Le pongo el cuerno a mi novia con mi mamá
Valentina es una chava guapísima y todo comenzó cuando la lleve a mi casa….
Mi nombre es Juan Carlos y esto comenzó cuando conocí a Valentina, una hermosa chica de cabello castaño, ojos color miel, piel apiñonada (o sea, no morena ni güera) Yo tengo 22 años y soy un chico alto (1.78), esbelto, tengo cuadritos, pero no por gimnasio, ni nada sino simplemente de que estoy delgado. Termino de describirme, soy de piel morena, cabello negro, ojos oscuros y tengo una verga normalita, no voy a exagerar como varios de acá que tienes de 17 para arriba, la mía mide unos nada despreciables 15 centímetros.
Como les decía, tenía una relación con Vale, llevábamos tres meses de noviazgo recién cumplidos, sinceramente era muy feliz con ella, me encantaba y el sexo era bastante bueno. Lastimosamente, todo termino de la peor manera… Aunque no me arrepiento de nada. Al conocer a Vale en una fiesta, la invite a bailar, cada acercamiento era cada vez mas intenso y provocativo, yo no paraba de ver su boca, sin embargo no pasó nada, pero… Sirvió para que concretáramos una cita y en menos de un mes, ya éramos pareja.
Ya en otro relato, si ustedes quieren claro está, les contare de las veces que cogí con mi hermosa Vale, pero… si somos sinceros no están aquí por eso. Como decía, después de hacerme novio de Valentina, la comencé a invitar a algunas fiestas y reuniones tanto de amigos, como de familia. Fue justo en la primer reunión que tuve con mi familia (un bautizo de un sobrino, hijo de mi hermana) que presente a Vale con mi familia. Todos la recibieron de manera calida, mi papá le dío un abrazo y mi hermano salió con la típica broma pendeja de “¿Qué habrá hecho mi hermano para conquistar a una muchacha tan preciosa?”.
Todo el mundo la recibió bien, menos… mi mamá. Mi madre se llama Selene, es bastante joven (40 años) y es una mujer bastante guapa, tienes una figura esbelta y se conserva bastante bien, unos pechos digamos… promedio y unas nalgas que cualquiera quisiera mínimo apachurrar con ambas manos. Es de estatura promedio (1.63-65) cabello negro, rizado y unos ojos oscuros, grandes que muchos dicen que se parecen a los míos. Bueno, en una oportunidad me acerque a ella al notar su actitud distante con mi novia.
Yo: ¿Por qué estás tan seria? ¿Te cayó mal Valentina?
Mamá: No, para nada mi amor.
Yo: Te veo como enojada y cuando la saludaste casi que ni le dirigiste la palabra.
Mamá: No es eso, no me cayó mal… Creo que simplemente no creo que merezca a un chavo tan guapo como tú, mi amor; Eso es todo.
Yo: Bueno…
Me aleje de donde ella se encontraba sentada y regrese con mi novia que se había quedado platicando con sus cuñados. Mi mamá tuvo a mi hermano Alejandro (25 años) cuando tenía quince años, él y su papá no se casaron, mi abuela Artemia no quiso que mi madre perdiera sus estudios por “un error” y decidió junsto a los abuelos de mi hermano que no se casaran y en camio el sujeto podría visitar a mi hermano y a mi mamá cada cierto tiempo, además también de ayudar con algunos gastos para mantenerlo, pero.. bueno, me desvío. Después nací yo, mi padre y mi mamá se conocieron cuando ella tenía 17 años y cuando casi cumplió los 18 se casaron (yo estaba por nacer). La verdad es que han mantenido un buen matrimonio bastante lindo durante este tiempo, aunque a últimos años, distante.
Valentina: ¿Qué te dijo tu mamá?
Yo: Nada, que son cosas tuyas (mentí)
Valentina: Yo la siento muy seria, pero bueno…
Karen: Seguramente es porque siente que nadie merece a su bebito…
Yo: ¡Cállate!
Le dije a mi hermana que solo metía cizaña a la de por si tensa situación. El tiempo pasó, mi madre y mi novia no tuvieron más encuentros después de aquella primera e incomoda situación. Un día en casa, mientras tomaba un baño, siento que la puerta se abre, yo tras la cortina me quede sorprendido y extrañado, cuando escucho que alguien comienza a hacer sus necesidades, algo apenado anuncio.
Yo: Ehm, me estoy bañando.
Mamá: ¡Ay! Mijo, perdón… ¡Perdón!
Yo: No, no te preocupes ma…
Mamá: Tu sigue bañándote, yo termino y me voy.
Yo seguí bañándome normal, tratando de disimilar la vergüenza que sentía, seguí enjabonándome y en un momento sentí un airesito, como una corriente, la cual ignore y cuando me enjuague, volteé y no vi nada extraño. Seguí en lo mío y escucho que la puerta se cierra, yo prosigo en lo mío, salgo tomando mi toalla, me seco, me envuelvo en la toalla y salgo, no sin antes tomar mi ropa sucia del piso.
