Las manos de la masajista II
2da parte y final de la historia .
Está es una historia larga, espero tengan la paciencia para leerla.
Paloma deambula por las calles, llora y piensa en lo que hizo unas horas atrás, su vagina sigue húmeda y caliente, sus bragas están mojadas y le incomodan.
Una tienda con aparadores, luces y vidrios muestran su reflejo, regordeta, senos y glúteos grandes, sí, pero una panza, cachetes, muslos brazos gordos.
- ¿Quién se fijaría en mí?
Su mano toca en medio de sus gordos senos, una horrible cicatriz recorre desde su ombligo hasta casi sus senos, recuerdo de un accidente de hace años, cuando era una niña, que ha mellado su autoestima desde entonces.
Paloma piensa en Juan y se moja de nuevo, le parece un Adonis, aún cuando es un hombre bastante normal.
Quizá que siempre lo ve arreglado y el hecho que ha tocado su cuerpo tantas veces al punto de tenerlo memorizado han creado en ella un sentimiento de deseo, pero ¿Cómo es posible que el bien parecido Juan se fije en ella? ¿No será que el hombre piensa que puede contratar sus servicios privados y llegar más lejos?
Es por eso que Paloma llora, Juan cree que es una puta a la que puede tomar con la suma correcta.
Lo cierto es que no está muy alejada de la realidad, si bien Juan no cree que sea una puta, piensa que en un ambiente más privado la mujer se podría emplear a fondo, en su vida un «hand job» le había dado tanto placer y el hombre piensa que puede ser mejor.
El deseo en el ser humano es un sentimiento fuerte, Paloma arde en deseo, por eso tomó un taxi y ahora está parada frente al domicilio de Juan a quien le envía un mensaje.
- Buenas noches, estoy aquí afuera de tu casa.
Juan revisa documentos y papeles cuando su teléfono vibra, apenas lee el mensaje, salió corriendo hasta la puerta de su casa donde Paloma lo espera.
- Bienvenida, pasa, no pensé que sería tan pronto, me da gusto que estés aquí.
- No soy una puta.
Es un momento incómodo para ambos, Paloma se arrepiente de haber venido, Juan no entiende nada, ambos se miran a los ojos.
- Mejor me voy, lo siento.
Antes de que Paloma se pudiera retirar Juan la sujetó por el brazo.
- Espera un momento, tengo café, podemos hablar.
- No tenemos nada de qué hablar, lo que hice en el SPA fue un error, me deje llevar.
- Pero lo disfruté… Deseo que se repita.
Paloma está confundida, la mano en su brazo le transmite calor, su vagina está empapada de nuevo, sus pupilas y respiración agitada la delatan, está visiblemente excitada.
La mujer gira su cuerpo hacia Juan con la cabeza agachada, no es capaz de mirarlo a los ojos, sabe que querrá besarlo si lo hace.
Juan tiene una erección, la mujer frente a él está excitada, lo desea, hace años que no toca una mujerpero esa noche va a remediar eso.
- Te deseo, quiero sentir tus manos en mi cuerpo y devolver el favor, me quiero acostar contigo, si así lo deseas tú.
- Sí quiero, pero no vengo aquí por dinero, es por mi voluntad.
- Entonces que se haga tu voluntad.
y está emocionado. Así sujeta del brazo Juan guía a Paloma a su habitación, los pasos son lentos, a ella le tiemblan las piernas de la emoción, no puede creer que vaya a pasar.
Siendo un hombre de negocios, Juan tiene ciertos lujos en su casa, con su mano libre le pone seguro a la puerta y regula la luz de la habitación, un cálido amarillo ilumina tenuemente el recinto, ella está nerviosa, jodidamente nerviosa, y pese a eso, su vagina no para de escurrir, le quema su entrepierna, necesita sacarlo como nunca.
Paloma no entiende qué pasa, ella ha tenido una única experiencia sexual en su vida, un poco de sexo oral y penetración, de ahí en fuera, nada, hasta que masturbó a Juan en la cama del SPA “¿Por qué estoy tan excitada?”, tiene miedo de sus emociones, tiene miedo que Juan la use y la tire como pañuelo usado, igual que su ex novio “Me das asco, gorda y marcada” con esas palabras le rompieron el corazón a una jóven e ilusionada mujer.
4 años después de que su novio la dejara, tiene estos sentimientos que nunca había sentido, ni con su ex pareja, su primera vez fue dolorosa, la forzó a meterse su pene en la boca y después la penetró sin reparos, sin importarle si le dolía o lo disfrutaba. Por suerte esa primera vez fue rápida y no se repitió.
Juan está caliente, le gustan las mujeres con grandes atributos, pero no es tan bien parecido, por lo tanto, esas mujeres están fuera de su rango, por eso, no pensaba dejar ir esta oportunidad. Con cuidado ayudó a una muy nerviosa Paloma a acostarse en su cama, desabotonó su pantalón de trabajo, lo retiró con todo y bragas de encaje, de esas que cubren solo una fracción de los glúteos, el aroma de una vagina excitada llegó a la glándula pituitaria haciéndolo salivar por perro frente a un filete.
Paloma se cubrió por instinto su peluda vagina, el pudor pudo más que su deseo, después de todo, es una mujer decente, pero ante ella estaba un hombre educado, paciente, con sus manos sobre las de ella espero un momento para que ella estuviese lista, con calma apartó las manos de ella exponiendo su peluda y gorda vagina.
Como un león que baja a beber agua del río, sediento, Juan bajó a beber del manantial de Paloma.
- ¡Oh dios! Espera, me da pena.
