MAMÁ, MIS HERMANITAS, TÍO ELKIN Y LOS MUCHACHOS.
Un tío pervertido, corrompido, exconvicto y abusador, llega a casa de Roni, con sus amigotes, para ponerse de ruana todo el hogar y jugar un poco con las mujeres de la familia..
ESCRITO POR SIREMIS.
Soy Roni, un muchacho de buenas costumbres, de 32 años de edad, bajito, flaquito, débil y feíto. Lo que voy a contar sucedió hace 15 años, cuando yo tenía 17 años.
Yo estudiaba electrónica en un instituto de educación no formal, las clases eran de 12 horas repartidas por igual en tres días a la semana.
Mi padre Peter estaba instalado en Brasil desde hacía meses por cuestiones de trabajo. Papá era muy trabajador, responsable y muy caballeroso. Se mantenía muy ocupado.
Mi madre era ama de casa, se llamaba Marta, tenía 34 años de edad, era muy seria, brava, mandona, tenía su carácter un poco tosco, al menos conmigo, pues siento que yo le caía bastante mal.
Mis hermanitas Lupita y Miriam, tenían 15 y 13 años respectivamente. Estas dos chicas de piel suave y joven, obviamente aún conservaban su mentalidad y costumbres infantiles, parecían tontas e ingenuas.
Miriam estaba en el colegio y Lupita no hacía nada, había perdido muchos años de colegio y no quiso seguir estudiando más, solo se la pasaba atenta de la farándula, de las modas y de sus estúpidas muñecas, era una completa cabeza hueca.
En el día en que empezaron los hechos, yo permanecía sentado en la mesa de la cocina leyendo mientras mamá preparaba el almuerzo.
Golpearon a la puerta afanadamente y pronto fui a abrir.
Para sorpresa nuestra se trataba de mi detestable tío Elkin, ladrón, pillo y hermano mayor de mi madre. El bigotón antisocial llegó a casa después de estar por algo más de 5 años en la cárcel.
Mamá se alegró al verlo.
Tío Elkin trajo sus maletas, pues tenía pensado quedarse por un buen tiempo y portaba en su cabeza un sombrero estilo vaquero.
Con mucho afecto lo recibió mi mami, ella le ofreció un juguito y estuvieron conversando alegremente en la cocina, a él sí le sonreía y lo trataba con mimos todo el tiempo, pero a mí me hacía mala cara y me contestaba muy feo, como siempre.
Mamá sabía, desde hace tiempos, que su hermano estaba loco, por eso le tenía paciencia y le acolitaba muchas cosas raras y feas.
Mientras tío Elkin fumaba marihuana dentro de la casa le contaba a mamá cosas tan vulgares, procaces e intranscendentes que era mejor taparse los oídos, pues se trataba de basura, no aportaban absolutamente nada beneficioso, como, por ejemplo, la manera cómo había abusado de varias jovencitas y la forma de follarse a varias prostitutas antes y durante su estadía en la cárcel.
El demente de mi tío contaba, con lujo de detalles, cómo las enculaba, mientras narraba se reía como si eso tuviera mucha gracia, y mamá también reía para llevarle la corriente.
Definitivamente el sombrerón de tío Elkin no me podía caer bien, no me agradaba ese sujeto para nada.
Él estuvo en la cárcel por el delito de acceso carnal abusivo. Aunque mi mami sabía muy bien que su hermano era culpable hizo hasta lo imposible por sacarlo del cautiverio alegando la mentira de que era inocente e incapaz de hacerle daño a alguien, incluso le puso costosos abogados pagados con el sueldo de papá, en muchas ocasiones nos quedamos hasta sin cenar por pagarle a esos juristas.
El muy atrevido no hacía más que mirar provocativamente a su propia hermana, o sea a mi mamá, no le quitaba los ojos de su culote y de sus tetazas, se relamía con total descaro y con mucho morbo.
Tío Elkin, con una mano se tocaba la bragueta como si se estuviera masturbando. Mamá se daba cuenta de sus miradas y de sus tocamientos masturbatorios, pero no le reprochaba nada al respecto y antes le sonreía y le hacía chistecitos.
Mientras él se daba esos cochinos tocamientos con la otra mano le cogía la de ella y se la arrastraba hasta su entrepierna para que mamá le palpara el chimbo por encima del pantalón.
