Las dos hermanitas que cuidaba mi tía (Parte 1)
Esta historia es sobre una niña de 4 años y una de 2 años que cuidaba mi tía durante la semana en la casa de la niña. .
Yo tenía 16 y mi tía me llevaba con ella puesto que estaba de vacaciones en su casa y mis primos no querían ir con ella. Los papas de la niña al conocerme, me vieron como un chico educado y correcto. Ya mi tía le hablaba maravillas de mi antes de conocerme. Y no le molestaba que yo acompañara a mi tía y la bebes mientras ellos trabajaban. Maryori de 4 años y Katia de 2 años.
Las bebes quedaron encantadas conmigo. Y al irse sus padres, Maryori quería que fuera a jugar con sus juguetes a su cuarto. Y Katia fue detrás. No sabia como entrarle a Maryori, pues siempre estaban las dos juntas. Por mi tía no me preocupaba, pues a Maryori por costumbre le gustaba cerrar el cuarto con picaporte y a mi tía no le molestaba. Así tenia tiempo de hacer todo. Ese primer día estuvimos jugando un rato con los juguetes y Katia se orino y puesto que no traía pañal tuvimos que limpiar. Mi tía me pidió el favor de asearla y vestirla con ropa nueva. Volvimos a entrar al cuarto y luego de que Maryori cerro la puerta le quite toda la ropa a Katia y la lleve al baño. El alce para lavarle la vagina y el culo en el lavamanos. Le sobe los labios vaginales y la raja del culo un rato mientras Maryori me veía. Luego la llevé a la cama y la acosté boca arriba. Maryori se subió a la cama.
Yo: Creo que aun falta limpiarla. Maryori, quieres que la limpie más?
Maryori: Si, dale.
Y Lo que hice fue comenzar a pasarle mi lengua por los labios vaginales y presionaba para alcanzar su pequeño clítoris. Katia me agarro la cabeza con las dos manos mientras se reía por sentir cosquillas. Y Maryori se tapaba la boca abierta con las dos manos.
Maryori: Así se limpian las bebes?
Yo: No. Así las limpio yo. Solo yo. Pero en secreto. No le debes decir a nadie, porque después no me dejan venir más. No dirás nada.
Maryori: No. Pero……
Yo: ¿Que estás pensando?
Maryori: ¿Y si yo orino, tú me limpiaras así?
Yo: Si tu quieres que te limpie así, yo lo hago con gusto. ¿Quieres que te limpie así?
Maryori: No se.
Yo: Bueno cuando quieras, me dices y lo hago.
Luego vire boca abajo a Katia, le alce el culito y le abrí las nalgas, para luego lamber su ano. Katia solo se dejaba, esta vez sin reír.
Maryori: wacala, por allí sale el popo.
Yo: Si, pero ya la lave. Ahora le estoy dando masajes con la lengua para que sienta rico.
Maryori: ¿Y eso se siente rico?
Yo: Si, muy rico.
Maryori se quedó observando mientras yo seguía deleitándome con el ano de Katia. Y luego comencé a besarle todo el cuerpo despacio y pasándole mi lengua a lo largo del centro de su espalda. Katia ya parecía excitada. Porque no hacia ningún gento, ni movimiento. Solo miraba hacia la nada. Luego la viré y comencé a besarle los labios y chupárselos. Ya Maryori no preguntaba nada. Estaba extasiada al ver como le hacia el amor a su pequeña hermana, sin ella saber que era eso. Y mientras le chupaba los labios a Katia comencé a masturbarle la vagina con mis dedos. Allí estuve como media hora mas con Maryori como testigo. Cuando de pronto se agarra su vagina y sale corriendo.
Maryori: Voy al baño. Me orino.
Yo: ok.
Luego de unos dos minutos me llama al baño. Y cuando abrí la puerta, estaba completamente desnuda.
Maryori: ¿Me vas a lavar?
Yo: Ah ok. Vamos a la ducha.
Abrí la ducha de tal forma que solo le diera a ella. La coloqué de tal forma que el agua le cayera en la vagina y comencé a sobarle sus labios vaginales con ternura. Y luego la viro y comencé a meterle los dedos entre las nalguitas. Y en una de esas le intente meter el dedo en el ano y ella movió el trasero y preguntó.
Maryori: ¿Qué haces? ¿Me quieres meter tu dedo?
Yo: Si, es que te tengo que lavar bien, si quieres que te haga el masaje que le hice a Katia.
Maryori: Y a Katia le metiste el dedo.
Yo: Si. Pero parece que no te diste cuenta.
Y lo intente nuevamente y se dejó. Meti una falange de mi dedo corazón y lo sacaba y lo volvía a meter. Ya iba preparado con las uñas recortadísimas. Para no aruñarlas en cualquier movimiento. Ya Katia en ese momento estaba en el baño, viendo lo que le hacía a su hermana.
Maryori: Ya vamos a la cama para que me limpies con tu lengua.
Yo: Vamos pues.
