La zorra de mi cuñada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Aquella mañana me había despertado con un buen calentón, tenía la polla durísima, mi novia se había ido bien pronto y pensé que estaba solo en su casa.
Tenía ganas de desfogarme y enseguida me bajé el boxer por debajo de los huevos para hacerme una paja pensando en Carmen, la capulla de la hermana de mi novia.
Carmen tenía unas tetas de miedo, de buen tamaño y muy, muy, muy bien puestas, además de buenas piernas tenía uno de los mejores culos que yo recordaba y la cabrona siempre marcaba esas tetazas que ella sabía que tenía bien buenas.
Yo siempre fantaseaba con follar con ella, pero era algo que solo ocurría en mi imaginación, era la hermana de mi novia y además no nos caíamos nada bien (sobre todo yo a ella), lo cual la hacía más deseable y me ponía más si cabe, he de reconocer que al poco de conocerla ya empecé a pajearme por ella con asiduidad.
Mientras me pajeaba pensando en Carmen, se me pasó por la cabeza ir a su habitación y coger unas bragas suyas para cascármela con ellas (alguna vez lo había echo cuando había tenido ocasión), pero ya había empezado y no quería parar, la estaba gozando de fantasear con ella.
Tenía la polla durísima y me la estaba meneando sin cesar cuando me pareció oír un ruido en la casa, cosa que me extrañó ya mi novia se había ido a trabajar y Carmen había dicho ayer que madrugaría para ir a no se donde (habría sido un ruido fuera en la calle me dije).
Yo seguía a lo mío, cuando… otra vez, el ruido esta vez me pareció venir del pasillo, el corazón me dio un vuelco dado que la puerta de la habitación estaba entreabierta.
Dejé de meneármela por un momento, y con la polla totalmente tiesa y erguida en mi mano presté atención por si acaso, al no percibir ni lo más mínimo durante unos diez segundos continúe pajeándome pensando en mi cuñada Carmen, el ritmo fue en crescendo, me estaba imaginando con ella en todas las posturas y recreando en como serían sus tetas al natural, cada vez el ritmo iba a más y más, tenía ganas de correrme por Carmen, comencé a jadear levemente, ya me faltaba poco… cuando oí un pequeño gemido justo al lado de la puerta.
Yo no podía parar ya… ¿Sería Carmen que estaba mirando por la rendija de la puerta como yo me hacía una paja?
¡Nooo!, me dije a mi mismo, sería para morirse de vergüenza.
Me miré la polla y observé que estaba empalmadísimo, lo cual me reconfortó por si acaso era verdad que Carmen estaba mirando.
En ese instante volví a escuchar otro levísimo quejido, ya no había duda, era la cabrona de Carmen observando através de la ranura que dejaba la puerta toda la operación.
¿Se estaría masturbando ella mientras me ve polla en mano cascándomela?.
Como no podía parar de lo excitado que estaba y protegido por la intimidad que me daba el hecho de que yo estaba dentro de la habitación me masturbé frenéticamente para ella hasta que solté…
_ ¡Aaaaaaaaaaah!, ¡Siiiiiiiii….
, aaaaahi! (y me corrí con cuatro grandes ráfagas que salieron disparadas en todas las direcciones)
Me quedé allí, impertérrito con la polla en la mano llena de leche sin moverme hasta que pude oír como unos pasos se alejaban de la puerta muy despacio, como sin querer hacer ruido.
Me limpié con unos pañuelos de papel que había en la habitación compungido sobre el corte que me daba ahora salir de allí, aunque al cabo de un minuto escuche como se cerraba la puerta de la vivienda casi silenciosamente y como arrancaba un coche justo en la calle enfrente (la vivienda se encontraba en una pequeña urbanización).
Me levanté y pasé buena parte del día pensando lo que había sucedido, me costo otra paja a costa de Carmen, esta vez con unas bragas rojas de encaje que cogí de un cajón de su habitación que había con un sujetador a juego y que a punto estuve de llenar con mi corrida, ya hubiera sido lo que faltaba.
Joder que corte, pensaba para mí, me ha visto haciéndome una paja, que situación cuando volviera, bueno yo haría como si no supiera que me había visto y ya está.
Aunque si lo pensaba bien, no es que me hubiera visto, sino que me había espiado protegida por la puerta entreabierta.
