La vecinita amiga de mi hija

Jane tiene apenas 12 años, ya es toda una mujercita con su cuerpo en pleno desarrollo pero muy avanzado. sus pechos son generosos, y su cola una preciosura..
Como inicié Jane es toda una dulzura. A sus 12 años, ya es toda una mujercita, Flaca, bastante alta para su edad, y muy crecido su cuerpo para su edad. Viene seguido a casa, ya que es la mejor amiga de mi hija. tienen la misma edad y van al mismo colegio, por lo que estudian y hacen las tareas juntas. También en el verano pasan muchas horas juntas en la piscina de casa. Hace ya un tiempo que venía observándola,y cada vez que viene por casa y yo estoy, me saluda con una gran sonrisa y un beso siempre en la comisura de la boca. La tarde en que comenzó nuestro idilio, estaba yo cortando el pasto en el jardín y Jane llegó junto a Susan vestidas únicamente con sus bikinis. Mi hija también ya es toda una mujerota, de echo ya hace un tiempo que la cuestión sexual está en medio de nosotros dos. Pero es motivo de otro relato.

A mis 38 años guardo una buena figura, hago mucho deporte y algunos más osados dicen que tengo cierto parecido con Kevin Costner, el actor.  Será. Lo que si es cierto es que tengo cierto magnetismo que atrae bastante a las mujeres en mi presencia. Ha sido motivo de varias discusiones con mi esposa que es muy celosa. La cual convengamos es una preciosura por donde se la mire. Y la verdad es que sexo no me falta.

Continuando el relato, ambas niñas llegaron y se tendieron al sol sobre unas toallas, a tostarse. Mi hija, bastante más descarada, se quitó el corpiños cuando estaba boca abajo, pero me dio una hermosa panorámica de sus tetas ya redondas y plenas. Sus pezones son muy agresivos y cuando se excita parecen dos frutillas pequeñas. Jane no se quedó atrás y enseguida también se quitó la parte superior de su bikini liberando esas hermosas tetas. Pero incomodada por algo no se tendió rápidamente en el toallón y pude apreciar por un lindo rato sus tetas. Guau. Hermosas, son como dos peras grandes, pesadas. Y sin proponérmelo comencé a excitarme. Se imaginan yo en short de baño con la tripa dura, el bulto es imposible de ocultar. Seguí cortando el pasto y ya estaba cerca de las niñas, cuando de pronto mi hija se para  y se encamina hacia el interior de la casa. Moviendo su culito y bamboleando sus tetas se veía como toda una Valquiria.

Susan quedó sola asoleándose, y pronto le tuve que pedir que se corriera para que pudiera cortar el pasto donde ellas estaban tomando sol. La niña cubriéndose los pechos con sus manos se levantó, pero obvio que sus manos no alcanzaron a cubrir toda esa humanidad. Y pude deleitarme con esos pechos turgentes. Susan lo notó y se puso colorada, pero no pudo evitar dejar caer la mirada hasta mi entrepierna, que mostraba una tremenda erección.  Al notar eso, me le acerqué y sonriendo le ofrezco correrle sus cosas hacia el otro lado, tartamudeando me dijo que sí. Le tendí la toalla y ella rápidamente se acostó boca abajo en ella. Que precioso culito tiene esta chica pensé, y me vi encima de ella penetrándola. Estaba muy excitado yo. Ella me miraba de reojo, me ofrecí a ponerle crema protectora en su espalda ya que el sol estaba muy fuerte. accedió y se relajó. Yo me arrodillé sobre sus piernas quedándome su culito bien en frente de mi verga. Al hacerme hacia a delante para pasarle crema en sus hombros y cuello, mi tripa chocó con sus nalgas, bien en el medio. Susan no se movió pero me dí cuenta de su tensión. Lentamente fui pasando crema mientras me hacía hacia atrás y adelante con la cadera lo que producía un roce de la punta de mi verga entre sus nalgas bien a la altura de su agujerito trasero. Luego descubrí su vagina, la niña se depilaba por lo que se podía apreciar bien sus labios vaginales y el tamaño de su vagina. Eso ya me puso a mil, convengamos que tengo un pene normal de 18cms  si bien algo cabezón, pero nada fuera de lo común. Y me propuse probar hasta donde la niña aceptaba este jueguito de excitación. Por lo que haciéndome el tonto, con mi mano acomodo bien la pija entre sus piernas enfrentando la punta de mi rabo en medio de sus labios vaginales por arriba de su bikini. Susan al sentir la dureza y la punta de la verga allí, gimió y abrió un poco las piernas facilitando que mi pija se acomodara mejor. Una vez  aceptada la posición, inicié un suave movimiento de cadera haciendo como que la cogía y estimulaba así su clítoris. La niña comenzó a gemir y a suspirar fuerte, eso me dio  pie para atreverme a un poco más, y metiendo la mano por un costado corrí la bombacha hacia un lado dándole lugar a mi tronco de entrar en contacto directamente con la entrada de su virginal cueva que dicho sea de paso estaba muy bien lubricada, apoyé la cabeza y empujé un poquito y para mi sorpresa Susan abre más las piernas permitiendo que la cabeza ingresara en su conchita, seguí penetrándola hasta que llegué a su himen. Y sin su permiso simplemente empujé y se la enterré toda, Susan pegó un gritito y comenzó a llorar, yo suavemente la cogía hasta que comenzó a disfrutar la verga, su vagina es muy estrecha. Mi pene parecía aprisionado por una mano. Pronto la niña comenzó a gemir de placer y yo ya estaba a punto de acabar, por lo que me esforcé por aguantar hasta que Susan logró su orgasmo, intenso, muy lubricado, y como ya no podía aguantar más, le saqué la tripa, se la puse en la puerta de su ano, empujé un poquito y acabé en su cola con potentes chorros de semen. La niña se quedó quietecita, yo me levanté y la limpié con el toallón. Luego la invité a meternos al agua, de paso nos bajaba la calentura, accedió y nos fuimos a nadar, entonces apareció mi hija, nos miró raro, pero no dijo nada. Pasado unos minutos ambas chicas se fueron al baño, y cuando volvieron ya se reían. Mi hija me mira y me dice, Papá, no voy a traer más amigas a casa. Y con una gran sonrisa se tiraron al agua. Así sucedió un desvirgue sin programación de mi parte. Pero con el correr de los días, Susan aparece por casa cuando ni mi hija ni mi esposa están, y tenemos sexo genial.