Lucia caliente en el Colegio

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un campañero empezó a preguntarme si me gustaría ir por el gimnasio a portarme mal, yo le decía que no molestara que no me interesara, el insistía y no dejaba de contarme lo que pasaba casi todos los días. Un día de tantos llegue a mi casa y no había nadie, estaba sola y empecé a recordar lo que mi compañero me contaba, cuando me di cuenta tenía mis pezones parados, me había excitado recordar lo que mi compañero me había contado.

Como estaba sola, me pare frente al espejo y me empecé a quitar la ropa despacio, quede en ropa interior, pero la verdad quería seguir y verme desnuda, así que saque mi tanga y mi brasier, ahí estaba desnuda frente al espejo y recordando lo que había oído de mi compañero que no paraba de invitarme a la zona caliente del gimnasio, me veía en el espejo mis pechos redondos, parados, veía mi panochita rasurada y una nalguitas que no se quedaban atrás, en ese momento paso por mi mente lo que sería tomarle la palabra a mi compañero y me excito la idea, así que me empecé a tocar mis pechos y cuando llegue a mi panochita estaba húmeda, cuando estaba a punto de tocarme sonó el teléfono y fui desnuda a contestar, para mi sorpresa era mi compañero que tenía mi numero para hablar cosas del colegio.

Me sentía extraña hablando desnuda con él, le pregunte que para que me había llamado y me dijo que quería saber si había pensado en ir con el atrás al gimnasio, por un momento pensé en colgar o decirle que no insistiera, pero parada ahí desnuda y sabiendo que estaba pensando en eso le dije y para que me quiere llevar ahí atrás, el contesto usted sabe lo que se hace ahí y tenes unas tetas que sería rico tocar, le dije deberas si en este momento las estoy viendo y si tenes razón de querer tocarlas, mi compañero pregunto asombrado, porque decís que se ven, le dije por que cuando me llamaste estaba desnuda y así conteste, el replico estas chinga hablando conmigo y le dije si completamente no llevo nada encima.

Me dijo Lucia que rico poder verte, me fui caminando desnuda con el teléfono inalámbrico y pasando por el cuarto de mis papas me acosté en la cama y seguí hablando, a lo que conteste porque te gustaría verme y el empezó a decirme lo mucho que le atraía y que tenía unas tetas muy ricas y una piernas deliciosas, me empecé a calentar y el me dijo Lucia tóquese mientras hablamos, me asuste porque nunca había hecho eso, el insistió y le dije como, me dijo con una mano acaricie sus tetas suave, lo empecé a hacer y el preguntaba lo estás haciendo yo le decía sí.

Me contesto yo me la estoy tocando y me parecía mentira que le causara ese deseo a la distancia y hablando por teléfono, me dijo tócate tu panochita y me dices si esta húmeda, la toque y si estaba húmeda, le dije ya me la toque y si esta húmeda, de inmediato me dijo meta un dedo y lo saca suave y lo vuelve a meter, lo empecé a hacer y se me escapo un gemido, cuando oyó el gemido me dijo que rico te estás masturbando y yo también, me empecé a meter dos dedos los sacaba y los metía rápido y ya no contenía mis gemidos y como que no me importaba que me estuviera escuchando, el me decía, sigue Lucia no pares, me la estoy sobando, aquello me calentaba mas y no paraba de darle placer a mi panochita, me retorcía rico el placer era delicioso y saber que había alguien escuchándome más, verme desnuda mas todavía y el parecía el que me manejaba por el teléfono, me dijo póngase boca abajo y se masturba levantando el culo, yo excitada como la más obediente lo hice y me encantaba sentir mi culo levantarse y meterme los dedos seguía dándole a mi panochita gimiendo de lo lindo, el seguía diciendo cosas, como rica, que rica se debe ver, siga cójase mi amor no pare y como si lo hubiéramos planeado legamos juntos a un orgasmo por teléfono, nos despedimos y cortamos la llamada, había siso extraño pero rico.

En la noche cuando me acosté llegaron las imagines y como lo que hablamos por teléfono, en mi cama empecé a acariciarme y tocarme un poco y así me dormí. El amanecer no escapo de la excitación del día anterior y estaba como deseando llegar para ver a mi compañero y a la vez con cierta pena por lo que había pasado, pero podía más la excitación que la vergüenza.

Llegue al colegio y con cierta prudencia mi compañero me saludo sin decir nada extraño, en la primera lección a mitad de la clase me paso un papel, lo abrí y lo leí, decía “Lucia que rico nos masturbamos me salió mucha leche de oírte gemir imaginar tu culo parado y tus dedos dándote placer, vamos al gimnasio”

Por un momento no sabía qué hacer, pero lo cierto es que había abierto una puerta que no me iba a quitar fácil de encima, para mi sorpresa sentía mi panochita húmeda solo con leer el papel, lo volví a ver y le pedí permiso al profesor para ir al baño, si el salía detrás de mi estaba decidida a ir al gimnasio, pues no pasaron ni 3 minutos y lo vi salir detrás mío, como la más descarada y alborotada seguí el camino a la parte de atrás del gimnasio y el venía detrás a paso ligero, entre en el lugar y el detrás mío, me di vuelta y ya lo tenía encima dándome un beso sentía su lengua entrar y salir, me beso rico varias veces, no tardo en tocar y apretar mis pechos y como el tiempo era nuestro enemigo me dio vuelta me puso contra una pared levanto mi enagua y bajo mi tanga, empezó a acariciar mi panochita que ya estaba húmeda y no opuso resistencia a que sus dedos entraran, los metía y sacaba

Yo gemía hacia adentro para no hacer ruido, el levantaba mis nalgas cada vez sacaba sus dedos para volverlos a meter, esta desnuda de la cintura hacia abajo con la enagua subida y aquella sensación de desnudez me gusto mucho, siguió sin parar hasta que note que se había venido en sus pantalones y yo me había regado delicioso deje su mano mojada y nos dimos unos besos ricos antes de irnos, esta escena de diferentes formas se repitió varias veces y ya era parte de los que iban al gimnasio atrás a tocarse y apretarse. Después de ahí hice cosas más ricas que luego les contare. Un beso