TÍO ELKIN: ¡Te dije que venía caliente, mamita!
MAMÁ: Jajaja… ¡Yo diría que vienes ardiendo, mi Elkin!…
Tío Elkin definitivamente era un tipo bastante indeseable y cochino.
Mamá le agarraba y le manoseaba el bulto por un ratico, pero luego, dándose cuenta de que yo la miraba de mala manera, alejaba su mano de ahí, pero mi tío volvía a ponérsela encima de su bragueta y se le arrimaba para darle piquitos en la boca y para besarle la oreja y el cuello.
MAMÁ: ¡Ya!… Jejeje… ¡No molestes, Elkin!… ¡Te me estás echando encima!… Jejeje…
TÍO ELKIN: ¡Comprende que no he estado con mujeres desde hace tiempo, hermanita!… ¡Estoy arrecho, mamita!…
Tío Elkin también me caía mal porque, Katerine, la mejor amiga de Lupita, quien tenía 14 años de edad, me confesó, alguna vez, que mi hermanita le había contado, en forma de secreto, que antes de irse a la cárcel, el tío Elkin le hizo muchas cosas morbosas, se las hacía cada vez que llegaba de visita, en ese entonces mis hermanas eran muy niñitas.
Por esos motivos yo no confiaba en ese tío y me dispuse a averiguar si era cierto lo que Katerine me dijo. Decidí vigilarlo.
TÍO ELKIN: ¡Uy hermanita!… ¡Estás buenísima!… ¡¿Me lo vas a mamar? Martuchis!
MAMÁ: ¡Sssshhh!… ¡Uy! ¡Cállate que mi hijo está aquí!… ¡Imprudente!… Jejeje…
TÍO ELKIN: ¡¿Y qué pasa?! ¡¿Acaso a él no se lo maman?! ¡¿Es que es maricón?!
MAMÁ: ¡Sssshhh!… ¡Qué te calles!… Jejeje… ¡Pues tal vez lo sea!… Jejeje…
TÍO ELKIN: ¡Yo creo que sí, pues tiene cara de maricón!
MAMÁ: Jajajaja… ¡Tienes razón!… Jejeje…
TÍO ELKIN: Jejeje… ¡Oye, Martita… ¿y dónde están las mamasotas de mis sobrinitas queridas que no vienen a masturbarme?!
MAMÁ: ¡¿A qué?!
TÍO ELKIN: ¡A saludarme, sordita!
MAMÁ: Jajaja… ¡Te entendí otra cosa!… Jejeje… ¡La Miriam está donde una amiga, la vieras tú, está grande y acuerpada esa chica! ¡Vendrá mañana porque ya casi terminan sus vacaciones de mitad de año!…
TÍO ELKIN: ¡Mamasota rica!… ¡¿Y la Lupe?!
MAMÁ: ¡Y la vaga de la Lupita está en su cuarto! ¡Esa muchachita se cansó de estudiar! ¡No hace nada! ¡Ni siquiera me ayuda con los oficios! ¡El bobo de su papá la acolita! ¡Esa muchachita me tiene harta!
TÍO ELKIN: ¡Ponla a trabajar en la calle!
MAMÁ: ¡¿En la calle?!
TÍO ELKIN: ¡Ya sabes, hermanita, repartiendo cuca y culito! ¡Ya tiene edad para ello!…
MAMÁ: ¡Entiendo!… Jejeje… ¡Ganas no me faltan!… Jejeje… ¡Yo ya le he dicho muchas veces que si no estudia le tocará hacer los trabajos más duros!… Jejeje…
TÍO ELKIN: ¡Si!… Jejeje… ¡Lupita es la monita ¿cierto?!
MAMÁ: ¡¿No te acuerdas de ellas? ole!… ¡Miriam es la peliamarilla y Lupita la de cabello negro!
TÍO ELKIN: Jejeje… ¡Perdona! ¡Es que con tanto tiempo que estuve en la cárcel a uno se le olvidan las cosas!
MAMÁ: ¡Menos mal por fin pudiste salir de ese encierro!
TÍO ELKIN: ¡Gracias a ti, mamasota rica! ¡Si no hubiera sido por tu ayuda y tus abogados me habrían tenido allá metido por lo menos por 20 años!