Decidí no darle más vueltas a la cabeza y pasé el día de paseo y haciendo la comida para cuando volviesen las dos.
Más o menos sobre las tres de la tarde primero llegó Carmen.
Cuando entró por la puerta la saludé un poco secamente como hacemos otras veces (dado que no nos caemos nada bien y es mutuo, como ya dije).
_ Buenas… ¿qué tal la mañana? (dije por decir algo)
_ Hola.
No tan bien como la tuya… (dijo en tono desenfadado y sonriendo levemente)
¡Que capulla!, iba con segundas… Era una cabrona, y ahora tenía mas ganas de follármela todavía, sabía perfectamente que eso no iba a pasar nunca, pero por soñarlo que no quede.
_ ¿Ha venido mi hermana ya?
_ No todavía no, estará al llegar
_ ¿Has puesto la mesa?
_ Si y he hecho la comida ya, está en el horno para que no se enfríe.
_ Míralo que majo es, voy a cambiarme (me dijo mostrándome una agradable sonrisa y dirigiéndose a su habitación)
Joder, que cosa más rara, jamás había estado así de simpática conmigo…, en ese momento… ¡Dios mío!, ¡las bragas rojas de Carmen!.
Se me había olvidado volver a dejarlas en su sitio y aún las tenía en mi habitación.
Fui corriendo para cogerlas, pero ya me era imposible devolverlas, Carmen se encontraba en su habitación.
Las guarde en un bolsillo del pantalón para esperar la ocasión de volver a colocarlas en su cajón antes de que fuera tarde.
Al cabo de un rato salió de la habitación con un pantaloncito corto de andar por casa y una camiseta blanca de tirantes que realzaba las tetazas que tenía la cabrona, iba andando por el pasillo en sentido contrario al mío y no pude dejar de mirarle a las tetas, al pasar junto a mí me percaté de que llevaba un sujetador rojo de encaje que se le marcaba claramente en la camiseta (era a juego con las bragas que llevaba yo en mi bolsillo ahora…), cuando la miré al cruzarme con ella me di cuenta de que me había visto mirándola dado que su mirada estaba viendo lo que hacía la mía.
Se sonrió y dijo:
_ ¿A dónde vas?, ¿nos tomamos algo antes de comer?
_ Vale (y tuve que darme la vuelta antes de poder dejar sus bragas en su lugar)
_ ¿Qué quieres tú?
_ Una cervecita, ¿y tú?
_ Yo me voy a poner una Coca-Cola Light
Siempre andaba con la bobada de conservar la línea, anda que menuda falta le hacía a ella con el cuerpazo que tenía… Nos tomamos en el salón el aperitivo charlando y riendo de chorradas, yo no podía dejar de mirar de vez en cuando a sus tetas, se le transparentaba bastante el sujetador rojo y además con el escote que tenía se apreciaba perfectamente, fue cuando me di cuenta con total seguridad que era el sujetador a juego con las bragas con las que yo me había pajeado hace un rato y que ahora llevaba en mi bolsillo.
Yo no me lo podía creer, con la manía que me tenía…, lo único que había cambiado es que me había pillado haciéndome una paja.
Al cabo de unos minutos entro su hermana
_ ¿Está lista la comida? (dijo desde la entrada)
_ Siiii (dijo Carmen, alzando la voz)
_ Vale, pues voy en un instante.
Carmen se fue a la cocina diciendo que iba a sacar la comida del horno y a poner agua y demás.
Fue cuando escuché la puerta del baño cerrarse, mi novia debía haberse metido dentro.
Así que pensé para mí que ese era el momento preciso para devolver las bragas de Carmen a su sitio antes de que fuera demasiado tarde.
Fui deprisa a la habitación de Carmen, entré, observé que el cajón de las bragas y sujetadores (que yo tenía bien localizado) en el armario estaba un poco abierto y yo lo había dejado totalmente cerrado cuando las cogí, Carmen debería haber cogido algo de él, las dejé y las coloqué más o menos como las había encontrado cuando….
¡joder!, antes de que pudiera salir mi novia había salido del baño y la oí entrar en su habitación (que era la nuestra cuando yo estaba en su casa).
Me quede sin poder salir de la habitación de Carmen, no podía verme dentro de la misma, que explicación le daría por estar dentro de la habitación de su hermana.
