LOLITAS: Alejandra y Angie 2
Continua la saga de LOLITAS.
LOLITAS: Alejandra y Angie 2
Como le he advertido mis relatos no son porno, son eróticos!
Como pudo llegó a su casa. Entró rápidamente y se fue directamente al baño, estaba lavada en su propia orina y sus fluidos pero lo que más le molestaba era que se había orinado. Tenía mucha vergüenza. Se metió a la ducha y sin quitarse la ropa deportiva, sus licras y su ropa interior, se metió a la ducha para bañarse completamente.
¿Qué había pasado? ¿Cómo había permitido que eso sucediera? Y lo peor: no sabía por qué le había gustado tanto que la hayan tocado ahí y producirle tantas sensaciones maravillosas. Tenía la cabeza echa un lío. También estaba furiosa con su amiga. Muchas interrogantes.
Fue desnudándose en la ducha al tiempo que lavaba su ropa deportiva, las licras y por su puesto su ropa interior. Sus calzoncitos tenían una baba transparente algo blanca. Su mamá no podía enterarse de nada.
Demoró un rato en la ducha mientras hacía todo y desaparecía toda la evidencia de lo que había pasado. Pero también sentía la sensación que le había gustado muchísimo.
Salió de la ducha se secó el cuerpo con una toalla grande y se puso otra en su cabello. Agarró su ropa y bajo para ponerla a secar. Subió a su cuarto y se paró al frente del espejo, y se miró; tenía la cara colorada y todavía estaba algo agitada. Su zona intima estaba todavía inflamada y tocó su vaginita y estaba todavía húmeda y sus labios vaginales algo abiertos. Recordaba esa mano gigantesca y sobre todo esos dedos acariciando su intimidad. Esos dedos eran más grandes que su vagina. Todavía no lo podía creer.
Su madre todavía no llegaba así que decidió que con la única persona que podía hablar de lo sucedido era con Angie. La llamó y le pidió que fuera inmediatamente. Como vivían muy cerca Angie estaba en su casa en un momento. Se vistió con unos calzoncitos limpios y se puso su pijama y bajó a esperar a Angie:
- Amiga, ¿cuéntame qué está pasando aquí? ¿Qué pasa entre Rodrigo (el tío de Angie) y tú? Explícamelo todo porque me estoy volviendo loca.
- A ver. Pensé que te habías dado cuenta desde hace tiempo Aleja. Mi tío me toca desde hace años y mi papá te toca a ti también. Solo que esta vez te lo hizo a ti también.
- ¿Cómo así, a ti te gusta? ¿Tú te dejas? ¿Tu papá sabe? ¿Y cómo es eso que tu papi me toca a mí?
- Ay Aleja no te hagas la boba, desde hace años que tu te le subes a mi papi y él te manosea toda y tu no dices nada, solo pones cara de consentida. Y sí, me encanta que lo haga, me hace sentir no sé, delicioso y por tu cara, hoy, a ti también te gustó. No digas que no.
- Pero amiga es tu tío.
- ¿Y qué? Tu sabes que es delicioso, además que no nos hacen daño. Me gusta que lo haga.
- Si, me encantó, nunca había sentido eso, me enloqueció. Pero me orine boba, no sé por qué.
Angie se echó a reír.
- No te burles pendeja.
- Es normal, es lo más normal del mundo. Tuviste tu primer orgasmo y obvio, todavía no controlas eso y pues te orinas. A mí me pasaba lo mismo.
- Si fue intenso. ¿Te pasaba lo mismo? ¿O sea tu llevas tiempo teniendo orgasmos? ¿Por qué nunca me habías contado? Nosotras no contamos todo…
- Porque siempre que yo trataba de poner el tema sexual tú te hacías la boba y te ibas o cambiabas de tema. Ya no me orino, bueno a veces cuando es muy intenso, un poquito.
- Te juro amiga que no me hacía la boba, solo era que no sabía nada de sexo y relaciones pero como veo tu eres la experta aquí…
Angie seguía riendo a carcajadas.
