Los pecados del hijo son los pecados de la madre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi padre tuvo sus segundas nupcias con Saira, una mujer con buen cuerpo, pero proveniente de una familia conservadora, asi que no se viste muy moderno, pero aún asi se nota el buen cuero que es.
Algo timida al principio si.
Cuando Saira llegó a la casa yo tenía casi los 18 años.
Yo siempre he sido muy cachondo, tal vez más de lo normal para esa edad.
Tengo una colección de videos porno inmensa.
Todo empezó cuando un día regresé más temprano de lo normal a la casa, luego del colegio.
Mi hermosa madrastra estaba bañándose, en la habitación que comparte con mi padre.
Yo entré y cuando oí la ducha, subí, abrí la puerta con cuidado, me alegré que estuviera abierta, luego entré y entreabrí la puerta de la ducha, alli vi por primera vez a Saira, estaba de espaldas a la puerta, que par de nalgas tan buenas, duritas, inmediatamente se me paró la verga y me hice una paja rápidamente viéndola, ella intuyó algo y se volteo y me atrapó viéndola, inmediatamente cerré la puerta y salí corriendo de alli, ella después no me reclamó nada.
Debo decir que la relación con mi madrastra fue diferente a lo normal, es decir, no llevabamos muy bien, eramos buena compañía, me ayudaba con mis tareas, Saira tenía 31 años y había estudiado algunos años en la universidad, hasta que su padre ya no la apoyó.
Ya había confianza entre los dos, yo entonces le decía que era muy bella,y le decía que se vistiera un poco más moderno, en el closet había ropa de mi madre que posiblemente le quedaría a ella, en los recuerdos que tengo de mi madre ella se vestía muy sexy siempre.
Un día que mi padre no estaba, la convencí que se pusiera ropa de mi madre, ella aceptó, se fue a la habitación y se tardó bastante, hasta que me llamó para verla, que lujo de hembra, tenía puesta un traje de dos piezas, una blusa sin tirantes, donde se notaba sus abundantes senos, hermosos, y luego una falda tipo mini, sus muslos gruesos al igual que su pantorrillas, y su trasero grande y parado, no pude evitar pajearme esa noche pensando en Saira, mi madrastra.
Casi me desagarro el pene.
Saira tenía además tacones altos y se miraba como una diosa sexual.
Le dije que no se cambiara, que se quedara asi hasta que se fuera a dormir y ella aceptó, dijo que solo por mi lo haría.
Luego vino el acontecimiento que cambiaría todo.
Llegué del colegio y oí voces fuertes, mi padre y mi madrastra Saira estaban discutiendo, pero vi que Saira tenía inflamado un pómulo.
Pregunté cual era el problema, mi padre me dijo que Saira no le había contado que no podía tener hijos, por un problema que tuvo de niña.
Y esa la rabia de mi padre.
La insultó y yo la defendí, incluso le quiso pegar de nuevo y yo lo evité y confronté a mi padre, le dije que se fuera de la casa y el se fue.
Saira comenzó a llorar inconsolablemente, yo la abracé y la consolé, le llevé agua y le hablé.
Ese día nos quedamos dormidos abrazados en la sala, hasta que ella me despertó para que me fuera a dormir, luego de agradecerme que la había defendido.
Al siguiente día no apareció mi padre.
Llegó la noche y cenamos con Saira, todo estaba en silencio, me dijo que le daba miedo que regresara mi padre y que me pedía si podía dormir en mi habitación, yo le dije que si.
Esperé a Saira en mi cuarto de habitación, ya tenía el pene parado, además que me lo estaba acariciando solo pensar en tener a ella en mi cama.
Luego ella entró y me dijo -cómo me queda?-, ella me dijo que era ropa de dormir que usaba mi madre, era un blusón, que tenía un amplio escote, se le veía la mitad de sus senos a Saira y luego que era semi transparente, se podía ver la ropa interior de Saira, se miraba muy rica.
Nos acostamos y me pidió que la abrazara, que tenía miedo, yo la abracé por la espalda, asi que quedamos muy pegados, mi verga pegada a su colita.
En pocos minutos ella se quedó dormida, menos yo.
Yo tenía la respiración exaltada, estaba excitado, mi pene ya estaba empalado, pegado a las nalgas de Saira, separado por su ropa de dormir.
En eso empecé a frotarme contra su colita, mi verga creció a lo máximo, lo hacía despacio muy despacio, no quería que ella se despertara.
Al rato, aumenté la velocidad de la frotada en la colita de mi madrastra, pero sentí que ella también se movía a mi ritmo, -estaré imaginando?- pensé.
Pero era cierto mi madrastra estaba consintiendo que me sobará contra ella, yo estaba muy excitado para entonces, la habitación a oscuras, solos ella y yo.
Asi que me saqué la verga de mi pijama y le levanté su blusón hasta tener sus nalgas descubiertas, tapadas solo por su braguita.
Sentí lo suave de la piel de su colita, seguí frotándome y ahora sentía claramente que ella también lo hacía, yo tenía una erección como nunca.
Al rato hasta oí un gemido de ella, estaba excitada mi madrastra?-, tomé una decisión, me fui bajando en la cama, hasta que mi rostro llegó a estar frente a sus nalgas, le di unos besitos, pensé que ella no lo aprobaría, pero no dijo nada, seguí ahora dándole algunas lamidas con mi lengua, su piel era delicada y suave.
Todo era excitante,
En eso Saira se movió bruscamente, pensé que alli terminaría todo, pero no, se fue quitando las bragas, hasta sacarlas de su cuerpo, y yo con mi rostro frente a sus nalgas, entonces ahora seguí besándolas, ahora con más fuerza, mi manos tomaban sus grandes carnes y chupaba y las lamía con mucha pasión.
