LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: 3. Hacer el Amor
«… de más esta decir que le besé hasta la sombra.»-Ricardo Arjona (El Taxista).
Esta es la cuestión, hay una marcadisima diferencia entre tener sexo y hacer el amor. Tener sexo es una cuestión de deseo y placer, ganas de saciar el apetito sexual propio, el sexo se hace con una persona por la cual no se siente ni el más mínimo sentimiento más que un deseo sexual. Ahora si hablamos de hacer el amor es algo completamente distinto; hacer el amor es una cuestión de eso AMOR, es que en el acto preocuparse únicamente por satisfacer a la otra persona, el amor se hace con una persona por la cual sientes algo especial, es cuestión de ternura y muchas veces no es necesaria una penetración para llegar al orgasmo, algo muy sencillo puede llevarte al extremo. En toda mi vida había nada más tenido sexo, pero nunca había hecho el amor, HASTA HOY.
Luego que Celeste nos encontrará en pleno sexo oral salió corriendo y Camila se vistió y salió detrás de ella. Solo escuchaba gritos y golpes de una puerta. «Celeste abri la puerta, te voy a enseñar a tocar la puesta antes de entrar estúpida, lo arruinarte todo y lo hiciste con la intención de arruinarlo porque sos una celosa. El jamás se va a fijar en ti porque sos una mocosa llorona, es mío, mío. Abri la puerta estupida.» Eran los gritos que escuchaba de Camila. «No te voy a abrir, te odio, los odio déjenme sola». Respondio celeste llorando pero gritando. «Camila ya basta de gritos, vete a tu cuarto, yo hablo con ella pero ya deja de gritar, no quiero problemas», le dije para calmarla pues no quería problemas con los vecinos. Haciendo berrinches se fue a su cuarto llorando de enojada, Camila era una niña muy caprichosa, algo que le trajo muchos problemas y a mi también, pero ese es cuanto para otra ocasión.
«Celeste abri está puerta por favor, te lo digo como tu papá» se lo dije con tono exigente. » no sos mi papá» todavía llorando y gritando. «Bien, voy a abrir la puerta entonces» abri la puerta y estaba en su cama acostada con la cara viendo a la pared. «Princesa. Solo quiero explicarte lo que viste. Es algo normal que hacen dos personas, eso lo hacen un hombre y una mujer cuando se quieren». «Pero mi hermana lo hizo por molestarme.» «Porque dices eso mi niña». «Ella quiere ser tu favorita y por eso hizo eso, para que tu no me quieras». Era claro que la nena no tenía la más mínima idea de lo que pasaba. Su inocencia era tam grande.
«Haber amor, ven si3ntate y te explico algo». Se sentó en la cama con las piernas entrelazadas, debido a que no era una niña con malicia no le importo la forma de sentarse y me dejo ver el espectáculo de sus panties tostaditas con cerecitas y sus piernas blancas. No podía despegar la vista pero ella no notaba mi malicia, veía además sus piecitos tan delicados, blanquitos, limpios y rosaditos. La boca se me hacia agua. Era la primera vez que la tenía tan cerca y era más hermosa de cerca. Su carita de inocencia, sus ojitos llenos de lágrimas me editaron. Tuve una erección pero lo podía disimular. Recobre la cordura y continúe con mi explicación. «Tu eres más linda que tu hermana, eres más dulce y tierna y te digo un secreto, eres y serás siempre mi favorita». «Entonces porque haces eso con mi hermana». «Estábamos nada más jugando mi niña». Fue mi ridícula excusa, pero ella me creyó. «Sabes que» le dije. «Ve a ducharte, te pones bien linda y vamos por un helado ¿si?» Logre que recuperara la sonrisa «si, esta bien». Me fui a mi cuarto a vestirme, pero mientras pensaba. «Siento que esa niña está enamorada de mi» me dije «y yo creo que yo me estoy enamorando de ella» algo completamente ridículo, pero si tuvieran esa carita de angelito frente a ustedes con esas mejillas sonrrojadas, esos ojos café oscuro, esos labios carnuditos, rosaditos y que se notaban muy suaves creo que entenderían mi confusión.
Se abrió la puesta del cuarto, Camila. «¿Adonde vas? ¿No vamos a seguir con lo que dejamos pendiente?» Me preguntó. «Voy a salir con tu hermana, luego hablamos de eso». Cuando le dije eso su cara cambió totalmente, se puso roja y se le llenaron lo ojos de lágrimas y explotó. «Quedate entonces con tu puta, maldito violador. No me vayas a buscar para hacerlo nunca más» y se fue dando berrinches, me dolieron un poco las palabras que me dijo pero sabía que era un capricho de niña y que al contrario ella sería la que me buscaría y ahí si que la iba hacer llorar de verdad.
