La señora para mi amigo y la chiquilla para mi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como dije soy Randy de 32 años, conjuntamente con mi amigo Carlos Hugo de 33, tenemos desde hace cuatro años un gym. Desde que abrimos todo nos ha ido bien, pues tenemos una amplia clientela y poco a poco hemos aumentado la cantidad de aparatos y espacios en el edificio que alquilamos. Cierto día del año anterior nos fueron a hablar de una academia de ballet para que entrenáramos a un grupo de niñas balletistas, pues querían que tuvieran fuerza en sus brazos y piernas, el grupo era de 6 niñas entre 10 y 13 años, luego de ponernos de acuerdo en la tarifa de grupo y de los días y horarios que asistirían, que finalmente fueron 3 días a la semana de 4 a 7 de la noche.
Luego de la primera semana no dimos cuenta que las mamás de las niñas se turnaban también para llevarlas y cuidarlas. Las seis niñas eran muy delgadas y bellas, pero me cautivó una en especial que la llamaré Amanda de tan solo 12 añitos, rubiecita de ojos verdes, superdelgadita, casi sin tetas, con piernas largas y unos pies largos y delgados, la chiquilla tenía un culito pequeño y apretadito, rico, y lo mejor fue que poco a poco yo le fui cayendo bien a la nena. Cierta semana le tocó a la mamá de Amanda acompañar y cuidar de las niñas, y la verdad es que resultó ser una mujer muy atractiva, de más de 40 años, rubia también, la nariz un poco pronunciada, pero tenía un espectacular culo, muy buena estaba la señora sin duda. Quien quedó cautivado de ella fue mi amigo Carlos Hugo, quien no perdió el tiempo para tratar de entablar con ella cierta amistad y pude ver que charlaba con ella a cada momento, luego hasta risas se oían entre los dos.
Uno de esos días, Carlos Hugo me dijo que la señora, mamá de Amanda que se llamaba Paola, era divorciada y que la había invitado a salir con él y ella aceptó, pero su pena era quien se llevaba a la pequeña Amanda a su casa, por eso mi amigo me pidió que le hiciera ese favor, que si podía encaminar a Amanda hasta su casa, pues él se iba a llevar a la señora Paola al terminar la clase, al rato fue la señora Paola la que me encargó lo mismo, que me llevara a su hija a la casa, ella me indicaría la dirección. Asi que mi amigo se llevó a la mamá de Amanda, yo sabía que podía ser a algún motel. Pero que mejor que estar con Amanda ese buen rato.
Al terminar la sesión me llevé a Amanda, llegamos al frente de su casa, donde vivía, ella se iba a bajar del auto, pero yo la detuve y le pedí que se quedara un rato más dentro de auto conmigo, total que su mamá iba a tardar. Ella se quedó y charlamos de todo un poco, ella me contó que su padres estaban divorciados desde que ella tenía nueve años, que alguno de los fines de semana se iba a pasarlo con lo de su papá. Poco a poco la conversación se fue poniendo más personal, yo le dije que ella era preciosa, que era la chica más linda que había visto, y que llegaría a ser una gran balletista, todo eso le impresionó a Amanda, sus ojos brillaban cuando me veía. Fue entonces cuando me dijo que yo le gustaba también, y se sonrojó, bueno, yo no me considero feo, además como hago tanto gym tengo buen cuerpo. Volviendo al relato, pasaron los minutos y yo la tomé de sus manos, la jalé y la besé en los labios, ella los quitó, pero minutos después volví a insistir y la besé de nuevo, esta vez ella respondió y pude ver que besaba muy bien, al menos en eso no era novata, su lenguita se entrelazaba con la mia de forma deliciosa, nos besamos por varios minutos más, en eso estábamos cuando sonó su móvil, era un mensaje, lo vió y me dijo que su mamá ya estaba por regresar, asi que nos despedimos con otro beso y ella se bajó y se fue para la casa.
