Lucecita, mi hermana, mi puta
Sí me cojo a mi hermana, es porque el vínculo fraterno, nos convirtió en amantes.
Hacía ya un par de años que no veía a Lucero, ella vive en otra ciudad al noroeste a unos 800 kilómetros de dónde vivo yo en el centro del país, siempre estamos en constante comunicación y siempre le digo cuánto la quiero y ella se desborda en elogios que no merezco, siempre pregunta por mí y por mi hijo y yo veo en sus historias como crecen mis sobrinos, que dicho sea de paso, los adoro. Me gusta sobretodo cuando comparte fotos de ella, no es por nada pero su belleza es notoria, tiene el cabello quebrado muy chinito, obscuro y abundante y se le ve muy lindo cuando camina, su piel es muy blanca, tiene manos delgadas y bonitas, unos labios muy carnosos que hacen juego con su dentadura blanca y perfectamente alineada, tiene muy bonitas cejas y pestañas que enmarcan sus lindos ojos almendrados, y no quiero hablar de su cuerpo, ¡Wow! Es simplemente espectacular, sus pechos no son particularmente grandes, pero sí muy bonitos y bien formados y sus caderas son sobresalientes y la cadencia con la que camina es por de más la atractiva y arrebata las miradas, además es alta, es decir; es un bombón.
La última vez que vino de visita fue porque yo la invité a pasar unos días y ella tuvo el tiempo de venir, fui por ella al aeropuerto y después de no verla por tanto tiempo, era obligado el saludo tan efusivo que nos dimos, en verdad fue muy cálido y emotivo, me gritaba desde lo lejos y corría hacia mí con una gran sonrisa en la cara, me abrazó y pude sentir el cariño acumulado por la nostalgia de no vernos, fue reconfortante, me lleno la cara de besos y así estuvimos durante algo así como un minuto, la dejé de abrazar porque la forma como pegaba su cuerpo al mío combinado con sus besos, comenzó a sentirse diferente y yo tuve una erección que también ella pudo notar, lo supe por la sonrisa pícara que tenía y porque me dio un zape tras separarnos…
¡Soy tu hermana! No seas cabrón…
Me dijo riendo… La invité a comer algo rápido, pasamos a saludar a amigos de antaño, hicimos cosas que ella tenía planeadas en general, y yo la acompañaba feliz de verla tan emocionada, convivimos y nos tomamos fotos con la gente que visitamos, compramos pan de un lugar que ella añoraba, vimos a la familia, etcétera. En general fue una tarde de paseo muy entretenida.
Con antelación, habíamos decidido que no se hospedaría en un hotel, sino que se quedaría en mi casa, conmigo y mi hijo (a quien casi se come a besos).
Esa noche ya con la maleta desvalijada y sus cosas acomodadas en los cajones, nos encontrábamos listos para descansar, el plan era que mi hijo que aún era muy chico dormiría en un futón, ya que sería para él más como una aventura y un juego y mi hermana se quedaría en su recámara, porque mi casa no es muy grande que digamos tiene una sola planta, dos habitaciones y un baño que se encontraba afuera de ambas. Tomábamos un café y hablaba con mi hermana tanto de trivialidades, como de las cosas importantes; de sus emociones, su trabajo, de sus hijos, etcétera. Mientras mi hijo estaba jugando con el videojuego que tenía en su habitación y como la plática con su tía se prolongó, él se quedó dormido, yo estaba apenado porque le había ofrecido esa habitación mi hermana para dormir, ella por supuesto me conoce y notó mi dilema…
No te preocupes Bro, yo me quedo en el futón, ya deja a mi sobrino en paz, no lo vayas a despertar.
Obviamente no lo iba a permitir, ella estaba cansada por el viaje y la visita a todo mundo, así que decidí ceder mi habitación por esa noche. Yo dormiré en el sofá, no te preocupes Nena (de cariño) Le sugerí, mejor date un baño para que te sientas fresca y verás que duermes como un bebé. Me recosté y ella fue directo a la ducha, se puso una bata delgadita y muy linda de una tela como seda en color durazno, bastante sexy he de decir, para después sacar una pijama de algodón de pingüinos, y yo en tono burlón le dije: cálmate, si no vienes al polo sur!