Acto seguido, abrí sus nalgas y no pude ver nada por la oscuridad, pero metí mi lengua y pude sentir lo arrugadito de su culito, oí su primer gemido audible cuando la punta de mi lengua empujó el aro de su ano.
Luego me puse a lamerselo todo, al rato sentí el olor fuerte de su rajita, ella se estaba mojando, asi que abrí más sus nalgas y pude llegar con mi lengua hasta su panochita, nuevamente oí otro gemido de ella cuando la punta de mi lengua tocó sus labios vaginales que tenían un sabor amargo.
Casi metí mi rostro entre sus grandes nalgas para seguir lamiendo el resto de su vulva, mi lengua no cesaba de pasar y lamer todo lo largo de su raja, los gemidos de Saira eran más intensos y frecuentes.
No pude más, dejé de lamer y regresé a mi posición anterior, puse mi verga entre las nalgas de mi madrastra y la deslice entre ellas buscando el orificio de su vagina, lo encontré a los pocos segundos, su raja emitía un calor muy intenso, sentí algo húmedo en mi verga, debía ser la entrada de su vagina que estaba mojadisima, seguí empujando y sentí un calor que me envolvía mi dura carne, segúi empujando y mi verga se hundió suavemente en su panocha, Saira emitió un quejido y yo no paré hasta tenerla casi toda adentro de ella.
Senti mi verga envuelta en algo humedo, caliente y suave, me puse a entrar y salir de la raja de Saira, yo no tenía mucha experiencia, asi que pistonié sin descanso por cinco o diez minutos, hasta que no pude aguantar y pase el umbral del no retorno y me corri dentro de la vagina de Saira, Fue una cantidad exorbitante de semen que deposité dentro de Saira, incluso mojé también la cama.
Saira se levantó a los pocos minutos y salió de la habitación, oí que se metió al baño, seguramente a asearse y quitarse mi semen de su panocha.
Al rato regresó y yo me hice el dormido, se acostó a mi lado y me dio un beso en la frente y me dijo -que rico estuvo!- yo sonreí y nos dormimos.
Al día siguiente, para mi buena suerte, mi padre tampoco apareció.
Casi como una repetición, nos acostamos y nuevamente empecé a frotarme contra Saira, quien ahora no estaba desprevenida, cuando mi verga estaba frotándose contra la panocha de ella, se volteó y comenzamos a besarnos bien rico, de lenguita, ella me fue quitando la ropa y mamó mis tetillas, fue delicioso y afrodisiaco porque la verga se me paró completamente.
Luego ella me masturbó un rato mientras besaba mis tetillas, después metió mi verga en su boca y me lamió bien rico, no era mi primera vez, pero fue la mejor de todas.
Saira me iba diciendo que hacer, me dijo como quitarle la ropa, luego me dijo que su chupara los senos, al principio empecé a comerlos duro y rápido, ella me detuvo y me dijo que lo hicera suave y despacio, me dijo que era una parte sensible para la mujer, asi que le mamé sus lindas tetas por un buen rato, me dijo que estaba mojada, porque lo había hecho bien.
Ahora me dijo que le comiera su panocha, se abrió de piernas y me fue indicando donde era lo más sensible para ella, alli yo era suave y delicado, hice gemir de gusto a Saira, quien tuvo un orgasmo con mi boca en su raja.
Luego ella me dijo que me pusiera acostado, ella se fue subiendo y restregó su vulva contra mi verga, luego la tomó y se la hundió en su raja, hasta el fondo, ella se mordió el labio inferior, me dijo que yo tenía una rica verga, luego comenzó a moverse lento, mi verga se movia dentro de su raja, cuando estaba a punto de correrme, ella se detuvo y me dijo que aguantara, ya no se movió, pero me puso sus senos para mamarlos, los mamé y se me quitó las ganas de correrme, luego de unos minutos nuevamente me cabalgó, sentí cuando ella tensó su vagina y la sentí como se corría.
Me hizo gozar lo indescriptible.
Luego se puso en cuatro, mostrándome ese tremendo culazo que dios le dio y me dijo que la cogiera, me puse atras, se la metí toda, le di duro por diez minutos y ya no pude aguantar más, me corrí adentro de nuevo lancé semen por doquier y luego ella se volteo tomó mi verga y me la limpió toda con su lengua, fue exquisito ese palo.
Desde esa noche, comenzamos a coger en cualquier momento que tuvieramos con mi madrastra, al inicio lo hacíamos casi a diario, incluso mi padre se apareció días después y sacó a Saira de su habitación y ella se refugió en la mia, afortunadamente no había otra habitación preparada, asi que cerrabamos con pasador la puerta y nos desvestíamos, nos chupabamos nuestros sexos y luego cogíamos rico sin hacer mucho ruido.
Nos mamabamos los sexo de lo lindo, ella se sentaba en rostro y yo le chupaba el culo y la raja hasta hacerla correrse, ella tenía que morderse el puño para no gritar cuando estaba mi padre, cuando él no estaba toda la casa se llenaba de nuestros gemidos.
Me volví experto en cogerme a Saira y ella conmigo.
Tuve el honor de romperle su bello culo.
Me sacaba la leche hasta tres veces por noche y yo la hacía correrse cuatro o cinco veces.
aún asi deseabamos llegar más allá.
Mi padre empezó a ausentarse por semanas y mi madrastra dormía conmigo todas las noches.
Si mi papá saca a Saira de la casa, me voy con ella.
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