Le entrego mi hija a mi novio
Mi fantasía es que se cojan a mi hija, y su reciente padrastro la cumplío..
Me puse de novia con Alan hace 3 meses, y hoy iba a ser el día en el que se lo iba a presentar a mi hija Sofía de 8 años.
El papá de Sofía y yo ya no estábamos juntos porque él había caído en cana por chorro así que yo me tuve que hacer cargo sola de mi hija prácticamente desde que nació.
Sofía es hermosa y lastimosamente igualita a su papá en lo físico. Es chiquita, flaquita, con su pelo rubio lacio y sus ojos azules. La piel blanca como Blancanieves que es como le decían en el colegio. De cuerpo se ve que saldrá a mí porqué con solo 8 años es culona y espero que saque mis tetas.
Pero a pesar de ser tan parecida a su padre, es muy educada y me hace caso en todo.
Cuando me puse de novia con Alan, le conté a mi hija que mamá se estaba empezando a ver con alguien, pero que no se lo iba a presentar hasta que no fuera algo serio.
Yo suelo coger con muchos tipos en casa cuando ella se queda dormida. Ellos venían a la madrugada y me garchaban en silencio en cualquier lugar de mi departamento porque yo le cerraba la puerta a Sofía para que no saliera de su habitación durante la noche.
Yo soy muy fogosa y puta y eso lo sabe todo el mundo, por eso quede embarazada de Sofía a los 17 y su papá teniendo 30. Pero es que me encantaba la verga y coger. Y tener una hija no me iba a detener de hacerlo.
Muchas veces los tipos que metía a casa para que me garchen los conocía en aplicaciones de citas. No sabía nada de ellos, yo solo quería que me llenen de leche por lo que algunas veces tuve problemas. Como una vez que uno me quiso robar y lo amenace con un cuchillo. Luego hubo otro que sin yo darme cuenta, se metió a la habitación de mi hija y empezó a tocarle la conchita por encima del pijama.
Casi lo mato, pero antes de echarlo a la mierda de mi casa, hice que me rompa el orto. Porque la idea de que se cojan a mi chiquita siempre estuvo en mi cabeza y me moja toda la concha.
El primer hombre que me cogió fue mi tío a la misma edad que tiene mi hija. Siempre me manoseaba cuando mi mamá me dejaba a su cuidado. Yo no entendía qué significaba eso, pero me gustaba mucho porque me daba cosquillas en mi galletita como le decía él. Así que desde chica aprendí lo que era chupar una pija, que me cojan por la concha y me chupen el culo.
Nunca nadie de mi familia se enteró porque yo nunca dije nada tampoco, así que mi tío murió llevándose ese secreto a la tumba y yo también lo haré.
Así que pensar en mi hija en la misma situación me pone loca y con muchas ganas de que suceda. Nunca lo hable con ninguno de los tipos con los que tuve una relación porque me daba miedo que me dijeran enferma así que tengo que elegir al hombre adecuado.
Mi hija ya está preparada. Siempre que se baña conmigo me encargo de hacer las cosas para que le guste: la acaricio, le doy besos tiernos, toco con delicadeza su conchita y juego con su anito. Ella solo se ríe como hacía yo a su edad. Las ganas de chuparle la concha y meterle los dedos hacen que cuando terminamos de bañarnos yo me quede unos minutos más en la ducha metiéndome con furia cualquier cosa que encuentre a mi alcance.
Mi hija tiene la conchita más hermosa y apretada. Rosadita y lampiña. Una delicia para cualquiera.
A las 7 de la noche Alan viene a buscarnos y vamos a cenar. Sofía está tímida con él al principio, pero luego se suelta y juega y se ríe como si lo conociera de toda la vida. Él se la gana hablándole con dulzura y comprándole todo lo que ella le pide. Pasemos por el shopping donde nos compra regalos a las dos, la llevamos al parque de juegos y ella juega hasta cansarse.