Pero Juan no espero, lamía, besaba y mordía todo lo que su boca tenía a su alcance, pequeñas succiones estremecieron a la mujer que cedió al placer y se dejó hacer, ahí, acostada sobre la cama, con las piernas abiertas, las manos aferradas a la sábana, disfrutó de su primer cunnilingis de su vida.
- ¡Ah! ¡hummm! ¡aaaah! Dios mío
Suspirando la mujer disfrutaba de las atenciones con los ojos cerrados, sus gruesos muslos abrazan la cabeza del hombre que la atiende, mueve sus caderas en círculos de manera instintiva buscando la lengua que recorre su vagina. Un nuevo mundo de sensaciones se abre para ella, algo que nunca había experimentado en su vida, jamás se había masturbado, jamás la habían tocado, su personalidad depresiva alejaba a todos los que mostraban interés por ella, así lo deseaba, tenía miedo de volver a salir herida “Por qué no simplemente me entrego al placer con este hombre al menos una vez y ya”.
La respiración de Paloma se volvió agitada, algo venía, podía sentirlo, si bien no tiene experiencia, si tiene el conocimiento, es un orgasmo, concentrada en su placer, controló su respiración y se dejó llevar.
Con maestría los dedos de Juan se sumaron al asalto, con cariño y mucho cuidado jugó con el excitado clítoris que se asomaba orgulloso listo para recibir amor, los dedos le dieron paso a la boca una vez más y bajaron a su orificio vaginal, dos invasores profanaron su estrecha vagina separando sus labios por primera vez en 4 años.
- ¡oooooh dios que placer!
Paloma lo sintió con un grito, pero fue una exhalación, un susurro apenas audible. Fue tanto el placer que no pudo evitar llorar de felicidad, no pensó que nunca llegaría el día en que pudiera disfrutar del sexo.
Satisfecho por la humedad producto del inmenso placer que ella siente, Juan exploró el interior de la vagina en búsqueda de su centro de placer.
El hombre no es un amante excepcional, sus movimientos no son los mejores, pero es el tipo de hombre que le gusta sus amantes disfruten con él “chance y regresen”, esa es su filosofía, lamentablemente para él, no siempre le funciona, su vida dedicada a hacer dinero alejan a sus amantes, por eso no se toma la molestía de buscar pareja, al final, su trabajo es más importante.
Los dedos se mueven en el interior de Paloma, la agradecida mujer gime de placer, ella ignora que Juan está buscando un lugar, está demasiada concentrada en lo que siente como para poner atención, pero Juan es perseverante, con sus oídos atentos continúa la exploración hasta que
- !AH!
Un grito de placer le indicó que había encontrado el lugar, con cuidado fue midiendo la presión y longitud de sus movimientos arrancando gritos de placer en la mujer que ahora aprieta su cabeza con sus piernas y lo jala de sus cabellos.
Sorprendida por esta nueva ola de placer Paloma rompió su concentración, es un placer diferente, más intenso, descargas eléctricas le pican en su zona genital, un calor intenso aparece, sonidos de agua agitada surgen en su zona vaginal, todo está fuera de control, ella, su vagina, su cerebro, su cuerpo entero “un orgasmo” ese es el único destello de razón que tiene Paloma quién cree su cuerpo está siendo presa de un orgasmo, pero no se parece a nada de lo que ha leído, es diferente, no cesa, golpea una y otra vez violentamente cada vez que su amante ataca.
Unos minutos más de eso y Paloma pierde la razón, gritos y gemidos de placer resuenan en todo el cuarto, la temperatura de su cuerpo la hace sudar en exceso, la cama empapada de Juan menguan su calor corporal, pero aún así su cuerpo arde.
Un sonido gutural de agonía nace en su garganta, le impide gritar pues es como un nudo en su garganta, su cuerpo totalmente tensado, una descarga eléctrica que quema recorre todo su cuerpo, un torrente de fluidos explota en su vagina y su amante bebe sin parar, desesperado.
15 largos segundos de intenso placer dejaron a Paloma totalmente rendida, agitada, desarmada, sus grandes pechos subían y bajaban, una sonrisa de felicidad ilumina su rostro, está feliz, un orgasmo, uno de verdad, intenso, entre lágrimas comenzó a reír.
- Vaya, parece que te gusto.
La voz de Juan interrumpió su risa, de pronto recordó dónde está y con quién está.
- Si, mucho.
Su personalidad tímida regresó, pero fue tarde, Juan estaba encima de ella con el producto de sus deseos apuntando a su vagina.
El erecto pene de Juan descansa en los labios vaginales, se mantiene ahí, estático, aguardando. Eso la puso muy nerviosa, pero era un nerviosismo positivo, deseaba que pasara, está preparada. Tímidamente pone sus manos en los costados de Juan, evita mirarlo a los ojos, tampoco quiere abrazarlo “esto es sexo y nada más”.
Pero Juan no es de esos insensibles que solo coge y hasta nunca, con una mano tomó el rostro de Paloma y sin darle tiempo a reaccionar la besó.
Asustada Paloma intenta escapar sumiendo su cabeza en la almohada, pero no hay mucha ruta de escape. El beso forzado le recordó cuando su novio la obligó a darle sexo oral, eso fue un golpe bajó de su cerebro, pero las contracciones del pene de Juan en su vulva suavizaron el momento y poco a poco la mujer se relajó y respondió al beso.
Paloma recorrió el cuerpo de Juan como tantas veces lo ha hecho en el SPA, subió hasta su cabeza donde masajeó el cráneo del hombre en una muestra de gratitud por lo bien que se la está pasando.
Dejando caer su peso, el pene fue penetrando la vagina poco a poco, los ojos de Paloma, abiertos como platos, mirando fijamente a los ojos de Juan con la boca abierta, al final, cuando ambas pelvis se unen, ella suelta un gemido de sorpresa y satisfacción al saber que tiene todo adentro.