Me fui, llegué a mi casa, me masturbé pues Amanda me había dejado empalmado, luego me di un baño, calculé una hora para llamar y saber cómo le había ido a mi amigo Carlos Hugo, él me contestó y me dijo que -la señora Paola había estado magnifica en la cama-, "qué, te la cogiste?- le pregunté,
-Já, la señora es muy caliente y es una puta en la cama, cogimos como endiablados, esa señora si sabe coger, me la terminé culeando, qué culo Randy!- me dijo Carlos Hugo.
-No te creo?- le dije todavía a mi amigo solo para sacarle más información.
-No me importa si me crees, pero es verdad, me mamó la verga como una diosa y le eché tres polvos y eso que todavía quería más!-.
Todavía al siguiente día cuando nos vimos en el gym Carlos Hugo no dejaba de contarme los detalles de su noche de sexo con la mamá de Amanda. La parte que le pedi que me diera más detalles, fue la parte cuando se la cogió por el culo, él me dijo que tenía un agujero increíble, que ella se montó y le había apretado la verga hasta el punto que lo hizo correrse dentro de su recto.
Yo durante los siguientes días seguí con mi romance con la pequeña Amanda, nos tomábamos de las manos, cruzábamos miradas y todo eso, en un ejercicio que se hacía en parejas yo dije que sería la pareja de Amanda, era para hacer abdominales del tipo que ella esta acostada en la duela y levanta ambos pies que tomo por las manos y ella trata de hacer abdominales levantándose, solo que yo varias veces durante sus abdominales me restregué sus piecitos contra mi verga cubierta por mis pantalones de licra. Ella se dio cuenta de eso. Tuve una tremenda erección que tuve que retirarme de alli para que no me vieran el bulto, pues tenía la verga paradísima.
Llegó nuevamente la semana que le tocaba de nuevo a la señora Paola su turno de cuidar a las niñas, serían 3 días de esa semana. Carlos Hugo no perdió el tiempo en ligarla de nuevo, casi al final de la clase me volvió a pedir que me llevara a Amanda a su casa otra vez, pues el se llevaría a Paola, esa vez no perdí tiempo y dentro del auto le pedí a Amanda que nos fuéramos atras, alli entre besos y tocadas, le bajé su blusita que era un top sencillo, sin sostén, sus pequeñas tetitas salieron a relucir, eran bellas y puntiagudas, rosadas y carnosas, las tomé entre los labios y las mamé por turnos, la pequeña Amanda se quejaba del placer. Luego me detuvo y me preguntó si ya éramos novios, yo le dije que si, solo asi me dejó seguir mamando su senitos, luego yo le quité su top y la besé toda la espalda, estomago y sus tetitas se las dejé coloradas de tantos chupones.
Luego le metí las manos dentro de su leotardo, pude sentir los pelitos de su cuquita, eran escasos, para ese momento los vidrios de mi auto estaba muy enpañadisimos, yo me saqué la verga de los pantalones y le puse una de sus manitas para que me hiciera una puñeta (paja), crei que ella no sabría hacerla, pero me equivoque, ella me hizo una deliciosa paja, me excité tanto que tomé su cabecita y la fui colocando sobre mi verga, ella entendió y comenzó a besar y darle lamidas a mi glande, no tenía mucha experiencia asi que yo la dirigí para que se tragara mi erección, Amandita comenzó a darle tremendos chupones a mi verga, me sacó gemidos de gusto, su boquita parecía ser una vagina en ese momento, me dio tanto placer que dejé escapar algunas gotas de líquido preseminal que ella tragó sin discutir. Luego de unos minutos yo acariciando la cuquita de Amanda, mis dedos completamente mojados de su eyaculación, pues al parecer ya había tenido un orgasmo, su boquita haciendo maravillas sobre mi verga, no me pude contener y grité, mi verga comenzó a escupir leche abundantemente, ella no sabía que hacer con mi leche en su boca y pude ver que tragó una parte y la otra la escupió en el piso del auto.
Luego de eso se arregló la ropita, su top y al igual que la vez anterior nos despedimos de ahora un largo beso y salió, la vi salir del auto y alejarse, vi su belleza y candidez, no se podía negar que aun era una niña, pocos senos, delgada casi sin caderas, pero me tenía como embrujado y yo la vería todavía otras dos veces más en esa semana.
