Maia de 9, una verdadera hija de puta (capitulo 2): El nuevo tío
Igual de puta que su mamá, Maia le cumple una fantasía a un amigo.
Un gran saludo a todos, espero que se encuentren muy bien. En esta ocasión les contaré qué sucedió con Maia, mi pequeña debilidad, para mayor contexto les recomiendo leer: “Maia de 9, una verdadera hija de puta”.
Igualmente les hago un resumen, me llamo Diego tengo 35 años, soy rubio, mido 1.80 y mi contextura física es normal. Tengo mi trabajo y además soy propietario de varias viviendas las cuales alquilo para tener un ingreso pasivo.
Toda mi vida he sido un gran adicto a la pornografía y a las prostitutas, principalmente mujeres pero también he experimentado con travestis. Una de esas putas es Sabrina de 29 años a quien le alquilo uno de mis apartamentos y vive con su pequeña hija Maia de 9 añitos.
Obviamente que Sabrina no pagaba el alquiler en dinero sino con un rico servicio anal, eso fue así hasta que me enteré que Sabrina no sólo se prostituía ella sino que también a su pequeña hija, lo cuento de manera muy escueta pero cuando me enteré estuve en shock y me costó reaccionar.
Yo, como gran consumidor de material para adultos, era normal encontrar nopor de chiquilines aunque nunca me llamó la atención pero cuando Maia me contó que ella “jugaba a los novios” con los clientes de su mamá, me entró la curiosidad muy fuerte y quise probar yo también. Obviamente uno no es de piedra y no todos los días una chiquita de 9 años te invita a “jugar a los novios” y te dice que le gustan los besitos ahí abajo.
Lo malo es que ese día, lo reconozco, me envalentoné y terminé violando analmente a la pobre Maia pero ella me perdonó porque entendió que me provocó y los hombres podemos ser bruscos a veces… Después de tal mágica experiencia, Sabrina accedió a que el alquiler me lo pague únicamente Maia.
Maia es una pequeñita hermosa, es flaquita de piel blanca y pelo negro, preciosa y llena de vida, inocente y amable, su mamá le enseñó bien el oficio del trabajo sexual pero siempre lo ejercía junto con Sabrina presente aunque por cuestiones de confianza, sólo a mí me permitía estar a solas con la nenita.
Generalmente ella viene el primer sábado de cada mes por la noche cuando su madre se va a trabajar, nos desnudamos y jugamos así, miramos la tele, follamos rico obvio, pero lo que más me gusta es la inocencia de Maia, siempre me dice que le gusta mucho darle besitos a mi “gallina”, refiriéndose a mi verga o me pide que le dé besitos a su “cotorrita” y cuando me vengo en su boca le digo que son sus primitos.
Pero siguiendo con mi vida, un antiguo compañero del liceo llamado Adrián que vive en España nos contactó a todos para hacer una reunión de ex alumnos con gente que no veía hace 20 años casi.
Como ese viernes no tenía nada que hacer decidí ir a reecontrarme con toda esa gente del pasado para recorda viejos tiempos. Adrián tiene 36 años, es más alto que yo, él mide aproximadamente 1.90, es fortachón, de pelo castaño y ojos marrones sin barba, vino a pasar unos meses al país con su familia de acá.
Esa noche fue muy buena al final, nos divertimos y bebí como si no hubiese un mañana a punto tal que no recordaba nada pero fue una gran noche de emociones y reencuentros.
Cinco días después aproximadamente recibo un WhatsApp de Adrián preguntándome si estaba libre, que quería hablar conmigo pero no me dijo de qué asunto, obviamente le dije que viniera a casa para hablar tranquilos.
Esa tarde noche llegó Adrián, nos tomamos un café, relax, chill aunque lo notaba un poco nervioso, me pidió si podía apagar la señal del celular por las dudas y me preguntó lo siguiente:
-Diego, el viernes de la reunión me contaste…
-Ehh, sí, decime qué te conté…- Pregunté desconcertado.
-Este… emmm…, ¿cómo decirlo?
-No sé, sólo dímelo y ya. – Le respondí.
-Me contaste que te estás cogiendo a una nena de 9 años. – Dijo rápido y cortante.
Me quedé anonadado ya que no tenía recuerdo de haberle contado algo tan privado y tan peligroso para mí, claro que intenté evadirlo, salir el paso pero terminé confesando.
-Bueno, sí es verdad pero tiene una explicación por favor no se te ocurra hacer nada.
-Es que, es mi sueño… – Confesó Adrián.