Horas después estamos yéndonos a casa en el auto de Alan. Él lleva a Sofí en sus brazos porque se quedó dormida y yo voy detrás de ellos mirándolos.
¿Será Alan el hombre adecuado para lo que yo quiero hacer?
Nos subimos al auto y Alan la pone a Sofí atrás con el cinturón. Nosotros dos adelante. Cada tanto miraba hacia atrás para ver si mi hija está bien. Tiene puesto un vestido que se le subió hasta la panza por lo que deja su bombachita de nena a la vista.
La miro con deseo con ganas de corrérsela y chuparla toda. Pero para mi sorpresa, no soy la única. Cuando vuelvo a mirar para el frente, me encuentro con la mirada de Alan también mirando a Sofí por el retrovisor y veo como se pasa la lengua por los labios.
Cuando siente que lo miro se pone serio y no dice nada. Yo tampoco, pero definitivamente mi plan se hará esta noche.
Cuando llegamos a casa le digo que pase así tenemos un momento solos los dos (o sea coger). Entra con Sofí todavía en sus brazos. Ella no se despierta.
-¿Dónde pongo a la nena?
-Ay no sé, está re dormida. No quiero que se despierte.
-Por eso, la voy a dejar en la cama para que esté más cómoda.
-Claramente está cómoda en tus brazos. Sentate en el sillón con ella así duerme un rato arriba tuyo.
-Amor pero re incómodo.
-No gordo, a ella le gusta. Yo la duermo a upa mío siempre. Dale sentate. Encima hace un re calor en la pieza, acá por lo menos tiene el aire.
-Bueno.
Alan se sienta en el sillón con mi hija en brazos. Se lo ve incómodo y espero que sea por lo que yo creo.
-Le voy a sacar el vestido así está más cómoda.
-Amor…
-¿Qué?
-No, nada.
Con cuidado para que no se despierte, le saco el vestido a Sofí dejándola con su bombachita de nena.
-¿Ay decís que la deje con la bombacha? Hoy se la meo toda cuando fue al baño en el shopping. Un olor a meo, ¿no te molesta?
La cara de Alan era de pura incomodidad, pero yo sabía que de algo más también. -No siento nada.
-A ver.
Parece que él no creía que iba a hacerlo, pero también con cuidado le saco la bombacha a Sofí y la dejo totalmente desnuda. Su conchita de nena a la altura de los ojos de mi novio que se entrecierran con deseo. Interiormente sonrío.
Acerco la bombacha supuestamente sucia a su cara.
-Mira, olé. ¿Huele a pis?
Él la huele por unos segundos (más de lo necesario) y niega. -No tiene olor a pis.
-¿Como no? Yo le siento. Mira, acá. -coloco la parte donde estaba la conchita de mi hija durante toda la noche en la cara de mi novio. Sus ojos se cierran, respira con fuerza y se remueve en su lugar apretando más a mi hija a su cuerpo. -¿Te gusta? -le pregunto seductora.
Él abre los ojos rápido y niega. -No, amor. ¿Qué es esa pregunta?
-Capaz que te gusta sentir el olorcito de la conchita de mi nena. -me encojo de hombros.
-Aldana, ¿qué decís?
-Cuando yo tenía la edad de Sofí, un tío mío olía mis bombachitas y le encantaba… y a mí también. -sus ojos se abren con sorpresa y se queda sin palabras. -Quiero que te cojas a Sofí, amor.
-¡Aldana!
-Que te haces si estoy viendo como tenés toda la pija parada. Desde que llegaste que le miraste las piernitas y cuando estaba dormida en el auto y se le subió el vestido le mirabas la concha. Cogétela porque yo me muero de ganas.
-Aldana, pero… es tu hija.
-Y sí. Y va a ser igual de trola que la madre. Le voy a enseñar bien.
-Pero tiene 8 años.
-¿Nunca quisiste cogerte a una nena? No te hagas, yo sé que sí. Los hombres siempre tienen esas fantasías y vos tenés la suerte de tenerme a mí de novia. Tengo muchas ganas, amor. Me imagino todos los días como le rompen la conchita a mi hija de 8 años y me tengo que pajear con lo que sea. Quiero ver eso y quiero que lo hagas vos que tenés una pija hermosa y grande.
