Los abuelos también saben criar 9 (Vecinos III)
Salió desnudita, a como siempre acostumbramos por nuestro estilo de vida, yo continué ……
Al terminar de desayunar, dejé a mi nieta en la cama para que terminara de ver su programa favorito, mientras tanto yo me fui a la cocina a lavar la loza y los sartenes utilizados para preparar el desayuno.
Mientras lavaba llego mi nieta y me pidió permiso de ir a jugar a fuera….
Yo: primero tienes que bañarte amor.
Nieta: ay no abue, mas tarde porfis, hoy es domingo.
Yo: bueno amor, cuídate del sol que está fuerte.
Nieta: yupi, gracias abue.
Salió desnudita, a como siempre acostumbramos por nuestro estilo de vida, yo continué lavando. Al mucho rato me puse hacer varias cosas del hogar, luego entró una llamada telefónica a mi móvil y para serles sincero se me olvidó que mi nieta estaba afuera jugando. Cuando me acordé, ya había pasado como un par de horas, salí fuera a buscarla y no la encontré, recorrí las afuera de mi propiedad y no la encontré y me comencé a preocupar; de repente, como por instinto, se me ocurrió preguntar a los vecinos nuevos del frente, además de que, como le había comentado a mi nieta que los había invitado a comer y, al ser mi nieta un poco intensa, desinhibida, sociable y espabilada, de seguro les fue a preguntar o a buscarlos por alguna razón.
Me cruce al frente sin importar mis desnudes, al fin de cuentas ya sabía que los vecinos nuevos también son nudistas por lo que me había comentado el abuelo de la familia cuando regaba el jardín. No vi a nadie en el jardín del frente, toque el timbre y del altavoz me dijeron “bueno”, rápidamente reconocí la voz del abuelo, con el que había hablado y le dije “oye amigo ¿qué tal? soy tu vecino, estuve conversando contigo mientras regabas el jardín ¿recuerdas?”, me dice “hola, hola, como te voy a recordar, claro, pasa”, me abrió el portón remotamente y me adentré a su propiedad.
Al llegar a la entrada principal, el abuelo ya estaba en el portal de la puerta y, con toda confianza, como si tuviéramos años de conocernos, me dio un fuerte abrazo, es obvio que fue inevitable tocar nuestros cuerpos completamente desnudos y calientes por el calor que hacía, incluso nuestras vergas se estrujaron entre sí, más que la de él estaba semierecta, no entendí por qué, aunque lo tomé muy naturalmente, como ya saben, nosotros los caballeros tenemos erecciones involuntarias de vez en cuando y es totalmente normal.
Vecino abuelo: ¿cómo has estado amigo?
Yo: bien, bien, solo que un poco preocupado, deje salir a mi nietita a jugar y ahora la estoy busque que busque y no la encuentro, quería preguntar si por casualidad estaba aquí.
Vecino abuelo: Tranquilo, ya tiene aquí como dos horas.
Yo: (volviéndome el alma y el color al cuerpo) ¿cómo? ¿pero qué le pasa a esta niña? ¡Que desobediente! ¡Qué pena con ustedes de verdad! Disculpas.
Vecino abuelo: No hombre, no te preocupes por eso. Ella vino y me dijo que tú le habías dado permiso de venir a jugar.
Yo: De verdad que pena, no sé qué le pasó, ella no acostumbra a mentir, en realidad no le di permiso de venir, pero no es porque no quiera, es que me pidió permiso de jugar afuera en nuestro jardín y se lo di, pero no para que los viniera a molestar.
Vecino abuelo: Comprendo, si quieres vamos al jardín, ahí está en la piscina jugando con mi nieta y su hermana.
Yo: Y tu hijo?
Vecino abuelo: Salió hacer una diligencias.
Mientras nos dirigíamos al jardín, voy mirando a mi alrededor y quedé sorprendido del buen gusto que tenía esta familia con todo el menaje y decoración de la casa, aún me acordaban de cuando la estaban construyendo y como era por dentro; en ese momento se me vino a la memoria como mi nietita hizo a sus amiguitos albañiles y que en horas de la madrugada de un día, en uno de los aposentos, como jugaba sobre uno de ellos cabalgándola como loquita.
