Las clases de apoyo de Marité y mi hermana Roxana

Marité es una compañera del colegio de Roxana. Roxana es mi prima carnal, hija de mi tío. A sus 13 años tiene un cuerpo bien definido, sus pechos han crecido en demasía, y un culo apoteótico. Yo hacía mucho que le tenía ganas y al fin se dio. .
Con mi prima siempre hemos tenido una buena relación, esto sucedió hace cuatro años, cuando ella recién había cumplido sus trece años. Yo tenía en ese entonces 17.

Y todo sucedió por culpa de una de sus compañeras de clase, ella estaba en segundo año del secundario, allí las niñas ya están mirando muchachos y se la pasan todo el día hablando y contándose cosas que hacen, ya sea con sus noviecitos, sus parientes y hasta con sus padres.

Marité, así se llama la compañera de mi prima, tiene la misma edad que Roxana. Es un poco más flaquita y no tiene tan buen cuerpo como mi prima, pero lo que no tiene de linda lo tiene de putita. Desde un par de meses atrás, esta chica venía seguido a casa con mi prima. Es que yo ayudaba a Roxana con sus clases de matemáticas y castellano. Y su amiga al ver que mi prima mejoraba en el colegio gracias a mi ayuda no tuvo mejor idea que pedirle a mi mamá que yo la ayudara también a ella. Claro que mi madre dijo que sí, y a partir de ese día no solo tenía la obligación de ayudar a mi prima si no también a su amiga.

Los días fueron pasando y cada vez más esta chica buscaba mi compañía, por todos los medios buscaba una inter acción física conmigo, se sentaba bien cerquita de mi en las clases de apoyo, me tocaba la pierna sin motivo alguno, me sonreía como una tonta y no me sacaba la vista de encima. A veces me ponía incómodo. Mi prima solo miraba, no comentaba nada pero podía ver en sus ojos que le molestaba bastante la actitud de su amiga.

Siempre las clases de apoyo eran por la tarde, y el día que comienza el gran dilema estaba yo solo en casa esperando a las niñas cuando tocan el timbre, al abrir solamente era Marité. Me comenta que mi prima Roxana hoy no vendrá a la clase ya que se fue con mi tía al shopping.  Realmente me produjo un impacto su presencia, ya que venía muy arregladita, vestía una calza de piernas cortas que modelaba muy bien su cola y sus piernas, no estaba tan mal. Arriba vestía un top de algodón y allí la sorpresa, se podía apreciar que no traía sujetado, ya que sus pezones empujaban la tela hacia el frente, eran muy notorios, no son muy grandes sus pechos pero sí bien paraditos. Y contra lo que siempre había dicho para mis adentros que esa chica no me atraía, ese día pasó algo especial, al mirar su entrepierna pude apreciar sus gordos labios vaginales, parecían un pan de hamburguesas, abultado su pubis.

Y debo decir que me excité. Pasó por mi mente un ramalazo de lívido desbocada y mi pene reaccionó al momento. Al vestir yo un short de baño y no tener calzoncillo debajo, pronto se notó la carpa que mi pija hizo dentro del pantaloncito, lo que no pasó desapercibido para la niña. Y medio se sonrojó, al saludarme me da un beso en la comisura de la boca, casi un piquito. Y dirigirse al living, pude notar que movía su culo con muchas ganas, y sonreía pícaramente.

Llevábamos unos quince minutos desarrollando una tarea de castellano, y el tema eran los verbos. Y no había forma de que entendiera los tiempos de los mismos. Ya me estaba exasperando, de pronto siento su mano que se posa en mi pierna, un poco más arriba de lo que siempre hacía, como buscando mi tripa, y vaya si la encontró, yo estaba algo caliente y mi tripa a medio parar. Pero trataba de concentrarme en el estudio de la niña.

Le digo que debía conjugar un verbo cualquiera pero en tiempo plusco amperfecto. Y Marité sin vergüenza alguna comienza a recitarlo, cual sorpresa me dice: Yo te cogeré, tu me cogerás, el me cogerá, nosotros cogeremos. Guauuuu imaginen mi sorpresa, por que primero, el verbo que eligió, y luego que su mano se metió por la abertura de la pierna, se apoderó de mi verga y comenzó a apretarla y manosearla con unas ganas bárbaras. O sea que la piba iba en serio con llevar a cabo lo que con el  verbo proponía.