-Por dios, te amo. Sos el amor de mi vida, Aldana. ¿Estás segura de esto?
-Si amor.
-¿Y qué pasa si ella le cuenta alguien?
-Quédate tranquilo que no va a pasar.
Alan deja a la nena en el sillón y me agarra para besarme con fuerza. Dejamos cualquier pensamiento coherente atrás y somos todo saliva, lengua, rasguños y golpes. Me pega cachetadas, me escupe y me dice lo puta, enferma y lo loca que estoy por desear que se cojan a mi hija. Yo me re caliento con sus palabras.
Le saco el pantalón y le chupo la pija para prepararlo. Tiene una pija grande, larga y gruesa. La más perfecta que he visto. La primera vez que estuvo conmigo me desgarro, y quiero que haga lo mismo con mi hija.
Le doy besos desde la base hasta la punta, juego con sus bolas, me las meto en la boca y las lleno de baba. Le chuponeo la cabeza de la pija jugando con el agujerito. Lo mordisqueo con cuidado porque sé que le gusta, y me la mando hasta la garganta. Me hace lagrimear y casi vomitar, pero me gusta sentirlo hasta el fondo y que me ahogue. La saliva cae por todo el piso y en mis tetas cubiertas por el corpiño de encaje.
Estoy usando un conjunto de encaje que estoy segura de que esta noche no me lo va a romper como siempre hace porque esta noche la protagonista es mi hija.
-Prepárala a Sofí.
Me dice señalando a mi hija que sigue dormida, y él empieza a sacarse el resto de la ropa.
Yo me acerco a mi hija. Me tiembla todo el cuerpo de deseo y las ganas que tenía de hacer esto. Abro sus piernas con delicadeza y la dejo totalmente expuesta a nosotros. Su conchita deliciosa me hace la boca agua. Sin pensarlo mucho me acerco y doy el primer lengüetazo. Sabe a gloria. Ya en el segundo lengüetazo me prendo a su concha como si fuera una fuente de agua y yo estuviese deshidratada. La lamo, la chupo y juego con su clítoris que se pone duro. Ella se empieza a mover mucho y se despierta. Sus ojos mirando sin entender lo que está haciendo su mamá pero sin decir nada ni asustarse.
-Hola, mi amor, Alan y yo queremos jugar un juego con vos, ¿te animás? -ella me mira, lo mira a Alan y asiente. -Muy bien mi vida, pero este juego es solo de nosotros tres por lo que no se lo podés contar a nadie. ¿Entendés?
-Si mami. ¿Es como el juego que a veces ponés en la tele?
-¿Ves porno delante de tu hija? -Alan me mira con una de sus cejas alzadas.
Me rio. -¿Qué te sorprende?
Me agarra la cara y me come la boca. -Sos la mujer de mis sueños.
La miro a mi hija y le acaricio la carita. -Si mi amor, es como los juegos de la tele. Pero acordate que no podés contarle a nadie eh.
-Bueno, mami, lo prometo.
-Muy bien. Vení, mira lo que tiene Alan acá. -agarró la pija dura de Alan que esta más dura que nunca y empiezo acariciarla. Le llega a la altura de la cara de Sofí. -¿Querés probarlo?
Asiente. –¿Eso es un pito?
-Si, pero en el juego le vamos a decir verga o pija.
-Me gusta pija.
-Si, te va a encantar. Ahora chúpalo así le sentís el sabor.
Su lengua se acerca tímidamente a la verga de Alan. Prueba con desconfianza, pero parece gustarle porque se afianza más y la agarra con una mano. Le pongo la otra para que la agarre con las dos y le explico que no use los dientes y que chupe como una paleta.
-Uff, nunca pensé que la boca de una nena se iba a sentir así.
-Imagínate su concha.
-Dale, me la quiero coger ya.