¡Jajajajaja
Echó una carcajada y fiel a su personalidad y costumbre, me aventó una chancla que casi me descalabra, yo sorprendido y aún riendo, la fui a recoger y se la entregué para cuando saliera del baño… Que momento tan breve y divertido. Apúrate, que aquí no regalan el gas… (bromeaba yo) sabiendo que el viaje no duraría para siempre, ambos sentimos que pronto nos dejaríamos nuevamente para seguir con nuestras vidas uno separado del otro y sin decir nada pero con la comunicación casi psíquica de los hermanos era algo que con sabíamos, nos abrazamos un instante y nuevamente nos dimos un cariñoso beso, solo que esta vez mis manos no abrazaron solo su ropa, pude prácticamente sentir su piel debido a lo fino de la tela que cubría su desnudez. “¡Ya sácate a bañar, apestosa!” le dije para disimular el momento fraterno, que yo estaba convirtiendo en perversión.
Así lo hizo, prendió la regadera y aventó la bata sobre el mueble, cerró el cancel de vidrio, pero dejó abierta la puerta, yo me di cuenta y sabía que podía espiarla! Aunque no debería porque ¡Es mi hermana! Estaba indeciso, que debía hacer??? Me asomo? Con qué pretexto?: ¿Tienes jabón? ¿Te acerco una toalla? ¿Un zacate? ¿Quieres shampoo? ¿Quieres Acondicionador? (¿Quieres una manoseada?) Mi mente estaba atrofiada y no respondía, yo quería verla, su cercanía me había calentado, yo tenía mi falo en la mano y me toqueteaba pensando en ella, decidí emparejar la puerta del baño, sin cerrarla totalmente, fui a recostarme en mi cama ya que desde ahí podía más o menos ver el interior de manera disimulada, con mi luz apagada y la del baño encendida, logré verla, Wow, no lo podía creer ¡Estaba mirando el cuerpo desnudo de mi hermana! De inmediato se me paró y me tallaba frenético imaginando recorrer su suave piel con mis manos. La vi lavar su cuerpo y casi en camara lenta veía con envidia bajar el agua al recorrer su ser, podía verla exhibir sus curvas y al salir, la pude disfrutar mientras desenmarañaba su cabellera y se ponía una toalla en la cabeza, admiré sus tetas paraditas mientras se ponía un top al tiempo que dejaba expuesta su intimidad, se volteó hacia el espejo para que pudiera yo ver claramente sus nalgas redondas y tersas, quería morderlas o por lo menos lamerlas, vi como se agachó para ponerse una tanga y vi su vagina unos labios regordetes y prolijos que invitaban a besarlos. No dejaba de imaginar escenarios pervertidos, mi verga estaba bombeando y cada vez estaba más dura, mis venas se podían sentir a través de la ropa, jamás había sentido tanta excitación y tanto morbo. Ella comenzó a ponerse loción humectante, yo solo deseaba que sus manos fueran las mías, tocaba sus brazos de manera muy sensual, subió sus piernas para poder untarse por completo, vaya espectáculo! Se puso su pijama de pingüinos y se dirigió a mi recámara.
Ya te dije que no seas cabrón, ¿¡¡¡Por qué me estabas viendo!!!?
Pues tú bartola, para que dejas abierto? ¿Que no sabes que para eso son las puertas?
Quería ver tu cara jajaja… Ya pues, que vas a hacer?
Pues ya me voy a dormir (fingiendo tener sueño) así es que con tu permiso… Chau chau
No te vayas aún… Mejor vemos una peli ¿No quieres? O abrázame un momento, como cuando niños… cinco minutos ¿Sí?
