La verdad sobre mi madre
Mi madre, no es el ángel que muchos creían… Y me la quiero coger..
Mi madre, no es el ángel que muchos creen… Y me la quiero coger.
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Supongo que acá debería presentarme, pero no lo hare por que no quiero arruinarles algunas fantasías.
He escrito varios relatos sexuales de incesto con mi madre, pero no son reales.
Así que por esa razón mantendré el anonimato.
Aun así, supongo que los más avispados se darán cuenta de a cuáles relatos me refiero.
Esos relatos con mi madre, son producto de mi fantasía, de mis deseos, que no había podido llevar a cabo.
Mi madre es una puta. No prostituta, sino una puta de esas que les encanta coger.
Pero no cualquier puta.
No es la típica mujer atorranta que se viste provocativamente con faldas cortas o pantalones que le abren el culo.
A sus casi 60 años, al verla por primera vez, cualquiera vería a una madre o incluso a una abuela decente.
No tiene un cuerpo brutal tampoco, es media regordeta.
Tampoco es una belleza de campeonato, aunque la edad le ha sentado bien.
Su pelo castaño claro, ya ha comenzado a evidenciar el paso del tiempo y ella no se lo tiñe como hacen otras mujeres de su edad.
En resumen, es una mujer como cualquier otra al verla en la calle.
Una vecina mas.
Incluyo las dos únicas fotos que puedo incluir de ella, con su rostro tapado.
Como se la ve, es una mujer jovial, fresca, alegre.
Y he ahí la trampa.
Así y todo, se ha cogido a medio barrio.
No que medio barrio se la haya cogido, sino que ella se cogió a medio barrio.
Ella es la que encara, la activa.
Y gracias a esa fachada de mujer sana, honorable, de casa y todo eso, nadie se imagina que es terrible puta.
Tampoco es que puedan hablar mal de ella, por que es un poco agresiva en el sexo.
Así como se ha cogido a medio barrio, también conoce sus secretos, y ha obtenido beneficios de eso.
Mi padre nunca fue un buen hombre para ella.
Ni en lo emocional, ni obviamente en lo sexual.
No era mal padre, ojo.
Así que cuando nuestros padres se divorciaron, con mi hermana no entendimos muy bien el porqué.
Ambos hicieron vida aparte.
Mi padre volvió a casarse, y siempre nos apoyo a mi hermana y a mi incluso más allá de la mayoría de edad.
Mi hermana tuvo suerte, y al igual que mi padre, una vez creció, se casó, y se fue a vivir a otra ciudad.
Yo no tuve la misma suerte.
Me ha sido difícil encontrar pareja, y trabajo estable.
Así que cuando la situación estuvo difícil para mí, mi madre me invito a vivir con ella hace como 10 años ya.
Esto me ayudo muchísimo porque con mi sueldo que no era muy grande, ya no me podía dar el lujo de pagar el alquiler que iba en aumento cada día.
Al menos al volver a vivir en la casa que crecí, tuve techo y comida, ayudando a pagar los obvios gastos.
Mi madre…
Ella fue la que me ayudo a desvirgarme.
No, no me cogió.
Pero si intervino para que una… alumna de ella, aceptara a coger conmigo.
(No es maestra, pero realiza actividades de otras enseñanzas).
En aquel tiempo yo tenia ya 19 años, y todo el tema del sexo me estaba frustrando.
Mi madre no era ciega, y me ayudo con ese detalle.
Desde mis 13 años, 2 años después del divorcio, es que escuchaba comentarios sobre mi madre.
Pero no los entendía o los tomaba como esos chistes de los amigos, cuando mencionábamos a la madre del otro de forma despectiva.
Y hubo otros detalles, otros rumores.
Como mejoras de mis notas o que un grupo que me hacia bullying en el colegio, dejaran de hacerlo.
Pequeños detalles y ocurrencias que cuando uno va creciendo, no entiende o no ve, y a cierta edad, algo ocurre que nos hace ver todo el panorama y todas las fichas caen en su lugar.
De chico, mi madre me daba besos en la boca a escondidas de mi padre, hasta por lo menos los 12 años.
También, note que ella tenia muchos amigos y amigas.
Cuando dije que se cogió a medio barrio no me refería solo a los hombres. Lo entienden ahora, no?
Al volver a la casa de mi infancia a mis 32 años, soltero y sin prospecto de novia, fue mi vieja quien me fue apoyando, diciéndome como conquistar a una mujer, que cosas le gustan, y que no.
Lo que realmente quieren muchas mujeres, especialmente en la cama.