Dos días después, no es difícil imaginar que Carlos Hugo tenía otra cita con la caliente mamá de Amanda. Ahora le dije a Amandita cuando llegamos a su casa, que porque no entrábamos a su casa, pues el auto era muy incómodo, ella estuvo de acuerdo, asi que entramos, pude darme cuenta que la casa era grande y de buen gusto. Ella me invitó a conocer su habitación, ya había alli una intención de ella de estar mucho más cómodos. Nos sentamos en la cama y comenzamos a besarnos, con paciencia le fui quitando su ropita hasta dejarla solo en braguitas, me quité yo también la ropa y me quede en boxer, como aun estábamos transpirados por el gym, le dije que porque no nos duchábamos juntos, total su mamá no estaría alli hasta dentro de un par de horas. Ella no estaba tan segura de eso. Pero insistí y la tomé de la mano y la llevé a la ducha, ya alli ella se quitó su braguita, y la vi desnuda completamente por primera vez, era una monada, era bella, no era aún un cuerpo de mujer, pero era una preciosura. Luego de los besos de entrada me bajé a chuparle su cuquita, la fui sentando sobre la tina y abriéndole las piernas le fui chupando sus labios vaginales, eran pequeñitos, rosaditos y jugosos, la nena me tomaba de los cabellos y me los jalaba cada vez que se excitaba mucho. Alli la hice llegar a un buen orgasmo, lo que ocasionó que en su manita quedaran algunos de mis cabellos.
Luego la tomé cargada con los brazos y la llevé a la cama, lo primero que hice fue colocarnos en una 69, ella abajo y yo metido entre sus delgadas piernas para seguir mamando su rajita colorada, ella abría su boquita para engullir mi dura carne, ella hacia esfuerzos por meter lo más que podía y chuparla, ambos estábamos muy excitados dando lo mejor.
Yo me incorporé, ella siguió alli acostada, me fui colocando entre sus piernas, le susurré que ya no aguantaba más, que la iba a penetrar, quería hacerla mia, ella me recibió entre sus brazos, nos besamos, luego puse mi verga en la entrada de su rajita y la fui penetrando, ella gritó cuando mi glande entro en su interior, sentí algo que se rompía dentro de su cuquita, ella cerró los ojos y yo la seguí penetrando hasta que se la tuve a la mitad dentro de ella. Luego me fui abrazando a ella y la terminé de penetrar, después comencé a moverme dentro de ella ritmicamente, ella comenzó a gemir al mismo tiempo, fue levantando sus delgadas y largas piernas hasta atraparme contra ellas. Segui cogiéndola ahora más profundo y besándola al mismo tiempo en las mejillas, en la boca, en su cuello. La pequeña Amandita gemía sin ser escandalosa, en ocasiones me susurraba –“lo amo”-yo seguía moviéndome sobre ella, su rajita estrecha me apretaba la verga, eso me fue haciendo llegar al límite, hasta que no pude contenerme, acabé dentro de ella al tiempo que ella gemía de otra corrida. Fue bello venirnos casi al unísono y quedar abrazados mientras mi verga latía dentro de su rajita. Aunque fue una enorme idiotez eyacular dentro de su vagina, fue sublime, de milagro no la preñé a la primera.
Después ella me confesó que había sido su primera relación sexual, había tenido novios, con los cuales a lo sumo había tenido sexo oral, pero que yo me había quedado con su virginidad.
Las semanas pasaron, Carlos Hugo se volvió amante frecuente de Paola la mamá, y yo de Amandita. Las siguientes veces, cuando Carlos Hugo entraba al motel con Paola, yo entraba a otro cerca de alli con Amandita, la hija de Paola. Amandita y yo hacíamos todo un menú de posiciones sexuales, su delgadez se prestaba para hacerlas muy bien, incluso la 69 estando yo de pie y ella invertida con su cabeza entre mis piernas, fue todo un rico suceso.
Escribo esto a los tres meses exactos que rompí con Amandita después de más de un año juntos, Debo decirles que la he ido a ver en sus recitales de Ballet y es una pequeña diosa en el escenario, y he decido buscarla para que volvamos, yo le más que duplicó la edad, pero si a ella no le importa a mi menos.
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