Se levantó y se sube a caballito de mis piernas, colocó bien pegado a mi vientre su pubis con lo que mi tripa quedó enfrentada a su vagina y comenzó a frotarse mientras me besaba desesperadamente. Me metía la lengua casi hasta la garganta y un de carne es. Enseguida mi pija estaba totalmente dura, y son 19×5,5cms. Marité se masturbaba con el lomo de mi tripa, me apoderé de sus nalgas y se las apretaba fuerte, luego metí mis manos por debajo de su top y me adueñé de sus tetas, comencé a morderle los pezones y la niña respondía con más ganas. Ya perdido los límites, le pido que se arrodille frente a mi, entre mis piernas, me bajo el short y libero mi tolette, Marité al verlo en todo su esplendor abre grande los ojos, luego lo toma por el tronco, lo sacude y aprieta, lo huele y luego sin más dilaciones abre la boca y engulle un pedazo de mi caliente barra de carne. No lo hace bien, se nota que no tiene práctica, debe haber visto bastante porno pero no es lo mismo, le voy explicando y enseñando como debe hacerlo, me da buen placer y pronto estoy por acabarle en la boca, la tomo de la orejas y le meto la pija hasta la garganta, se atora y le descargo la leche bien en el fondo de la misma, no tiene posibilidad de no tragarse toda la lefa, luego se la saco, ella tiene los ojos vidriosos, está apunto de llorar. La tomo en mis brazos, la alzo y la llevo a mi dormitorio, ella no reacciona o no quiere reaccionar, y yo no le pregunté nada. Simplemente la tiré en la cama y procedo a sacarle la calza de lycra y su calzón, ella me mira con sus ojazos muy abiertos, anticipa lo que le va a pasar pero no lo rechaza, es más cuando me saco el short y me coloco entre sus pernas ella las abre bien para darme acceso a su vagina, que está totalmente depilada, y si sus labios vaginales son gorditos, están brillando por la lubricación debido a la excitación de la niña, procedo a darle una tremenda mamada de concha que la pone a mil y de pronto se viene en un orgasmo que llenó mi boca de sus fluidos. Aprovechando su momento, me coloco entre sus piernas, tomo mi verga por el tronco, le abro sus labios vaginales y posiciono en la entrada de su cuevita mi pija, y simplemente comienzo a penetrarla, es bastante estrecha, pero al estar tan lubricada mi verga se va deslizando suavemente a su interior, llego a su himen y no me detuve ni para darle respiro, simplemente empujé más fuerte y se la metí toda hasta que la punta de mi verga topó en su útero, Pego un alarido y comenzó a llorar,  yo la tome por las caderas y sin mediar compasión comencé a cogerla con fuerza,  pronto noté que ya no lloraba y que gemía suavecito pero de placer, luego me tomó por mis nalgas e intentaba que la pija le entrara más adentro todavía. Y así llegó su segundo orgasmo, quedó desmadejada, lo que yo aproveché a ponerme sus piernas al hombro, le saqué la verga de su conchita, y aprovechando su lubricación y mi saliva, comencé a hacerle el culito, costaba que la cabeza entrara, Marité se quejaba y pedía que no se la metiera, que es muy grande la pija para su culito, yo no le hago caso e insisto con la presión, finalmente  logro vencer la elasticidad de su ano y su esfínter se abre dando paso a mi tripa, la que de a poco voy metiendo en su estrecho canal trasero, ella ya no llora, me está arañando el pecho por la excitación y el dolor, yo tengo toda la verga dentro de su culo y le disparo cuatro lechazos que ella siente en su interior. La verdad es que me cuesta creer que acabo de tener sexo con una niña de trece años. Si ella habla yo iré preso. Esperé que mi pito se ablandara y se la saqué suavemente, ella se queja de que le arde su culito. Vamos juntos al baño y nos duchamos los dos a la vez, ella golosa se aplica en lavar mi pene, la detengo por que el mismo comienza nuevamente a ponerse duro y ya es hora de que la niña vuelva a su casa. Le saco la promesa de que nunca hablará con nadie de lo que pasó esta tarde en casa. Cruza los dedos como la niña que es y promete que nuestro secreto está a salvo con ella. Y que ahora le dirá a la madre que necesita aumentar las clases de apoyo ya que se vienen los exámenes de fin de año. Nos vestimos, ella toma su mochila y se va moviendo sus caderas y el culo. Vaya con la niña.

Sigue en parte II