Fundidos en un besos y conectados en sus genitales, la recién formada pareja de amantes se entregan al placer después de años para él, por primera vez para ella.
Acostado sobre el grueso cuerpo Juan realiza el clásico mete y saca, siente el interior de ella ajustado, húmedo y cálido. Su interior no es muy profundo, siente que llega hasta el fondo con su tamaño.
Acostada sobre la cama, con sus piernas abiertas, recibe en su interior el miembro que llega hasta lo más profundo de su ser. Puede sentir como palpita, caliente, con sus venas infladas, sus labios se expanden para recibir al bienvenido invitado.
No es el coito más espectacular del planeta, casi silencioso, unos gemidos casi silenciosos de ambos, el rechinar del colchón, el aire acondicionado, la mojada vagina haciendo ruidos ante el pene que la estimula.
Espectacular para ambos, sus caderas se mueven solas buscando en encuentro de sus pelvis, gimen al unísono, felices, sonríen por el placer que ambos obtienen, pero Juan quiere más, con una mano soba los senos por encima de la camisa del uniforme, se aventura un poco más allá y trata de entrar, pero la filipina está asegurada por el cierre que está escondido en la cintura.
- No, por favor.
Asustada por las intenciones de su amante detuvo la mano, para no romper el encanto, Juan siguió tocando los senos por encima de la prenda, aunque cambió la posición, las piernas de la gordita ahora descansan en los hombros del hombre que con ambas manos soba los senos por sobre la prenda.
Con movimientos más rápidos Juan asalta la mojada vagina que hace espuma en su pene, él sabe que esto es una buena señal, lo está disfrutando “espero que regrese” piensa el amante que redobla su esfuerzo y se agacha para seguir besándola.
Agradecida por el placer que le dan, las manos de ella recorren haciendo presión en el pectoral, cuello y hombros, brindando placer adicional a un excitado y sobreestimulado hombre al borde del orgasmo.
- Paloma, estoy a punto de venirme ¿Dónde la quieres?
- Donde quieras…
Ella también está cerca, sus senos sufren encerrados en su sostén y apretados por su filipina, eso le impide alcanzar el orgasmo, no quiere pedirle a su amante que se detenga, pero tampoco quiere quitarse la prenda, es un debate interno sobre qué debería hacer, la buena noticia es que no se prolongará más el debate, Juan la gira a la izquierda y levanta una pierna, su vagina ahora está más expuesta y permite una penetración más profunda aún, su gruesa pierna le sirve a Juan para apoyarse y descansar un poco, sus testículos recorren el camino dándole placer extra con el sudor que lubrica el recorrido, en esta pose su filipina se subió un poco, Juan puede ver la cicatriz, de inmediato entiende el problema, ella no se siente segura.
Inclinado sobre su odio que besa y lame, Juan susurra a la masajista
- Ya he visto el problema, no me incomoda, es parte de tu cuerpo, me interesan más tus enormes senos, déjame quitarte la camisa.
Sonrojada y conmovida, la mujer mira a los ojos al hombre, ella misma desabrocha la prenda, saca sus manos por los costados dejando caer la filipina detrás de ella en la cama, Juan postrado la besa y toca los senos por debajo del sostén, los hinchados pezones, duros como piedra, reciben la atención de los dedos que los estimulan con suavidad.
- Espera, me quito el sosten.
Dejándose llevar por el momento, Paloma está totalmente desnuda frente a su amante, sus gordos y enormes par de senos son libres, cuelgan a un lado, Juan la vuelva a girar, quedando acostada con sus senos de frente, baja y se mete un pezón a la boca.
- ¡Ah! Que rico.
Paloma está en el cielo, su amante retomo el ritmo y ahora su cuerpo es estimulado sin prenda que intervenga, su vagina se vuelve a empapar, su garganta retoma el ritmo de su respiración y gime feliz sabiendo que se entrega a un hombre que al menos, querrá volver a tener sexo con ella.
Él está en el cielo también, si bien Paloma tiene una panza grande, sus enormes senos y nalgas, sin estrías, son hermosas y perfectas para un libidinoso como él.
De rodillas apoyado en los senos de ella que estimula con sus manos o boca, Juan lleva un ritmo constante que está volviendo loca a su amante, el hombre busca eyacular, quiere llenarla de semen, le causa morbo acabar adentro, están copulando sin condón, la idea de ver salir su semen de su vagina lo vuelve loco.
- Me voy a venir adentro, quiero ver mi semen escurrir de tu vagina.
- ¡Hazlo!
Entre gemidos la pareja se vino junta en un orgasmo intenso, Paloma clava sus uñas en la espalda de él por el placer tan intenso que recorre su cuerpo, a él le tiemblan las nalgas y piernas a la vez que sus testículos se contraen con fuerza expulsando potentes chorros de semen en el interior de lo que para él es la mejor vagina de su vida, cálida, húmeda y apretada.
Al salir de su interior Juan contempla maravilla su obra, los labios vaginales abiertos por tanta fricción dejan salir el esperma que depositó, con su dedo gordo lo toca y esparce por el exterior y el ano de su gorda amante, marrón, arrugado, pero muy bonito. Jugando hace un poco de presión y le arranca una sonrisa a su amante que recoge semen con sus dedos y se los ofrece en la boca. Ella huele los dedos, sonríe de forma coqueta, abre la boca, se mete los dedos, los degusta, chupa, lame y los saca completamente limpios, repitiendo el proceso hasta que Juan así lo decidió.
La pareja descansa abrazada comiéndose a besos, la cicatriz de ella presiona fuerte sobre él pero ninguno de los dos le pone atención, para Juan es más importante amasar con fuerza las enormes nalgas que tiene a su disposición.
