La señorita Julia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscareduardo.
Todos conocían a la señorita Julia en ese pequeño pueblo, había vivido y envejecido trabajando en una pequeña entidad oficial, su vida había estado ligada a su madre a quien cuidó desde muy joven, no se pudo decir que tuvo una infancia feliz y menos una juventud bien aprovechada, no tuvo un novio y aparte de cuidar su anciana madre no tenía otro quehacer.
Estaba llegando a sus 60 años, pero lejos de ser una vieja fea su figura pequeña y sus atributos físicos todavía eran dignos de ser admirados, senos de regular tamaño, caderas amplias, trasero pequeño pero bien puesto, piernas torneadas y sobre todo la tersura de su piel que era envidiada por muchas jóvenes del pueblo.
Hacía escasos dos meses su madre había fallecido y ahora enfrentaba un presente incierto.
Aunque gozaba de una pensión su vida personal era un desastre, no sabía nada de la vida, se refugiaba en su casa a ver cómo pasaba el tiempo en una vida patética y rutinaria.
Se levantaba temprano, desayunaba, arreglaba la casa y veía novelas hasta el mediodía, a la una le traían su almuerzo, tomaba después una siesta y se levantaba hacia las cuatro de la tarde a ver otras novelas hasta por la noche.
Tomaba una cena ligera y se acostaba a ver televisión.
Esta rutina se repetía con una frecuencia rayana en el fastidio.
El día sábado se levantaba más tarde salía al comercio a comprar las pocas cosas que se iban necesitando, y por la noche se acostaba un poco más tarde.
El fin de semana que había pasado como cosa rara la visitó una hermana que llegó con su hijo a hacerle la visita, su hermana era viuda y su hijo ya era un mozalbete de unos quince años, la pasaron en familia y las dos hermanas compartieron la cama mientras el sobrino fue a parar al cuarto de huéspedes.
El domingo en la tarde regresaron a la capital y nuevamente quedó sola.
Antes de acostarse fue al cuarto de huéspedes a organizar el cuarto que estaba desordenado, arregló la cama, organizó el desorden y al barrer bajo la cama encontró una revista, la recogió y para su sorpresa era una revista porno, la carátula mostraba una pareja en una posición sexual que era muy explícita, la tía Julia se santiguó y colocó la revista en un cajón de la mesa de noche.
Al otro día la botaría pues esa foto no debía verla ella.
Se bañó y se acostó, prendió el televisor pero había un partido de fútbol y las cadenas estaban enlazadas, apagó la luz pero no podía dormir, de pronto oyó un goteo de agua, se levantó y el ruido provenía del cuarto de huéspedes, sin querer su sobrino había ajustado demasiado la llave de la ducha y ahora tenía un goteo.
Cerró la llave lo mejor que pudo y al salir se acordó de la maldita revista, la sacó de la mesa de noche y se la llevó al cuarto.
Sin abrirla la metió a la mesa de noche y apagó la luz, sin embargo la falta de sueño y ese lúgubre silencio la empezaron a inquietar.
Prendió la luz … sacó la revista y se puso a hojearla ; era una revista que alternaba relatos eróticos cortos con fotografías muy explícitas, nunca había visto este tipo de fotos, sus imágenes bien captadas por el lente del fotógrafo mostraban en detalle unos penes enormes, unas vaginas hermosas con sus pliegues abiertos invitando a la exploración de esas grutas de placer, por un momento pensó que no debía seguir mirando esas fotos obscenas pero las ganas le pudieron al miedo.
Como no tenía sueño comenzó a leer un relato lleno de situaciones eróticas muy explícitas en que el narrador con un lenguaje muy ardiente se iba adentrando en una trama de placer y lujuria.