-Vení mi amor, que Alan quiere jugar con tú conchita.
Acuesto a mi hija con sus piernas abiertas. Alan aprovecha para chuparle con fuerza el clítoris e intentar meter un dedo en su agujerito.
-Dios es muy chiquita. Le va a re doler.
-Lo va a aguantar, es mi hija.
Alan le escupe varias veces y yo me acerco a su lado y le doy besos por toda la cara, le beso la boca y juego con su pequeño clítoris. Ella respira fuerte y suspira. Le está gustando.
Alan la lubrica lo más que puede y también se escupe la pija. Cuando está listo, presiona de a poco con la cabeza de su pija.
-Mami… -Sofí comienza a quejarse y yo la callo con besos. -Mami me duele.
-Shhh deja que tu nuevo papi disfrute.
-Dios, amor. No sabes cómo me aprieta la cabeza. La voy a desvirgar.
-Hacelo. Convertila en una nena puta.
Alan la embiste con fuerza y Sofí grita. Le tapo la boca mientras lágrimas salen de sus ojos. Alan jadea con fuerza y también ahoga un grito. Yo estoy más caliente que nunca. Mi fantasía hecha realidad.
Por unos minutos solo somos silencio y quietud. Alan no se mueve, Sofí solo solloza y yo le acaricio el pelo y le doy besos por toda la cara.
-Mami me duele.
-No te va a doler más. Movete.
Alan comienza a moverse de forma lenta y pausada. Lo hace hasta con ternura y Sofí que antes estaba sollozado, ahora no lo hace más.
Alan se empieza a mover con más fuerza, mi hija de queja, pero no parece dolerle más.
-Rómpele la concha, amor.
-No sabes lo que me aprieta la verga, nunca sentí algo así.
-¿Te gusta más que mi concha? Me voy a poner celosa. -bromeó.
-¿Por qué si me las voy a coger a las dos como mis perras?
-Si mi amor. Ahora estás desvirgando a mi hijita. ¿Te gusta?
-Me encanta, amor. No sabes lo tierna y dulce que se siente. Mirá cómo me mancho toda la pija. Ahora es mía esta nena. Sos mía, Sofí. Mi pequeña puta.
Sus palabras me dan ganas de pajearme y lo hago. Froto con fuerza mi clítoris y me meto lo primero que tengo a mano, la manito de Sofí.
-Uh dios, que puta que sos mi amor. Mirá cómo te estás colando toda la manito de tu hija en la concha. Hija de puta.
-¡Me encanta!
-¿A vos te gusta, Sofí? ¿Te gusta que te coja tu papi?
-Si papi.
-¡Ah Dios! Te voy a llenar toda de leche Sofí. Si hija, soy tu papá y te voy a coger todos los días. Y en unos años te voy a preñar a vos y a tu mamá a la vez para tener a mis dos perras preñadas.
Mi orgasmo es tan fuerte que tengo un squirt que dejo ir con un grito de placer, Sofí para nuestra sorpresa también grita y Alan con su grito, llena la conchita de mi hija de leche.
-Los amo. -es lo único que puedo decir antes de cerrar los ojos y desmayarme del éxtasis.
Qué relato más hermoso, soy mamá de una pequeña de 12 amaria que pueda vivir algo así
Espero que continúe.
Mi telegram babygirldanii
Empece a leerlo sin ver el auto, y dije que buen relato.. y cuando llegue al final ya casi que imaginaba que eras vos, que hermoso el morbo que me haces sentir.
está muy bueno, espero muchas más historias
Cómo siempre, excelente relato, me encanta como escribís toda la fantasía morbosa y perver, creo que es la familia que todos nosotros que estamos aquí queremos tener 😅, sin duda es para leerlo con una buena paja. Saludos de Bs As.
Soy un padrastro y sueño en tener a mi hija para mi .estaba leyendo y tube q cogerme a mi señora xq no daba más de la excitacion. Fue increíble. Sos la mujer q todo hombre quiere