penado quienes lo estaban haciendo sobre todo si era Daniela y de pronto escucho una puerta que cierra y al asomarme miro que alguien estaba en el baño así que me quedo esperando para ver quien salía y veo que sale Emilio “—¿Qué…, también se coge a su hermana?—”, eso fue lo primero que se me había pasado por la cabeza y luego veo que este se va caminando mientras se apoya de la pared hasta su habitación y por la misma inercia del momento termino frente la puerta de la habitación de Daniela,
“—¿entro, pero y si se despierta?—”, pensaba eso entretanto miraba el pomo de su puerta, “—estaré en graves problemas si grita, ¡Ah…! Danielita como puedes ser tan putita. ¡si…, toma mi verga! —”, y cada vez pensaba en cosas más sucias por lo que ya había llegado a un punto que mi éxtasis había sobrepasado mi cordura así que entré con sumo cuidado y tras cerrar la puerta de igual manera me acerco hacia la cama sin embargo piso algo inesperado.
“—¿un colchón, que hace aquí? —”, por lo que me agacho para tantear y bajo esa gruesa manta y meto mis manos por debajo y agarro su tobillo, luego continúo recorriendo su pierna a la vez que disfrutaba el suave tacto de su piel, aunque eran más gruesas de lo que esperaba de Daniela, pero a estas alturas ya no tenía importancia ya que estaba entre sentir la gloria o vivir un infierno, todo dependía de como terminara esto. Continuando con lo que hacía en esa oscuridad cada roce era mucho mejor de lo habitual al punto que ya había llegado hasta sus acolchados glúteos, la mejor parte fue notar que estaban completamente desnudos, pase mi mano de un lado a otro y no note ningún tipo de ropa interior, aunque estaba ligeramente pegostosa.” —esta perra está completamente desnuda—”. De pronto se sacude levemente y casi susurrante dice: —ya déjame dormir—. Pero eso me estimuló por lo que sin más me metí bajo su sabana y me posé sobre ella mientras acomodaba mi verga en su jugoso coño para que luego dejara salir un delicioso gemido. De ahí en adelante fue mete y saca mientras que ella no paraba de gemir contra la almohada por el hecho de que yo no estaba teniendo ningún cuidado, solo quería enterrársela cada vez con más fuerza, —ah, ah pasito, pasito. Que la vamos a despertar—, en vez de eso le di más rápido hasta que me corrí en su interior. Me sentía completamente realizado entre tanto ambos escuchábamos nuestras respiraciones a la vez que la besaba y lamia su nuca para llegar hasta sus labios. Entre besos y besos ya habíamos cambiado de lugar y ahora era ella la que estaba sobre mí. —ya la tienes dura otra vez—, y se mete mi verga por lo que termino dejando salir un gran jadeo seguidamente comienza a moverse al punto que con nuestros movimientos sincronizados se escuchaban claramente nuestros cacheteos mientras ella recostada sobre mí a la vez que me mordía tratando de aguantar sus gemidos mientras que susurraba «—si… si… Mas duro—” y continué dándole hasta quedarme dormido.
A la mañana siguiente comencé a sentir frío y al despertarme noté que tenía a alguien entre mis brazos “—con que era Viviana—”, y está también se había despertado por el frío para luego ver su cara de sorpresa al verme allí con ella completamente desnudos, pero la verdadera sorpresa fue cuando notamos que Daniela nos estaba mirando.
Qué rico pensar solamente en ese momento!