La salud de Gerardo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Gerardo estaba ansioso en la sala de espera de la clínica de urología, por cuestiones de control preventivo su médico personal por primera vez lo había remitido a un urólogo para que le hicieran un examen de próstata, aunque la sola mención de este examen producía mucha prevención sobre todo por aquello que exigía la penetración por el recto del dedo del urólogo para efectuar el reconocimiento de la pequeña glándula , verificar su tamaño y la ausencia de cualquier tipo de inflamación, para un hombre eso equivalía casi que a perder la virginidad de su culo con la pequeña diferencia que aquí no había himen, esa delgada membrana de la vagina que pusiera en evidencia la pérdida de tan preciado tesoro.
Mientras esperaba que lo llamaran recordó que sobre ese tema específico la verdad sea dicha que Gerardo ya había perdido esa virginidad a causa de los remedios caseros de su abuela.
Recordaba que era muy niño cuando un pequeño problema del estómago le impedía evacuar y su abuela lo había hecho desnudar y le había metido lo que ella llamaba un “rabo de cebolla” por el culito…para que la penetración del famoso “rabo de cebolla” no le doliera fue acompañada de una adecuada lubricación con aceite de ricino…en ese momento Gerardo supo lo que era tener un elemento exógeno en su culo…la verdad sea dicha no le dolió y si le sirvió para remediar su mal.
Años más tarde cuando ya era un joven de unos 13 años Gerardo por ponerse de glotón con unos primos tuvo de nuevo un taponamiento que le impedía evacuar…nuevamente salió la abuela para solventar esa dificultad, esta vez fue colocándole un enema usando una pequeña pera con una cánula que ella usaba para los aseos vaginales …esta vez le tocó probar la bendita cánula…ya no era un elemento flexible como el “rabo de cebolla” sino era un elemento rígido y de un diámetro mucho mayor…la lubricación fue la misma y la bendita cánula entró a su recto creándole una sensación ambigua…por un lado un pequeño escozor pero también una sensación agradable que le llamó la atención…se sintió tan excitado que a los quince días simuló un nuevo caso de indigestión pero esta vez Gerardo escogió una cánula más larga y de mayor diámetro…cuando tuvo esa cánula en sus manos no podía imaginarse como le iba a caber en su culo…sin embargo cuando la abuela le colocó el enema la cánula se metió en lo profundo de su recto…la sensación de ese grueso adminículo en sus entrañas lo lleno de una extraña excitación…terminado el ritual del enema Gerardo empezó a cuestionarse por qué le gustaba que le metieran cosas por su culo…pero vino la adolescencia, las amigas y todas esas relaciones entre jóvenes que los distraen …sin embargo ese deseo latente quedó allí y ahora que estaba en la antesala de un examen que le exigía la penetración de un dedo profesional para evaluar su próstata sintió que antes que miedo tenía una intensa sensación de saber si todavía le sentía gusto a esas penetraciones…
Estaba tan abstraído en sus pensamiento que casi no oye el llamado de la secretaria para que pasara al consultorio…Gerardo había pedido la cita con una uróloga para no sentirse mal con procedimiento usado para este tipo de examen…en efecto una doctora lo atendió y después de un pequeño interrogatorio que le sirvió para llenar un documento interno le ordenó que pasara a la camilla…Gerardo observó las manos de la doctora…eran unas manos largas y bien cuidadas…trató de calcular la longitud de su dedo índice que sabía que era el de la exploración rectal…más o menos unos quince centímetros…no podía imaginar todo ese dedo metido en su culo…la doctora lo mandó a desvestir y lo hizo acostar en una cama de ginecología especial para examinar las embarazadas…allí quedó desnudo en el “potro”…la doctora se colocó un guante de látex y Gerardo quedó a disposición de la doctora…la doctora lubricó su dedo y le dijo a Gerardo que se relajara y no se avergonzara del examen…Gerardo abrió sus piernas y la doctora buscó el esfínter anal…estaba fruncido y cerrado…ella con mucha parsimonia entró a dilatar el pequeño ano con su dedo lubricado…Gerardo todavía nervioso y en una reacción natural y espontánea cerraba su puerta trasera…la doctora volvió a insistir y Gerardo al sentir que el dedo ya se empezaba a introducirse se relajó y se puso a traer y evocar esos recuerdos de infancia y juventud…el dedo de la doctora se metió casi hasta la mitad y en la búsqueda de la próstata empezó a palpar las paredes rectales de Gerardo ocasionándole unas sensaciones de placer indescriptibles…movió sus caderas para permitir que el dedo de la doctora se metiera bien adentro y así facilitar al máximo el tacto rectal en la próstata de Gerardo , cuando la doctora terminó empezó a sacar su dedo para que la operación siguiera emitió un pequeño quejido…la doctora le preguntó que si le había dolido algo… Gerardo asintió con la cabeza y la doctora alarmada volvió a meter su dedo hasta el fondo…Gerardo agradeció para sus adentros por esa caricia adicional y con un tono de voz muy bajo le dijo a la doctora que ya no sentía nada…la doctora se quitó el guante …lo arrojó a la papelera, le ordenó vestirse y se despidió indicándole que si tenía alguna molestia posterior pidiera otra cita….