- Tranquila Alejita, no pasa nada. Yo te voy explicando las cosas. Igual no debemos hacer cosas que no podemos manejar y dejar que las cosas se pasen de la raya. Por fin despertaste al sexo. Yo sabía que eras igual que yo.
Angie volvió a sonreír y la abrazó.
- Pero cuéntame de verdad ¿te gustó?
- No te burles pendeja. Me encantó, todavía estoy mojando de solo pensarlo.
- Me pasa igual. Cuando mi tío te empezó a restregar su verga y te puso la mano en la vagina yo estaba como loca, quería ver cómo reaccionabas y cuando llegué a mi casa me tocó cambiarme de calzoncitos y me encanta así seremos cómplices pero me debes contar todo lo que pase de aquí en adelante, ¿me lo prometes?
- Ay amiga no sé, me da vergüenza, me voy a morir de la pena cuando vuelva a tu casa y me tenga que ver con tu tío y con tu papi.
- No seas boba. Actúas como siempre, haciéndote la boba.
Y otra vez Angie se puso a reír.
- Estúpida. Oye, me imagino que tú ya no eres virgen
Esta vez la que se puso a reír fue Alejandra.
- No, ya no lo soy pero tu tampoco lo serás en poco tiempo, ya lo verás.
- Amiga, y en serio, ¿duele?
- Depende, pero si un poco, pero después nada… “El Delicioso”.
- Ay no sé, no sé, me da vueltas la cabeza. ¿Cómo voy hacer? No me imagino haciéndolo con tu papi o con tu tío. No me imagino haciéndolo con nadie.
- Tranquila Alejita. Tú decides cómo y con quién lo haces. Tranquila, Bueno, si tú quieres. Sé que mi papi si te quiere culiar desde hace rato.
- Me voy a volver loca. Nadie, nadie se puede enterar, nadie, no le digas a nadie, ni a tu tío, ni a tu papá ni a nadie, por favor…
- Secreto total. Pero me cuentas todo.
Esa semana Alejita no fue capaz de ir a los entrenamientos de patinaje tampoco fue a la casa de su amiga. Quería pensar.
La curiosidad la tenía loca, así que como su madre no estaba en el día se puso a buscar en Internet. Claro, encontró de todo. Ella vio videos porno, leyó relatos. Buscó y buscó sobre relaciones sexuales entre jovencitas y maduros. No encontró mucho sobre niñas de 12 o 13 años pero si encontró de chiquitas japonesas utilizadas por hombres mayores. Encontró una mina de oro pensaba.
Pasó tres días enteros viendo videos porno. Sus calzoncitos no dejaron de mojarse. Aprendió que si se tocaba en ciertas partes era más agradable que en otras pero no pudo tener un orgasmo nuevamente.
Trató de evitar a sus vecinos y amigos. Con su amiga Angie hablaba por teléfono. Como estaba de vacaciones dormía hasta tarde y salía poco, solamente cuando necesitaba comprar algo.
El viernes después de salir de la tienda noto que venía el papa de Angie en su carro, quiso evitarlo pero él la vio primero y se le acercó:
- ¡Alejita! Qué bueno que ya estés mejor de tu gripa. ¿Me acompañas a la finca del páramo, vamos con Angie. Tengo que hacer algunas cosas y no quiero ir solo? Anda di que sí. ¿Vamos?
Don Javier (padre de Angie) llamó a la madre de Alejita y le pidió permiso para que la acompañara. La madre de Alejita le había diche que me parecía muy bien que ella fuera acompañarlo y así salía de la casa y se distraía un poco.
Alejita quedó sorprendida, no pudo decir que no. Su amiga la llamó y ya nada podía hacer. Sintió un corrientazo en el cuerpo, sabía lo que podía pasar.
Por favor no me pidan fotos, vídeos y cosas así, no comparto nada de eso.
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Cada vez más excitante, parece libro