Y no voy a mentir, esos consejos me ayudaron más de una vez.
Y en estos casi 10 años, fui notando cosas sobre ella, su comportamiento, y sobre todo su libertad sexual.
De un momento a otro, nos encontrábamos mirando alguna película juntos, que tenia una escena de sexo, y ella se ponía a elogiarla o a criticarla.
Comentarios del tipo: “que escena mas falsa, no se la esta metiendo, están cruzados”; “La mina no sabe abrirse de piernas”; “ese tipo la tiene flácida”; “eso si se ve realista… se la estará cogiendo de verdad?”, son bastante comunes.
No es que haga solo ese tipo de comentarios, ya que es de esas personas que no pueden ir al cine por que hablan en algunas escenas de la película.
Sus criticas o alabanzas, iban por partes iguales a casi todas las películas que veíamos.
Especialmente si había escenas no tan interesantes que hicieran que se distrajera.
Creo que mas o menos, se están dando una idea de que tipo de mujer es mi madre.
En confianza, no tiene problemas para hablar de sexo.
En más de una ocasión me lo ha comentado y hasta aconsejando: “Una buena cogida siempre es saludable. Liberas un montón de frustraciones, de estrés, y terminas feliz.” O “quien no coge, no es feliz”.
También comentarios sobre que ahora que ya no tiene el periodo, disfruta mas por que no tiene que preocuparse en comprar tampones, ni mucho menos por anticonceptivos.
Así como la describo, suena como una mujer vulgar. Y es que lo es, es una puta.
Delante mío no se ha referido a si misma como puta, pero si lo ha hecho con sus amantes.
Puertas afuera, es una dama de barrio.
Puertas adentro, una total puta que ama coger.
La primera vez que comencé a atar cabos, fue como casi dos años de mi llegada.
Como el almacenero le regalaba cosas a cuento de nada, o si me tocaba a mi ir a comprar, le mandaba mensajes en clave a mi madre.
Hasta ese punto, solo podía tener sospechas.
Sospechas que una tarde que tuve que salirme de mi trabajo por sentirme mal, caí antes a la casa.
Como estaba mal, con fiebre, fui directo a mi habitación, a mi cama.
Aun así, eso no evito que escuchara ruidos en la habitación de al lado.
Ruidos sexuales.
Unos brutales gemidos de mi madre, dándole órdenes a su amante misterioso:
“Dale papi, cógeme, métemela toda. Haceme acabar. Así… si…aaaaah…”.
Pero como dije, estaba con fiebre, así que quedé inconsciente.
Eventualmente desperté, y ya estaba bajo los cuidados de mi madre. Paños fríos y esas cosas.
En algún punto, al día siguiente, le pregunte si ella había recibido visitas… no le dije que la escuche, solo que me pareció escuchar una voz masculina.
“Claro, mi amor… tu madre es una mujer mayor y sexualmente activa, tiene necesidades.” Y me guiño el ojo.
Yo no esperaba que fuera tan directa sobre el tema, pero así fue.
Eventualmente, nos atrapo la pandemia, y el encierro.
No, no paso nada entre nosotros durante ese tiempo.
Aunque ahí descubrí mi fuerte atracción hacia ella.
Quizás lo negué al inicio, pero cada tanto se me ponía dura la verga de pensar en mi madre cogiendo…
Fue una de tantas noches en que me levanté a buscar algo, y al pasar por delante de su habitación, pude ver un poco de luz parpadeante por debajo de la puerta, como quien esta viendo algo en el celular.
De regreso, a mi habitación, y al pasar nuevamente por el lugar, me gano el morbo.
Silenciosamente me acerqué a la puerta, y comencé a espiar por la cerradura.
Me llevo un momento darme cuenta y entender lo que estaba viendo, pero era a mi madre, tendida en la cama, celular en la mano, completamente desnuda y abierta de piernas, paseándose desesperadamente, metiéndose 3 dedos dentro de su concha.
El shock fue inicial pero enseguida se cambio por una mezcla de nervios y terrible calentura.
Cuando me quise acordar, ya tenia mi mano sobre mi verga, fuera del pantalón, pajeándome tan arrebatadamente como lo hacía mi madre.
Un buen chorro de mi leche dio contra la puerta, y tras recuperarme rápidamente, salí en silencio hacia mi habitación, lleno de culpa.
O eso creía.
Los días pasaron, y no podía dejar de pensar en mi madre abierta de piernas, con su concha mojada iluminada por la luz del celular.
No supe si estaba viendo un video porno, o estaba en video con alguien más.
Intente espiarla mas veces, alguna mientras se bañaba.