Sin querer la tía Julia fue metiéndose más en el cuento, sin embargo como una reacción natural esas palabras explícitas sobre sexo fueron despertando sus instintos más primarios, un cosquilleo empezó a recorrer su cuerpo, eran como pequeñas oleadas de calor que empezaban a converger en su bajo vientre, de repente sintió mucho calor en su entrepierna, se despojó de su panty y quedó desnuda, al bajar la vista vio como el pubis sobresalía en su abdomen plano, siguió leyendo y el calor fue aumentando, decidió quitarse su bata de dormir y quedó completamente desnuda, bajó la vista y contempló sus senos que se alzaban todavía con elegancia y notó que sus pezones que normalmente parecían como capullos adormecidos ahora eran dos pezones erectos, grandes y desafiantes, nunca los había visto así, soltó por un momento la revista y pasó los dedos por esos pezones erguidos, sintió una sensación agradable, siguió leyendo pues el desenlace de la historia ya estaba llegando al final y el ritmo del relato estaba colmado de descripciones llenas de realismo, de pronto paró la lectura, fue una cuestión de segundos, sintió con sorpresa que un líquido corría por su entrepierna, se asustó y creyendo que una pequeña micción le había jugado una mala jugada llevó sus dedos a la vagina , en efecto unas gotas se deslizaban de su vagina, introdujo la punta del dedo y tomando una pequeña muestra la frotó, era un líquido ligeramente viscoso, pero no era orina, asustada metió nuevamente su dedo en la húmeda vagina encontrando que la entrada de su sexo estaba muy llena de ese líquido viscoso, metió más su dedo y éste se deslizó por la gruta vaginal causando un placer indescriptible, cerró la revista y con los dedos de la mano izquierda empezó a frotar los labios y las paredes de su vagina, emocionada subió los dedos un poco más para ampliar el recorrido y otra sorpresa la llevó casi a gritar, había frotado sin querer su clítoris que excitado por tanta caricia se había elevado como un pequeño estandarte y ahora recibía por primera vez un toque lujurioso, la tía Julia no sabía que había descubierto en su cuerpo la zona más erógena de su cuerpo.
Volvió a pasar sus dedos por ese pequeño cuerpo que se alzaba desafiante en lo más alto de su pubis, constató con emoción que el roce de sus dedos con ese pequeño cuerpecillo la elevaba a niveles de placer insospechados, no resistió la tentación de frotar con más vigor su clítoris…oh sorpresa !!! …cuando menos pensaba la emotividad de un orgasmo le nubló su vista, una visión pletórica de luces, colores y emociones la cegó momentáneamente, el clímax de un orgasmo que ella no conocía invadió todo su cuerpo y con movimientos frenéticos logró que ese orgasmo colmara sus más íntimos deseos de placer…luego todo fue quietud, un relajamiento se apoderó de su cuerpo, ese cúmulo de emociones la dejó sin alientos, cerró los ojos y se quedó dormida, la luz del cuarto encendida, ella desnuda completamente estirada en su cama y la maldita revista abierta cerca de su almohada quedaron como mudos testigos del primer orgasmo de la señorita Julia.
Al otro día madrugó, recordó lo que había pasado y un ligero rubor cubrió sus mejillas, se bañó y después de desayunar mandó a buscar al fontanero del pueblo, debía reparar ese daño de la ducha y otros pequeños detalles que estaban pendientes.
Muy pronto llegó don Manuel, era el todero del pueblo que arreglaba todo tipo de daños en el hogar, era un hombre de unos 50 años, su aspecto desaliñado lo hacía ver como un hombre muy mayor pero sólo era su aspecto pues estaba lleno de vitalidad, un cuerpo fornido, unos brazos musculosos y unas manos enormes lo hacían ver como un macho de mucha virilidad.
Tenía una pantaloneta grande , una camiseta de franela y unos sandalias, traía un pequeño maletín donde guardaba sus herramientas.
Después de saludar preguntó por el daño, la señorita Julia lo llevó y le mostró el goteo de la llave, también unas conexiones eléctricas en la cocina que estaban a punto de crear un corto circuito.
Manuel examinó con atención y se dispuso a arreglar el daño de la ducha, terminó hacia el mediodía, sin embargo quedó pendiente el arreglo eléctrico pues necesitaba una escalera y otros elementos que no tenía en ese momento.