Desde ese día la vida de Gerardo cambió, una extraña sensación se apoderaba de él cuando se acordaba de la penetración de ese dedo por su culo, soñaba con sentir nuevamente ese dedo palpando las entrañas de su recto, quería repetir la dulce sensación de sentirse penetrado y gozar con esa caricia…apenas pudo pidió nuevamente una cita con la doctora…por ser una especialista se la dieron para dentro de dos semanas…era una larga espera para ese tacto rectal…
El viernes de esa semana se encontró con su amigo Manuel y se fueron a tomarse unas copas…Manuel era el amigo de confianza que estaba enterado de todo lo relacionado con actividades extra laborales…espectáculos, nuevos bares, muchachas fáciles, en fin todo aquello que conllevara la distracción y la juerga…esta vez Manuel le indicó que habían abierto un nuevo bar y que aquella noche tenían un espectáculo especial…ya con unas copas encima se dirigieron al bar en mención…llegaron justo en el momento que anunciaban un streap tease de una artista extranjera…cuando salió a la tarima hubo un suspiro de admiración…frente a ellos estaba una mujer hermosa…enfundada en un traje negro apretado mostraba las curvas de su cuerpo…unos senos hermosos y grandes, unas caderas voluptuosas y unas piernas largas y estilizadas…su ostentoso trasero era un atractivo lujurioso y llamativo…cuando la música empezó la hembra fue lentamente despojándose de todos sus atuendos…cuando sus senos quedaron al aire todos los asistentes gritaban entusiasmados…la hembra bamboleaba su cuerpo y sus hermosas tetas se movían acompasadas con la música erótica y sensual…sus pezones estaban tapados por dos estrellitas en forma de parches pero muy pronto ella los quitó para ofrecer un tentador espectáculo de dos pezones erectos, grandes y puntiagudos.
la mujer se los tocaba y los apretaba con sus manos…luego bajo una de sus manos y la metió entre sus panties y mientras se frotaba sus pezones con una mano con la otra mano se deleitaba en su entrepierna…todo el mundo esperaba que se quitara sus panties para ver la vulva apetitosa de esa artista…pero cuando la bella hembra se bajó la diminuta tanga, en lugar de una esplendorosa y esperada vagina apareció un verga grande y erecta… la artista era una travesti…hubo aplauso y rechiflas…de todas maneras Gerardo y Manuel estaban excitados…el ambiente y el trago los tenían arrechos y esa mujer que ahora era un hombre dotado de una gran verga lo sumergieron en un mar de dudas…se acordó de la abuela y sus remedios caseros, de la cánula que lo hacía estremecer y sobre todo del dedo de la doctora…ahora al ver semejante cilindro de carne se imaginó una penetración de esa hermosa verga por su culo…sintió un estremecimiento y un pequeño escozor en su culo…se cuestionó si su virilidad se estaba acabando…si acaso una homosexualidad latente estaba aflorando con toda esa ansiedad de probar nuevas cosas…apuró a Manuel para abandonar el establecimiento y se marchó para el apartamento…
Al otro día Gerardo amaneció con una resaca tremenda, le dolía la cabeza pero también lo acompañaba una arrechera increíble, estaba excitado al máximo pero esta vez el aumento de la libido no se manifestó como de costumbre en una tremenda erección sino en un cosquilleo en su bajo vientre y un picor en su culo…quería sentir algo dentro de su culo…fue al baño y solo encontró un cepillo cuyo mango alargado y cilíndrico le recordaba la forma de una verga…desnudo se miró al espejo y sólo pudo ver su pene adormecido…quería ver su culo pero no podía…se lubricó el culo con una crema para el cuerpo ,se metió un dedo y vio con alegría que la penetración no le producía ningún escozor…untó el mango del cepillo y empezó a metérselo por el culo…una sensación placentera lo invadió…se lo dejó unos minutos y luego se lo sacó…pero la verdad necesitaba algo más largo y de mayor diámetro…por fin se bañó y salió a su cuarto a descansar.