Al rato la escuché salir y entrar en la cocina, fue en ese momento cuando aproveche para salir yo de la de Carmen.
_ ¿Dónde está….
_ ¡Hola amor! (interrumpí yo dándole un beso antes de que le preguntara por mí a Carmen)
_ ¿Dónde estabas?, como no estabas en la habitación y aquí tampoco…
_ Fui al baño
_ Pero si yo he estado en el baño…
_ Pues habré entrado en lo que tu estabas en la habitación
Había salido del paso y no me habían pillado por los pelos (eso es lo que yo pensaba).
Mientras comíamos mi novia que era bastante recatada y estrecha le dijo a su hermana…
_ Pero Carmen, como vas así… (denotando que se le transparentaba y se le veía todo el sujetador rojo con la camisetita blanca de tirantes que llevaba)
_ ¿Qué pasa? (dijo Carmen como si nada)
Yo me hice el loco, como si no hubiera oído nada y cambié de tema cuando Carmen dice dirigiéndose a mí…
_ ¿A que tampoco se ve tanto? (dijo ella dirigiéndose a mí)
_ Bueno…, no se…, yo no me he fijado… (Dije muy nervioso a la vez que pude ver como Carmen sonreía mientras me miraba de reojo aprovechando que su hermana se había levantado a por más agua)
Carmen sabía perfectamente que yo no le había quitado ojo cuando nos cruzamos en el pasillo y que le había echado unos cuantos vistazos mientras nos tomábamos la cerveza y la coca cola antes de que su hermana llegara.
Terminamos de comer y nosotros pasamos el resto de la tarde echando una siesta y dando un paseo hasta el pueblo donde tomamos algo en el bar mientras Carmen se quedó en casa haciendo algo con el ordenador para una sociedad con la que colaboraba.
Cuando volvimos Carmen seguía al ordenador y vestía la misma ropa que antes a su hermana le había parecido descarada.
Nos acomodamos en el sofá para ver un rato la tele, después me fui a poner algo más cómodo para andar por casa (unos pantalones cortos de paño tipo bermudas y un polo) y luego nos dispusimos a prepararnos algo para cenar.
Carmen terminó con lo que estaba haciendo y mientras su hermana se iba a poner el pijama me ayudó con la cena.
Ambos sacamos las cosas del lavavajillas, y mientras se agachaba para coger algo de la vajilla y guardarlo en su sitio el escote de la camiseta se le iba hacia delante y yo desde arriba podía verle las tetas casi completamente.
Llevaba puesto el sujetador rojo de encaje que era conjunto con las famosas bragas, ahora lo había visto perfectamente, la verdad es que Carmen estaba siendo descarada, parecía no importarle que yo le viera todo, dado que se recreaba en la jugada de agacharse e inclinarse delante de mí, yo no perdía detalle, me estaba poniendo la muy cabrona…, e incluso llegué a empalmarme, cosa que hizo que me tuviera que apartar de allí dado que el bulto de mi polla en el pantalón era notorio.
La muy cabrona se dirige a mi y me dice:
_ ¿Ya no me ayudas?
_ Si es que estaba dejando estos cubiertos en la mesa (dije disimulando con unos tenedores en la mano y sin volverme hacia ella para que no se me notara la erección bestial que llevaba)
_ ¿Así que te gusta el rojo…eh? (dijo ante mi asombro)
_ ¿El rojo? (dije como no sabiendo de que iba la cosa)
_ Ja, ja, ja…, no te hagas el tonto, si casi te quedas ciego
De repente entró mi novia en la cocina
_ ¿Ciego, de qué?
_ No es que se le ha metido algo en el ojo (dijo Carmen ipso facto)
_ A ver que tienes ahí…
_ No, si no tengo nada… (y me tuve que dar la vuelta con la empalmada que llevaba)
Mi novia se acerco a mí y me abrió el ojo para ver que tenía en él (eso hizo que no pudiera ver lo que me pasaba en la entrepierna)
_ Pues yo no veo nada
Y se volvió hacia la encimera dejándome al descubierto, fue cuando vi a la cabrona de Carmen mirando el bulto en mi pantalón y riéndose de mí como diciendo… “mira, mira, salido de mierda…” salió de la cocina y se fue a su habitación a no se qué para volver al poco rato.