Como negarme a tan bella petición, mientras se recostaba junto a mí y me subía su pierna… Te quiero mucho Nena le dije en voz baja…
Yo también te quiero mucho “Bro”
Suspirando se acomodó en mi brazo izquierdo mientras yo estaba boca arriba, ella tocaba mi pecho, y hacía como que se estaba quedando dormida. Giré mi cara ante la suya, podía oler su cabello, besaba su frente y acariciaba como podía su espalda ya que tenía atrapado mi brazo, mi mano libre se acercó a su cintura y también comencé a acariciarla, la bajé hacia su cadera y no encontré rechazo aún tenía dudas, pero se disiparon cuando con malicia lleve mi mano a su rodilla y subí su pierna hacia mí fierro que seguía duro y rozaba su muslo, ella abrió la pierna para poder acercar su sexo a mi pierna y se comenzó a frotar, tome su mano y la guié hasta mi verga y ella me la empezó a jalar, para mí era el cielo sentir que mi hermana me estaba tocando, disfruté cada segundo viendo como su mano cubría mi pene y lo mecía con un subeybaja sensual, su mano pequeña hacia parecer que mi erección era monstruosa! Me la jalaba de manera gentil y apasionada mientras buscaba mi boca para volver a fundirnos en un beso que completara el manoseo. Estaba encantado con ella dejándome fajarla, subí mi mano ahora a sus tetas, oh! Que encanto! Pude sentir lo duras que estaban y la textura de su pezón paradito que sucumbía ante mis manos, breves gemidos salían de la boca de mi hermana, pude tocar sus preciosas tetas la puse boca arriba y metí la mano debajo del elástico de su ropa, comencé a masturbarla, ella ya estaba empapada, chorreaba, yo abría y cerraba los dedos separando sus labios externos e interiores, pasando una y otra vez por su clítoris donde me detenía haciendo círculos justo en ese espacio donde ella se retorcía y echaba la cabeza hacia atrás en señal de placer, pero sin dejar de pajearme, mi hinqué a su lado para poder tocarla mejor, ella cooperaba de buena gana, después de bajar el pantalón de su pijama por completo abrí sus piernas e introduje los dedos medio y anular en su vagina, coloqué mi palma hacia donde está su vientre y comencé a mover el brazo de arriba a abajo, procurando meter y sacar muy poco los dedos de su interior y tratando de hacerla estallar, quería ver si podía hacela eyacular, insistí en mi misión y fui muy constante y dedicado, quería hacerla sentir bien, darle placer, quería desvivirme por ella, tras unos minutos, empezó con un jadeo que se intensificaba, durante unos segundos se convirtió en un frenesí en el que sus manos apretaban con fuerza mi pito que aún tenía sujeto, y con la otra mano arrugaba el cobertor sobre el que yacíamos, logró expulsar chorros y chorros de squirt yo estaba extasiado, queria probar, así que me acomodé entre sus piernas y me puse a lamer su vulva, probando su sexo y su sabor, batiéndome la cara con sus fluidos, sacaba y metía la lengua en su concha, su sabor era delicioso, yo succionaba su clítoris y la sentía retorcerse mientras le agarraba las nalgas como queriendo impulsarme hacia sus adentros y ella acariciaba mi cabeza a la vez que me jalaba el cabello y gemía de placer, todo pasó muy rápido, hace un momento estábamos tomando café y en un instante estoy haciendo el amor con ella, mis pensamientos alternaban entre lo inmoral y la excitación, aunque en realidad ya no me iba a detener, sobretodo después de la mamada que le acaba de dar, la senté solo para remover el resto de sus prendas y dejar expuestas sus tetas. Te toca Nena, le dije señalando mi miembro, mientras se recogía el cabello, se me volvió a poner duro como roca, veía su cara bonita acercándose a mi verga a punto de mamármela, la ansiedad me recorría y en cuanto sentí sus labios embestí su carita una y otra y otra vez, no quería parar lo constante de mis movimientos hasta el fondo de su garganta me habían excitado demasiado, solo quería sentir sus arqueos que no la dejaban respirar debido a lo grueso de mi pija, de sus ojos salía una lágrima por la comisura a causa de la mamada que me estaba dando, sabía perfectamente como dar placer, no quería que se detuviera pero ella fue la que paró, se movió hacia atrás y me dijo:
Por favor ¡Ya… Entra! Métemela, que ya no aguanto…
Sus palabras retumbaron en mi cabeza y me puse super nervioso, pero estaba dispuesto y más que caliente, le dije: Recuéstate hasta atrás de la cama… Tomé sus tobillos abriendo a la vez sus torneadas piernas, subí las rodillas a la cama para acercarme a ella podía disfrutar del cuerpo de mi hermana a placer, ahí la tenía a mi merced, para abusar de ella como yo quisiera, apunté con mi glande a su vagina que estaba lista y ansiosa por devorar mi verga, y entonces la penetré… que sensación de tibieza y humedad la que estaba experimentando, no quería parar, estaba sobre ella con el mete y saca y de ella solo se oían sus ruiditos de placer, gritos ahogados de pasión y calentura por el morbo de saber que era yo quien la estaba montando, me acerque a su boca para besarla sin sacarsela y sin dejar de bombear, nuestras lenguas se entrelazaban, la saliva se mezclaba en nuestras bocas llenas de nuestros jugos de haber mamado uno al otro previamente, te amo le decía y ella respondía de igual manera
Te amo, que rico es coger contigo…
Me postré en la cama viendo arriba y la jalé insinuando que quería que se montara ella en mi verga, ella me entendía solo con mi mirada y anticipaba mis pedimentos, abrió las piernas y comenzó a bajar en cuclillas para comenzar a devorar mi verga a sentones, lo vi perfecto hasta que ella se trago mi verga de una estocada, estaba eufórico de placer, era ella la que ahora mandaba, el ritmo era el suyo, el tiempo era totalmente de ella yo era absolutamente suyo y estaba a su disposición y solo quería que siguiera moviéndose igual que siguiera meneando sus caderas hacia mí con ese vaivén y cadencia que me volvía loco… Comienza a apretar el paso, ahora es más intenso y constante, un poco más veloz, se le escapa un grito que ahoga, sus nalgas rebotan en mí cuando ocasionalmente da de brincos y se mete hasta el tocón de mi pito, pero sigue cabalgándome, está concentrada y siente mi verga rozar sus adentros, muy fuerte y aunque de forma inconsciente se empuja en mi pecho con sus manos en señal de placer, ella sigue metiendo y sacando mi verga de su interior, me aprieta, siento las contracciones de su útero sobre mi gruesa polla, el interior de su cola está caliente y húmedo siento como se va a correr en cualquier momento… Ella aprieta el paso, embiste con fiereza como si quisiera exprimir el semen de mi palo, es muy excitante para mí… ¡Me voy a venir Nena! Le grito bajito, mi cara está caliente y roja de pasión, la suya también, empieza a abrir la boca mientras le tiembla el labio inferior, está a punto de venirse y gime.
– Ahhhhhhhhhhhhhhg… Me corro! Me corro! Hermano, me corro!!! Ahhhh… Mpf… que rico, que rico me corro hermano, me corro fortísimo… Termina conmigo, échame tu leche, lléname de tu leche por favor ahhhhhhhhhhh!
Así lo hago, su pedido es más que una orden, es una demanda y yo termino dentro de ella, mi esperma ahora está dentro de su vientre y ella al fin se relaja por un instante, yo lo que puedo hacer es abrazarla y hacer que descanse en mi regazo después de tremenda cogida que hemos dado…
Sigo en un mundo surreal, aún preguntándome si lo que acabo de vivir realmente pasó, luego volteó a ver a mi hermana aún con la boca abierta y jadeando con una mueca risueña que balbucea:
¡Qué rico! Quiero seguir cogiendo hermano, ¿puedo tocar tu verga?
¿En serio? (Un poco sorprendido) ¿Me la quieres agarrar? Pero si te la acabas de deslechar! Además aún está un poquito sensible, no me digas que, ¿¡Quieres más!?
Estoy muy caliente, fue riquísimo y se que no debió haber pasado pero sigo mucho muy caliente.