MAMÁ: ¡Si!… ¡Afortunadamente te pudieron sacar! ¡Ahora eres libre para hacer lo que quieras!…
TÍO ELKIN: ¡Así es!… ¡Oye, y deben estar ahora bien desarrolladitas mis sobrinitas! ¡Deben estar bien mamasotas, todas ricas y apretaditas!
MAMÁ: Jejeje… ¡Si, eso sí!… ¡Son dos chicas preciosas! ¡Están divinas! ¡Si las vieras escurrirías las babas por ellas!
TÍO ELKIN: Jajaja… ¡No lo dudo!… ¡Ya mi vergota está escurriendo buena cantidad de babas no más con imaginármelas!… Jejeje…
MAMÁ: ¡Uuiicchh!… ¡Bribón!… ¡Tú si eres más…! ¡Uuiichh!…
TÍO ELKIN: Jajaja… ¡Tú sabes cómo soy de terrible, hermanita!… Jejeje… ¡Oye, y supongo que ese par de nenitas ya deben tener pelitos en esas panochitas tan ricas ¿no?!…
MAMÁ: ¡Pues sí! ¡Aunque yo les he enseñado a depilarse!
TÍO ELKIN: ¡Ahora deben tener unas buenas tetotas, unos buenos culazos y unas buenas caderotas!
MAMÁ: ¡Si, están grandes, pero conservan su inocencia! ¡Siguen siendo niñas!
TÍO ELKIN: ¡Cuando me metieron a la cárcel eran apenas unas bebitas! ¡Yo las bañaba y jugaba con ellas ¿te acuerdas?! Jejeje… ¡Cómo he querido volver a verlas desde entonces!
MAMÁ: ¡Mis hijas se bañan solas desde hace tiempos!… Jejeje…
TÍO ELKIN: ¡Pero eso no es impedimento para que su tío las vuelva a bañar como en viejos tiempos!… Jejeje… ¡Me imagino que han tenido novios!
MAMÁ: ¡Bastantes! ¡Diría que a montones! ¡Me presentan uno diferente cada semana!… Jejeje… ¡Los hombres les caen como moscos encima! ¡Es que Miriam es bien tetoncita y Lupita bien culoncita! ¡Obviamente eso atrae bastante a los hijos de puta!
TÍO ELKIN: ¡Wow! ¡Deben zorrear muy rico esas peladitas!
MAMÁ: Jajaja… ¡Yo las he regañado por eso! ¡Tener muchos novios no es de chicas decentes sino de zorritas de calle!
TÍO ELKIN: ¡¿Cuál de las dos es la más zorrita?!
MAMÁ: Jajaja… ¡No les digas así!… Jejeje… ¡Pero para responderte la pregunta y no dejarte con la duda yo diría que van como por igual! ¡Sin embargo creo que la más tremenda y solapada es mi Miriam, la menor! ¡Esa es la más putita!
TÍO ELKIN: ¡Caray!… Jejeje… ¡Me hice muchísimas pajas en la cárcel pensando en esas zorritas! Jejeje…
MAMÁ: ¡A poco!… Jejeje…
TÍO ELKIN: ¡Me las imaginaba a las dos desnuditas, agachadas frente a mí y chupándomela! Jajaja… ¡¿Puedes creer eso?!
MAMÁ: Jajajaja… ¡Oye, no molestes!… Jejeje… ¡Pilas con esos pensamientos, ellas son mis niñas del alma!…
TÍO ELKIN: ¡¿Será que ellas me aceptarían como novio?! ¡Tú que eres la mamá qué opinarías al respecto?!
Mamá le dio una palmadita en el hombro a tío Elkin y dijo:
MAMÁ: ¡Hey, Hey, Hey!… ¡Calma!… Jajajaja… ¡Las cosas que dices, hermanito!… Jejeje… ¡Recuerda que son tus lindas, queridas y consentidas sobrinitas!… Jejeje… ¡No podrían ser novios!…
TÍO ELKIN: ¡Lo digo en broma! ¡Tú sabes lo loco y lo bromista que soy! ¡Sobre todo en lo que tiene que ver con sexo!… Jejeje… ¡Sin embargo, no desmerezco, yo bien podría ser novio de juntas nenitas!… Jejeje…
MAMÁ: Jajaja… ¡Si, lo sé!… ¡Y también sé que a ellas nunca les harías daño ¿verdad?!