Me senté a la mesa y se me fue pasando, durante la cena no pude dejar de pensar en ella y en sus maravillosas tetas dentro de ese precioso sujetador rojo,…como la deseaba a pesar de la manía que nos proferíamos mutuamente, en mi mente solo estaba volver a pajearme por esas tetas cuanto antes.
Al terminar de cenar nos pusimos un café y nos sentamos en el salón a ver la tele.
Carmen se sitúo en un sillón frente al televisor y mi novia y yo nos sentamos en un sofá situado a al izquierda de forma que para ver la tele teníamos que estar girados dándole la espalda a Carmen, mi novia se había recostado de espaldas sobre el reposabrazos del sofá y yo me coloque sentado más cerca de la tele y mas alejado de Carmen.
Al cabo de un rato de empezar a ver una película volví la cabeza hacia el otro lado para hacer un comentario sobre la peli, cuando… ¡válgame Dios!, Carmen levantó en ese momento su pié izquierdo descalzo colocándolo sobre el sillón, de forma que el pantaloncito que llevaba se abrió muchísimo por la postura y se le veían perfectamente las bragas.
La muy puta se había ido a poner las bragas rojas a juego con su sujetador y que yo antes había cogido se su cajón para hacerme una paja con ellas.
Tenía que haber sido justo antes de la cena dado que cuando ella llegó y había ido a su habitación a cambiarse… las bragas que ahora llevaba puestas las tenía yo en el bolsillo del pantalón.
No pude por menos que clavar mi mirada en su coño durante un instante, al quitar la mirada me di cuenta de que Carmen estaba observándome con una sonrisita picarona a ver si yo miraba en esa dirección, no había duda, me había pillado mirándola.
Volví a mirar hacia el televisor y se me vino el mundo encima solo de pensar que ella hubiera adivinado que esas bragas rojas le faltaban del cajón al llegar, y además solo se había puesto el sujetador, y luego cuando yo ya las había dejado en su lugar se las había puesto.
¿La muy capulla se habría dado cuenta?, ¿y para qué se pone ese sujetador y esas bragas tan sensuales solo para estar en casa?.
Mi estado de nerviosismo fue avanzando, solo pensaba “tierra trágame”,
_ ¿Qué ha dicho el policía? (preguntó mi novia)
_ No lo he entendido
Respondí girando la cabeza para contestar (aunque en realidad ni lo había escuchado), en ese momento Carmen que ahora tenía el pie en el suelo lo volvió a colocar sobre el sillón nuevamente y esta vez además girando la rodilla hacia un lado para que intencionadamente se le abriera más todavía el pantalón y las piernas, esta vez las bragas se le abrieron también un poco dejando entrever su bello púbico.
No pude resistirlo y me quede fijamente mitrando durante unos cuantos segundos hasta que al final aparté la mirada y dirigiéndola a los ojos de Carmen pude ver como me miraba, esta vez sin sonrisa, seriamente, abriendo cada vez más la pierna, provocándome sin duda para que yo siguiera mirando.
Esta vez tuve que poner un cojín que tenía al lado y ponerlo encima de mi abdomen, me había empalmado totalmente, la polla me iba a estallar, miré de nuevo a la tele tratando de concentrarme en la película, pero no podía, mi mente estaba al cien por cien en las bragas y el coño de mi cuñada, la imagen me daba vueltas en la cabeza sin parar…, no podía, en realidad no quería olvidar lo que había visto.
Pasó mas de un cuarto de hora sin que hiciera el más mínimo movimiento, me quedé mirando a la tele sin saber lo que estaba viendo en realidad, aun seguía con la polla tiesa pero notaba que se me estaba empezando a pasar el calentón de hacia un rato, el sofoco se me fue pasando, deseaba volver a mirar, pero no podía hacerlo, mi polla no lo hubiera aguantado y me correría allí mismo solo con ver lo que había visto antes.
De repente un pequeño ronquido….
_ ¡Tía que estas dormida!, vete mejor a la cama (le dijo Carmen a mi novia zarandeándola levemente de uno de sus brazos)
_ Uy, aaauum, es que me he quedado dormida, será mejor que me vaya a dormir.