Al llegar al jardín estaban las dos nenas desnuditas jugando dentro de la alberca junto con el nieto del viejo, que dicho sea de paso, ya lo conocía. El joven y su hermanita estaban abrazados de frente, al principio pensé que le estaba enseñando a flotar o algo parecido, sin embargo, por los movimientos del joven, era evidente que la estaba envistiendo, su hermanita gritaba diciendo “asi es hermanito, que rico, yupi, dale, dale, dale mas, que buen caballito eres”; muy junto a ellos estaba mi nieta viéndolos, cuando en ese momento dice “voy yo, me toca a mi”, a lo que el joven dice “oye pero ya has cabalgado mucho, le toca a mi hermana”, cuando noté que mi nieta ponía cara de tristeza casi al punto de llorar, pegándole un grito la llame, su rostro cambió pasando a asombro y susto, claro, sabía que había mentido y la había descubierto. Salió rápidamente de la piscina mientras los hermanos seguían jugando a la cabalgata. Mientras se acercaba a mi, noté que caminaba un poquito abierta y su conchita un poco irritadita.
Nieta: hola abue (rostro apenado y triste)
Yo: Mi vida porque has mentido, me has pegado un susto, y mírate como andas, toda irritada ¿Qué pasó?
Nieta: No me había dado cuenta abue, es que estábamos jugando pero….
Vecino Abuelo: (interrumpiendo) debe haber sido por el cloro del agua, a veces se pone así, a mi nietita le pasa lo mismo; pero no la regañes, no te molestes con ella, la verdad, a mi me faltó llamarte o ir a tu casa a advertirte que ella estaba en nuestra casa.
Yo: Si amigo, lo sé. (y dirigiéndome a mi nieta) vamos, que tu y yo tenemos que hablar.
El viejo nos acompañó a la entrada de la propiedad para despedirnos mientras yo cargaba a mi nieta en mi brazos presionando su cuerpo desnudito y mojado junto al mío. Antes de cruzarnos a mi casa, dirigiéndome al viejo….
Yo: Ya pensaron lo de la invitación?
Vecino Abuelo: Aún no amigo, apenas regrese mi hijo se lo comento.
Yo: perfecto, quedaré a la espera entonces.
Al llegar a casa, me senté en el sillón de la sala y a ella sobre mis piernas viendo a hacia mi, sus piernitas me bordeaban parte de mi cintura….
Yo: Ahora si dime ¿Te di permiso de ir a jugar a fuera o de ir a jugar a la casa de los vecinos?
Nieta: Perdóname abue…..
Yo: (interrumpiéndola) contéstame por favor
Nieta: (mirando hacia abajo triste) a fuera de la casa, en nuestro jardín.
Yo: Muy bien ¿Y por qué fuiste a la casa de los vecinos?
Nieta: Es cuando jugaba fuera, me gritó la niña del frente y me dijo que fuera a jugar con ella, que tenía una alberca.
Yo: Pero nosotros también tenemos alberca ¿Por qué no vino ella aquí?
Nieta: No lo sé abue, me gusto tener una amiguita de mi edad, y me pareció divertido ir a su alberca, además, quería conocer como había quedado la casa.
Yo: Comprendo mi amor, pero me has pegado un susto grande. Esto, que no se vuelva a repetir o me veré en la necesidad de castigarte, nunca lo he hecho, pero no puedes volver hacerlo.
Ella se acercó hacía a mí, dándome un abrazo, pegando su torso con sus tetitas limoncito junto con mi pecho grande y velludo; incluso, su vulvita estrujó mi pene que la punta quedó entre los labios de su vajina, claro sin entrar.
Nieta: (mientras me abrazaba) Lo siento abue, de verdad, perdóname, no vuelve a suceder.
En ese momento, comencé a sentir mojadita mi verga, mi nieta se estaba excitando y se movía muy sutilmente para que la punta de mi verga rosara mas su vaginita, intentando ver si se la podía meter. Enseguida me la quité de encima y le dije que se fuera a bañar para salir a almorzar, no quería cocinar. Como ya saben, los seguidores de mis relatos, nunca me he cogido a mi nieta y prometí no hacerlo, sé que ella coge con cuanto amiguito nuevo se encuentra y yo le doy el permiso porque para ella, todo lo que quiera. Solo 5 veces lo hice con mi hija (su madre) y con el consentimiento de su marido pero con mi nieta es otra historia, bueno, es mejor no decir nunca.
Continuará….
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!