- Eso fue increíble, nunca me había venido tanto.
- Yo nunca había tenido un orgasmo.
- ¿En serio? Pues cuando quieras, es decir, espero que quieras repetir.
- Si, si quiero.
- Me encanta tu cuerpo, tus grandes senos, tus enormes nalgas, tu jugosa vagina, tu dulce aliento… ¿Quieres una cerveza?
Totalmente sonrojada por los complementos, Paloma asiente. Juan se levanta de la cama no sin darle un beso primero y va a la cocina, en el camino piensa en lo bien que se la paso y su pene se vuelve a erectar.
Al regresar se encuentra con Paloma acostada en su cama con las piernas abiertas, su vagina, algo roja, aún escurre semen, su panza erguida como montaña, sus dos enormes senos mas grande que melones caen a los lados, la mujer sonríe a su amante al ver que tiene su pene erecto.
Ambos brindan por su encuentro, beben su cerveza hasta el fondo, depositan las latas vacías, acto seguido Juan se monta y penetra a su amante.
- Ah espera, me arde, mucho para una noche.
Decepcionado pero comprensivo Juan sacó su pene y se acostó a lado de ella.
- Tal vez necesitas un poco de tiempo
- Tal vez, no lo sé, pero me arde, estoy un poco sensible
Mientras termina la frase se frota la vagina y comprueba que está irritada.
- No te preocupes, siempre y cuando quieras volver, puedo esperar.
- Quiero volver, pero tal vez no debas esperar, puedo hacer algo por tí, si quieres.
Con sus manos en sus genitales Juan sonríe feliz, pues sabe lo que se viene.
- Acuéstate, relájate, voy por mi bolsa que está en la sala.
- ¡Puedo ir por ella!
- No, recuéstate, respira, relajate ya regreso.
Acostado, casi sentado en su cama con almohadas que puso ella sobre su espalda, Juan espera a que regrese Paloma. 3 minutos después la mujer aparece en su puerta con un paquete de cervezas y su bolso en el hombro.
Su cuerpo es grande, salvo por su panza que es grande, todo en ella es perfecto, como a él le gusta “un poco de panza no importa si puedo tener esas nalgas y senos enormes”.
De pie a un lado de la cama Paloma se terminó 2 cervezas mientras masturba con sus frías manos el miembro de Juan.
Para una mujer que nunca toma, 3 cervezas son mucho, se siente mareada y aturdida, lo suficiente para poder hacer lo que quiere sin que su cabeza la atormente con malos recuerdos.
Con el dinero que Juan le dio para comprarse algo lindo, Paloma había comprado un lubricante comestible y estaba dispuesta a usarlo.
Sentada sobre sus piernas frente a él, sus hábiles manos esparcen el lubricante en el erecto miembro, sin la preocupación que alguien los vea, puede emplearse a fondo y tocar otras partes del cuerpo, pelvis, entrepierna, abdomen, pecho, pezones, todo lo pudo tocar, besar, lamer. Su cabeza le decía basta, pero el alcohol le da el valor para hacerlo sin culpa, sin remordimiento, sin los recuerdos del exnovio que la forzó a meter su pene en la boca.
Fresa con semen su fluido vaginal, el sabor más delicioso del mundo, en exclusivo para ella, su cabeza sube y baja torpemente guiada por su poca experiencia y el alcohol. Juan sujetó la cabeza por ambos lados, detuvo la felación, acarició su cráneo con sus dedos como ella lo hace con él en los masajes y con suavidad guió a la inexperta mujer en la felación.
- Respira, tranquila, no necesitas meterlo todo, cuando bajes con tu lengua haz presión en mi pene, cuando subas succiona, detente en la punta, juega con tu lengua en mi glande, usa tus manos, ¡Oh sí, así!
Desinhibida por el alcohol, Paloma se dejó llevar, le entregó por voluntad propia placer a un hombre con su boca. Sus manos estimulan al hombre deslizándose suavemente por el pene y testículos, Juan suspira de placer, sabe que no va a durar mucho, dejó a la mujer actuar preocupado por acariciar sus hombros y espalda.
- ¡Me voy a venir!
Ignorando la advertencia, Paloma siguió con la felación y recibió toda la descarga del hombre directo en su boca. El sabor a semen y fresa se mezcla con el alcohol en su aliento, sin pensar mucho, tragó el semen.
Juan descansa, totalmente vacío, semi acostado en su cama, abrazado a él, recostada sobre su vientre bajo, la chica gordita del SPA, Paloma.
Ambos beben otra cerveza, Paloma está totalmente mareada, pero no deja de tomar, Juan acaricia su cabeza y contempla sus grandes nalgas, se quedó con las ganas de ponerla a cuatro y estrellarse contra ellas.
Paloma va por su 5ta cerveza, está totalmente borracha, se tambalea sentada sobre la cama, sigue sonriendo a su amante con quién conversa sobre lo mucho que le gusta, cuando disfruto el encuentro, cuánto quiere regresar, lo mareada que se siente.
Juan sonríe y escucha a la mujer, sabe que está ahogada en alcohol y la invita a acostarse. Mareada y con sueño se acuesta de lado dejando sus enormes nalgas a disposición de Juan que no pierde el tiempo y amasa.
- Sirvete, me voy a quedar dormida, no me la vayas a meter, quiero estar despierta.
Paloma duerme, ronca despacio, detrás de ella Juan acaricia sus nalgas, grandes, redondas, sin celulitis o estrías, preciosas, las besa, muerde, le dejó un par de chupetes, con sus manos las abre y besa su oscuro ano, que huele a eso, ano.