Cuando Celeste se terminó de duchar entrentre yo a ducharme pero llamo mi atención que ahí estaba las panties de cerecitas de Celeste, lo que significaba que se bañaba desnuda, me puso los pelos de punta y claro mi pene se puso de punta también. Lo toma, era tan pequeñito, lo tomé y olía a una mezcla de pis y flujo, delicioso. Me lo puse en mi pene y me comencé a pajear hasta que acabe en el calzoncillo, justo en la parte donde queda su vulvita. Fue una paja hermosa.
«¿Estas lista Celeste?» Le grité. «Si papi ya estoy lista». Salió de su cuarto, estaba vestida súper linda como una modelo. Llevaba una blusa celeste sin mangas y una lycra negra con estrellitas azules, unas sandalias blancas que dejaban ver sus hermosos piecitos, su cabello liso hasta las caderas muy hermoso. Ah y se había puesto brillo en sus labios, olía riquísimo. Su cuerpo empezaba a desarrollarse y era hermoso. «Estas hermosa Celeste, vamos.» La tomé de la mano y fuimos al auto. Anduvimos todo el día juntos, fuimos al cine y luego a comer helado en la tarde. Le compra ropa y zapatos, le compre calzoncillos lindos y ropa lindísima y sexy.
Como a las 7 de la noche regresamos. Camila estaba viendo tv y cuando vio que llegamos se fue a su cuarto. Cami fua a ponerse una de las pijamas que le había comprado, de una pieza, cortita pera que me dejara ver el espectáculo. «Lu3go llegó a tu cuarto» le dije. Estaba dispuesto a esa noche lograr algo con celeste. Me fui a mi cuarto a razurarme el pene para no asustarla por si llegábamos tan lejos. Pero, no tenía la más mínima idea de la sorpresa que me esperaba.
Llegue al cuarto, estaba arreglando la ropa que le compré. «Que linda te queda la pijama, pareces una princesa» le dije. «Gracias papi» me regalo una sonrisita. Cere la puerta, está vez son seguro sin que ella me viera. Ella se sentó en la cama. Me senté a su lado y la abracé. «¿Te gustó este día mi amor?» Le pregunté. «Claro, muchas gracias por hacer mi dia feliz» me dijo. «Claro, tu eres muy importante para mí, perdiste a tu mamá pero me tienes a mi.» Le dije en tono seductor. «Gracias papi. Te amo» me dijo. «Yo también te amo mi niña linda» me le queda viendo fijamente y ella tr ambien a mi hasta que terminamos en un beso de poquito, luego otro y otro hasta que no nos despegamos, ella no podía besar mucho pero me seguía el ritmo, le apretaba con mis dientes sus suaves labios y ella hacía lo mismo con mucha inocencia. Continúe a besarle el cuello, si respiración aceleró. «Celeste… yo…» ella me interrumpió, me puso su dedo en mi boca, lo que entiendo que no debía hablar. Le quité su pijama y quedó solo en calzoncito, era blanquito y se le notaba ya mojadita. Sus pezoncitos recién levantándose, muy rosaditos. Le bajé el calzoncito y dejo al descubierto su vulvita muy abultada, gordita e infladita, sus labios hinchados de la excitación, se veía muy jugosa. Me desvestir, quede solo e boxer para no asustarla. La Acosta en la cama. Comencé a sonar sus piernas hermosos y a besarle dedito a dedito, sentía un poco de cosquillas. Segui por la planta de su pie, su talón Rosarito. Mi pene goteaba y se que ella también. Bese sus piernas de arriba a abajo. Llegue a sus encajes, ella comenzaba a retorcerse. Me ubique en su vulva y comencé a hacerle su primer oral. Su vulvita me cabia completa en mi boca, chupaba sus labios vaginales hasta hacer un sonido distintivo. Abri sus labios con mis dedos y vi su campanita rosaditos. Le pasé la lengua un par de veces, llegué a si viente beso a beso, su ombligo donde me detuve bastante tiempo, su barriguita, sus pechos nuevamente, sus manos, sus dedos. Le di la vuelta y besé su cuello, su espalda. Su piel era tan suave. Llegue a sus nalguitas suavecitas, ricas, lindas, pataditas, curitas. Con mis dos manos separe sus nalgas y vi su anito tan limpiecito, Rosarito. Lo comencé a lamer y luego le lami la vulvita por detrás. Ahí estaba ella empinada sudando. «Hay, hay…. ahhhh…. me voy hacer pis, me hacer pis para, para, ya no aguanto, me hago me hago… mmmmmmjjjjjjjjj» y recibí un chorrazo de acabadura de nena. Me baño toda la cara. No pude más y me vine, increíblemente me vine si siquiera mi pene tener contacto con ella, y fue una acabada grande. Sin mencionar palabra se levantó, le puse su pijama y su calzoncito. Me la senté en las piernas, ella me abrazó y le dije «Te amo mi niña, no tienes idea lo que me has hecho sentir» la besé en su frente.
Esa niña me enseñó lo que es hacer el amor, lo que es tener un contacto amoroso. Me estaba enamorando de esa niña y sabía que eso podría ser u problema pero en ese momento no quería despegarme de ella. Dormi con ella esa noche abrazaditos los dos hasta el día siguiente.
Continuara…
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