Quedó de pasar al otro día pues ya tenía comprometida la tarde para efectuar una reparación urgente en la iglesia del pueblo.
Cuando Manuel se despidió la señorita Julia miró con admiración la mano de don Manuel, tenía unos dedos grandes y de un diámetro impresionante, pensó en un momento dado cómo sería sentir esos dedos explorando su sexo, si las emociones que despertaron la noche anterior sus pequeños dedos fueron inmensas cómo sería sentir la penetración de un dedo de esos y fuera de eso empujada por esa mano tan grande y con el impulso de ese brazo musculoso.
? sintió por un momento que su sangre hervía y su sexo elevaba su temperatura.
Como ya había llegado su almuerzo pasó al comedor y luego a su habitación.
Como estaba trasnochada se quedó rápidamente dormida y despertó a las cuatro de la tarde con unos deseos de seguir en la cama.
Por la premura se había acostado vestida, por comodidad se quitó toda su ropa quedando sólo en ropa interior, prendió el ventilador y se quedó estática recibiendo el fresco del aire del ventilador… estando allí recordó todos los momentos de pasión de la noche anterior, se sintió mal pues creía que eso era pecado, sin embargo la curiosidad de saber más sobre esas historias la llevó de nuevo a sacar esa maldita revista…pero los reflejos condicionados la traicionaron, el sólo saber que iba a leer esos relatos la puso en un estado de excitación, la temperatura de su cuerpo empezó a subir, los latidos del corazón aumentaron y el cosquilleo en su bajo vientre le indicaron que estaba excitada…nuevamente empezó a recorrer las páginas morbosas de la revista, se puso a ver fotos y le llamo la atención la foto principal que estaba justo en la mitad de la revista y que ocupaba dos páginas…era una foto impresionante de sexo explícito …mostraba un hombre que estaba penetrando una mujer hermosa…la mujer estaba boca arriba y tenía unos almohadones bajo sus caderas para elevarlas y darle un ángulo de penetración adecuado, la verga erecta del hombre se veía completamente alojada en una vagina hambrienta ,la mujer con las piernas bien abiertas mostraba su vagina en todo su esplendor pero además mostraba un culito hermoso, era un ano rosado completamente abierto, su diámetro era más grande de lo normal y su aspecto provocaba la tentación de besarlo intensamente, esa puerta pequeña era una invitación a meterle la lengua, la señorita Julia se sintió conmocionada, esos pensamientos no podían ser suyos pero lo eran.
De sólo observar esa foto sus dedos empezaron a acariciar su sexo, sus dedos ya más entrenados empezaron a meterse en lo más profundo de su húmeda vagina, sin embargo detectó una pequeña falencia, sus dedos angostos y cortos no hacía un contacto adecuado con sus paredes vaginales, necesitaba un aditamento más largo y de mayor diámetro.
Miró en su tocador y encontró justo lo que necesitaba, el estuche de su cepillo de dientes, lo lavó cuidadosamente y lo acercó a su vagina, frente a esa gruta de placer empezó a acercarlo , sus efluvios dieron una lubricación adecuada, su dedo metido en el estuche le permitía darle la dirección adecuada a ese pequeño consolador y empezó a meterlo en la húmeda vagina, la sensación era de infarto…el diámetro mayor permitía un roce más adecuado y un área de contacto mayor, el placer se multiplicó y los centímetro adicionales del aditamento proporcionaron una penetración más profunda, el resultado no se hizo esperar.
La señorita Julia empezó a manipular el estuche de tal manera que un poderoso orgasmo la empezó a sacudir, sus movimientos fueron de esquizofrenia, sus gritos parecían aullidos y un orgasmo mucho más intenso que el de la noche anterior la sacudió con movimientos casi epilépticos.
Después nuevamente la calma…se paró y con una sed abrasadora fue a la nevera y sirviendo un vaso de vino frío empezó a mitigar su sed.