¿Te vienes ya? (me dijo a mí)
_ No, voy a ver terminar la película…
En realidad quería quedarme solo con Carmen, aunque por otro lado me daba palo todo lo que había ocurrido a lo largo del día, empezando porque me había visto haciéndome una paja, luego me había pillado mirándole las tetas y el sujetador… Además estaba lo de sus bragas rojas, también sabía que le faltaban y luego las tenía, la muy cabrona se habría dado cuenta de que se las había cogido yo y encima para masturbarme con ellas.
Luego se las ha puesto y me ha estado provocando abriendo las piernas descaradamente delante de su hermana para que yo la viera, y para más inri me había visto mirándola con descaro.
En aquel momento se oyó como se cerraba la puesta de nuestra habitación.
Yo ya no volvía la cabeza por vergüenza y mantenía la mirada fija en el televisor.
Al cabo de un rato…
_ ¿Te gusta lo que llevo puesto? (me dice Carmen ante mi asombro)
_ Bueno, ejeem, un pantalón y una camisetita… vale (dije volviéndola a mirar)
_ No, no me refiero a eso.
_ ¿A qué te refieres entonces?
_ Me refiero a esto…
Carmen vuelve a colocar el pie izquierdo encima del sillón y gira bastante con descaro la pierna hacia ese mismo lado.
Yo no pude esta vez disimular de ninguna manera y absorto clavo mi mirada en su entrepierna donde ahora se le ven perfectamente las bragas y donde asoman sin pudor los pelos de su coño desbordándose por el lateral de las preciosas bragas que llevaba
_ ¿Te gustan más así o….
las prefieres alrededor de tu polla?
_ ¿Queeé? (tierra trágame)
_ No te hagas el gilipollas, que cuando he vuelto he visto como estaba entreabierto el cajón de mis bragas y además me faltaban las rojas que tengo a juego con el sujetador.
_ No…, yo…, bueno y yo qué se… (y me interrumpió)
_ Al principio dudé de si estarían en algún otro lado, pero me puse el sujetador para que se me viera bien y poder comprobar tu reacción.
¡Anda, que no estás salido tú!
_ Carmen, de verdad, que yo no…
_ Sigue negándolo, ya verás cuando se entere mi hermana que su novio se pajea con mis bragas, ¿qué pasa, es que te pongo yo, o qué?
(Eso era totalmente cierto)
_ ¡Joder Carmen!.
Lo siento.
No, es que…
_ ¡Y aun no dejas de mirar!, serás cerdo y salido…
_ También podría decir yo que esta mañana me has espiado tú a mí…
_ ¿Yo a ti?, ¿de qué…?
_ Si ahora niega que no estuvieras mirando a través de la rendija de la puerta mientras yo…, porque te oí perfectamente
_ Serás cabrón…, ¿sabes lo que te libra?.
Que tienes un buen rabo
Y se acerca colocándose a mi lado a la vez que pasa toda su mano abierta lenta pero insinuante y suavemente por encima de mi pantalón casi sin tocarme, provocándome una erección espectacular e instantánea
_ Así que esas tenemos… (Y esta vez repite la operación pero haciendo que yo sienta ya perfectamente la mano sobre mi polla)
_ ¡Dios Carmen!.
¿Qué haces…?
_ Tranquilo… que yo se lo que a ti te pasa…, ¿te gusta esto? (y no de ja de sobarme la polla deliciosamente por encima del pantalón hasta que de repente me lo baja un poco de un tirón hasta dejar a la vista el enorme bulto que se marcaba en mi boxer)
_ ¡Aaahhh!, ¡Carmen… por favor…! (exclamé yo en voz muy tenue sin poder remediarlo para que no se oyera en otro sitio de la casa)
Carmen entonces levantó mi boxer lentamente hasta colocarlo por debajo de mis huevos, y saltando fuera de esa prisión mi polla surgió ante ella como yo nunca la había visto antes.
Estaba bestialmente empalmado, me había puesto a mil, el morbo que me daba mi cuñada era estratosférico, toda la operación la había realizado de manera que yo estaba excitadísimo.
En aquel momento la miré a los ojos y pude ver como su mirada estaba clavada en mi polla erguida completamente.
Ella se dio perfecta cuenta de que yo la observaba y volvió su mirada hacía la mía, fue cuando entonces sin dejar de mirarme pude sentir el calor de la mano de Carmen sobre mi polla desnuda.
