LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: 2. Coqueteriai
En el capítulo anterior relate como heredé dos hijas, una de 12 y una de 8. Esta vez centrémonos un poco en la de 12, Camila, y acerquémonos un poco a Celeste. Continua leyendo..
Haber les explico un poco de la pre- adolescencia. Esta es una etapa de transición entre la niña y la adolescente. Sucede más o menos entre los 10 y los 12 años. En estas edades el cuerpo de las niñas se vuelve loco, sus hormonas se elevan al máximo grado y si curiosidad también, el interés por el sexo opuesto incrementa y normalmente se fija. En hombre mayores que ella, mayores de edad para ser exacto. La mayoría de niñas busca satisfacer esa curiosidad en la persona más cercana; sean estos primos, hermanos, tíos e incluso en los mismos padres (lo que es muy poco comun).
¿Porque hago este preámbulo? Porque he heredado a una preadolescente. Rebelde, curiosa y muy coqueta. Dedicare unas líneas a describir a Camila, mi nueva hija de 12 años. Ella es alta, piel blanca, sus mejillas muy sonrrojadas, cabello ondulado corto y un cuerpo en vías de desarrollo. (Man adelante conocerán un poco más a Camila) pero por el momento es todo lo que conocía de ella.
Entremos en materia. Luego del pequeño incidente en el baño cuando Camila vio no solo pajeandome; sino que vio en espectáculo de la eyaculación, una eyaculación espectacular que creo incluso que le alcanzo a chorrera su carita. Luego que ella corrió al baño, pensé en seguirla y explicarle lo que vio, pero preferirí dejar las cosas así e ir a ducharme.
Al día siguiente me desperté a hacerles el desayuno. Celeste (mi hija de 8) se despertó primero, un tanto triste como la habia estado notando. -¿que te pasa pequeña? ¿Porque estás así?- le pregunte. A lo que no me contesto, solo agachó la cabeza y continuó con su desayuno. Luego desperto Camila. Crei que no me iba a hablar por vergüenza o algo pero al contrario me abrazo por detrás y me dijo -hola papi- y me dio un beso en la mejilla -gracias por hacernos el desayuno- y me besó de nuevo. -Bueno, creo que se le olvidó lo de anoche- pensé. Ella fue a la estufa a servirse comida y no pude evitar ver sus nalguitas hermosas, Redondita, paraditas. Su pijama no dejaba más a la imaginación. Era una blusa de tirantes que dejaba ver su ombligo y de marcaban muy bien sus pechos nacientes, un short ajustado y muy corto que casi se le veía una nalga de fuera. Cami no era una niña delgada pero tampoco obesa. No encuentro otra palabra para describirla que la palabra inglesa «chubby». -que te está pasando Oscar- me dije en mi mente -es una nena, es tu hija idiota, reacciona- desperté de mi letargo y mejor me fui a mi cuarto a ver una película, las niñas igual se fueron cada una a sus cosas.
Estaba en mi cuando,tranquilo, solo con shorts pues así acostumbraba a estar cuando Camila se tiró en mi cama y se recuesta en mi pecho. -que peli ves, papi- no puedo negar que tener a esa niña cerca me puso muy nervioso, se me erizo la piel -a… eh… es… una… serie- dije tartamudeando. -que bien, ¿me pudo quedar a verla contigo? Celeste solo mira cosas de niñitas- ya estábamos entrando en confianza -osea que ¿tu no eres una niñita?- le dije en tono algo con coqueteo, o se ni porque hice eso. -no, ya no soy una niñita, soy toda una mujer- cabe mencionar que a todo esto la niña estaba con esa pijama que antes les conté boca abajo en mi casa, la curva de sus pompas resaltaba. Continuemos. – y ¿qué te hace pensar o sentir que ya eres una mujer?- una pregunta que no estaba seguro si quería escuchar la respuesta. -mmmmm…. pues no se, me siento como una mujer- la tensión aumentaba cada vez más. -me gustan cosas de mujeres- continuó. -pero ya basta de preguntas mejor estamos viendo la serie.
Para que se imaginen, la serie era Game of Thrones y pues esa serie tiene sus escenas +18, y justo en ese momento que mi mente estaba confundida en cuanto a Camila sale una de esas escenas. Yo sudaba. La mujer de la escena gemía, la mano de camila estaba en mi pecho y ella movía los dedos. Mi pene estaba despertando y cuando estoy en mi casa acostumbro a no llevar ropa interior y shorts flojos, sabía que si se me paraba ella lo iba a notar y me moriría de la vergüenza al no saber que hacer. Los gemidos se hacían más rápidos. -no entiendo porque grita tanto- al fin rompió el hielo, pero mi pene seguía queriendo despertar. No hice caso a su comentario, estaba tan concentrado en que no se me parara y creo que camila estaba teniendo una lucha interna también. Pero ella no pudo más y ocurrió lo que jamás en mi vida se me hubiera ocurrido que pasaría.-ya no aguanto papi- se levantó, se me subió encima y comenzó a besarme el cuello; esa niña sabia de seducción y sus hormonas estaban a reventar. Trate de actuar como adulto -¿qué estas haciendo niña?- la tome de la carita y me le quede viendo por un momento nuevamente tratando de actuar como adulto, pero… no pude más y comencé a besarla, la niña ya había besado y se notaba porque mordía mis labios y yo igual mordía esos labios rosados, carnoso y dulces.
-quiero que me hagas gritar como la de la serie- me detuve y le dije- estas segura de esto Camila- ella no me contesto, estaba tan excitada. Se quitó la blusa y dejó al descubierto esos pechos recónditos y paraditos, sus pezones los más rosaditos que jamás había visto, sin más los comencé a lamer, recorrí cada centímetro de la circunferencia de sus pechos. Los mordía y ella gemía cada vez que lo hacía. Me levanté, me quité el short y mi pene salió saltando, ella sin más lo tomó con su mano y comenzó a pararme, la mejor paja, luego sin que yo le dijera nada se lo tragó entero, 18 cm de carne en su boca y lo hacía perfectamente y sin rasparme.con los dientes. Mientras me la lamia sus ojos inocentes me miraban con diciendo acabare en la boca, ya no podía más. La tomé des pelo , subí una puerta en la cama y comencé a empujar su cabeza hacia mi pene como si fuera una puta.
Estaba a punto de acabar y echar un chorro de semen en su boca cuando escucho que se abre la puerta y un grito la hace que suelte de golpe mi pene. Ahhhhhhhhhhh!!! – era Celeste quien abrió la puerta de golpe y nos vio en pleno acto. La niña no reaccionaba. -salite de aquí estúpidamente, que estás mirando, que esperas.- le grito Camila y Celeste se fue llorando para su cuanto, sin duda una emoción fuerte para ella. Y que mal para mi porque así como íbamos, la desvirgada estaba segura…
Continuara…
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