Maestro de rondas infantiles – Parte 6
desvirgando a Valeria, Denise M, Flor y Evelyn.
La semana estaba transcurriendo muy rápido, al inicio solo era un simple estudiante que quería ser maestro de educación física y por azares del destino había conseguido mi propio harem de nenitas de primaria para mi propio disfrute, lo que más me ayudo fue que una de ellas ya tenía experiencia sexual y ayudo a convencer a sus compañeritas inocentes a disfrutar lo que ella hacia con su papá.
Con el pasar de los días las niñas se habían apegado mucho a mí, no solo me ponían atención cuando les enseñaba los pasos de baile, sino que me obedecían en cada cosa que les decía que hicieran, su lealtad hacia mi ya la tenia ganada, y como quería coger con todas ellas sabía que no era posible con todas en un solo día, por lo que solo me cogía a cuatro de ellas diariamente hasta hacerlo con todas, de esa manera es como lo hemos estado haciendo últimamente y al parecer las niñas que aun faltaban estaban ansiosas por tener mi verga en sus vaginas.
Debido a que algunas niñas -tanto las que ya había desvirgado como las que estaban en lista de espera- no querían esperar para que les metiera mi verga decidí que tenía que hacer que algunas se masturbaran o se metieran algo a sus vaginas, aunque eso podría lastimarlas por lo que decidí que traería unos dildos de doble punta que encontré (mejor dicho, tomé prestados de la casa de una tía que nunca se casó, ya se imaginaran para que los ocupa) y también busque en internet como podía adquirirlos cuidando que mi familia no lo supiera, por suerte encontré una página donde estaban a buen precio, y el tipo de envío seria a la sucursal de correo de mi ciudad para que nadie de mi casa lo abriera sin mi permiso, aunque tardaría algo de tiempo en llegar no me arrepentí de compralos.
El fin de semana fui nuevamente a la tienda de segunda mano y aun no llegaban más cámaras económicas, solo cámaras para verdaderos profesionales que estaban completamente fuera de mi presupuesto, así que me resigné y decidí regresar la siguiente semana.
Como ya teníamos 5 días de haber ensayado era importante hacer seguimiento de las niñas que lo hacían bien y las que aún les costaba trabajo, si bien dije que todas ensayaban bien había algunos detalles que corregir, pero nada que no se pueda arreglar, después de ubicar a las niñas que requerían algo más de practica pensé cómo hacer para que mejoren y así se me pasó el fin de semana.
El lunes siguiente todo transcurrió con completa normalidad, mis clases de siempre y los ensayos como ya era costumbre, nos quedaban casi un mes antes de las eliminatorias donde teníamos que clasificar para las finales y al ritmo al que íbamos estaba seguro de que lo haríamos, después del ensayo apliqué las medidas correctivas para que mejoraran su forma de bailar, la verdad verlas bailando con sus falditas de la escuela me estaban poniendo al mil por hora cuando una vocecita familiar me trajo a la realidad.
-maestro, hoy nos toca a nosotras- eran cuatro niñas que aún no las había desvirgado.
Eran Denisse M, Evelyn, Flor y Valeria, otras cuatro niñas del grupo de ronda infantil, las cuatro eran de tez canela clara, ojos marrones, cabello oscuro lacio y muy lindas piernas que lucían con esas falditas por encima de la rodilla y calcetas que apenas alcanza sus tobillos, noté lo ansiosas que estaban por tener mi pene en sus rajitas pues pude ver en sus caras las ansias de comenzar ya.
-Claro que si princesas, pero primero ya saben que hacer- les respondí con picardía.
Casi como relojes sincronizados las cuatro niñas se levantaron sus falditas y grande fue mi sorpresa al ver que ninguna de las cuatro traía pantaletas, les pregunte si vinieron así a la escuela y me dijeron que se las habían quitado antes de venir al aula, eso me dejo perplejo cuando una mano tomo mi manga y la jaló para llamar mi atención.
-maestro ¿trajo lo que le pedí? – me pregunto Carlita con un tono atrevido pero disfrazado de inocencia.
-Solo pude traer unos poquitos- le contesté a Carlita quien parecía algo decepcionada por mi respuesta
-Bueno, al menos no vamos a esperar demasiado- dijo una de las niñas que ya estaba ansiosa por usarlo.
Les empecé a aplicar la pomada para el dolor a las cuatro niñas que estaban paradas y sin calzones, Carlita tomo los pocos dildos que había traído y los compartió con todas las niñas que ya habían sido desvirgadas y las que aún no habían perdido su virginidad tendrían que esperar como era obvio, pero eso no las desanimo, al contrario, sintieron mucha curiosidad por ver a sus compañeras con cositas extrañas en sus rajitas.
