• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (3 votos)
Cargando...
Heterosexual, Sexo con Madur@s

Lo que hice por amor 3.

Me llamo Carla, y estas es la continuación de mí relación a los 12 años con Francisco, un Dr. de 56 años que daba clases de historia y literatura en la Universidad.
Tras la aprobación de mi relación con Francisco, yo prácticamente me mude a su departamento. Esto al principió generó algo de tención con mi madre, pero con el tiempo lo fue aceptando, claro que con la consigna de que debía seguir con mis estudios, además de reportarme cada cierto tiempo con ella para hacerle saber cómo estaba. Lo segundo no fue problema para mí, pero lo primero sí, y es que desde que me rodeé del círculo social de Francisco, se reforzó en mi la idea de una superioridad mental frente a mis compañeros, junto con un engreimiento de mi parte en donde consideraba que los profesores no tenían mucho que enseñarme, ya que Francisco podía instruirme con sus vastos conocimientos.

Cuando Francisco y yo estábamos solos en su departamento nos la pasábamos desnudos, o simplemente con nuestra ropa interior, para así poder tener sexo en cualquier momento. Una cosa que a Francisco le fascinaba que yo hiciera, era que lo montase mientras él leía. Para hacer esto, él se sentaba en su sillón favorito completamente desnudo, después abría sus piernas, momento en el cual yo insertaba su pene en mi interior, para luego montarlo dándole la espalda.

Para impulsarme, yo me agarraba de sus muslos, encorvaba mi espalda y daba pequeños brincos, en los cuales podía sentir como su miembro entraba y salía de mí. Sin embargo, yo me cansaba bastante rápido, por lo que Francisco muchas veces terminaba moviendo sus caderas, o en otras ocasiones, simplemente me decía que hiciera círculos con mi cadera. Otra cosa que le fascinaba es que le mamase la verga mientras escribía o leía. Sabía que su debilidad era que lo viese a los ojos mientras lamía o besaba su pene.

Por otra parte, nuestras citas fueron disminuyendo, ya que solo salíamos cuando quería verse con sus amigos. Esto no me molestaba, pero si extrañaba el ir a cafés a platicar. De esta forma fueron pasando varios meses, hasta que por fin se cumplió el año de nuestra relación. Junto con el cambió de año escolar, también llegó mi primera menstruación, algo que me asustó muchísimo ya que, si bien mi madre me había explicado a grosso modo la sexualidad, yo no estaba preparada para los cólicos. Sin embargo, Francisco me tranquilizó y me explicó sobre el cambio que estaba experimentando, y me recomendó que hablase con mi madre. No obstante, noté que la actitud de Francisco cambió, ya que se volvió algo más retraído, a la vez que nuestros encuentros sexuales fueron disminuyendo.

Al hablar con mi madre, ella me dio una nueva advertencia, “ahora puedes quedar embarazada”, por lo que me imploró que tuviese cuidado en mis relaciones con Francisco, me insistió en que usásemos condón cuando tuviésemos sexo, o en caso de que no hubiera preservativo, pedirle a Francisco que eyaculase fuera (método que después me diría un amigo médico que no funciona).

El cambio de actitud de Francisco me desconcertó mucho, y a eso se le sumó que en la escuela un grupo de chicas me empezó a molestar. Yo al principio las ignoré, pero todo cambió cuando descubrieron mi relación con Francisco, situación que utilizaron en mi contra. Y es que una de las cosas con las que más me hacían burla, era el hecho de que era una cornuda.

Al ver que yo las ignoraba, procedieron a decirme detalles sobre como habían visto a Francisco besando a una niña en los labios en un callejón cerca de su departamento. Y no solo eso, sino que me dieron lujo de detalles de cómo era aquella niña y cuantas veces la habían visto junto a Francisco. Yo no quería creer esto, pero algo en mi interior me decía que era verdad.

Una tarde al terminar de tener sexo, estando acostados desnudos en la cama, me armé de valor y le dije a Francisco sobre lo que me había dicho aquellas chicas, comentario que lo hizo enojar bastante, apartándome de su lado para luego proceder a dormir. Eso sí, a la mañana siguiente se despertó como si nada hubiera pasado, montándose encima de mi para proceder a cogerme como era su costumbre. Sin embargo, su trato frio e indiferencia hacía mí eran cada vez más marcados. Comenzaron a haber varias discusiones entre nosotros, las cuales Francisco quería solucionar con sexo, pero a mi cada vez menos me gustaba acostarme con él.