Incluso intente el típico “accidente” de entrar mientras ella se bañaba, pero ella cerraba la puerta.
Hacia lo inverso, dejar la puerta del baño abierta para que ella entre por accidente.
No paso ni uno ni otro.
Si pude espiarla más veces mientras se pajeaba en su habitación. Acto que yo también disfrutaba pajeándome mientras la veía.
Al pasar la pandemia, ella volvió a las andadas.
Debo decir que las primeras veces, sentí mucha culpa, pero eventualmente todo eso se fue pasando, por consejo de mi propia madre.
Verán, una tarde, pudimos hablar un poco de nuestras relaciones.
Le llamaba la atención que no tuviera una pareja.
Así que medio que yo, de caliente que estaba y estoy por mi madre, le tire indirectas, a ver si las captaba.
Como quien intentar captar el terreno.
Yo ya sabia que se estaba cogiendo a pendejos menores que yo.
Incluso me entere de que quizás, muy probablemente, haya desvirgado a una parejita de menores. Un chico y una chica estudiantes suyos.
Hay como un rumor muy por encima de ese detalle.
Pero es muuuy difícil de confirmar y de preguntar, como verán.
Como sea, empecé con el clásico “es que esta difícil encontrar pareja, especialmente para mi que no soy atractivo”.
Sabia exactamente su respuesta: alabarme, y decirme lo lindo que era. Que de chico a ella le gustaba comerme a besos. Y que, si ninguna chica salía conmigo, esa mina se lo perdía por pelotuda.
Yo esperaba un: “si ninguna mina salía conmigo, ella iba a salir conmigo” o algo por el estilo. Pero al menos no fue lo contrario.
Después le dije que me gustaba alguien, una mujer mayor que yo, que me traía mal.
Que era difícil encarar a esa mujer por que seguro me iba a rechazar. Que las cosas eran complicadas, y que encima, le tenía tantas ganas a esa mujer, que llegaba a frustrarme sexualmente, y que sentía algo de culpa por ser algo prohibido.
En mi cabeza, repasaba todo, por que no sabia si estaba siendo o muy obvio, o demasiado sutil.
Mi madre me respondió que el sexo no debía reprimirlo de ninguna manera, que eso me hacia mal.
Que debía encontrar mi libertad sexual y expresársela a esa persona, no importa quien fuera.
Y que deje la culpa en el bolsillo del pantalón cuando me coja a esa mina.
Luego, seguimos charlando, y le tiraba más pistas.
“Esa mina es casada?”
“No, no…es divorciada hace años ya.”
“Es religiosa? ¿Una mojigata?”
“Noo… que va. Le encanta el sexo.”
“Entonces?”
“Es complicado…”
“No es complicado, vos lo complicas mi amor. Tenes que encararle de frente y decirle: ‘quiero cogerte’, y ya.”.
Fue terrible, por que por momentos, como que parecía que agarraba la onda y se prendía a la idea… me daba ideas alentándome a que me le declare, como si supiera que hablaba de ella.
Pero luego me hacia otras preguntas o me decía otras cosas que me sacaban de onda, como si en realidad no tuviera idea de que yo hablaba de cogérmela a ella.
Al final, y un poco por accidente, la deje colgada con la intriga.
“No, sabes que, olvidemos el tema, pasemos a otra cosa. Olvídate que te lo dije…”.
Y creo que me fui al living a ver televisión.
De eso, hace unos cuantos meses, allá por agosto, creo.
Las cosas habían cambiado un poco, creo.
Ya sus miradas y tratos eran diferentes, o eso me ha parecido a mí.
No eran mas fríos, sino lo contrario.
Por ejemplo, la he visto un par de veces pajearse en su habitación, pero ya con la luz prendida, lo cual ha sido un espectáculo para mis ojos el verla completamente desnuda, gozando toda mojada.
En otra oportunidad, y aunque había dejado lo de entrar al baño cuando se estaba duchando, si ocurrió un accidente, aunque fue distinto.
Entre apurado por que me estaba meando, y al entrar choque contra ella quien estaba agachada juntando la ropa del piso.
La apoye por detrás, muy lindo.
Juro que si ambos estábamos desnudos, la ensartaba ahí mismo con el choque.
Nos disculpamos, nos reímos, ella se retiró, y luego estuve un buen rato por que la puta erección que me provoco el accidente, no me dejaba mear tranquilo.
Aun sigo con la duda, y las insinuaciones que no se si son producto mío, o que ocurren realmente.
La cosa no daba para más, así que intente lo de los relatos.
Primero, fueron fantasías para desahogarme un poco.