La había agarrado fuertemente con su mano derecha…
_ ¡Dioooooos!, ¡Siiiiiiii!, ¡Ahhhhhg!, ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! (clamé contenidamente mientras ella sin dejar de mirarme a los ojos comenzó a mover su mano haciéndome una paja inigualable y espectacular, primero muy lentamente y aumentando poco a poco el ritmo)
Yo continuaba mirándola a los ojos fijamente cuando de repente ella muy despacio se viene sobre mí acercando su boca a la mía e introduciendo su lengua muy espacio hasta encontrar la mía, entrelazándose las dos mientras nuestros labios permanecían pegados.
En toda esta operación además empecé a sentir las preciosas y ansiadas tetas de Carmen sobre mi pecho.
Ella no paraba de mover su mano cada vez más rápido sin dejar de besarme y comerme la boca.
Todavía no me lo podía creer, tenía a Carmen haciéndome una paja mientras nos besábamos locamente, no podía ser que esa fantasía se estaba haciendo realidad (la de veces que yo me había pajeado pensando en esta situación…, y ahora era realidad).
El morbo era impresionante, y además su hermana estaba dos cuartos para más para allá.
Se separó de mi muy, muy, despacio y sin dejar de meneármela miró hacía mi polla y volviéndome a mirar me dice…
_ Uuuunmm…, desde luego… que rico estás cabrón
Yo no cabía de gozo, estaba al límite de correrme
_ ¡Aaaaah Carmeeeeeen! ¡Me voy a correr…! ¡No puedo más…!
Y ella soltó mi polla al instante, matándome y dejándome con toda las ganas del mundo (será hija de p.
), sonreía mientras miraba como mi polla hacía ella sola movimientos de dolor y ansiad.
_ No iba a dejar que lo pusieras todo perdido (y me consoló dándome un dulce beso en los labios).
Además tal y como estás podías haber chillado y tú fíjate…, solo faltaba que mi hermana te hubiera oído.
_ ¡Aaagh…!, Era la mejor paja que me han hecho en mi vida tía.
_ Si, lo sé…, he notado como tu polla palpitaba en mi mano, nunca lo había sentido y he hecho unas cuantas… (aquello me puso cachondo, siempre deseé y soñé con que mi cuñada Carmen fuera un poco puta)
_ Pues lo haces de maravilla (dije subiéndome los pantalones para por si acaso su hermana…)
_ ¿Sabes…?, yo también estoy muy caliente, me ha puesto muchísimo que no dejaras de mirarme al coño cuando te provocaba abriendo las piernas, al principio solo lo hacía para ver lo cerdo que eras…, pero luego empezó a gustarme que me miraras continuamente y te pusieras nerviosismo por lo que hacía.
_ ¡Que capulla eres…!
_ Dime la verdad…, cuando te estabas pajeando esta mañana… ¿A que te diste cuenta de que yo observaba en la puesta lo que hacías cabronazo?
_ Sí, al final me percaté, pero ya no pude parar…
_ Me encantó ver la corrida que te pegaste, además era la primera vez que veía a un tío meneándosela y haciéndose una paja.
_ ¿Te pusiste cachonda también?
_ Bueno, un poco sí…
_ ¿Cómo ahora?
_ ¡Que capullo…!
Y le acaricié levemente una de las tetas por encima de la camisita que llevaba, mientras ala vez la besaba dulcemente en la boca.
Podía perfectamente sentir el encaje del sujetador en mi mano dada la finura de su camiseta.
Al finalizar el beso ella sonrió picadamente mirándome a los ojos.
Pude entender que quería algo más, y entonces tomándola de la mano la dirigí al sillón individual donde antes estaba sentada.
Ella se sentó y yo me arrodillé delante de ella.
_ ¿Qué vas a hacer…?
Y dije en tono de amenaza…
_ ¡Ya verás tú…!
_ ¡Aaaaaah, Dios, serás capullo…!
Y aparté su pantaloncito hacia un lateral con mi mano izquierda.
Sus bragas eran preciosas, ya las conocía de pajearme con ellas, pero quedaban mucho mejor donde estaban ahora.
Como había hecho ella antes, la miré a los ojos con descaro mientras recorría dulcemente con tres dedos de mi mano derecha por encima de sus bragas, note levemente una humedad que me puso cachondo.
Carmen tenía ahora los ojos cerrados por la excitación y jadeaba lentamente mientras mis dedos se hacían notar cada vez más sobre su coño.