Me encantas, solo que con lo que ahora me has dicho ya no te puedo tratar igual, tampoco te puedo ver cómo a la escuincla que toda la vida vi en ti, ahora eres diferente ante mis ojos.
¿Ah sí? Explícame entonces, porque yo creo que ahora te quiero más, ¿Qué crees que cambió en ti y en la manera que me ves?
Eres muy sexy y puedo ver tu cuerpo como el de una mujer diferente… Ahora me gustas más…
Es así entonces??? Muy bien… Te gustan… mis pies?
Preguntó ella mientras movía sus pues de lado a lado, como jugando mientras aún yacía recostada en la cama, “Sí, me gustan tus pies nena”
¿Qué tal mis piernas?
Son muy bonitas Lucecita y también me gustan mucho…
¡Bésamelas!
Me ordenaba mientras yo obedecía, también comencé a acariciarlas sin que me dijera nada, aún sabían un poco a la crema que se había puesto, pero la sensación de tener la piel de mi hermana entre mis manos y mi boca era muy sensual, me excitaba, hacia que mis instintos volvieran a sobreponerse a mi sentido común y quería volver a cogérmela, besé y toqué sus pantorrillas, subí por las corvas y estuve paseando mi lengua por sus muslos jugueteando con sus preciosas nalgas, la volteé y me aventuré a ir a su vientre para después subir lamiendo como un perro toda su piel, su abdomen, y su cintura hasta llegar a sus tetas, me prendí de ellas como un lactante hambriento, insaciable, quería abrir la boca tan grande para meter uno de sus adorables senos a mi boca, con las manos recorrí su otra teta y presionaba entre mis dedos su tibio pezón para después alternar entre boca y manos sus tetas, se me volvió a parar, y torpemente paseaba mi pito por dónde recién la había besado, perfectamente podría habérsela metido de nuevo en ese instante, ella estaba lo suficientemente mojada para recibir mi verga de un empujón, pero yo tenía otros planes en mente, la besé en la boca para que probará nuevamente mis besos y sintiera mi lengua, ella respondía de igual manera, lujuriosa, cachonda, tallaba sus piernas con la ansiedad que precede a la penetración, mientras nuestras lenguas se revolcaban, yo tocaba también su cabello y acariciaba su hermosa carita, metí la mano detrás de su cabeza y puse mi mano en su nuca entrelazando mis dedos en su hermosa cabellera chinita aún húmeda por el baño y por el sudor del polvo que acabábamos de echar, la tomé fuertemente para que sintiera el control que podía tener sobre ella con una sola mano la separé de mis besos y como muñeca de trapo la puse boca abajo, dejando a la vista su espalda porque yo quería tocarla y eso me complace mucho, podía ver sus hombros y clavículas que se marcaban a través de su blanca piel, así como sus nalgas y culo, la manoseé y besé a placer, ella estaba muy caliente al igual que yo, me eché hacia atrás para apuntar mi verga una vez más a su cola y ella instintivamente quiso ponerse de perrita (mi perrita) pero no le iba a permitir tener el control de su propia voluntad, tomé el lubricante de su vagina entre mis dedos y lo mezclé con un poco de saliva para untárselo…
Noooooooo, por favor Manito hermoso ¡Por ahí no! Me va a doler, ¡¡¡No seas malo!!!
No discutimos ni un instante yo estaba poseído y le iba a romper el culo, metí un dedo para probarle que su opinión ya no era tomada en cuenta y ella simplemente dejo de luchar, lo siguiente que escuché fue un pequeño ruidito mezcla de resignación y placer…
Hmpfff…!
Shhhhhhh, ya están dos dedos adentro…
Malo!!!
¿Los saco?