Todos estos tratos y su cambio de comportamiento me llevaron a seguirlo, claro que con mucha culpa. Una mañana siguiendo las indicaciones de las chicas que me habían dicho que se veía con la “niña”, fui a un café cerca del departamento de Francisco. Grande fue mi sorpresa al ver que todo era cierto, y lo peor es que mientras yo estaba supuestamente en clases, él la llevó al departamento, en donde seguramente tras muchas palabras lindas que alabasen su inteligencia, la convenció para tener sexo con ella.

Con el corazón roto me dirigí a la casa de mi madre, la cual para mi fortuna estaba vacía, por lo que aproveché para irme a mi cuarto a llorar amargamente. Estuve así casi toda la tarde, cuando al fin llegó mi mamá a casa, se sorprendió mucho al verme allí, pero rápidamente comprendió lo que estaba pasando, supongo que fue su intuición materna. Tras contarle a detalle lo sucedido, ella solo calló, me escuchó y me dejó desahogarme. Después de esto decidí quedarme con mi madre unos días, ya que no quería ver a Francisco, sin embargo, él me buscó y me insistió que volviese con él. Ahora que lo pienso no sé por qué lo seguí de nuevo.

Al volver a su departamento, lo primero que hizo fue abalanzarse a besarme, para poco a poco ir desvistiéndome. Pero yo no estaba de humor, por lo que lo detuve cuando intentó quitarme la blusa. Francisco se sobresaltó, ya que nunca me había negado a nada. Sin embargo, tomando todo el coraje que mi madre me había infundido, decidí dar por terminada nuestra relación, comenzando con un grito que salió desde lo más profundo de mi ser.

Carla. – ¡Ya lo sé todo Francisco! No me mientas, por favor.

Francisco. – ¿De qué estás hablando?

Carla. – No te hagas el tonto, yo te vi, mis compañeras te vieron, incluso un profesor me dijo que tu tienes fama de ser un pedófilo mujeriego, así que no lo niegues.

Francisco. – Estás sacando todo de contexto. Yo solo…

Carla. – ¿Tú solo qué? ¿Viste en ella a otra gran escritora? O ¿Qué?

Francisco. – Esta bien, tienes razón. Sí, conocí a alguien más.

Carla. – ¿Desde cuándo?

Francisco. – Hace un par de meses.

Carla. – ¿Meses?

Francisco. – Si, desde hace meses ya no siento lo mismo por ti, has cambiado.

Carla. – Más bien te refieres a que he crecido, bien me dijeron que a ti solo te gustan las pequeñas.

Francisco. – Tu no entiendes de esas cosas.

Carla. – Tienes razón. Yo no entiendo, por eso debí hacerle caso a mi madre cuando me advirtió de ti. Soy una tonta.

Francisco se quedó callado, por lo que aproveche para vestirme e irme, cuando estaba por abrir la puerta por fin dijo algo.

Francisco. – ¿A dónde vas?

Carla. – A cualquier parte, pero que sea lejos de ti. Ojalá tu nueva niña te haga feliz, yo ya tuve suficiente de ti.

Lo último que escuché al cerrar la puerta fue un grito de Francisco llamándome, pero esta vez no regresé, simplemente me fui a casa. Mi madre me recibió con los brazos abiertos, mientras que yo le prometí que a partir de ahora la escucharía.

 

Hasta aquí termina mi relación con el Dr. Francisco, la cual fue fugaz, pero me enseñó muchas cosas. Tal vez en un futuro reescriba esta última parte de mi relato, o agregue relatos sueltos sobre mis experiencias con el Dr. Francisco, las cuales no incluí aquí para no ser redundante. Agradezco sus votos y comentarios.

59 Lecturas/24 junio, 2025/0 Comentarios/por relator15
Etiquetas: amigo, amigos, compañeras, escuela, madre, sexo, universidad, verga
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
una orgia improvisada
Y A ELLAS ME ENTREGUÉ.
Con mi papá a los 11 años
MI VIDA
MAS PLACER CON MI BOXER
Mi primera experiencia con mi primo cuarta parte.
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.113)
  • Dominación Hombres (3.363)
  • Dominación Mujeres (2.590)
  • Fantasías / Parodias (2.624)
  • Fetichismo (2.282)
  • Gays (20.552)
  • Heterosexual (7.272)
  • Incestos en Familia (16.486)
  • Infidelidad (4.069)
  • Intercambios / Trios (2.771)
  • Lesbiana (1.074)
  • Masturbacion Femenina (747)
  • Masturbacion Masculina (1.565)
  • Orgias (1.757)
  • Sado Bondage Hombre (412)
  • Sado Bondage Mujer (150)
  • Sexo con Madur@s (3.664)
  • Sexo Virtual (225)
  • Travestis / Transexuales (2.237)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.188)
  • Zoofilia Hombre (2.049)
  • Zoofilia Mujer (1.605)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba