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Heterosexual, Intercambios / Trios, Orgias

Las puntas en la casa de un Tío y su sobrino – PARTE 2

Continuación de la historia de Heriberto y su sobrino Erick, y de como tornan su difícil convivencia en un carnaval de puntas en la casa.
Los días siguientes a aquella confrontación fueron un extraño ejercicio de convivencia forzada. Erick y Heriberto habían establecido una frágil tregua que funcionaba bajo reglas no escritas: horarios tácitamente acordados para usar la cocina, el baño, intercambios cordiales pero distantes y, sobre todo, evitar mencionar tanto a Ximena como el incidente que había fracturado su relación.

Una semana después, Heriberto recibió un mensaje de Fernanda pued ella extrañaba lo que tenían antes de que todo se complicara.

—Fernanda vendrá esta noche —comentó Heriberto mientras desayunaban, rompiendo el silencio habitual de las mañanas.

Erick levantó la mirada de su plato sin mostrar emoción.

—Bien. Tengo planes, no estaré aquí —respondió secamente.

—Gracias —dijo Heriberto, y por un momento, pareció que iba a agregar algo más, pero se contuvo.

Aquella noche, Fernanda llegó con una botella de tequila y una sonrisa nerviosa. Heriberto había limpiado el apartamento, comprado flores y preparado la cena. Era un intento desesperado por recuperar algo de normalidad en su vida. La conversación fluyó mejor con cada copa, y pronto los recuerdos amargos quedaron temporalmente sepultados bajo el efecto del alcohol y la nostalgia.

Para cuando terminaron la botella, Fernanda apenas podía sostenerse en pie. Heriberto la ayudó a llegar a la cama, detrás de aquella cortina que supuestamente daba privacidad. Entre risas torpes y caricias cada vez más íntimas, terminaron haciendo el amor con esa intensidad que solo da la reconciliación.

—Te extrañé tanto —susurró Heriberto mientras la abrazaba.

Bajo poco a poco hasta el abdomen de ella, desabrochó su pantalón y quitándose lo dejó ver un conjunto de encaje rojo que sin duda encendió la chispa entre ambos.

Eres hermosa — comentó Heriberto, mientras suavemente le quitaba los panties a Fernanda, y colocando las  piernas de ella en sus hombros bajo hasta su vagina….y pasándole la lengua vió como ella se estremeció.

Ahhhhh si por favor — dijo Fernanda, mientras tomaba por el cabello a Heriberto y lo hundia en su entre pierna.

Heriberto con su lengua separaba los labios vaginales de Fernanda e intentaba entrar poco a poco en ella. Eran hermosos, de color rosado puro, y las piernas de ella también.

Ven amor — dijo Heriberto mientras se levantaba para bajarse los pantalones y dejar salir su verga, la cual ya estaba dura como roca.

Fernanda sin titubear, tomo la verga de Heriberto con las dos manos y pajeandola se la llevó a la boca.

Esto es el cielo — pensó Heriberto, pues ya tenía semanas sin follar.

Te gusta amor? — dijo Fernanda mientras seguía mamando verga y con sus ojos llorosos miraba a Heriberto.

Quedaron completamente desnudos y la pequeña casa ya olía a sexo. Poniéndole en pose de misionero Heriberto llevo la cabeza de su verga y la metió lentamente en la pequeña vagina de Fernanda.

Suave por favor! — dijo ella — claro mi amor — claro mi amor — respondió Heriberto mientras dejaba caer todo su miembro dentro de Fernanda.

Fernanda se estremeció bajo su cuerpo y, en el clímax, dejó escapar un nombre que cayó como un balde de agua fría:

—¡Erick!

El tiempo pareció congelarse. Heriberto se detuvo en seco, pero Fernanda, perdida en su propio placer y embriaguez, pareció no darse cuenta de lo que había dicho.

¿Dijo Erick? — pensó Heriberto, pero eso no lo detuvo y continuó culeandose esa pequeña vagina que solo lo conocía a él.

La tomó por la cintura y la llevo hasta la pequeña mesa de la cocina, donde abrió las piernas de Fernanda y dejó ver una hermosa vagina que ya estaba roja por la follada.

Pero esta vez, tomando un poco de vaselina, inserto un dedo en el culo de Fernanda.

Ahhhh siiii — gritó Fernanda mientras Heriberto ahora metía 2 dedos. Era raro, nunca lo habían hecho por ahí, pero los dedos entraban muy fácilmente.

Ahora si puta, te toca aguantarme! — le susurró Heriberto el oído a Fernanda mientras metía su verga de un solo golpe en el culo de ella.

Ayyy porfavor… No pares — gritaba Fernanda mientras Heriberto embestia sin compasión el culo de ella. Lo extraño era ver como ella lo gozaba sin quejarse, al contrario pedía más.

Tomándola de la cintura la llevo hasta el sofá donde la puso en cuatro…. Separo sus piernas y esto dejo ver un paisaje fenomenal…. La vagina y culo de Fernanda estaban siendo taladrados sin compasión.

Ven zorra! — Le dijo Heriberto mientras tomando su miembro lo metía sin parar en la vagina y culo de Fernanda.

Llegó un momento que el culo de Fernanda empezó a sangrar, pero a Heriberto no le importó y siguió follandola hasta dejar ir litro de lecho dentro de la vagina de ella.

 

Cuando todo terminó, ella cayó en un profundo sueño, mientras Heriberto permanecía despierto, mirando al techo, con mil pensamientos oscuros cruzando su mente.

¿Desde cuándo? ¿Cómo había pasado? ¿Era una simple confusión por la borrachera o había algo más entre su novia y su sobrino? Las horas pasaron lentamente, cada una más pesada que la anterior.

El amanecer lo encontró en la misma posición, con ojeras profundas y una decisión tomada: confrontaría a Erick. No podía guardar esto para sí mismo o se volvería loco.

Fernanda se marchó temprano, con resaca y sin recordar nada del incidente. Heriberto esperó toda la mañana, sentado en la pequeña sala, ensayando mentalmente lo que diría. Cuando por fin escuchó la llave en la cerradura, su corazón comenzó a latir con fuerza.

Erick entró despreocupado, con el cabello despeinado y la misma ropa del día anterior. Se sorprendió al ver a su tío esperándolo.

—¿Pasa algo? —preguntó, dejando las llaves sobre la mesa.

Heriberto lo miró fijamente, buscando en su rostro algún indicio de culpabilidad.

—¿Hay algo que quieras contarme sobre Fernanda?

Erick frunció el ceño, genuinamente confundido.

—¿De qué hablas?

—Anoche estuvo aquí —Heriberto hizo una pausa, midiendo sus siguientes palabras—. Mientras estábamos juntos, dijo tu nombre.

El rostro de Erick pasó de la confusión a la sorpresa y luego a una expresión indescifrable. Dio unos pasos hacia atrás y se apoyó contra la pared.

—¿Qué estás insinuando?

—No lo sé, dímelo tú —la voz de Heriberto temblaba ligeramente—. ¿Ha pasado algo entre ustedes que yo deba saber?

Erick soltó una risa seca que no reflejaba ninguna alegría.

—¿En serio? ¿Después de lo de Ximena vienes a acusarme de esto?

—No te estoy acusando —respondió Heriberto, aunque su tono decía lo contrario—. Solo quiero saber la verdad.

—No hay ninguna verdad —Erick se pasó la mano por el pelo con frustración—. Nunca he tocado a Fernanda, ni siquiera hemos hablado a solas.

Heriberto se levantó y comenzó a caminar por la sala, incapaz de quedarse quieto.

—Entonces, ¿por qué diría tu nombre?

—¡Y yo qué sé! Estaba borracha, ¿no? —Erick elevó la voz—. Tal vez confunde a todos los hombres cuando está ebria, o tal vez… —se detuvo abruptamente.