Con su pene incrustado en medio de las nalgas, Juan abraza por detrás a la mujer con la que acaba de tener el mejor sexo de su vida, gorda, sí, pero voluptuosa, jugosa y apretada. Con cuidado cubrió su cuerpo con una sábana y se dispuso a dormir.
Por la mañana Juan se despertó a lado del cuerpo de Paloma que aún dormía, se levantó a hacer el desayuno, para dos, con cariño despertó a la mujer que confundida y con dolor de cabeza gira exponiendo su desnudo cuerpo. La enorme cicatriz de Paloma está totalmente expuesta, Juan la toca y acaricia despertando completamente a la mujer. Aterrorizada lo mira a los ojos, ya no está excitada, está con dolor de cabeza, se acaba de despertar, no es su casa, está desnuda, todo eso en su cabeza tensan su cuerpo, pero Juan es un hombre educado y un caballero, inclinó su cuerpo y besó la cicatriz reiteradas veces desde la parte más baja, hasta lo más alto rematando en sus labios.
- Está bien, no me importa, quiero, si así lo deseas, repetir.
- ¿Quieres repetir aunque esté gorda y marcada?
- Gorda se me pone cuando estoy contigo, marcados mis huevos en tus nalgas cuando te coja con fuerza, ahí está el baño, hay toallas y batas, te espero para desayunar.
Conmovida, se dejó hacer y se fue a bañar, en la cocina Juan termina el desayuno mientras Paloma lava su vagina, aún siente el semen de su amante salir, se siente feliz, relajada, dos orgasmos pusieron su humor como nunca antes había estado, lavó su cuerpo a conciencia, como siempre, aunque sus hábitos alimenticios no son muy buenos, su higiene personal si lo es.
Juan sirve el desayuno cuando alguien detrás de él lo abraza y le da los buenos días.
- Las reglas son simples, nos vemos cuando tengamos ganas, pero soy un hombre muy metido en mi trabajo, podré verte más que nada en la noche madrugada.
- Está bien ¿Puede ser cuando quiera?
- Sí, cuando quieras o quiera.
Paloma volvió a su casa en un taxi pagado por él, acostada en su cama le envío un mensaje a Juan.
- Estoy en casa, gracias.
- Excelente, bonito día, estamos en contacto.
Tres días han pasado, Paloma sigue feliz, pero sin noticias de Juan. Ella no sabía si debía mandarle mensajes diario, no son pareja, no sabía cuándo debería pedirle volver a verse, poco a poco la felicidad la abandona, sus ganas de comer regresan, después de tres días comiendo menos y sano, sus ganas de comer basura regresan.
Sentada en su casa, llorando, abraza con fuerza su almohada ¿Por qué querría repetir? Estoy gorda, fea y marcada, ya obtuvo lo que quiso, no volverá a buscarme.
Sumisa en depresión, aún con su uniforme, Paloma está tirada en su cama con la luz apagada.
Ignora su teléfono en la sala que vibra. En algún punto de la noche se levanta de su cama, desea darse un atracon de comida, su estómago ruge contemplando su refrigerador lleno de cosas caducas, camina por su casa buscando su celular, tal vez alcance a pedir algo se cenar, es la 120 de la madrugada.
6 mensajes, todos de Juan…
- Hola hola ¿Cómo estás? ¿Crees que nos podamos ver? Tengo ganas de hundierte toda la 8===D
- Lo siento, es una broma, te deseo, quiero tenerte.
- Me avisas si es posible hoy o mañana.
- ¡Seguro estás ocupada trabajando mucho! Te entiendo, avísame.
- Tal vez estás dormida y yo molestando, me mandas mensaje cuando estés disponible.
- No importa la hora.
Su corazón late a mil por hora, su vagina palpita y escurre, sus pezones inflados duros como piedra…
- Hooooola buenas noches ¡Me quedé dormida! ¡Puedo en este momento! Quiero comerme toda tu 8===D
«Es la una y media, quizá este dormido, pero ya verá el mensaje mañana» con su celular en el pecho, sonriendo y feliz, Paloma camina a su baño, no se ha bañado desde la mañana.
En su baño se depila todo, piernas, axilas, vagina, ano, brazos, todo, son las 2 am, su hambre desapareció, con sus manos recorre su cuerpo ejabonado, una toallita limpia su piel ayudada con la espuma.
Sentada en su cuarto se depila la ceja, hacía años que no lo hacía. Está desnuda frente al espejo, ve su cicatriz y la recorre con sus dedos «está bien, no me importa», Paloma vuelve a llorar, pero está vez de alegría, se siente hermosa, contempla con orgullo sus enormes senos, de pie contempla sus redondas nalgas » me va a coger» sonríe y gira sobre su eje.
La vibración del celular la alerta, es Juan llamando.
- Hola…
- Hola gordita, buenas noches, sé que es tarde, pero si quieres, podemos vernos.
- !Sí¡ Claro, si no te causa problemas – al otro lado de la línea Juan se masturba desnudo en su cama.
- Mi único problema es que me estoy masturbando solito, prefiero tu puchita mojada, tu boca o al menos tus manos ¿Dónde vives? Puedo pagar por ti.
- Vivo en xxx, al otro lado de la ciudad.
- Bueno, te pido un Uber, que te lleve a xxx, ahí te recojo yo, así hacemos la mitad del tiempo.
- Si, me cambio en 3 minutos, manda por mí.
- Excelente, y oye, no te pongas mucha ropa.
Sentads en su cama Paloma grita emocionada, de inmediato se pone unos pantalones, sandalias y una playera, sin ropa interior.
- Ya está afuera el vehículo, carro blanco placas xxxx.
Paloma va sentada en el asiento trasero, su corazón late rápido, el chófer no le hace conversación.