Como tenia los ojos cerrados y la cabeza reposada hacia atrás sobre el sillón no me vio agacharme hasta que al sustituir mis dedos por la lengua abrió los ojos y viéndome exclamando en susurros…
_ ¡Aaaaaaaaaah!.
¡Qué haces….
!
_ ¡Comerte el coño puta! (Y aparte sus bragas para que sintiera el calor de mi lengua sobre los labios de su coño)
_ ¡Como sabes cabrón…!
Carmen me colocó una mano sobre mi cabeza y apretó levente hacia ella en señal de que siguiera comiéndola toda.
El coño de Carmen era de intenso sabor (quizás por lo caliente y excitada que estaba), mi lengua recorría los labios de su coño de abajo hacía arriba muy despacio, muy despacio, no había ninguna prisa y quería llevarla lentamente al cielo.
Para poder hacerlo mejor me incorporé un poco y volviéndola a mirar desafiantemente a sus ojos le bajé de un solo golpe el pantalón y las bragas a la vez.
Ella abrió entonces totalmente sus piernas ofreciéndoseme toda, yo tire el pantalón y sus bragas al sofá donde yo estaba sentado y me agaché para sumirme en aquel mar que era su coño.
Mi lengua retomó su labor mientras mis manos acariciaban dulcemente los muslos de sus piernas y sus ingles, cada vez mi lengua entraba más dentro de su coño, sus jugos iban en aumento.
Con la punta de mi lengua tintineaba de vez en cando su clítoris haciendo que Carmen emitiera gemidos de placer contenidos mientras encogía todo su cuerpo.
Mis manos cogieron las suyas cerca de sus muslos y mi lengua revoloteaba suavemente su clítoris haciendo movimientos circulares cada vez más intensos…
_ ¡Siiiiiiiiiiiiiiii…! ¡Siiiiiiiiiiiiiiii! ¡Sigue asiiiii! ¡Por favor, no pareeeees! (jadeaba continuamente sin parar mientras yo apretaba cda vez más fuerte sus manos)
Yo la presentía un orgasmo escalofriante y terrible mientras no cesaba de comérselo cuando de repente….
Se oye abrir una puesta en el pasillo.
De un salto me coloqué con toda la boca húmeda de su coño en el sofá sentado y con el corazón palpitando a mil por hora por el susto.
Carmen recogió las piernas sobre el sillón toda sofocada y alterada y acto seguido apareció la cabeza de mi novia por la puerta del salón…
_ ¿Todavía estáis ahí?
_ Sí, es que no ha acabado la película (dije como pude mirando hacia la puerta)
La imagen era dantesca, mi novia estaba de pie y había traspasado levente el umbral de la puerta, a la vez aunque con las piernas recogidas veía perfectamente el coño de su hermana que lagrimeaba blanquecino.
La cara de Carmen era un poema estaba desencajada por el dolor de su orgasmo interrumpido y también por el temor de tener a su hermana dos metros y medio detrás mientras ella estaba con el coño al aire.
De repente mientras mi novia…
_ ¿No te vas a venir pronto ya…?
_ Si, ahora, dentro de un ratito voy.
Y me doy cuenta de que a mi lado y sobre el sofá estaban las bragas rojas de Carmen que yo había lanzado cuando empecé a comerle el coño.
En un movimiento disimulado las coloqué debajo de mi cuerpo observando como Carmen hacia un gesto de asombro y susto levantando las cejas
_ Vale pues no tardes… (y fue a beber un baso de agua a la cocina)
Nada más oír como se cerraba la puerta de la habitación, me lancé sobre Carmen de nuevo que como poseída abrió las piernas y cociéndome de la cabeza con las dos manos la empujo sobre su coño…
_ ¡Sigue por favor…, solo un rato…!
Y sin dilación y por donde lo había dejado empecé nuevamente a recorrer con círculos su clítoris con la punta de mi lengua para de vez en cuando con toda ella lamerle el interior de sus labios de abajo a arriba para volver a finalizar en el clítoris de nuevo y tomando todos sus jugos note como le daban espasmos dado que arqueaba su cuerpo exageradamente y echando su cabeza hacia atrás con la mirada perdida en el techo…
_ ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!,¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!, ¡Sigueeeeeeeeeeeeee!, ¡Sigueeee, sigue asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!, ¡no pares, no pares, no pasres! (sus jadeos de placer hicieron que se me pusiera enormemente dura al escucharla)
Todo esto jadeando muy silenciosamente, hasta que exclamó un poco más alto y contorsionando el cuerpo hasta que casi se me escapa su coño…
_ ¡AAAAAAAAAAAAH DIOOOOOOS….