Al ir por el pasillo hacia mi cuarto veo a mi mamá salir del suyo y me mira algo apenada y después agacho su vista, pero cuando digo que me miró, me refiero a que literalmente me observo de arriba abajo, eso me avergonzó un poco, sinceramente. Entre a mi cuarto y ella siguió con su camino.
No le di tanta importancia, deje mi ropa sucia en la cama, busque la ropa que me iba a poner, cerre la puerta de mi cuarto y me vestí. Cuando tome mi ropa sucia para echarla al bote, noté que no estaban mis calzoncillos, cosa que me extraño un poco, pero después reflexioné que seguramente se habrían caído en el baño o en el pasillo. Salí de mi cuarto, los busque y nada… Seguramente mi madre los habrá recogido y llevado al baño, que vergüenza, pensé.
En fin, por esas fechas mi familia había comprado un azador y a papá le gustaba reunirnos los domingos para armar la carnita azada, en una de estas le dije a mi novia que viniera y pasáramos un rato agradable, ella dudosa acepto (supongo por la actitud de mi mama). En fin, que el día llegó y como siempre fue recibida por todo el mundo de buena manera, salvo por mi jefa. Estábamos pasándola chido, comiendo, bailando con la música que ponía Alejandro en la bocina, cuando de repente veo que mi mamá se levanta de su asiento y comienza a poner comida en su plato a diestra y siniestra, cosa que casi nunca hacia. De verdad, se un pedazo de carne, bastante guacamole, frijoles, nopales y mucha salsa, mi novia se acerca a la mesa a tomar otro trozo de carne y de repente, yo de verdad no pensé que fuera a propósito o más bien, me quería convencer de que no fue a propósito, vi como mi madre camino hacia Valentina y “por accidente” al “Voltearse” hacia ella, le tiro todo el plato de comida encima…
Yo: ¡Chin…!
Karen: ¡No inventes mamá!
Mamá: ¡Ay! ¡Ay! ¡Perdón!
Dijo mi mamá sin mucho afán, Valentina que llevaba un vestido beige con flores bordadas, con el que se veía muy guapa, me miro furiosa y con los ojos vidriosos y exigio que la llevara a su casa, yo apenado y tratando de limpiarla con unas servilletas que había alcanzado a agarrar solo baje la cabeza y afirme algo apenado con la cabeza. Durante el camino Valentina iba llorando, furiosa, yo la entendía y trate de consolarla y tal vez de justificar a mi mamá, pero Vale me decía que también lo pensó, pero que analizando sus previos comportamientos, seguramente no habría sido un accidente, yo le dije que hablaría con ella. Después de esa ocasión Valentina no quizo volver a ninguna de las carnes azadas que hacia mi familia, por un buen tiempo…
Yo: Mamá…
Mamá: ¿Qué pasó?
Dijo mi madre cuando llegue a casa, abri la puerta de su habitación y entre.
Yo: ¿Por qué hiciste eso?
Mamá: Ay, papi… fue un accidente.
Yo: Mamá, Vale no cree que haya sido un accidente y menos porque cada que la ves, actúas como si te cayera mal o como si la odiaras o no sé…
Mamá: Ay, mi amor… no seas exagerado, no tengo nada contra ella…. Es solo que no creo que esa muchachita te merezca, es una niñita poca cosa ¡Tú te mereces a una mujer de a deveras! No una niñita miada y fresona.
Yo: Mamá, yo la quiero… ¡Me gusta Valentina! ¡La quiero!
Mi mamá que ya estaba en la cama acostada y tapada debajo de sus cobijas se elvanto, pude ver que llevaba un camizón corto en el cual se dejeban ver sus espectaculares piernas, se puso las pantuflas y caminó hacia mi.
Mamá Esta bien hijito, si la quieres tú… Está bien.
Ella se acercó a mi, me dio un tierno beso en la mejilla y me abrazo, yo correspondí el abrazo, sin ningún morbo, ni doble intención, ella me apreto a su cuerpo y pude sentir sus senos en mi pecho, me dio otro beso, esta vez cerca de la comisura de los labios, me tomo de la mejilla, me dedico una mirada tierna y se fue de nuevo a acostar.
Mamá: Ya vete a dormir.
Yo: S-si…
Dije un poco sorprendido, conflictuado y debo confesarlo… medio “morcillón” dirían los españoles, cuando se calientan un poco, pero no tienen una erección como tal, sino solo medio como que se prende la cosa. Corrí a mi cuarto y vi mi ropa doblaba en mi cama, esta confundido, un poco alterado, pero… trate de respirar y no darle importancia, porque de todas formas dudo que mi mamá tratara de hacer algo ¿no? Seguramente estaba exagerando, solo fue un abrazo, normal y dos besos en la mejilla, como cualquier madre a su hijo ¿no?
Me quería acostar, pero tenía que guardar la ropa y aunque con flojera, la tome. Mis playeras en un cajón del ropero, en el tubo de este colgué las camisas y pantalones, para terminar mi ropa interior, los calcetines de un lado y los calzoncillos en otro cajón, justo cuando iba a terminar de guardar estos… veo que entre mi ropa se encuentra un calzón de mujer de color lila, con mariposas como de encaje. Por el tamaño deduje que eran de mi madre y no sé porque se me paró la verga, pero cañón, tragué saliva… No podían ser de mi hermana porque ella era más… digamos grande, porque hace menos de un año tuvo a su morrillo.