En una plaza iluminada está Juan esperando, hace señales con su luz y Paloma aborda el vehículo rápidamente.
Juan intento saludarla pero ya la tenía encima besándolo, su aliento es fresco, huele a limpio, sin perder el tiempo, mete mano debajo de su holgada ropa y toca sus carnes.
- Quiero que me des duro, tres días es mucho tiempo.
- Traigo los huevos cargados, te voy a dar hasta para llevar.
- Si, si, si, vamos a tu casa.
Todo el camino Paloma se dedicó a atender el pene de su amante, besos, caricias, lamidas, suficientes para degustarlo sin llevarlo al límite.
- De haber sabido que tenías tantas ganas, paso por ti al trabajo.
- Tres días sin mandarme mensaje, tengo muchas ganas.
- Llegando te las quito.
- Si, por favor.
En casa de Juan es pura pasión, Paloma en cuatro recibe a su amante que nalguea sus grandes nalgas y estrella sus testículos con su vagina. El apurado pene de Juan entra y sale con violencia a gran velocidad arrancando gritos de placer en la mujer que siente su vagina estimulada en el lugar correcto por el miembro de su amante.
- Haaaaaaay Juan, así, sigue así, ¡estoy cerca!
- ¿Estás cerca gordita? ¿Te vas a venir con mi verga adentro?
- Siii, me voy a venir toda, ¡Te voy a mojar todo con mis jugos!
Paloma siente lo mismo de la vez pasada, todo su cuerpo se tensa en un orgasmo de 15 segundos que sacude todo hasta su alma.
Juan disfruta de las contracciones en su miembro y e deja llevar por su propio placer inundando la vagina con el semen acumulado de 3 días.
La pareja cae exahusta en la cama, el pene de Juan abandonó la vagina de Paloma y todo el semen escurre.
Ambos rien agitados abrazados de cucharita, saciados, al menos por ahora, caen en un profundo sueño.
En la mañana el delicioso olor a desayuno despierta a Paloma, desnuda sobre su cama estimula su vagina con los restos de semen del encuentro nocturno.
- Buenos días gordita ¿Ya traes ganas de más?
Una sonrisa pícara ilumina el rostro de Paloma.
- Sí, pero ¿Y si repetimos en la noche? Pasa por mi al trabajo, lo hacemos temprano y así dormimos
- Suena a un muy buen plan, si me apuro puedo dejar todo listo en el trabajo temprano y pasar por tí.
- Si, por hoy, hagamos una excepción, prometo no quedarme dormida de nuevo.
El día de ambos transcurre normal, Paloma feliz atiende a sus clientes, bromea con sus compañeros, rechaza lo que alguna vez fue su principal característica, la comida basura.
Por primera vez en toda su vida, Paloma tiene autoestima, es feliz, alguien la desea, aunque sea solo sexo.
Ese día Paloma comió ensalada, cambio las hamburguesa, papas y refresco por una ensalada con agua y semillas.
Puntual salió de su trabajo y se sentó en el parque cerca, a su celular llegó un mensaje
- Lo siento, necesito una hora más
- Dale, espero
La mujer caminó por la plaza, en una tienda de lencería se compró un babydoll extra grande, en la sex shop de la otra vez más lubricante y un libro de poses sexuales para gente de talla grande, curioseaba por El establecimiento, con el rostro rojo admira los juguetes sexuales, un nuevo mensaje de texto.
- Estoy fuera ¿Dónde estás?
- En la Sex Shop, te veo en la avenida
Ni hubo tiempo para saludarse, Paloma besa desesperadamente a su amante y este le corresponde.
- ¿Qué compraste en la sex shop?
- No te digo.
- Bueno, igual me vas a mostrar.
- Si, al rato.
Con ganas de acción Juan intenta desvestirla, pero Paloma tiene otros planes.
- Espérame aquí, cuando salga, quiero que tengas algo de beber.
Encerrada en el baño se refresca, se pone el baby doll y revisa su vagina y ano depilados, maquillada y lista para la acción sale del baño para entregarse a su amante que la espera desnudo, con el miembro erecto y una botella de vino.
Juan no esperaba que un poco de maquillaje y un baby doll cambiaran tanto a una mujer, ahora su gorda amante luce radiante, hermosa y sexy.
Rápido se incorporó y le ofreció una copa, se la llenó de vino y ambos bebieron. Por la cabeza de Juan pasan ideas, piensa en cómo deberían hacerlo el día de hoy, afortunadamente para él, Paloma trae un libro, uno que además es interactivo. Maravillados observan la función «aleatoria», ambos lanzan unos dados y el número que salga es la página y pose que deben probar.
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Al unísono leyeron el número y abrieron el libro en la página
- El molde, técnica para sexo anal, permite el acceso a la pareja de todas las zonas erógenas y facilita la penetración.
Ambos se rieron nerviosos, Juan a probado el sexo anal, pero no es su favorito, ella nunca ha probado el sexo anal, pero el juego tiene que seguir.
Acostada de lado con las piernas recogidas le ofrece a su hombre el ano.
- Cuidado, es mi primera vez, usa lubricante.
Emocionado por saber que será el primero en entrar en su culito deja de lado sus prejuicios y se saborea el hecho que meterá su pene en ese enorme par de nalgas antes que nadie.
Pene barnizado de lubricante y ano recubierto, así inicia la entrega de su último virgo a un hombre que no ama, pero que desea ser suya.
Debido al tamaño de ambos, el pene entró con dolor para ella, pero fue relativamente fácil, pasó a paso los 15 centímetros de fueron hasta el fondo con quejas y protestas de ella, pero se quedó inmóvil todo el acto.