Pero luego, comencé a usarlas como cebo.
Dejaba la computadora con esta pagina abierta. Especialmente, con algún relato de madre e hijo.
E incluso comencé a dejar alguno de mis relatos a medio escribir ahí a la vista, en mi habitación, eso sí, como para que no sea muy obvio.
Mi último intento, y el cual ha generado una situación compleja, ha sido lo de un chat online.
Compre un numero nuevo, para poder pasar desapercibido, y me hice pasar como alguien del barrio que se la quiere coger.
Lo cual no es tampoco mentira.
Le dije que su número me lo había pasado el almacenero, luego de tirarle bien la lengua.
Medio que se enojo con el viejo, pero luego de algunas palabras dulces, mi madre agarro viaje. Al menos en Whatsapp, podíamos charlar y enviarnos fotos.
Me costo que entrara en confianza, pero lo logre luego de como 1 mes, charlando todas las noches un poco.
Comenzó a enviarme fotos de su concha abierta, de su culo, de sus gomas… yo de mi verga, mi pecho…
Quedamos en que no íbamos a pasarnos de cara para mantener la privacidad de momento.
Le metí el verso de que, si bien era del barrio, me encontraba afuera por trabajo, pero que cuando volviera, podíamos coger.
A partir de este punto, era paja tras paja.
Incluso tuvimos unos tres encuentros en video, en el cual, sin hablar, pero solo escuchando nuestros gemidos, nos íbamos a pajear juntos viéndonos, sin mostrar nuestras caras.
Hace dos noches, fue el incidente.
Estábamos disfrutando en pleno de nuestras sendas pajas, cada uno de su habitación.
Mi madre se metía tres dedos, intentando meterse un cuarto, por que vio mi tamaño y le encanto, se enamoro de mi verga.
“Quiera esa verga enorme dentro mío así me partís, mi amor”, me escribió en una oportunidad. “Voy a tener esa verga dentro mío como sea”. Esas cosas me daban esperanza. Tal vez no sepa quién soy yo, pero el estar tan caliente, quiera meterse en el incesto.
De hecho, en las dos veces anteriores, que tuvimos video, pensé en cruzarme de habitación y cogérmela ahí mismo, agarrarla bien caliente.
Pero o no me animaba, o el solo pensarlo me hacia calentar tanto que acababa mas rápido.
El incidente:
Como dije, ella estaba a 4 dedos, gozando como loca.
Yo, casi a mano cambiada por que se me cansaba.
Nuestras sesiones eran largas, ya que ambos teníamos buen aguante.
Y justo cuando estaba pensando por mi mente el cruzarme de habitación y cogerme a mi madre, sonaron unos golpes en la puerta de nuestra casa.
Luego el timbre.
Inmediatamente me incorporé, me puse la ropa y salí a atender.
No me di cuenta de que solté el teléfono aun con la transmisión, y mas que seguro se vio todo.
Además, los golpes y el timbre, sonaron en modo estéreo, en ambos teléfonos.
En el momento no lo pensé, por que la urgencia de un vecino pidiendo ayuda porque se le quemaba la casa, fue más importante.
Mi madre también salió a dar una mano, luego de vestirse.
Por suerte, nadie de la familia de ese vecino salió herido. Pero perdieron media casa y varias pertenencias.
Como pudimos, nos ayudamos un poco donando algunas cosas.
Fue una desgracia con suerte.
Como al volver tanto yo como mi madre estábamos agotados, nos fuimos a la cama.
Pero yo decidí darme una ducha antes, ya que al meterme a ayudar, me llene de algo de hollín.
Y ahí, mientras me bañaba, caí en cuenta de lo ocurrido antes.
Al volver, a mi habitación, pude ver que mi madre ya había cortado, pero que lo que se vio y se escucho de la llamada, quedo todo registrado.
Era muuuy difícil que mi madre no se diera cuenta de que era yo.
O sea, si no lo sabia antes, ahora lo sabía.
Y desde entonces, desde hace dos noches que no hablamos del tema.
Hemos vuelto a ese punto de partida en donde hay algo de insinuaciones, pero no mucho.
Es más, hoy al mediodía salió con un tipo, lo que me hizo poner celoso.
Digo, si la intención de mi madre era ponerme celoso, lo logro.
No tenia por que avisarme de que iba a salir con un tipo. O quizás sí.
No, sé, quizás en este punto estoy medio paranoico.
No le he escrito como el tipo misterioso a su whatsapp, ni ella tampoco me ha escrito, lo cual hacia seguido.
Llegue a un impase y no sé que hacer… sugerencias?
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