—¿Tal vez qué? —insistió Heriberto.

Erick lo miró directamente a los ojos.

—Tal vez está jugando con ambos, como tú y Ximena jugaron conmigo.

El comentario golpeó a Heriberto como una bofetada. Justo cuando parecía que las cosas empezaban a mejorar entre ellos, volvían al punto de partida.

—No fue así —murmuró Heriberto.

—Como sea —Erick se dirigió hacia la cortina que separaba su espacio—. No tengo nada con Fernanda, nunca lo he tenido. Si no me crees, es tu problema.

Antes de que pudiera desaparecer tras la cortina, el teléfono de Erick sonó. Era un mensaje. Por la expresión que cruzó su rostro, Heriberto supo inmediatamente que era importante.

—¿Quién es? —preguntó.

Erick dudó un momento antes de responder:

—Es mamá. Quieren que les confirme si me voy o me quedo.

Los dos se miraron por un largo momento, atrapados en un apartamento demasiado pequeño para los fantasmas que lo habitaban. Las palabras no dichas pesaban más que todas las acusaciones.

***

Las siguientes cuarenta y ocho horas fueron un infierno silencioso. Heriberto no podía sacarse de la cabeza la idea de que algo había pasado entre Erick y Fernanda. Por más que su sobrino lo negara, la duda se había instalado como un parásito en su mente. Cada mensaje que Erick recibía, cada llamada, cada salida, todo le parecía sospechoso.

La rabia crecía dentro de él, mezclándose con el resentimiento por todo lo que había sucedido en los últimos meses. Sentía que su vida se había convertido en una pesadilla desde que compartía ese minúsculo espacio con su sobrino.

Fue en ese estado mental cuando tomó su teléfono y, después de varios tragos de whisky, hizo lo impensable: llamó a Ximena.

—¿Heriberto? —la voz de ella sonaba sorprendida—. No esperaba tu llamada.

—Necesito verte —dijo él, sintiendo cómo el alcohol nublaba su juicio—. Es importante.

Hubo un silencio al otro lado de la línea antes de que ella respondiera:

—Sabes que esto no está bien, ¿verdad?

—Nada está bien últimamente —respondió él con amargura—. ¿Puedes venir o no?

Ximena llegó una hora después, cuando la botella estaba casi vacía y la determinación de Heriberto era absoluta. No hubo muchas palabras. Ambos sabían por qué estaba allí. La culpa y el deseo se mezclaron en un cóctel tóxico mientras se besaban con desesperación en el sofá.

—Erick podría llegar en cualquier momento —susurró ella entre besos.

—No me importa —respondió Heriberto, y en ese momento era verdad. Una parte de él incluso deseaba que su sobrino los encontrara, que sintiera lo que él estaba sintiendo, ese dolor punzante de la traición.

Te ves hermosa en tu uniforme de prepa! — le dijo Heriberto mientras besaba muy apasionadamente Ximena — Me lo quieres quitar? — le dijo Ximena,  mientras se mordía el labio inferior.

Claro que si — respondió Heriberto, mientras le arrancaba la camisa y le bajaba la falda — vas a ser mía! — le dijo Heriberto mientras que sin avisarle le introdujo sus dedos índice y medio en su vagina de adolescente.

Ah me lastimas! — dijo Ximena — ero a Heriberto esto parecía no importarle. Le razgo sus panties y Le dió una bofetada.

No que haces?! — protestó Ximena, ero Heriberto estaba muy borracho para darse cuenta…. Ven chupalo! — le dijo Heriberto tomándola del pelo,  ya te lo comiste antes no?, ahora chupalo de nuevo.

Los ojos de Ximena se ponían llorosos mientras Heriberto follaba violentamente la boca y garganta de Ximena.