Evelyn fue la primera que empezó la jugada, tomo mi verga con su mano y la frotó hasta ponérmela bien durísima y Denisse M. me daba una mamada de lo más tierno e infantil, las otras dos tomaron mis manos y las llevaron justo a sus vaginas, por lo que comencé a hurgar en sus partes íntimas, era un verdadero espectáculo que las demás niñas contemplaban sin decir palabra alguna.
Después de un rato jugando con sus partes Evelyn se sentó en la silla abriendo sus piernas como un compás y sin ton ni son le introduje mi verga hasta tener casi la mitad, la pobre pequeña trataba de aguantar el dolor lo más que pudo y realmente fue muy valiente pues apenas lloró, eso me hacía feliz, la sangre empezaba a salir y se la limpie con una toallita húmeda que había traído conmigo, la niña empezaba a retorcerse un poco como si fuera lombriz, pero se calmó y le metí mi pene un poco más hasta tener poco más de la mitad y comencé a moverme despacio para que su vagina se acostumbrara.
Mientras estaba un rato inmóvil vi a mi alrededor que las demás niñas desvirgadas y Carlita habían empezado a jugar con los juguetitos que había traído pero lo sorprendente fue ver que la misma Carlita les explicaba como tenían que meterse las dos puntas, una niña tenía una punta metida en su vagina y la otra trataba de metérselo siendo ayudada por Carlita, esa niña sabía bien cómo usar esas cosas, no por ello actuaba más como una maestra que como una niña.
Evelyn me pidió que ya comenzara a meter y sacar para que se acostumbrara, comencé a moverme lento pero seguro dentro de su rajita, poco a poco se iba acostumbrando ya que empezaba a gemir como una putita en celo mientras Carlita les decía a sus compañeras como tenían que moverse, vi como Laura y Luisa estaban frente a frente y en sus cositas tenían un dildo que lograron meter con éxito y empezaban a moverse aunque no lo hacían muy bien y tenían que apoyarse en el piso con sus manos para no caerse, en otro extremo del salón Nancy y Nadia estaban a cuatro patas y con el dildo en medio de ellas, al menos lograron hacer el movimiento de meter y sacar muy bien, y en el otro lado Elisa y Olga empezaron a hacerse un 69 y las demás niñas miraban con ojitos llenos de curiosidad.
Al ver a dos de sus compañeritas haciéndose sexo oral mutuamente despertó en las demás niñas un morbo que se convertiría en deseo, no sabían que entre ellas mismas podían darse placer sin necesidad de esperar a que les metiera mi verga por lo que el resto de ellas decidieron intentarlo, así que las demás niñas se quitaron sus bragas lo cual fue tarea fácil debido a que traían faldas escolares, se recostaron en el suelo y formaron parejas, en la que cada una empezaba a lamer la rajita de la otra, era bastante surrealista ver que un grupo de niñas aprendieran a hacerse sexo oral, empezaban a gemir de gusto sin dejar de chupar sus vaginas.
-Ah, ah, más, profe, deme más… – gemía Evelyn con cada embestida que le iba dando.
-si mi reinita, lo que tú digas- la complací moviéndome más salvajemente.
Mientras me follaba a Evelyn las demás niñas hicieron parejas y en el suelo se daban 69 de lo más lindo y tierno que podría imaginar, muchas de ellas gemían de placer y no parecían querer detenerse por nada, hasta que Carlita puso sus manos en mi cara y giró mi cabeza para que le prestara atención.
-lo ve profe, le dije que yo sabía, y las demás ya aprendieron a hacerlo-
Esa pequeña traviesa no dejaba de sorprenderme, no solo tuvo sexo con su papá y su tío, sino que también lo hizo con una tía y por eso sabia lo del 69 lésbico y lo de los consoladores, ya no sé qué más pensar de ella, más que deseaba tenerla solo para mí, pero ¿Quién se atrevería a renunciar a un gran harem de nenitas bailadoras y putitas como mis alumnas?, la verdad me sentía en el cielo y no quería que se terminara, hasta que Evelyn me llamaba gimiendo.
-Ah… profe… ya… ya no aguan… to… más…. Ah…- soltó un chorro de sus jugos y le di mi leche que se mezcló con su orgasmo.
-Ah…- Evelyn dio un grito ahogado que casi la dejó sin aliento.
-Ahora es mi turno- exclamó Denisse M.
