Los abuelos tambien saben criar 1
El criar es una gran responsabilidad, tiene sus buenas experiencias..
Nací y crecí en una familia nudista liberal, me crié sin satanizar el nudismo, mucho menos el sexo y todo lo que en el encierra. Para mi y mis hermanos siempre fue normal vernos en pelotas al igual que a mis padres, la masturbación era sumamente normal y también el ver a mis padres teniendo sexo en cualquier parte de la casa. Inclusive, con el tiempo, en mi adolesciencia me di cuenta que mis padres eran swingers y era costumbre verlos tener sexo con diferentes personas.
En una de las tantas actividades nudistas que se organizaban en la comunidad nudista a la que mi familia pertenecía, conocí a la que fue mi esposa, ambos teníamos 20 años cuando cruzamos miradas en una caminata nudista en un cerro hermoso. Contiuamos viéndonos y, después de un noviazgo con sexo desenfrenado, decidimos formalizar nuestra unión. Nos casamos al tener ambos 23 años y al tener 25 tuvimos nuestra única hija, una nena hermosa muy parecida a su madre; lamentablemente, al pasar exactamente 7 años, mi esposa muere a causa de una enfermedad terminal, por lo que, al tener 30 años de edad, quedé viudo y me tocó criar solo a mi hija.
Cabe señalar que nunca vi a mi hija con otros ojos a pesar de que mantuve el mismo estilo de vida nudista liberal, es decir, siempre nos vimos en pelotas todo el tiempo, yo tenía sexo en cualquier parte de la casa con alguna amiga o desconocida, en ocasiones, me masturbaba en cualquier parte cuando me entraban ganas. Siempre añoré que mi hija tuviera mi misma crianza, sin miedo al tabú, al nudismo y menos al sexo, que tuviera una autoestima alta y cero complejos, ella debía amarse para poder amar a los demás; por eso, ella también se masturbaba en cualquier momento, en ocasiones a veces hasta nos masturbabamos juntos viendo alguna película o también ella llevaba a los chicos que quisiera y tener sus ratos de pasión, claro, siempre le hablé de los cuidados que debía tener.
Al pasar de los años, mi hija se graduó de la universidad, conoció a un chico el cual duraron por mucho tiempo de novios hasta que también contrajeron matrimonio; con el tiempo, tuvieron también una nena hermosa. Para mala suerte, la muerte volvió a tocar a mi familia y en un viaje que hizo mi hija junto con su esposo y nieta, tuvieron un accidente de tránsito en el cual solamente sobrevivió mi nieta. Por lo anterior, me toco criar solo a mi nieta, igual, no tuve problema con la crianza porque me tocó criar solo a mi hija, sabía a lo que me enfrentaba; monetariamente tampoco tenía problema.
Igual que a mi hija, la crié en el mundo del estilo nudista liberal, claro está, para en ese entonces, yo ya era un tipo de 59 años pero sumamente conservado. A mi nieta, la matriculé en la mejor escuela y adicionalmente la matriculaba en todo lo que a ella se le antojara, especialmente deportes porque me decía que le gustaban mucho, como por ejemplo, natación, volley ball y karate.
En una ocasión, tuvé que llevarla a clases de karate, pero esta vez no podía quedarme en la clase porque tenía que hacer unas diligencias super importantes por lo que decidí dejarla y que volvería por ella. Conversé con su entrenador, un tipo de 35 años, corpulento, algo peludo, estaba descalzo solo con su karategi (traje de entrenamiento); algo que me extraño, es que noté que no llevaba ropa interior, practicamente solo tenía su camisa y pantalón del traje; no me pregunten porque lo noté pero era evidente, se lo notaba su anaconda. Pensé que era normal al tener una clase especial de solo nenas, claro, también habían clases de solo nenes y por supuesto, clases mixtas, sin embargo, por el horario que me servía tanto a mi, como a mi nieta para que no le chocara con las clases de la escuela, tuve que matricularla en ese turno.
Volviendo al punto, hablé con el entrenador y le dije que no me podía quedar a la clase pero que yo volvería puntual a recoger a mi nieta. El entrenador me dijo que estuviera tranquilo, que durara lo que quisiera, que inclusive, el podía darle una clase adicional a mi nieta especial sin cobrarme; en fin, me fui tranquilo y pensando lo buen tipo que era el entrenador.
Al cabo de hora y media regresé, pero la escuela de karate ya estaba cerrada, toqué varias veces para que me abrieran, y después de varios minutos, llegó un joven de unos 24 años a abrirme, estaba descalzado, sin camisa, solo portaba su pantalon del karategi y su piel muy brillante de lo mucho que sudaba; le pregunté de inmediato que quien era y me dijo que era ayudante del entrenador y se encargaba de varias tareas adminsitrativas. Le dije que venía por mi nieta y enseguida me indicó que la clase ya había terminado y que ya ella estaba duchandose. Mientras nos dirigiamos al salón me dice, espere aquí, señalando unas sillas de espera, sin embargo, le dije que prefería ir a las duchas para ayudar a vestir a mi hija y recoger sus cosas para que no se le olvidara nada, de inmediato, el joven me dice «no señor, en las duchas solo se permiten estudiantes y entrenadores, el entrenador se está encargando de su nieta, no se preocupe». Pensé en el buen servicio de la academia de karate y me senté en las sillas de espera a ver los mensajes de mi celular, mientras tanto, el joven, mientras se iba a las duchas a avisar a mi nieta que yo ya había llegado, se iba quitando el pantalon de entrenamiento, que era lo único que portaba dejando ver sus nalgas blancas redondas y bien formadas.
Al pasar 10 minutos, se escuchaba mucho ruido que provenian de las duchas, ruidos como quejidos, gemidos, algo de gritos y salía mucho, pero mucho vapor por la puerta. Al rato, luego como de 25 minutos, salió el joven poniendose un boxer, super despeinado y mas sudado de como me había recibido cuando llegué y me dice «señor, ya viene su nieta, ya sabe que usted llegó por ella». En el momento que le iba a agradecer, veo que sale de las duchas, mi nieta completamente desnudita tomada de la mano del entrenador, este completamente desnudo también dejando ver su anaconda colgante que se le balanceaba de un lado al otro; como yo no me asusto del nudismo y como ya comenté, que mi nieta estaba siendo criada en el nudismo, no me pareció nada extraño. El entrenador me volvió a saludar y me dijo que mi nieta le pidió que la acompañara en la ducha porque, al haberse ido el resto de compañeras, sentía miedo al estar sola bañandose. Le agradecí mucho al entrenador lo especial que es con mi nieta y por todas sus atenciones, luego vestí a mi nieta, guarde su uniforme, su botella de agua y otras pertencias y nos dirigimos a la puerta para marcharnos. Cuando el joven nos abre la puerta para salir, mi nieta se devolvió corriendo abrazando a su entrenador y despidiendose con un besito en la boca diciendole «hasta la proxima entrenador, la clase estuvo linda», regresó a la puerta donde la estaba esperando y con otro beso se despidió también del ayudante del entrenador.
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