-¿Cómo, cómo? – Pregunté estupefacto.
No podía creerlo, Adrián era amante de la carnecita joven y prohibida.
-El gran sueño de mi vida es ese, es acostarme con una de pocos años, es una idea que me ronda la cabeza todo el tiempo. Ya pensé en irme a Cambodia o algo así pero no tengo contactos como para meterme en ese submundo. – Me dijo Adrián.
Pude notar la sinceridad de su palabra, es un deseo muy difícil de cumplir ya que es mal por la sociedad, no está al alcance de nadie y es peligroso.
-No te preocupes amigo que yo te ayudaré. – Le dije.
Esa misma noche fui a hablar con la mamá de Maia, le comenté todo lo que pasó, obvio que ella se lo tomó muy para mal porque es un servicio ultra exclusivo para ciertos clientes muy importantes de ella. Después de calmarla la puse en contacto con Adrián y bueno ella le pasó las instrucciones. Como ese fin de semana Sabrina no podía, me pidió a mí si podía supervisar yo, obvio que acepté porque además unos mimos de Maia me iba a llevar gratis.
Llegó el gran día para Adrián, para mí era uno más, a las 19:00 llegó arreglado, duchado, perfumado y con un regalo para Maia.
-Campeón, ¿listo para el debut? – Dije entre risas.
-No aguanto más los nervios. – Y lo que te queda porque todavía faltan dos horas.
En ese tiempo le comenté cómo era la situación, qué podía hacer, qué no y por supuesto que no podía decir cosas como “lechita”, “verga” y demás, que tenía que usar vocabulario como “cotorrita”, “pajarito”, etc.
Rapidamente para mí, para Adrián fue una eternidad, se hicieron las 21:35 y llegaron, le pedí a mi amigo que se esconda y entraron las dos. Maia tenía dos coletitas hermosas, un vestidito azul celeste y unos zapatitos negros brillantes, ella estaba divina como siempre.
Nos despedimos de su madre y Maia en ese momento cuando ingresó me dio un beso en la boca, se trepó a mi cuerpo y se sujetaba con sus piernitas.
La quité de mis brazos y le dije:
-Mai, amor, tengo que presentarte a un nuevo tío…
-¿Un nuevo tío? – Preguntó desconcertada Maia.
-Exacto mi amor, ahí viene… – Le respondí mientras ingresaba Adrián.
Adrián estaba totalmente erecto de sólo haberla visto, tenía una hinchazón de pija terrible, fue lo primero que noté al verlo.
-Hola, Mai, soy el tío Adri. ¡Placer! – Dijo Adrián timidamente.
-Ho, hola ¿tío?
-¡Eres hermosa! – Acotó Adrián.
En ese momento hubo un silencio raro y le dije
-Mai, el tío quiere que juegues con su gallina… – Dije entre risas.
-Eso, pero primero quiero conocer la cotorrita de Mai. – Agregó Adrián.
-¡Ayyy, tío! ¿Tengo un nuevo nuevo? – Preguntó Maia.
-Obvio, bebé. – Le respondí.
Fue ahí que empecé a quitarle la ropa a Maia, dejé a la luz su pequeña ropa interior color rosa pastel con el dibujo de un unicornio, dulce, Maia de 9 añitos, prostituta a temprana edad, estaba desnuda frente a dos hombres que se la iban a culear rico.
Adrián empezó olfateando la conchita de Maia, pasaba su nariz por ahí mientras yo besaba los inexistentes pechos infantiles de la pequeñita.
-Ayyy aiiiiaa aaaaaaahhhh ahhh, qué rico tío – Gemía Maia mientras Adrián pasaba la lengua por su clítoris infimamente desarrollado.
Maia estaba totalmente entregada, abierta de piernas, 9 añitos de puta, era increíble.
A todo esto estabamos en mi sofá y decidimos pasar al sótano donde generalmente Maia “me paga el alquiler” ya que está insonorizado, nos fuimos con Maia totalmente desnuda y la conchita mojada.
Llegámos al sótano, Adrián vio la cama, sentó en la punta a Maia y sacó su enorme y peluda verga en la cara de la pequeña. A la nena se le torcieron los ojos, lo miró a la cara y empezó a chupar.
-OOOOH, sí bebé, eso princesa, juega con la gallina del tío, juega, sí así. – Decía Adrían mientras ahogaba a Maia.