…COMO ME COMES EL COÑO!
Su cuerpo se relajo y acabé lentamente de recoger lentamente en mi boca todo su orgasmo
_ Me he pegado una corrida impresionante (dijo muy relajada), ¡Ay Dios!, nadie me había hecho gozar así…
Y acercando mi boca a la suya me fundí en un suave beso con ella, de manera que pudo apreciar de mi boca todo su propio sabor.
Fue cuando excitadísimo y con unas ganas que me moría dije…
_ Sí, pero yo….
_ No te preocupes, que ahora mismo tiene solución
Se levantó, me cogió de la mano, me sentó y volviendo a colocar el boxer por debajo de mis huevos se colocó sobre mí y sosteniendo mi polla tiesa con una de sus manos se la situó a la entrada se su humedísimo chocho, diciendo
_ Te voy a follar hasta que te corras tú (la verdad no creo que aguantase mucho y menos siendo follado por Carmen allí mismo y a pelo)
Se la metió de un solo golpe hasta el fundo y se quedó un rato ahí de forma que yo sentí el golpe de su culo y el calor de su roce sobre mis huevos.
Se levantó un poco hasta que mi polla sale de dentro y enseguida volvió a bajar (la muy puta estaba calibrando hasta donde podía cabalgarme)
Comenzó a subir y bajar cada más rápido, siempre hasta golpear mis huevos (había veces que me dolía pero a la vez me gustaba saber que la puta de mi cuñada se la estaba clavando toda), levanté como pude su camiseta y baje el sujetador hasta por debajo de sus pechos para agarrar así sus preciosas y ansiadas tetas con mis manos, cuanto había deseado tener aquellas tetazas en mis manos…, comencé a lamer sus pezones y tetazas como loco, tenía la polla apunto de estallar, no quería correrme pero no podía más.
De repente Carmen se colocó de cuclillas encima de mi y su movimiento empezó a ser exagerado, creí que me iba a romper la polla, su cara denotaba otra vez placer, me miraba a los ojos y me decía.
_ ¡Toma! ¿No era esto lo que querías cabronazo?
_ ¡Aaaaaah siiiiiiiiii!
_ ¡Córrete cerdo!.
¡Dame polla!.
¡Dame tu leche caliente dentro de mi! (se había vuelto loca de nuevo)
Cómo iba a correrme dentro de la hermana de mi novia…, pero yo no podía más ya y fuera de mí… eyaculé fuertemente dentro de Carmen hasta quedarme seco, ella se dio cuenta y chorreándole semen por los laterales de su coño…
_ ¡Aaaaaaaaaaa! ¡Si, si, si cabronazo! ¡Échalo dentro de miiiii! ¡Es la primera vez que me llenan de leche…! ¡Siiiiii!.
(y ella se corrió también aunque más levemente que la vez anterior
Yo me quede abrazado a ella hasta que ella se salio con mi polla ya casi flácida por la corrida, se agacho y me la chupó muy levemente que creí que me iba a volver a empalmar solo de ver a Carmen comiéndome la polla.
_ Esto es mío (dijo la muy puta relamiéndose).
Es la primera vez que pruebo la corrida de un tío… y ha tenido que ser la tuya, la del cabrón del novio de mi hermana…
Se puso toda la ropa y se fue dándome un beso en los labios.
Yo le dije
_ Hasta mañana Carmen
_¡Hasta mañana…! Pero no te pienses que esto va a ser siempre así…
Y acercándose de nuevo a mí me susurró al oido
_ Toma un recuerdo, para que te diviertas pensando en mí…
Y abriendo una de mis manos dejó sus bragas rojas en ella
De esto hace ya bastantes años.
Es con mucho el mejor polvo de mi vida, jamás podré olvidar la increíble follada con mi excusada.
Su hermana y yo rompimos no mucho después……y lo que mas lamenté fue no poder volver a follarme a Carmen.
Aun sigo haciéndome pajas por ella y por supuesto con sus bragas rojas que guardo como un tesoro.
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