La turquita, amiga de Alma, mi nieta- Parte II
Tanto Alma mi nieta como la Turquita, su amiga, habían visto y probado el sabor y tamaño de mi verga. Obviamente que es bastante común, 20×6,5 no es una locura. Pero para niñas de 11 años obviamente que parecía enorme. Y no conforme ambas con habérmela mamado volvieron por más. .
Seamos sinceros. Nunca había estado caliente por culpa de una niña o mujercita pequeña. Pero estas dos criaturas han sacado lo peor de mi. Ahora no puedo estar sin aprovecharme del cuerpecito de ambas niñas. Y lo que es peor, las dos quieren tener sexo a cada rato. A medida que van descubriendo lo que el coger les brinda, me exigen a diario. Reconozco que tengo que tomarme un Viagra de 100mg para poder cumplir con ambas niñas. Pero vale la pena. Hoy les voy a contar como me adueñé de la virginidad de las dos pendejas.
Todo arrancó con una tarde de domingo donde con el calor que hacía estábamos todos en la pileta de casa. Yo como buen calentón estaba con la verga súper dura al comprobar que ambas niñas se esforzaban por estar cerca mío, tocarme o poner mientras jugábamos con una pelota plástica al voley su culo sobre mi verga. Mi esposa totalmente desentendida, mientras alguien se ocupe de las pibas Ella ni bola. En determinado momento se me arrima la Turquita y me manotea la verga por sobre el short, luego me pone su culito pegado a mi tripa y se roza con ganas. No sabiendo hasta donde llegar le digo que quiere, y me dice que quiere probar mi tripa. Que yo sea quien la desvirgue. Que está dispuesta a hacer lo que yo quiera.
Obviamente para mi era todo un compromiso, no por que no la pudiera coger, si no por que luego podría la piba hablar. Y yo terminaría preso. Pero ella insistió en que nunca comentaría nuestro secreto. Mi cabeza estaba a mil. Finalmente me decidí. Le comento a mi nieta que iríamos con la Turquita al baño y que luego si Ella quería podíamos ir los dos al baño. Ella aceptó. Entonces haciéndonos los desentendidos, la niña encara el baño del quincho, que es el más alejado, llega primero y entra dejando la puerta entreabierta. Cuando entro ya la Turquita está sin la parte superior de su bikini, sus tetitas al aire solo logran poner más dura mi verga. Le vuelvo a preguntar si está segura de lo que está a punto de hacer. Me dice muy seria, con sus ojazos bien abiertos que sí. Que quiere que yo sea el primer hombre sexualmente en su vida. Y bueno, a la que quiere se le da.
Pelé la verga que ya estaba más que dura y se la presenté a su boca, la niña solamente se arrodilló y tomó en su boca mi artefacto, se tragó la mitad y con la lengua lo acariciaba. Guau, esta pendeja se esforzaba por darme placer, pronto estuve a punto de acabar, por lo que le saque la verga de la boca, la alcé, le bajé la bombacha, la subí a la mesada del baño y le abrí las piernitas. Guau, tremenda sorpresa, tiene el pubis sin un solo pelito. Me encanta. Se le ve la vagina brillosa, y está súper excitada. Tomo mi pija por el tronco, se lo acomodo entre sus pequeños labios vaginales, meto la cabeza y comienzo a penetrar ese estrecho canal. Cuesta un poco pero la niña colabora sin problemas. De pronto choco con su himen el cual perforo de una estocada, la Turquita emite un gritito, pero ya la verga se incrusta en su conchita estrecha. Aprieta mucho, la verdad es muy pequeña, pero como está tan caliente lubrica como loca, la verga penetra hasta el fondo de su vagina topando con su útero.
Mi intención no es hacerle daño, si no que disfrute de una buena verga en su desvirgue. Entonces suavemente comienzo a cogerla, suave de ida y vuelta, pronto es la Turquita la que colabora con su pelvis, logra que mi verga la penetre hasta el fondo. De repente arañándome la espalda y en medio de unos gemidos logra su primer orgasmo con una verga en su concha. Yo preocupado por hacerla disfrutar, me he olvidado de lograr mi propio orgasmo. Pero no importa, sé que a partir de ahora tendré esa hermosa concha a mi disposición.
Excelente muy excitante y con morbo, espero la continuación.