La Venezolana
Una publicación en redes sociales me reveló algo interesante y me hizo recordar esta anécdota.
Todo comenzó hace 15 años (cuando yo también tenía 15), cuando el internet era diferente. Hacer amigos de otros países era más sencillo y el intercambio cultural era más ameno.
Conocí una niña que en ese entonces debía tener 12-13, posiblemente incluso 11. Nos gustaban las mismas series y música. Hablábamos ocasionalmente y con el tiempo se fue formando una amistad, que paso a jugueteos leves y cada vez más picantes. Adelantamos 5 años de amistad en los cuales tuvimos nuestros intercambios de fantasías, fotos y videos sexuales, incluso llamadas para masturbarnos observando al otro. Esa niña preciosa de piel clara y cabello rizado y con un trasero sabroso algo tenía, quizá su sonrisa pícara desde que la conocí. Quizá lo receptiva que siempre fué a mis insinuaciones.
En una de tantas veces le conté mi fantasía de venirme super profundo en su interior una y otra vez hasta no poder más y dejarla embarazada, sorpresa mía ella respondió que le encantaría la idea. Por aquel entonces tenía un buen trabajo y tenía un ahorro para ir a conocerla. Después de 8 meses logré ahorrar lo suficiente y le conté mi plan de ir a verla, conocerla y hacerla mía como tantos años lo hemos deseado. Accedió felizmente, aunque cada quien tenía su respectiva pareja era algo que nos debíamos hace años. A una semana del viaje decidí guardarme, sin sexo ni masturbación por todo ese tiempo. Para alguien tan acostumbrado a las eyaculaciones como fue todo un reto pero sabía que lo valdría. Compré una de esas jaulas de castidad para evitar la tentación, pero salió contraproducente pues la idea me calentaba aún más.
El día del viaje y ya en el aeropuerto pensando en lo que me esperaba podía sentir una gota de líquido preseminal colgando de la punta. 12 horas de vuelo por la escala después ya estaba en mi hotel. Le comunique donde me quedaba, le dejé mi número de habitación y le ofrecí pagar el taxi. 3 horas después una llamada de recepción llegó a mi habitación, tenía una visita y baje por ella. Mientras bajaba en el ascensor podía sentir mis testículos más pesados y turgentes, mi pene palpitaba ligeramente de emoción. Al llegar a recepción ahí la vi en persona por primera vez, mi amiguita de hace años Laura, luciendo una blusa de manga larga y corte alto (mostrando el ombligo) y unos jeans azul deslavsdo apretados. La conocí cuando aún era una niña, y aunque su cara había cambiado poco su cuerpo era todo un deleite toda una mujer. Corrió hacia mí y me abrazó, correspondi mi abrazo rodeándola por la cintura con mis brazos y le plante un largo beso en los labios a lo que ella quedó algo estupefacta pero aún así correspondió.
– jeje que haces?… Recuerda que tengo novio… – respondió al terminar el beso.
– los próximos 5 días yo soy tu novio, ó acaso creíste que todo lo que te contaba era falso? – respondí con una sonrisa.
Laura solo bajó la cara de pena pero sonriendo pícaramente y con el rostro enrojecido. Tomamos el elevador de regreso a mi habitación y en cuando la puerta cerró la arrinconé a y empecé a besar fuertemente mientras sujetaba sus caderas con mis manos presionandola hacia mí. Recordando nuestras charlas recordé su debilidad y baje los besos a su cuello sintiendo como Laura temblaba ligeramente y se derretía en mis manos, la sujete fuerte de esas deliciosas nalgas que tanto ansié por años y presionando mi bulto contra su monte de Venus.
Llegamos al piso y apuramos el paso a la habitación. En cuanto entramos ella se volvió otra y se lanzo a mí con un torrente de besos frotando ligeramente sus pechos contra el mío. La tomé de la cintura nuevamente y dirigiendonos a la cama comencé a levantar esa blusa y sacarla rápidamente, ella correspondiendo sacándome la camiseta. Baje a besar su cuello y morder suavemente el lóbulo de su oreja sintiendo como ella se mordía el labio inferior y clavándome suavemente las uñas en la espalda. Gesto que aproveché para soltar el botón de su pantalón y bajar el cierre. Llegamos a la orilla de la cama y ella se sentó quedando de frente y a la altura de mi entrepierna. Desabrochó mi cinturón y pantalón pero antes de bajarlo la detuve y empujé hacia atrás haciéndola recostarse.