TÍO ELKIN: Jejeje… ¡Así es!… ¡Ni más faltaba! ¡Solo las corrompería un poquito!… Jejeje
MAMÁ: ¡Oye!… Jejeje… ¡Pilas con eso!… Jejeje… ¡Yo confío mucho en ti, hermanito! ¡Sé que me las respetaras!…
TÍO ELKIN: ¡Gracias, Martita!… ¡Ahora, si me lo permites, voy a ir a saludar a la Lupita y a ver qué tanto a crecido esa pelinegrita y qué tan acuerpadota y culoncita está!… ¡Ricurita esa!…
MAMÁ: ¡Bien puedas! ¡Ya sabes donde es la habitación de las nenitas! ¡¿Si te acuerdas?! ¡Segundo piso doblando!…
TÍO ELKIN: ¡Creo que sí me acuerdo!… ¡Ya vengo, Martita!… ¡Uuff! ¡Qué rico me voy a coger a esa putita!…
MAMÁ: ¡Pilas!… ¡Yo veré, hermanito!… ¡Nada de nada con ella!… Jejeje…
TÍO ELKIN: Jejeje… ¡Claro! ¡Como no!… Jejeje… ¡Con tu permiso, subo, Martuchis!…
MAMÁ: ¡Sigue!… ¡Con confianza!…
TÍO ELKIN: ¡Vaya… cómo tengo la verga de parada!… Jejeje…
MAMÁ: Jajajaja… ¡Se te nota, Tarzán!…
TÍO ELKIN: ¡Tengo ganas de hacerme la paja!…
Tío Elkin comenzó a subir las escaleras mientras se tocaba la bragueta con total descaro e ímpetu, y yo, antes de subir tras de él, miré a mamá de mala manera y le dije con ira:
YO: ¡Mamá, no puedo creer que hables así con ese tío mañoso y hampón! ¡No concibo que le dejes hablar de mis hermanitas de esa manera y menos que confíes en semejante porquería de ser!
MAMÁ: ¡¿Luego qué tiene?! ¡Tú lo llevas en la mala no sé por qué, pero yo confío en mi hermanito plenamente! ¡Él es muy tierno y entiendo sus bromitas!
YO: ¡No puedo creer que seas tan tonta y tan ciega!
MAMÁ: ¡Ay!… ¡No comiences a joder! ¡Chino marica!… ¡Más bien ve a sonarte los mocos, huevón!…
Me dispuse a subir inmediatamente.
Cuando terminé de subir las escaleras vi que tío Elkin estaba poniendo la oreja en la puerta del cuarto de mis hermanas y luego se decidió a abrirla sin golpear siquiera, y entró como perro por su casa.
Mi tío hizo una cara de fastidio cuando me vio entrar también y luego miró a la Lupita, la nena estaba sentadita sobre su camita, con sus piernas en posición parecida a la de flor de loto, se le veían los cuquitos, y tenía sobre sus muslos a su nueva muñeca, la cual peinaba con pasión, y cuando vio a su tío lo saludó con sorpresa, pero también fríamente y con cara de desagrado, fastidio y mal genio.
LUPITA: ¡Aayy… noo!… ¡Hola, tío!…
La nena tenía un vestidito cortico y rosadito, unas medias como de colegiala y unas colitas de cabello a los extremos de su cabeza. Mi tío prácticamente se estaba haciendo una paja sobre su pantalón, se quitó su sombrero, se lo puso en la cabeza a mi hermanita y dijo:
TÍO ELKIN: ¡Pero me saludas como sin ganas, vaquerita! ¡Pareciera que no te acordaras de lo mucho que te gustaba todo lo que hacíamos aquí antes de irme a la cárcel, muñequita!… Jejeje…
YO: ¡Déjala en paz, tío!…
TÍO ELKIN: ¡Cállate, marica, que no es contigo! ¡Sapo hijueputa!…
Mi hermanita se quitó el sombrero de tío Elkin de su cabeza, y le exigió marcharse.