Ella, a diferencia de la otra Denisse, era más atrevida, abierta y extrovertida, era de las mejores amigas de Carlita, y obviamente su espera de ser desvirgada había acabado, pues ya era hora de tomar su virginidad como ya lo había hecho con las demás niñas, por lo que la acomodé bien y ella abrió sus piernas para facilitarme la tarea de penetrarla, lentamente introduje mi verga recién salida de una cuevita desvirgada, y conforme la introduje Denise sintió algo de dolor que logró aguantar como toda una valiente niña, y al romperse su himen soltó un poco de sangre que me di a la tarea de limpiar.
-Ah… profe… su pene … se siente… bien… ah…
-Si, preciosa, solo aguanta un poco más-
Denisse M aguantaba el dolor lo más que podía, de hecho, con las primeras niñas me costó más trabajo que con las que pasaron después de ellas, lo que me hizo preguntarme como estaba logrando aguantar el dolor, pues es bien sabido que las niñas sufren dolores terribles cuando son desvirgadas y aunque gritaran las paredes del salón de música estaban reforzadas para que el ruido no saliera del aula.
-Denisse, acaso ustedes se estaban metiendo cosas en sus vaginas-
-Si… Carlita nos dijo que si lo hacíamos… no nos iba a doler mucho cuando nos metieras tu penes-
Su respuesta confirmó mis sospechas, Carlita también pensaba en esos detalles y me estaba ayudando a que al momento de penetrarlas fuese una tarea insignificante, realmente ya no se que esperar más de ella, debía de agradecerle de alguna manera.
Dejé de pensar en ello y me enfoque en darle placer a la pequeña Denisse M que ya estaba esperando mucho tiempo este momento, sujete sus piernas con ambas manos y comencé a moverme despacio para ir aumentando el ritmo, como acababa de perder su virginidad debía tener cuidado de no lastimarla, pues quien sabe cuanto dolor soporto al meterse algo en su vagina para facilitarme la cogida.
-Profe, muévase más por favor…- me imploraba Denisse M.
-A la orden- le asentí amablemente.
Empecé a moverme cada vez más rápido, al meter y sacar se oía como nuestros cuerpos chocaban entre sí haciendo un sonido muy excitante y si a eso le sumamos los gemidos de la pequeña, entonces el ambiente se volvía más erótico.
Mi pene entraba y salía de esa vagina cada vez más rápido, y al igual que casi todas las niñas hasta ese momento solo entraba la mitad de mi verga pues como son unas niñas pequeñas sus vaginas aun no tenían el tamaño suficiente para albergar el taladro que las estaba penetrando.
-Ah… me gusta… profe… siga…-
Denisse se estaba entregando al placer y solo pedía ser penetrada hasta llegar al éxtasis, y por supuesto le cumplí su deseo, ya que estas niñas me estaban dando el placer más grande de mi vida, por lo que continué con el movimiento de fornicación para complacer a mi pequeña que se estaba volviendo más golosa.
-Ah pequeña, me vengo…-
No pude terminar de hablar ya que la eyaculación me había ganado y solo alcance a soltar un gemido mientras mi leche caliente llenaba su interior.
-Ah, me gusta… –
La pequeña Denisse se estaba cayendo rendida por el placer de cogérmela y mi semen dentro de su recién estrenada vagina, al sacar mi verga vi como le escurría mi leche de su cueva cayendo como cascada, dejé a la pequeña recostada sobre las sillas y ya me estaba esperando mi siguiente putita.
-Metela con cuidado-
-no te preocupes-
La pequeña Valeria estaba estirando su vagina con sus dedos lo más que podía para que mi pene entrase sin problema, lo fui introduciendo muy despacio hasta sentir que su himen ya estaba a nada de romperse.
-Ay, ay, ay, augh…-
-aguanta un poco preciosa, ya casi-
Su virginidad aún no había sido rota pero la niña ya estaba sintiendo el verdadero dolor de tener semejante verga como la mía taladrando las profundidades de su vagina, aun con la pomada que le aplique todavía sentía el dolor de ver perder su inocencia por parte de su servidor.
-Ahora si pequeña, aguanta que ya viene el avión
-Agh-
Le sujeté sus piernas firmemente y con un solo movimiento le metí mi pene lo más que pude hasta romper esa pared que se resistía a ser profanada, inmediatamente me quedé inmóvil para que la Valeria se empezara a acostumbrar como ya habían hecho sus compañeritas, quienes por cierto se estaban dando placer entre ellas casi ignorándonos por completo.
-ah, profe, se siente bi… en-
-Si reinita, te dije que te gustaría-
Con la niña ya en pleno éxtasis, seguí haciendo mi faena metiendo y sacando cada vez más rápido y conforme aceleraba los movimientos del placer más fuertes y constantes se oían sus gemidos de putita que eran como música para mis oídos.