Desesperado Juan amaza las enormes nalgas y senos de Paloma que están a su disposición mientras profana el ano virgen.
El ritmo de la penetración le causa dolor a Paloma, pero aguanta y hace el sacrificio por su amante que disfruta del apretado y cálido culito que perfora.
Paloma agradece las atenciones a sus senos, el único placer que siente en ese momento, masajeador, estrujados, pellizcados y estirados, todo con sumo cariño.
El tamaño permite que Juan los lleve a su boca para ser atendidos.
- No está tan mal, así lento.
La verdad Paloma sufre, su ano aceptó al invasor, más que nada por el lubricante y los diámetros, pero no estaba preparado para el entrar y salir constante que le dolía hasta el alma, pues Juan está disfrutando esto, saca todo su miembro y vuelve a entrar hasta el fondo, es amable, pero no hay piedad o tiempo para el descanso, le toca aguantar, fue su idea.
Pero como dice el dicho, no hay mal que dure 100 años, su ano se dilató y adaptó al invasor, dejó de sufrir, si bien no hay placer, ya no duele tanto y se puede concentrar en las atenciones de sus senos.
- Hay gordita, está bien rico, te lo voy a bañar con mi leche.
- Sí bebé, bañame el culo con tu leche, tirala adentro.
Halagos y estímulos motivaron a Juan que aceleró el ritmo, un dolorcillo en su ano, nada que no pueda tolerar, de ahí en fuera, la satisfacción y orgullo de darle placer a su hombre la motivaron a empujar su cadera en busca de la eyaculación.
El Baby doll volvía loco a Juan, los enormes atributos de la mujer no caben en la prenda, le encanta tener a esta mujer de amante
- ¡Te voy a llenar el culo de leche gordita!
- Aaaaaaay si bebé ¡llénalo!
El calor en su ducto anal se siente bien, rico, Paloma sonríe lujuriosa al saber lo que acaba de pasar, el pene en su interior palpita liberando el resto de su descarga.
Juan ríe satisfecho, había tenido malas experiencias con el sexo anal, todas relacionadas con el asco, pero la gordita abajo de él es especial.
El pene abandona el canal con cuidado, la pareja se incorpora y él le ayuda a llegar al baño.
Sentada en el inodoro Paloma deja salir toda la evidencia, un poco de heces pero a Juan no le importa, se está lavando su erecto pene.
- ¿Cómo? Sigues de pie.
- Si gordita, te la voy a clavar por el chocho ahorita.
- Sí mijo que rico, solo me doy un baño.
En la regadera, la pareja desnuda lava su cuerpo, detrás de ella, recargada en la pared, Paloma recibe los dedos de Juan en su ano, de rodillas lo lava a conciencia como agradecimiento, aprovecha para darle sexo oral desde atrás a su gorda vagina.
Ella gime sin control, le encanta el sexo oral, la lengua, la succión, labios, los dientes, disfruta enormemente la atención, tanto que así de pie se vino a chorros sobre la boca de su amante que se bebe todo sin derramar una gota.
Las piernas le tiemblan, sin poder soportar su peso va perdiendo altura, Juan se incorpora detrás de ella y la sostiene, sus brazos la sujetan desde atrás, las manos se apoyan en su panza, sobre su cicatriz.
Paloma siente sus manos y es presa de la inseguridad, intenta mover su manos, no se siente cómoda, pero Juan tiene todo bajo control.
- Está bien, no es nada, me gusta, vamos a la cama, quiero besarla.
Paloma no puede hablar, está confundida, durante años se han burlado de su cicatriz, en secreto su familia habla del accidente y «la horrible marca» en su «gorda» panza, su novio le dijo «marcada», todos los que se supone la aman le han hecho daño ¿Qué sería diferente con él?
En un esfuerzo titánico, Juan cargó a Paloma a la cama, no es un tipo fuerte, al contrario, es más bien débil, lo suyo es la cabeza, el cerebro.
Acostó a la hembra al borde de la cama, ambos aún mojados, sobre todo la vagina de ella, lubricada y caliente.
Con las piernas en sus hombros, Juan penetró a Paloma que gimió con la invasión, sus piernas cayeron sobre las de él y se afianzaron, con las manos libres Juan se apoderó de los prominentes senos, su boca se inclinó a la enorme panza de ella buscando la cicatriz, pero Paloma lo sujetó de la cabeza, asustada, incrédula.
- Por favor, no.
- Estoy bien con esto, merece un poco de atención, apuesto que nunca la han besado.
- No, nunca, nadie – Paloma está llorando, sufre por un conflicto interno que ha vivido por años de tortura.
- Déjame a mí…
Paloma no retiró sus manos de la cabeza de Juan, pero tampoco opuso resistencia permitiéndole acercar sus labios a ese lugar prohibido.
El aliento de Juan es caliente, ella aprieta su cabeza y jala su cabello con fuerza por el miedo, pero no se detuvo, mientras mueve sus caderas y amasa los senos de su amante sus labios besan la enorme y oscura cicatriz, su lengua la recorre, las manos de ella ceden, todo su cuerpo vibra, incluso su ano recién desvirgado punza con las sensaciones que le transmite su amante que la posee y destruye una barrera que por años la ha estado atormentado.
- ¡Aaaah! ¡Hummm! ¡Dios, sí!
Paloma disfruta con todo su cuerpo, su hasta ahora inmaculada panza sufre de espasmos por el placer que siente, su amante disfruta las contracciones de su vagina, estrujan y masajean su pene con la misma maestría que hacen sus manos.
Ambos están cerca, muy cerca, por tercera vez Juan eyaculara dentro de Paloma, ninguno de los dos piensa en eso, no les importa, quieren sentir y disfrutar este momento al natural.