Una vez en la cama, acosté a Maryori boca arriba y le abrí las piernas. Tenía una raja hermosa. Como el de una princesa de cuentos de ada. Acerqué mi rostro a sus labios vaginales, los abrí con mis dedos y olí profundo. El olor que desprendía me excito cada célula de mi cuerpo. Luego comencé a pasarle mi lengua entre sus labios vaginales, pasando por el clítoris y de vez en cuando metía mi lengua en su hoyo. Me decía que le dolía, pero lo repetía de vez en cuando. Porque se sentía un saladito mas dulce que cualquier cosa que hubiera probado. ¿Y saben que era? Era el sabor a inocencia. No todo el mundo puede saborear algo así. Me llegue a excitar tanto que por unos segundos le mame esa vagina como a una chica grande con fuerza y profundidad. Ella se quejaba de dolor mientras me jalaba mi cabello, tratando de alejar mi boca de su vagina. Luego la deje y la vire, colocando almohadas debajo de su cadera para alzar su hermoso culito. Allí volví a darle con fuerza pues sabía que no le dolería. Mas bien lo disfrutaría. Y trataba de meter mi lengua en su ano. Ella solo permanecía callada. Al cansarse mi lengua, procedí a meterle el dedo índice a su ano. Ella apretó, pero no dijo nada ni intento moverse. Y comencé con el mete y saca acostumbrado. Cada vez se lo metía más y más. Y llego a tragarse dos tercios de mi dedo. Ali se lo estuve metiendo por unos 15 minutos. No quería irritarla tanto así que pare, no sin antes darme cuenta de que Katia estaba sentada frente a mi acariciándose la vagina. Luego alce más el culo de Maryori y abriendo las nalgas en la parte de abajo llegue a ver la entrada de su vagina abierta por detrás y procedí de una a meter mi lengua. Y con unas ganas de cogérmela. Ella intento zafarse. Pero ese sabor a saladito, néctar de los dioses era tan delicioso que no la deje y allí la mantuve con ella quejándose como por 5 minutos, hasta que dejo de quejarse y aflojo su cuerpo. Un rato después la viré, le abrí las piernas y la seguí violando con mi lengua, con la diferencia de que ya no se oponía. Ya a la media hora mi lengua estaba muy adolorida, así que saque mi lengua e intente meter mi dedo índice. Ella se resistió un poquito, no tanto como antes, pero la sujete y se calmó. Mi dedo logro entrar a la mitad y comencé con el mete y saca. Allí estuve otros 20 minutos y al fin la solté para que descansara.
Cuando le vi el rostro tenía lágrimas en la cara y estaba toda sudada. Y le intente besar la boca y se dejó. Le chupé los labios y le abrí la boca para meter mi lengua y allí le estuve dando besos franceses buen rato. Finalmente, la deje y jale de sus piernitas a Katia se las abrí y abrí su rajita y vi ese hoyito aún más pequeño que el de Maryori y también la intente violar con mi lengua, mientras ella me jalaba del cabello y gritaba un poco. Le tape la boca. No me reconocía. Estaba fuera de control. Maryori a pesar de oír a su hermana quejándose, solo se quedaba mirando hacia la nada. Finalmente solté a Katia. Quedo igual que Maryori, con lágrimas en los ojos y sudada.
Sin embargo, ya venía preparado. Le traje juguetes muy lindos a las 2 y chocolates y caramelos. Les dije que teníamos que guardar el secreto de nuestros juegos y cada vez que viniera les daría juguetes, chocolates y caramelos. Pero que, si decían algo a alguien, no me dejarían venir más, ni que les trajera nada. Y Maryori dijo que no quería jugar más porque le dolió mucho. Eso me preocupo un poco. Pero presta la casualidad que vi varios afiches de un grupo musical coreano en su cuarto. Y le pregunte si le gustaba ese grupo. Y ella respondió que los amaba. Que se casaría algún día con uno de ellos. Allí se me prendió el foco y le dije que yo los conocía y que éramos amigos, pero que ellos vivían muy lejos. Pero que un día podría hacer que vinieran a visitarlas. Maryori se emocionó. Ella le decía los chinitos.
Yo: Bueno, guarden el secreto para seguir trayéndoles regalos y un día traer a los chinitos. Y Maryori dijo que estaba bien. Y Katia solo dijo que quería más juguetes.
Bueno hasta aquí la primera parte. Ya mi imaginación se quemo por ahora. Cuando se recupere, sigo.
Si, mentalidad de mujer…mientras les des algo, ellas siempre van habilitar sus agujeritos de placer.
Hermosas edades 🤤 disfrutaste de dos hermosos juguetes
Mira que no siempre es por algo material. Tuve muchas que me lo daban porque les gustaba la sensación. Solo se les hacía probar un primera vez sin obligarlas, a forma de juego, y después ellas decidian si había más veces o no. Aveces ni con regalos lo daban.
Esperando con ansias la segunda parte
Ya salió 2, 3 y 4. Buscala en mis historias.