Después de una excitante espera el día de la cita con la doctora llegó…Gerardo estaba dichoso de poder sentir de nuevo ese dedo delicado meterse en su ardiente culo…la doctora reconoció su paciente de inmediato…había detectado en ese hombre una dicha al ser examinado y eso la había impactado…sería que ella podía dar placer a un hombre penetrándolo…nunca lo había pensado pero estaba ante una realidad tangible…si ese hombre le gustaba que le dieran por el culo ella esa tarde lo iba a complacer…apenas lo tuvo desnudo en el “potro ” accionó el mecanismo para lograr la máxima abertura de las piernas de Gerardo, su ano quedó expuesto y la doctora colocándose el guante embadurno de vaselina el culo de Gerardo y empezó a penetrarlo…pero esta vez su examen no era del todo profesional…la doctora quería solazarse con este examen, cuando su dedo se metió empezó a masajearlo intensamente haciendo retorcer a Gerardo de la excitación…la doctora también empezó a excitarse de ver que su rol de mujer activa se veía recompensada con la felicidad de ese paciente pasivo…fue tal la excitación de Gerardo que su verga empezó a pararse ante los ojos atónitos de la doctora…la profesional quedó impresionada y como si esa verga tuviera un imán su boca le dio una chupada intensa…Gerardo se sentía en el cielo…con ese dedo clavado en su culo y de ñapa la doctora mamando su verga su clímax se anticipó y en una eyaculación inesperada una copiosa cantidad de semen llenó la boca de la doctora…la profesional corrió al lavamanos para juagar su boca…hacía mucho rato no probaba el semen de un hombre…tal vez era hora de conseguir un amante…por qué no podría ser ese paciente especial ? la doctora se azaró un poco y se retiró del consultorio…Gerardo salió más feliz que nunca…de una vez pidió otra cita para lo más pronto posible…
Nuevamente el tiempo parecía haberse detenido…Gerardo esperaba ahora con más ansiedad la cita con la doctora…ahora el recuerdo de esa mamada de verga mientras le clavaba su delicado dedo por su culo lo tenía casi enloquecido…el día llegó y Gerardo acudió muy puntual a su cita…había pedido el último turno para que la doctora tuviera todo el tiempo para atenderlo…al tocarle el turno se levantó ansioso pero antes de entrar la secretaria le informó que ese día lo atendería un doctor pues la uróloga había salido a vacaciones…Gerardo sintió que el mundo se abría a sus pies…pero ya era tarde, el médico le abrió la puerta y lo invitó a seguir… cuando lo miró se dio cuenta que era un hombre alto y corpulento… sus manos eran enormes y sus dedos eran largos y de un diámetro impresionante…Gerardo sintió un escalofrío…muy pronto ese enorme dedo iba a estar explorando su culo…el médico fue breve y tajante…le dijo que se desnudara y se colocara boca abajo en la camilla…se colocó su guante y abriendo sus piernas buscó el culo de Gerardo…lubricó su dedo enguantado y empezó a metérselo de un solo envión…Gerardo emitió un grito apagado…el doctor al darse cuenta que posiblemente había lastimado a Gerardo empezó a mover su dedo dentro del recto en forma más suave…Gerardo empezó a excitarse…el tamaño de ese dedo empezaba enloquecerlo…el doctor se dio cuenta de ese pequeño pero diciente detalle y empezó no a hacerle un tacto rectal profesional sino un masaje prostático con una alta dosis de lujuria, las caderas de Gerardo empezaron a contonearse para buscar que el dedo del doctor llegara a lo más profundo de su recto, el médico también empezó a excitarse y de un momento a otro una erección tremenda hizo que su verga se parara como una estaca rígida…se sacó su enorme pene y aprovechando la excitación de Gerardo en un momento dado sacó su dedo y rápidamente lo cambió por su erecta verga…Gerardo creyó que el doctor había cambiado de dedo pues ahora sentía que algo más grande estaba recorriendo su recto…cuando sintió que las dos manos del doctor se apoyaron en sus hombros comprendió la cruda realidad el doctor se lo estaba culiando, no era un dedo lo que tenía en su culo sino la inmensa verga del profesional, al igual que le había pasado con la doctora cuando Gerardo sintió el contacto en sus paredes rectales una erección apareció de improviso
con su mano derecha empezó a masturbarse mientras el doctor iniciaba una cabalgata de lujuria…los tremendos embates del doctor ayudados por su peso corporal hacía que esa verga penetrara hasta lo más profundo, Gerardo empezó a gemir de pasión, aullaba como una puta pidiendo más y más verga, el médico excitado por ese comportamiento aceleró sus movimientos y muy pronto su orgasmo llegó con una tremenda eyaculada que dejó inundado de semen el culo de Gerardo, al sentir esa porción de leche en su recto Gerardo aceleró al máximo la manipulación de las manos sobre el glande hinchado de pasión y también se derramó dejando un charco de semen sobre la blanca sábana de la camilla… el médico sacó su verga y aseándola con la misma sábana se la metió rápido en su bóxer…Gerardo quedó en esa camilla con el culo bien dilatado chorreando semen y con un cansancio notorio…el médico le dio un par de nalgadas y le dijo que tenía que pedir una cita para el otro viernes pues necesitaba hacerle seguimiento a la posible inflamación de la próstata…Gerardo iba a decir algo pero el médico lo interrumpió y le advirtió en forma tajante que tenía que venir y que no se preocupara por el precio de la consulta que él no le iba a cobrar .
Gerardo llegó a su apartamento muy pensativo pero feliz…buscando cuidar su salud había descubierto una inmensidad de placeres qué de no haber sido por el cuidado de la abuela, el tratamiento profesional de la doctora y el intenso tratamiento del doctor no había conocido…ahora tenía hasta urólogo de cabecera para hacer el seguimiento de la bendita próstata.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!