LUPITA: ¡Por favor, tío!… ¡Váyase de aquí!…
TÍO ELKIN: ¡Pero si acabé de llegar! ¡Deberías estar muy contenta de verme, perrita!… ¡Deja esa muñeca a un lado y salúdame como debe ser si no quieres que te zurre como en viejos tiempos!… Jejeje… ¡Tú ya sabes cómo son las cosas conmigo, zorrita malnacida!
Tío Elkin se acercó, se subió en la camita, agarró la muñeca y se la tiró lejos, luego la tomó a ella fuertemente de la parte trasera de la cabeza, atrajo su cara a la suya y le dio un fuerte besote en sus labios.
Me quedé petrificado al ver y escuchar todo eso. Lupita sonrió nerviosamente y empezó a cambiar ese mal genio y ese fastidio por permisividad, gusto y complacencia, se le notaba que lo hacía más por susto que por verdadero agrado.
LUPITA: ¡Hola tiito! ¡¿Cómo te fue en la cárcel?! ¡Te ves muy bien! ¡Desde hace tiempos quería verte y darte unos cuantos piquitos en esa jetica!
La nena le dio un par de picos más demostrando toda su voluntad, al parecer no quería que su tío se enojara con ella, le daba miedo motivar su ira y por eso accedía de buena manera.
TÍO ELKIN: ¡Wow!… ¡Así está mucho mejor el saludito, mamita rica!
LUPITA: ¡Qué bien que te haya gustado, tiito! ¡Me da gusto que hubieras salido de la cárcel y de volverte a ver!
Yo no lo podía creer, mi hermanita Lupita estaba diciendo que le daba gusto de volver a ver a ese tío hijo de puta, aunque después me calmé un poco al darme cuenta que ella cruzaba sus deditos puestos tras ella indicándome que lo que decía era mentira.
TÍO ELKIN: ¡Estás muy rica hoy, mamacita! ¡De seguro estás mojadita y ovulando, putita!
Me dio un escalofrío al escuchar eso.
LUPITA: ¡Oohh! ¡sí!… ¡Tío, muchas gracias!… ¡Estoy en mi etapa más fértil!
TÍO ELKIN: ¡Estoy que me hago la paja!… ¡Ven, mami ¿me vas a mostrar una tética?!
Me volvió a dar otro escalofrío al escuchar esas descaradas palabras de mi puto tío.
LUPITA: ¡Tío!… Jejeje… ¡Por favor!… Jejeje… ¡Me pones colorada!…
Tío Elkin tocó y acarició una de las piernas de mi hermanita.
TÍO ELKIN: ¡Hoy estás más buena que las otras veces! ¡Claro, estás muy desarrolladita!… ¡Ven, muéstrame la tetica, mi amor, que te la quiero sobar y chupar!
Tío Elkin empezó a tratar de bajarle a la fuerza la parte de arriba del vestidito a mi hermanita, y ella ofrecía una leve resistencia mientras reía nerviosamente.
LUPITA: Jajajaja… ¡Tío, contrólate!… Jajajaja… ¡Tío, no molestes!… Jajaja… ¡Mira que aquí está mi hermano ¿qué dirá él?!
Quise actuar contra tío Elkin, pero no pude, me dio mucho miedo y me quedé petrificado y callado como un cobarde idiota. Y mientras él le sobaba las tetitas a mi hermanita sobre la tela de su vestido, le contestó:
TÍO ELKIN: ¡¿Qué puede decir esa hueva?! ¡Pues soy hombre, y como hombre debo hacer este tipo de cosas con cuanta nenita vea! ¡Es que uno debe demostrar su virilidad, amorsote! ¡Yo soy muy machote, en cambio el pendejo de tu hermano es bien marica ¿no es así viejo Roni?!
Yo sentía una mezcla entre rabia, temor e impotencia, quería hacer respetar a mi hermanita, pero no era capaz de hacer nada, el objeto por el cual me motivé a vigilar a tío Elkin se esfumó completamente, y como un estúpido marica respondí con voz temblorosa, titubeante y suave a la pregunta que me hizo tío.
YO: ¡Si!… ¡Si!… ¡Claro, tío!…
Mis ojos lagrimearon, y mi cuerpo temblaba de susto y de ira.