Me acoste en la cama, seguía con los calzones en la mano, los miraba una y otra vez y me acordaba de las nalgotas de mi jefa y me sentía culpable porque pues… según yo nunca había visto a mi mamá con morbo, pero lo de hace rato y lo de los calzones… Me sentía bastante conflictuado, confundio, acerque dicha prenda a mi cara y la olí, olía a limpio, estaba limpio obviamente, sacudí la cabeza y trate de sacarme esas ideas de la mente. Por pendejo o no sé porque, no me pregunten, la neta… Me dormí con los calzones de mi jefa en la mano.
Por la noche, tuve un sueño en el que estaba en la playa, acostado recibiendo el sol, llegaba Valentina a mi lado, se acostaba a mi lado, me sobaba el pecho, jugueton me acariciaba los pectorales y traviesa me pellizcaba un pezón, para luego comenzar a besarme descaradamente, mientras comenzaba a agarrarme la verga y estrujarla sobre el traje de baño, que pinche sueño más caliente, namas de acordarme se me paró la verga otra vez, de pronto y como supongo les ha pasado a ustedes en sueños, ya estaba yo desnundo en un cuarto oscuro y Valentina me estaba mamando la verga, bien rico, mejor que nunca lo había hecho la cabrona, estaba exitadisimo, miraba al techo y cuando volteaba a verla de nuevo ya no era Valentina quien me chupaba el pito, sino mi jefa, mi mamá.
Yo: Mmm… no mames
Mamá: ¿Qué mi amor? ¿te gusta?
Yo: Ah…. Ah…
Mamá: Sh… sh… bebé, vas a despertar a todo el mundo.
Estaba que me moría de lo rico que se sentía, se volvía a meter toda mi verga en la boca, hasta el fondo y me volvía loco, de repente me corrí y aprete los ojos. Fue la mejor deslechada que tuve. Luego no sé que más soñe o que pedo, no me acuerdo.
En la mañana desperté y sentí mi verga pegajosa, como cuando te corres en el calzón, ustedes entenderán. Me levante y en el piso, justo al lado de mi camba y mi buró, estaban los calzones que se me habían caído el otro día en el baño, eso me hizo acordarme de los calzones de mi jefa y los busque por todos lados de la cama, pero jamás los encontré… ¿Sería que yo estaba alucinando y todo el tiempo habría estado imaginando que eran esos calzones los de mi jefa cuando eran los míos? ¡Pero no tenía sentido! Quizá me estaba volviendo loco, pensé.
Cosas de ese estilo estuvieron pasando los siguientes días, en otra ocasión que encontré mi ropa en la cama y la guarde volví a encontrar unos calzones rojos de mi mamá, calzones que el día anterior le había visto puestos cuando se agacho a sacar algo del horno, ese día no me aguante y me la jale antes de dormir con esos calzones en mano, dejandolos bien llenos de leche. Cuando desperté la mañana siguiente, no encontré los calzones, pero mi mano si que olía a leche, cosa que me hizo comenzar a sospechar que quizás no estaba volviéndome loco como pensaba.
Yo: Buenos días, ma.
Dije al llegar a la cocina después de levantarme.
Mamá: Buenos días, papi.
Yo: ¿Y mi jefe?
Mamá: Es domingo.
Yo: Ah… ya anda comprando todo lo de la carne.
Mamá: Si, oye papi. ¿Por qué no invitas a tu novia?
Yo: ¿Qué?
Mamá; Si, la verdad es que me he sentido muy culpable por lo que paso la otra vez.
Yo: No sé ma… No creo que acepte.
Mamá: Ay, ya pasó un mes, dile que no sea exagerada, yo de verdad lo siento. No me porte muy bien con ella y aunque fue un accidente, pues… sería buena idea que venga a las carnes azadas, que conviva con nosotros, además… Pues, me gustaría disculparme con ella.
Yo: ¿De verda ma?
Mamá: Oh, que si.
Yo: Esta bien, le voy a hablar.
Mamá: Y luego te bañas ¿de acuerdo?
Yo: Si.
Mamá: Porque hueles… raro.
Dijo eso ultimo mirándome a los ojos y luego volteando a ver mi entrepierna, yo corrí emocionado y le dije a Velentina, ella no muy convencida acepto. Yo me metí a bañar como me había dicho mi mamá y también para ir por ella, cuando entre al baño noté que la cortina no estaba, seguramente mi hermano la habrá tirado, como siempre. Me quite la ropa, la tire al piso, me metí a bañar y de nuevo sentí una ligara corriente, al voltear veo a mi mamá en la puerta, sorprendida viéndome de arriba a abajo… Yo me volteé dandole la espalda.
El mejor relato que he leido este año. sigue te esta quedando genial.
Re bueno, esperamos todo el resto