Yo me desnudé y se la puse cerca de la boca a Maia y empezó a mamar, a mamar y a mamar, mamaba con ambas vergas en la boca, su pequeña manito apenas cerraba mientras tocaba nuestras pijas.
-Puta, puta, puta. – Repetía Adrián mientras le pasaba la verga por la cara a la pobre nena.
Abrí las piernitas de Maia y empecé a chuparle la vagina, toda mi lengua recorría esa diminuta cavidad, esos labios carnosos color rosita inocencia.
Mientras yo mamaba el clitoris de mi princesa, Adrián le puso sus peludas bolas en la cara para que se las lamiese Maia, obviamente ella como la mejor puta empezó a hacerlo.
Adrián estaba sacado, quería metérsela a Maia, le di un preservativo, se lo puso inmediatamente con un poco de lubricante y se la metió.
-OHH MI PUTITA, SEEEEEE
-AYYY AYYY TÍO, AYYY
-ASÍ, PRINCESA, ASÍ MI AMOR, QUÉ RICO
-¿Te gusta, tío?
En ese momento la cosa se tornó violenta y…
-NO ME HABLES, PERRAAAAA – Gritó Adrián antes de darle un cachetazo a la pobre Maia.
-AAAAYYAAA NO TÍO. ASÍ NO, POR FAVOR – Pedía clemencia Maia.
-SÍ PUTA ASÍ, ASÍ PUTA, ASÍ AAAAAGGGR – Gemía como un animal Adrián.
-Tío me dueleeee. – Decía Maia mientras me miraba con los ojos llorosos.
Adrián le estaba desfigurando la vaginita a Maia como un degenerado hambriento de sexo.
Maia lloraba mientras Adrián la violaba y yo ni loco iba a hacer nada, no sé hasta dónde él era capaz de llegar.
-Quiero por el culo, puta. – Le dijo Adrián.
-NOOO, POR AHÍ NOOO!! – Lloraba Maia.
La tomó por los pelos, la dio vuelta, escupió el ano de Maia y se la metió… toda… ¡de una!
-AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH – Gritó de dolor Maia.
-Cállate, puta, no grites! – Dijo Adrián con su verga en el culo de Maia y le pegó en la boca.
Por varios minutos Adrián tuvo en cuatro a la pequeña Maia que lo complacía con su cavidad anal.
-PERRRRAAAA ASEEEEEEEE QUÉ RICOOOO. – Gemía Adrián como un loco.
Parecían cintazos los ruidos que hacían los cuerpos de los dos, Adrián estaba loco con el culito de Maia hasta que de repente se separa de ella, tira el preservativo al suelo y se le tiró toda la lechita en el ano dilatado de la pequeña Maia.
-AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH AAHHHHH SEEEEE!!!!! – Dijo Adrián mientras soltaba chorros y chorros de espeso semen
Adrián juntó con un mano el semen del cuerpito de Maia y se lo pasó por la cara a la nena, quedó toda embarrada y sucia.
Después de eso Adrián con una sonrisota me dice:
-GRACIAS HERMANO!!! GRACIAS!!! Me voy a higienizar.
Yo preocupado por la pequeña Maia fui a ver cómo estaba, con una sonrisa en la cara me dice que bien. La maldita enana se gozó todo lo que le hizo Adrián, empezó a disfrutar del sexo fuerte, una hermosa perra.
Un minuto después juntó fuerzas y se arrodilló en frente mío y con sus pequeñas manitos comenzó a hacerme una paja y mamarmela, yo acariciaba mis pezones mientras Maia me la comía, habremos tenido 10 minutos de oral hasta que le llené la boquita de esperma.
-MI AMORRRRRR QUÉ RICOOOOO !!! – Grité
Como la puta hermosa que es, Maia lo tragó todo y lo disfrutó. Adrián se enamoró perdidamente de Maia y obvio que repitieron antes de que él se volviese a España.
Espero les haya gustado, si quieren saber más de los trabajos de Maia, dejenlo en comentarios!! Abrazo a todos!
Me gustaría leer más de esta historia, ojalá sigas publicando más 👍
Que delicioso relato ojalá nos cuentes como se la cogen otros hombres o si has invitado a otro Amigo a cogerla o le han cogido dos hombres a la vez
Que rica historia me gustaría contarte como me coji aa mi vecinita de 6 años y hasta su hermana de 8 pero me gustaría que escribiera la tercera parte para saber que paso más con ella
Me lo cuentas a mí si quieres me he corrido de lo lindo con este relato escríbeme y nos pajeamos mientras me lo cuentas
UFFFFF RICO