No, ya… sigue…
Mi verga está muy bien hecha, de un tono color rosado, de cabeza más obscura pero clara, ancha y bien recta, de glande suave y prolijo muy lisito que emula a las paredes internas de una vagina de princesa, la tengo depilada y en ese momento muy dura además de ser gruesa, es por ello que la tenía que preparar, la tomé por la cintura y me enfilé hacia su agujero y en cuanto mi cabeza tocó su esfínter, este se cerró pero no me empujó, presioné una vez más abriéndome camino y esta vez sentí el avance, presioné más y al tiempo que la volvía a jalar, me volteaba a ver de reojo con su melena obstruyendo su visión, en cuanto hicimos contacto visual nuevamente otro empujón… Que rico, ya había entrado hasta la mitad y empecé a bombear, que apretado
Ahhhh ahhhhh ahhh ahh ahhhh ahhh ah ¿Ya entro toda?
Aún no… ¡Aguanta! ¿Estás bien?
Me duele… pero… también que rico… Ya, empújamela más! Métemela más…
Sus nalgas rebotaban en mis piernas y mis bolas chocaban en ella, me sentía con el control absoluto, yo era su dueño en ese momento, podía disponer de su cuerpo a mi placer, y así lo hacía, le metía la verga sin cuartel y le daba de nalgadas mientras le seguía metiendo y sacando mi pito por el culo, que apretado, que placer, y al parecer era para ambos, ella se masturbaba mientras yo estaba adentro con el vaivén, nalgueándola, rompiéndole el fundillo, lo sacaba por completo por instantes para poder ver lo dilatado que ya estaba, ya no había resistencia, estaba abierto y esperando mi verga a qué la penetrara una otra y otra vez, estuvimos así varios minutos, la sensación tan placentera de profanarla casi me obligaba a venirme a su comando, me apretaba delicioso y aunque no era tan húmedo como su vagina, lo empecé a gozar por el conjunto de emociones, el tacto de su piel al tener mis manos en sus nalgas y el de mi pito dentro de su culo, el escuchar sus gemidos que cada momento se hacían más intensos, el aroma de su piel y su cabello recién bañada, la hermosa vista de mi hermana empinada y a mi disposición y el haber lamido toda su piel, todo era perfecto… Ella seguía gimiendo y comenzó;
Me voy a venir, por favor no te pares… No pares… Cógeme así de duro, cógeme más, más ahhh, más,,,ahhhhh, maaaaaas masssssssss dame más verga! Asiiiiiií…!!!! Que riiiicoooooo!!!
Me voy a venir Nena!!!
Córrete en mi culo, por favor, quiero que lo hagas siempre, lléname de tu leche una vez más… Ahhhhhhhh
Sus ojitos cambiaron de la mujer de temperamento fuerte que siempre ha sido, al de una mujer sumisa que lo único que le importa es el sexo… Que rico!!! Eres una maravilla Luce, ¡QUE RICO ME COJES…! Me tumbé sobre su espalda tras volver a vaciar lo que quedaba de semen en mí, durante algo así como un minuto, no quería sacar mi pija del forro, quería que tuviera mi semen atrapado en sus adentros otra vez, hasta que nos separamos y acomodamos nuevamente en la cama, desnudos, sudados, en éxtasis…
Teníamos cara de ¿Y qué va a pasar ahora? Pero no dijimos nada, solo nos miramos a los ojos en complicidad, sabiendo que ahora nos queríamos mucho más que antes y de otras formas que no esperábamos, la abracé y tiernamente besé sus labios y sus mejillas, y con la palma de la mano golpeé su frente: “Eres una puta”
¡Eres tú el que es un cabrón!
Reímos quizá de los nervios y del gusto y nos quedamos dormidos un par de horas, al despertar nos encontramos aún abrazados, disfrutando del calor de nuestra piel, y dije en un susurro: Te adoro hermana…
También yo a ti hermano…
Esa fue mi experiencia de una vez, la siguiente tendrá que esperar aunque esp
ero que no mucho.
Woooow, delicioso!
Sí, que delicia. Todo es súper excitante, la descripción de la piel desnuda y lo terso de ella, la forma en que se convierte de hermana a amante uffff súper sexy
Un relato de lo más rico me encanta cada uno de los detalles que describes muy ricos y exitantes espero cuentes más de estas ricas historias