Lo conocí por tinder
Una cita por tinder me hizo pasar una excelente noche..
En Tinder matchee con un hombre mayor que yo (yo tengo 20, el 49) y la charla fue siempre muy divertida a la vez que erótica. Estuvimos chateando prácticamente todo el día. Cabe aclarar que yo comparto piso con una amiga, pero ella se la pasa con el novio fuera, por lo que esa noche iba a tener el apartemento solo para mí. Por supuesto que lo invite a pasar la noche conmigo, sin sospechar que iba a ser tan buena noche.
Lo invité para después de la cena, así tenía tiempo de arreglarme. Me maquillé y cepillé el cabello, me afeite las piernas, de ropa me puse solo un vestido rojo liso de algodón que tengo, y opté por no usar ropa interior y sorprenderlo.
Llegó, tocó el timbre, le abri y lo ví. Era más guapo que lo que mostraba en TInder. Tenía una barba no muy abundante pero lo suficiente, en el cabello tenía canas dispersas. Era alto y tenia un cuerpo trabajado pero no en exceso. Era justo lo que deseaba. Y el se encontró con lo que deseaba tambien, una joven con buenas curvas, de un metro sesenta, cabello castaño en rulos y ojos entre café y verdosos, pechos medianos y buenas piernas.
Lo invité a pasar. Él me dijo que era mucho más hermosa que lo que mostraban las fotos en Tinder y yo le dije que él también estaba muy bien. Le pregunté si quería beber o comer algo y él me dijo que sí, que quería comerme a mí. Yo me ruboricé y sonreí, él se acerco y me agarró fuerte de la cadera, pegándome hacia él. Comenzó a besarme despacio, pero yo no soy de andar besando muy despacio, así que rápidamente subí la intensidad y metí mi lengua a que encontrara la suya. Al parecer esto lo sorprendió, pero rápidamente me siguió el ritmo y entramos en un beso muy intenso. Yo lo agarraba con una mano del pelo y otra la tenía en su pecho, con los dedos empezando a entrar entre su camisa. El me tenia bien agarrada de la cadera, y su mano derecha comenzó a bajar hasta agarrar fuerte mi culo. Yo frené el beso y acerqué mi boca a su oído, le dije que tenía una sorpresa para él. Él me miró intrigado y yo me bajé los breteles de mi vestido, dejando al descubierto mi pecho pero nada más. Le dije que no llevaba nada de ropa interior debajo. El sonrió y comenzó a besarme esta vez con más intensidad que antes.
Yo agarré su mano, frené el beso, y lo guié hasta mi cuarto. Entré primero y encaré derecho para mi escritorio, me senté sobre la mesa y abrí mis piernas para mostrarle como iba de desnuda. El se acercó hacia mi y comenzó a besarme nuevamente, yo lo envolví con mis piernas y comencé a desabotonarle la camisa. El me empezó a chupar los pezones, yo le pedí que me los muerda y succione suavemente. Lo hizo a la vez que llevó su mano derecha a mi clítoris, en donde comenzo a hacer movimientos circulares. Comencé a mojarme en serio. Yo lo tenía agarrado por el pene por fuera del pantalón y ya lo estaba sintiendo cómo tomaba rigidez. Le pedí que me metiera un dedo y así lo hizo. En el gemido agarré con una mano su cabello y tire para acercar sus labios a los míos y besarlo con intensidad. El me metió un segundo dedo, mientras que con el pulgar estimulaba mi clítoris. Yo estaba que volaba de la exitación. Le abri el pantalón y saqué su pene, que ya estaba bastante erecto. Me llevé la mano a la boca, me escupí y con eso empecé a pajearlo mientras el me pajeaba a mí y nos besábamos, todo esto arriba del escritorio. En un momento le dije que pare, que quería que se siente sobre el borde de la cama así podía probar su pene erecto en mi boca. Así lo hizo y yo, arrodillada en el suelo, comencé a chuparsela. Me la metí de lleno hasta el fondo, mientras que con una mano lo tenía bien agarrado de la base y con la otra acariciaba sus bolas con movimientos circulares. Con mi lengua jugueteaba con la punta, que la tenía bien carnosa y un tronco venoso, como me gustan a mí. Seguí chupándosela, el me agarraba del cabello y me lo corría para que no se enchastre, yo por momentos lo miraba a los ojos y después volvía a su polla.
Después de unos minutos de chupársela, el me levantó y me acostó sobre la cama. Comenzó a besarme mentras me metía dos dedos. Después comenzó a chuparme el clítoris mientras metía un tercer dedo en mi vagina. Yo lo agarraba del pelo mientras me doblaba de placer en la cama gimiendo. Después de unos minutos le rogué que me la metiera. El no esperó mucho para hacerlo, aunque sí me hizo rogarle entre gemidos. Se me puso arriba y comenzó a metermela despacio. Pero como dije antes, a mi muy lento no me va y le pedí que fuera más bruto y me la metiera hasta el fondo. Así lo hizo mientras yo acostada lo envolvía con mis piernas. Después me levanté y me puse en cuatro, quería que me la metiera en la posición del perrito. Comenzó a follarme así, agarrándome con una mano de la cadera y con la otra fuerte de una teta. Me empujaba fuerte contra su polla, que sentía como me llegaba bien profundo en la vagina, con un suave dolor que me provocaba placer. Aguantamos unos minutos así, variando de a poco el ritmo. Después, continuando de espaldas y ambos arrodillados sobre la cama, me senté en su polla a dar pequeños saltos. El me besaba el cuello y me agarraba fuerte de ambos pechos mientras yo lo montaba.
Después le dije que se acostara, que quería cabalgarlo bien. Me hizo caso y no tarde un segundo en sentarme sobre su polla. El me frotaba el clítoris mientras yo lo montaba cada vez más rápido. Lo senté y comencé a cabalgarlo más rápido aún, haciendo movimientos circulares con mi cadera mientas nos besábamos. Yo ya estaba a nada de correrme y se lo dije al oído. El me dijo que quería que me corriera, que también estaba cerca de correrse. Entonces tomé más ritmo todavia mientras nos besábamos y el me agarraba fuerte de la cintura. Yo lo agarré del pelo con las dos manos y comencé a estallar en un orgasmo con espasmos en todo el cuerpo. El viendo como me corría ariba suyo acabo también dentro mío mientras nos besábamos.
Esa noche follamos varias veces más y por la mañana, antes de irse, nos dimos una última follada increíble, que si desean, podré contarles en otra oportunidad
Que maravilla, muy cachondo.
Las oportunidades que nos ha dado tinder de coger rico