Estaban justo en el sofá — Heriberto tirado con las piernas peludas abiertas y sin ropa, mientras que Ximena estaba entre medio, con los brazos y espalda moreteadas, y sin ropa,  dejando ver un culo qué pedía ver gas a gritos.

Que es esto?, es enserio? — le dijo Erick, mientras entraba a la casa — No es lo que parece! — intentó explicar Ximena, pero Heriberto la  Tomó por el pelo y dándole otra bofetada le dijo: Termina tu trabajo zorra!

A ver sobrino, comete la vagina de esa zorra, O acaso eres joto — Le dijo Heriberto a Erick…. Erick veía visiblemente a su tío borracho, pero no podía desaprovechar la oportunidad de partir el culo de su ex.

Erick, quien estaba en uniforme de jugar fútbol se bajó los pantalones y dejó ver una ereccion de 17cm y sin previo aviso, solo escupió el culo de Ximena y metió de golpe su verga en el culo de ella.

Nooo ahhhh Erick no porfavor! — intentó protestar ella, pero Heriberto volvía a tomarla por el pelo y meter su verga profundo en la garganta de Ximena.

Chupa perra!, goza de 2 machos — le dijo Heriberto.

Mientras tanto Erick follaba sin compasión el culo de Ximena.

Vente para acá — le dijo Heriberto a Ximena, mientras que enchandosela encima Le metía su verga por la vagina.

Andale sobrino, metele también! — le dijo Heriberto su sobrino Erick, y él sin pensarlo 2 veces metió su verga en el culo de Ximena.

Tío y sobrino estaba haciéndole una penetracion doble a esa zorrita de 17 años…. Ella solo lloraba de impotencia, pues ellos no pararían.

Despues de casi 15 minutos tomaron a Ximena y la lanzaron en una de las camas, turnandose se la siguieron follando por más de 2 horas.

La estrecha vagina de Ximena estaba totalmente abierta y el culo de ella desgarrado de la follada Que le estaban dando.

Heriberto sin aguantarse más la volvió a agarrar del pelo y metió su verga en la boca de Ximena, dejando ir una venida de leche qué tenía años de no hacer. A Ximena se le desbordaba por la boca.

Casi al mismo tiempo Erick se venía en el culo de Ximena… Metió hasta el fondo su vega dejando ir una venida brutal qué ella solo sentía con las palpitaciones de la verga de Erick en su culo.

Heriberto solo le dijo: Vístete y vete! — Ximena, visiblemente agotada, solo logro ponerse una camisa y su falda y salir de ahí lo antes posible…. Los panties estaban rotos y su brasier también. La habían follado violentamente entre 2.

A la mañana siguiente, Heriberto despertó solo, con un dolor de cabeza martilleante y un vacío en el estómago que no era solo por la resaca. Lo que había hecho no tenía justificación, lo sabía, pero en su mente distorsionada por los celos y el rencor, se sentía como una especie de justicia retorcida.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Heriberto comenzó a darse cuenta del error monumental que había cometido.

Sin embargo, Erick parecía otro chico, tenía una sonrisa y viendo a su tío solo dijo: Hay que hacerlo más seguido, tengo otras chicas de la prepa, que puedo traer para jugar con ellas.

Heriberto lo vió como una oportunidad, y así fue por más de 1 años.

737 Lecturas/10 mayo, 2025/1 Comentario/por Yorg77
Etiquetas: baño, culo, follando, follar, recuerdos, sexo, sobrino, vagina
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1 comentario
  1. Alexei Dice:
    11 mayo, 2025 en 1:09 pm

    a pesar de las diferencias de edad hubo un punto y se conectaron después de eso y la oportunidad puesta la mamá de Erik llamo de nuevo y Heriberto contesto justo delante de su sobrino y mirándolo a los ojos y le dice Erik no se va se queda ! el está amañado aquí ! y paso el teléfono al chico
    Si mamá,me quedo mi tío me entiende mejor que nadie y hacemos y compartimos los que nos gusta!
    chao mamá….y en la parte tres va mejor esperemos.

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