Cerca del orgasmo Juan abandonó los senos y panza para ir a besar a Paloma, desde a unir sus labios cuando el flujo de esperma se derrame en el interior de la vagina que tanto placer le da, ella lo recibe gustosa con los brazos abiertos, lo abraza por el cuello tiernamente mientras sus lenguas se entrelazan.
Todo el semen que le queda a Juan sale con fuerza de su interior, los flujos de Paloma empapan la camas, son tantos que parece que se orina.
Aún sobre ella, la pareja se besa apasionadamente, sus manos explotan y recorren su cuerpo, de manera instintiva Paloma busca los puntos donde él acumula su estrés, no hay nada, solo prolonga la erección del hombre al sentir sus manos sobre él.
Ella no para de llorar, está más que satisfecha, está feliz con su amante, aunque solo sea sexo, es liberador para ella, años de tormento disipados en un par de noches.
Juan escucha atentamente la historia de Paloma, sus traumas, los abusos, el engaño, su corazón roto, acostada sobre su pecho, sus manos recorren su pecho, abdomen, pelvis, pene.
En cierta forma, Juan está agradecido de la horrible vida de Paloma, eso permitió que ella acabara en su cama, es envidioso y cruel, pero es la verdad.
- Lo siento, pero estoy feliz de que todo eso pasara, así tengo la oportunidad de repararlo todo.
Paloma sonríe, no es que le gustara su vida, pero tiene razón «si me acepta tal cual soy, entonces vale la pena».
A partir de esa noche la pareja tiene el título de amantes con exclusividad.
La vida cambió de golpe para ambos, Juan busco la forma de ser más eficiente en el trabajo, redujo su jornada de 12 a 10 y finalmente a 8, dormía más, se estresa mucho menos, es más jovial y las mujeres lo buscan, pero Juan es un hombre de principios y palabra «lo siento chicas, soy exclusivo».
Paloma dejó la comida basura, dejó de comer por ansiedad o depresión, cambió su dieta, no es que se lo propusiera, ya no lo necesita. Incluso de inscribió en el gimnasio, aún no estaba lista para que el mundo viera su cicatriz, por eso usa fajas y leotardos de cuerpo completo, sin escote.
Perdió peso y tallas, pasó de 122 a 100 en busto, 130 a 90 en cintura y de 140 a 110 de glúteos, su enorme panza redujo su tamaño considerablemente, pasó de ser una gorda a una mujer con curvas, para el uso exclusivo de un totalmente extasiado Juan.
Cómo todo en esta vida, las cosas siguen su curso natural, tanto sexo sin protección tuvo consecuencias.
El apetito de Paloma se incrementó, luchó, pero la báscula no miente, había subido de peso.
Se lo contó a su amante Juan, no estaba triste, no estaba deprimida, solo tenía más hambre.
- El gimnasio seguramente hija, has hecho más ejercicio últimamente.
Ambos quedaron satisfechos con esa respuesta, pero ella dejó de menstruar. Consternados hicieron la prueba, Paloma está embarazada.
Ninguno de los dos dijo nada, en el fondo están felices, pero solo son amantes, exclusivos, pero nada más.
Juan cree que tal vez ella quiera abortar, Paloma cree que Juan se lo pedirá, pero ambos lo desean, desean al bebé.
- Es tu cuerpo, pero, es mi sangre…
Paloma está asustada, si él se lo pide, abortará.
- Sí… ¿Que…
No pudo terminar la frase, no quiere darle la opción, no quiere ser ella quien lo propone.
- Mi plan es tener un negocio antes de tener una familia, tengo el capital, pero no tengo el negocio, no sé qué deberíamos hacer.
Paloma está devastada, angustiada, no piensa bien y su cabeza no termina las frases.
- Nunca me he visto como madre
Sin darse cuenta ambos están dirigiendo la conversación a un punto equivocado, no son capaces de aceptar las cosas.
Juan desea a esta voluptuosa mujer que se le entrega.
Paloma desea a este hombre que la aceptó en su peor momento.
Ambos están ilusionados y emocionados con la idea de un hijo, su deseo por complacer al otro les impide decir las cosas con claridad.
- ¿Debería abortar?
Paloma está llorando, no deseaba decir eso, pero por conservar al hombre que tanto le ha dado está dispuesta a hacer lo que él le pida.
…
Silencio en la habitación, acostados en la cama donde tanta pasión han desbordado piensan en lo mismo.
«Sería lindo hacer una familia»
Juan piensa en ella embarazada, su panza gorda de nuevo, la enorme cicatriz deformada por el crecimiento de un hijo, su pene crece al pensar en el calostro que podrá beber de sus senos, fantasea con vivir con ella y follarla todas las noches.
Paloma nota el pene erecto de él, no sabe que pasa, pero como siempre, se le antoja, desea tenerlo adentro, ano, boca o vagina, no importa, le encanta ese pene, no es el más grande o hermoso, pero es de ella.
Sentada sobre la cama Paloma masajea cómo la primera vez el pene de Juan, que recuerda e identifica este masaje como aquel del SPA que inició todo.
Está vez Paloma conocé las señales, sabe cuándo va a eyacular y baja para recibir en su boca la descarga que degusta mostrándole a su hombre como juega con su semen en la boca.
- Eres única Paloma.
Sonriendo Paloma traga todo que almacena en su boca.
- No quiero que abortes.
Paloma se da placer sobre el pene semi erecto de su amante, montada sobre él se balancea.
- ¿Seguro que quieres que me crezca la panza?
- Si, ooooh, me encanta ver tus senos balancearse
- ¿Y te vas a hacer responsable?
- Con tal de probar el calostro de tus senos, sí.
Dormidos plácidamente, abrazándose, la pareja descansa.
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