Descanso un poco, nuevamente tomó la revista…empezó a leer un relato corto de una mujer que nunca había conocido el sexo anal…al principio lo leyó con algo de prevención pero a medida que el autor describía las bondades de ese tipo de sexo la curiosidad empezó a llenarla de interrogantes…tocó su sexo…su vagina estaba todavía húmeda, los efluvios habían bajado por su abertura vaginal y habían llegado a su ano… tomó un sorbo grande de vino y llenándose de valor untó su dedo índice de saliva y junto a sus jugos lubricantes empezó a acariciar su culito…al principio dolió un poco pero lentamente la continua salivación y lubricación permitió la entrada del dedo…lo tuvo sólo un rato y sintió en una mezcla de dolor y placer una nueva sensación…pero estaba cansada y muy pronto se quedó dormida.
Al otro día Manuel llegó temprano, ella por abrir rápido se colocó la bata de dormir únicamente y le abrió la puerta a don Manuel, sus senos quedaron sin brasier y la transparencia de su bata dejaba ver sus pantys apretados.
Don Manuel no fue ajeno la situación y creyendo que era una provocación empezó a mirarla como una mujer, sus instintos más primarios afloraron, una erección empezó a germinar producto de una larga abstinencia sexual y la vista de aquella mujer casi desnuda, le provocó una serie de pensamientos demenciales… sin embargo colocó la escalera de tijera para arreglar la instalación , con el peso de don Manuel la escalera trató de correrse, la señorita Julia se hizo en la base para evitar su deslizamiento.
Don Manuel necesitó un alicate y le pidió el favor de acercárselo.
La señorita Julia alzó la mirada para alcanzar la herramienta, pero oh sorpresa…las mangas anchas de la pantaloneta de don Manuel dejaban ver el racimo de testículos del viejo y su enorme herramienta ligeramente erecta…la mujer sintió un escalofrío…don Manuel ajeno a lo que pasaba le pidió el favor de subir pues necesitaba halar un cable y su mano gruesa no le permitía esa maniobra, la señorita Julia trató de ayudar pero sus manos no eran muy expertas, don Manuel desde abajo empezó a escudriñar el espectáculo que tenía ante sus ojos, un trasero con dos glúteos carnosos, unas piernas espléndidas y una vagina prominente.
Su verga no resistió y de un momento a otro sintió una erección tremenda.
Don Manuel con el pretexto de ayudar subió dos escalones quedando el trasero de la mujer a pocos centímetro, ella se sintió observada pero lejos de mostrar pena o rubor se hizo la que resbalaba, don Manuel la cogió por debajo, sus grandes manos atenazaron el trasero y halándola hacia abajo la atrajo hacia su cuerpo, por un momento ambos perdieron el equilibrio pero ya estaban en la parte baja y rodaron por el suelo, don Manuel le quitó la bata y su boca empezó a chupar esas tetas, su boca busco los pezones ardientes y pronto su enorme verga empezó a explorar donde estaba la gruta de esa vagina… don Manuel enloqueció y la señorita Julia empezó recibir las embestidas frenéticas de esa verga , su penetración llegó hasta el fondo y luego en una cabalgata de lujuria la hizo sentir un orgasmo de placer infinito, pero Manuel quería más y dándole la vuelta con un furia desmedida empezó a penetrarla por su estrecho culo…la señorita Julia recibió el bombazo de semen en su culo virgen…no sin antes sentir otro orgasmo que le desgarró todas sus entrañas…quedaron allí…extenuados…mamados…culiados pero satisfechos…don Manuel cogió su escalera y sin despedirse salió para su casa…la conexión no se hizo pero él sabe que en cualquier momento puede arreglar lo que quedó inconcluso…y la señorita Julia en dos días aprendió lo que nunca en su vida había aprendido…ahora sabía que tenía en su cuerpo…ahora era consciente de que era una verdadera hembra…y estaba dispuesta a gozar de los placeres del sexo por muchos días…y todo por esa maldita revista…esa revista que ahora había trasformado su vida y que permanentemente estaba en su mesa de noche…agradeció a Dios y sobre todo a su sobrino…por ese olvido maravilloso.
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