-Ah, te voy a llenar pequeña-
-si… profe… llename por favor…-
Le solté otra descarga de semen en las entrañas de Valeria y al sacar mi pene vi como pu pequeño corro escurría desde su cuevita con algo de sangre y me encargué de limpiarla muy bien y aplicarle pomada relajante para que se recuperara.
Ahora seguía el turno de la ultima niña que quedaba por desvirgar el día de hoy, era nada menos que Flor, otra linda hermosa como sus compañeras, había esperado hasta el ultimo para perder su virginidad como sus demás compañeras, y comenzó con lamer mi pene como si fuera un caramelo o dulce de los que les gustan a las y los niños, mi verga aun estaba erecta por lo que Flor no desaprovechó la oportunidad de saborearla.
Lamia y lamia como poseída la niña, me preguntaba si ella hacía lo mismo con su padre o algún pariente varón porque se nota que lo estaba haciendo casi como su amiga Carlita, o mejor dicho, podría ser ella quien le enseño el arte de mamar vergas, después averiguaría ese asunto, solo dejaba que Flor siguiera haciendo lo suyo.
-eso pequeña, así se hace- la felicité.
-grashiash- me dijo con algo de dificultad para hablar.
La niña agradeció con algo de dificultad para hablar ya que tenia mi pene en la boca, seguía dándome el mejor placer del mundo cuando otra descarga de semen llenó su boquita y trató de tragárselo aunque por poco se ahogaba.
-agkh, agkh- tosió un poco la niña al sacarse mi pene de la boca.
-Tranquila, respira con cuidado-
Flor se repuso rápidamente y sin decir agua va ya le estaba empezando a meter mi pene en su vagina tratando de no lastimarla mucho.
-Ahh, ahh, ahh, duele un poco-
-Tu aguanta, ya casi lo logras-
Con mis palabras Flor se sentía más tranquila y segura y reanudé mi intento de penetrarla así que de un solo movimiento mi pene entró y destruyo la pared de su himen mientras que la niña estaba algo pasmada y con un poco de dolor, la tranquilicé para que me dejara moverme a gusto.
Con Flor ya más calmada empecé a moverme para que se acostumbrara a mi verga, le limpié la sangre que le había salido por perder su virginidad y poco a poco los movimientos se hacían cada vez más rápidos, el ritmo sexual se incrementaba que nuestros gemidos de placer iban a son de las embestidas cada que nuestras pieles chocaban entre si.
-ah, ah, más, quiero más…
-A la orden, pequeña
sus palabras me encendieron bastante que utilicé casi todas mis fuerzas en darle embestidas cada vez más fuerte que hizo que ambos llegáramos al éxtasis casi al mismo tiempo, yo solté mi leche varonil y ella soltó un orgasmo que se sintió bastante bien, al sacar mi pene ya casi no me quedaban fuerzas para continuar, ni mucho menos a Flor que casi cayó rendida pero la acosté bien en unas sillas ordenadas para que descansara como una angelita.
Me estaba recuperando de la tremenda cogida que le dí a Flor cuando casi todas las niñas soltaron sus orgasmos acompañados de sexis gemidos que llenaron por completo el salón de música, el olor erótico se volvió bastante penetrante y para limpiar la escena del crimen abrí el armario de limpieza del salón para dejar limpio el lugar y con ayuda de las niñas la tarea se realizó en corto tiempo.
Ya después de limpiar y haber descansado, solo nos sobró algo de tiempo para darles un beso en la boca a todas las niñas, y también les dije que libamos progresando muy bien y mañana a seguir con lo que ya sabíamos hacer, cuando se me acercaron otras cuatro niñas para decirme algo.
A nosotras nos toca mañana, por favor- dijeron las cuatro niñas al unisono.
-No lo olvidaré, pequeñas, solo recuerden no decir nada-
-entendido, lo prometemos- dijeron todas las niñas al mismo tiempo.
Las niñas re retiraron del salón de música y me puse a ver las fotos y videos que tomé con mi celular, las cuales atesoraría por el resto de mi vida, antes de irme me asegure que no hubiera evidencia alguna que nos delatara, ya saben que nunca está de más ser precavidos, cuando confirmé que todo estaba bien me retiré y pasé las fotos y videos a mi PC, mañana me esperaba otro día con mis hermosuras.
Palabras del autor: hola a tod@s, yo se que han esperado mucho por mis nuevos relatos, estaré terminando los demás lo más pronto para que ya no haya más esperas, pero no les puedo prometer nada, lo que si es que voy avanzando lo más que puedo, el trabajo y la familia me han tenido muy ocupado y ahora que tengo algo de tiempo libre lo aprovecharé para seguir con los relatos.
Excelente muy excitantes eroticos y con morbo, espero la continuacion.
Excelentes relatos, llegaste a meterla en sus culitos?