– oh no, aquí el primero en darse el destino seré yo, no e esperado tanto para dejarte ir primero. – le dije mientras levantaba sus piernas al aire para liberarla del pantalón y revelar ese dulce sexo recién depilado. Ella sabe que le encantan así. Me arrodillé a la cama y sujetando el exterior de sus muslos con mis manos empecé a devorar esa dulce conchita con todas las ganas de 5 años de espera. Lamiendo desde el perineo hasta el clítoris un par de veces con fuerza y después centrándome en este último chupando su botoncito con fuerza e intercalando con lamidas en círculos.
Gimió después de un fuerte suspiro y sujetó mi cabello entre sus dedos apretándome, de verdad lo estaba disfrutando. – si por fin… – exclamó dándome la motivación para seguir gozando de mi festín. Baje a chupar los deliciosos jugos de su entrada y deslicé mi lengua en su interior cuál serpiente revolviendo su interior en busca de llevar a mi boca ese dulce nectar. Estimulando su clítoris con mi pulgar. Para este punto mi verga atrapada en el pantalón ya dolía y lentamente empecé a bajarme el pantalón, brotaba una gota de jugo, la semana sin nada de acción empezaba a cobrar factura.
Disfrutando su olor y sabor en lo que parecieron minutos llenos de gemidos y jalones a mi cabellos Laura empezó a tensar el cuerpo y solo alcanzó a exclamar en ese acento que me vuelve tan loco – me corro! – aprisionando mi cabeza entre sus piernas pero sin dejar de chupar su dulce clítoris pude sentir el punto máximo d extensión en su cuerpo y un muy pequeño chorrito de jugo salir de esa sabrosa conchita que tanto disfruté, una vez relajada pude recoger ese hilo de jugo un poco más espeso que mandaba de su entrada hasta la sábana.
– ah… Ah.. ah… Mi novio no a logrado hacerme venir con oral… – dijo entre ligeros jadeos. – solo una amiga con la que solía verme antes podía hacerlo. – agregó.
– me siento halagado, pero crees estar lista para mí? – le respondí levantándome y revelando la que (posiblemente) haya sido la erección más grande que e tenido en mi vida; apuntando al frente y ligeramente arriba con un hilo de jugo preseminal bajando de la punta y una vena bien marcada que normalmente solo veía el color pero ahora estaba resaltaba.
Laura abrió los ojos como platos. – dame un momento que estoy algo sensible… – respondió mientras tomaba una de sus piernas para abrirme paso. – oye traes protección? – me dijo con un tono de preocupación en su voz, no se si por temor s la respuesta ó solo tratando de hacer algo de tiempo.
– Ya sabes con cuál fantasía vine en mente. – respondí observándola de arriba abajo y tomando mi verga por el tronco la apunté a su entrada. – eehhh – fué lo único que alcanzó a decir cuando empujé suavemente la cabeza en su interior para acto seguido meter toda mi verga de golpe en esa dulce y cálida conchita que había ansiado por años.
Laura tomó aire con fuerza al sentir el golpe de mi pelvis contra sus labios. Sin darle más que un segundo tome sus muslos y empecé el vaivén con ganas. Estaba súper húmeda por el orgasmo anterior y me movía con facilidad a pesar de lo delicioso apretado que estaba. Ni mucho ni suelto, simplemente perfecto y súper caliente además.
Ufff estás apretadita, que no te das el gusto con tu novio seguido? Ó prefieres los dedos de tu amiguita? Le pregunté juguetonamente mientras metía y sacaba con ganas mi verga de esa deliciosa panocha. No hubo respuesta más que gemidos por su parte. No aguanté mucho, una semana de espera y la expectativa desde que empecé el viaje me ganaron y dejando caer mi pedo sobre ella, pasé mis brazos debajo de los de suyos y sujeté la parte superior de su cabeza con los dedos haciendo una especie de presión en contra de mí última embestida. Apretando los dientes tuve uno de mis mejores orgasmos soltando lo que fueron al menos 5-6 chorros de leche hirviendo directo en su interior. Empujando una y otra vez con cada disparo tratando de llegar aún mas profundo. Laura solo respondió con un gemido y un quejido, el primero de sorpresa el segundo despues me confirmó un poco de dolor pues llegué mas profundo de lo normal y sintió el golpe directo en el cérvix. (Jamás lo e comentado pero tengo un pene decente de 18.6cm).
Me quedé quieto sobre ella jadeando por aire en su oido mientras ella me apretaba con las piernas y con sus brazos detrás de los míos estábamos fundidos en un abrazo dónde no sabíamos dónde terminaba uno y comenzaba el otro, tampoco es que quisiéramos averiguarlo.
Ese fue solo el primer orgasmo del primer día de esos 5 días que pase en Venezuela con mi amiga Laura. Si gustan que siga contando está experiencia no duden en pedirlo.
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