LAS NIETAS DE NURIA Y LAURA 2
somos muy putas.
Nuestras abuelas siempre han dicho que son putis, y nuestras madres reputis, nosotras esto se nos queda chico.
Cuando ya teníamos los trece años cumplidos y ya con nuestro par de buenas tetas decidimos que teníamos que perder la virginidad, en el colegio siempre insistían en que eso debía ser un regalo para nuestro marido, llegar con pureza al matrimonio, sinceramente ya hemos chupado un montón de pollas y nos han echo sexo anal muchas veces como para decir que vamos a llegar puras y candorosas al matrimonio.
Decidimos que ya era hora de perder la virginidad, se lo podíamos haber dicho a la abuela Nuria, pero como como en tantas cosas nos gusta tomar decisiones por nosotras mismas. Casualmente nos tropezamos en la finca con unas berenjenas muy largas que nos dio una idea magnifica, le cortamos el pedúnculo la redondeamos y una a una nos la metimos, la verdad ninguna tuvo ninguna molestia ni sangrado ni nada, una pequeño escozor y nada mas.
Se lo dijimos a la abuela y nos puso mala cara, os he dicho que me digáis las cosas, no es necesario hacer las cosas así, pobre berenjena, nos dio la risa. Nos proporciono condones tamaño xl y nos emplazo el fin de semana en el ático. Cuando llegamos allí el fin de semana a la hora acordada nos encontramos a la abuela con 16 hombres de los que trabajan en la finca, esas pollas son tremendas, nos follaron a todas con muchas ganas. Solo fue una vez y fue satisfactoria, ya no éramos virgenes. Lo que ya sabían los chicos que tenia otras 16 putas a su disposición.
En total éramos nuestras dos abuelas, ocho madres y nosotras 16, abría que añadir las 8 hermanas africanas, las dos tías, nuestra ginecóloga y pediatra, mas cuatro amigas de nuestras madres que frecuentaban mucho el ático.
Decidí que quería hacer un doblete, es decir uno por delante y otro por detrás a la vez, quise organizarlo por mi cuenta y se lo dije a los dos chofer del bus que nos lleva al colegio, se lo pensaron y aceptaron, yo sospechaba que le habían pedido permiso a la abuela, pero en esta ocasión me dejo organizarlo por mi cuenta. No fuimos al pajar, me hacia ilusión que me follaran allí, allí nos fuimos a allí me follaron , el de delante con condon, aun no tenia el diu puesto, fue estupendo cuando llegué al orgasmo, no sabia si era por delante o por detrás, se lo conté a mis hermanas y todas fueron pasando por allí.
Sin descuidar nuestros estudios se follaba a diario unas veces con unos y otras con otros, y así llegamos a la universidad echas unos putones de cuidado, en un par de años habíamos follado con muchos de los alumnos y en mi caso con un par de profesores y una profesora, no tuvieron remilgos porque fuese menor de edad, la verdad que con un metro ochenta y cinco cuesta adivinarlo, mis hermanas hicieron también de todo.
Nos entusiasmaba cuando nuestra tia a la que llamamos la chica y a Vane, su pareja, nos cuentan cosas de cuando estuvieron en el puticlub en la Junquera y del dineral que ganaron, sobre todo nos gustaba eso de follar con mas de veinte o treinta hombres al día, así que decidimos que queríamos ser putas de verdad y montar un puticlub o irnos a pasar el verano a la Junquera, pero como aun somos menores pues no se puede, este proyecto tiene que esperar un tiempo, pero eso si fuimos planificando el asunto.
Mientras tanto ya cuando había algún evento en el ático pues íbamos todas y los chicos africanos se ponían de follar hasta las orejas, la verdad tiene su morbo ver a tu madre viéndote siendo follada con dos tíos a la vez, y además algunos esperando turno.
También de vez en cuando estos festejos eran con los perros, pero es mas breve y muy intenso, eso si.
Y así llegamos poco a poco a los diecisiete años y medio y le decimos a las abuelas y las madres lo que queremos hacer con el puticlub, pero esto ya os lo cuento en el próximo capitulo.
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