TÍO ELKIN: ¡¿Si ves nenita?! ¡Tu hermano es toda una mariquita!… Jejeje… ¡Quítate el vestidito, putita! ¡Quiero verte las tetas y la rajita mientras me pajeo!
LUPITA: ¡No, tiito! ¡Cómo se te ocurre! ¡Mamá podría venir en cualquier momento y descubrirnos!
TÍO ELKIN: ¡Aprovechemos que nuevamente estoy aquí! ¡La puta de tu mami está ocupada con los oficios! ¡Esa perra no vendrá! ¡Además ella quiere meterte a putear en la calle porque tú decidiste no estudiar y ser una vaga!
LUPITA: ¡No, tío!… ¡No trates así a mamá, por favor!… ¡Y no digas cosas que ella no ha dicho!… ¡Mejor dejemos esto para otro día en el que al menos no esté mi hermano aquí presente!… ¡Por favor!…
Demostrando rudeza, Tío Elkin, agarró de un brazo a mi hermanita y la zarandeó con fuerza mientras le gritó con energía lo siguiente:
TÍO ELKIN: ¡Dije qué te quites la puta ropa, putita hijueputa!
El grito fue tan fuerte que hizo mover el cabello de mi hermanita y hasta yo me llené de pavor y me estremecí ante el impacto de las ondas sonoras emitidas por ese feo grito.
No sé por qué mamá no vino si era obvio que lo que había gritado mi tío se había escuchado en toda la casa e incluso fuera de ella.
Mi hermana quedó quieta y callada, casi para llorar.
TÍO ELKIN: ¡Yo no soy como el maricón de tu papá, conmigo las cosas son en serio y se hacen de una, mamita!…
LUPITA: ¡No me hagas nada, tiito!… ¡Te lo pido!…
Tío Elkin sacó una navaja no sé de dónde y amenazando con ella a mi hermanita expresó:
TÍO ELKIN: ¡Jueputa vida!… ¡Que te quites la puta ropa!… ¡y que te quede claro que debes hacer todo lo que te diga si no quieres que te mate y que viole y asesine a la puta de tu madre!
La niña estaba asustada, pero pudo expresar lo siguiente tratando de manejar la situación por las buenas:
LUPITA: ¡Tranquilo, no es para tanto, tiito! ¡Lo que pasa es que no podemos hacer eso que quieres!…
Tío Elkin guardó su navaja, no obstante, se atrevió a levantar su mano y abofetearla, intenté decir algo, pero la voz no me quiso salir con fuerza, me puse fue a toser y a carraspear como un reverendo pendejo.
TÍO ELKIN: ¡Qué te quites el hijueputa vestido o te sigo zurrando, perrita hija de puta! ¡No te lo volveré a repetir!
Mi hermanita se quedó quieta, asustada y seria, con sus ojos llorosos, y mi tío levantó otra vez su pesada manota con la intención de darle otra fuerte bofetada, pero no fue necesario, mi hermanita al notar eso se levantó rápido y se comenzó a quitar su vestidito.
Tío Elkin agarró el vestido con su manota y se lo ayudó a quitar rasgándolo y rompiéndolo de unos fuertes manotazos.
TÍO ELKIN: ¡Apúrate, perra! ¡Es pa’ ya! ¡Tengo ganas de pasarla rico con tu cuerpazo, prostituta!
Mamá, desde abajo, dijo:
MAMÁ: ¡Todo está bien allá arriba?! ¡Me pareció oír gritos!…
Y tío Elkin se apresuró a decir:
TÍO ELKIN: ¡No te preocupes, Martita! ¡Estamos bien! ¡Nos estamos divirtiendo!…
MAMÁ: ¡Qué bueno!… ¡Síganla pasando rico!… ¡En poco tiempo estará el almuercito!…
TÍO ELKIN: ¡Muchas gracias, hermanita del alma!…
Mis ojos comenzaron a emanar lágrimas, tío iba a violar a mi hermana frente a mí y yo no era capaz de enfrentármele, ni siquiera podía emitir una sola sílaba, era una completa hueva.
Mi hermana quedó en calzoncitos y en brasier y tío Elkin se los rompió con sus manotas haciendo que ella quedara totalmente desnudita.
Lupita se tapó sus senos y su chochita con sus manitas, pero tío se las hizo quitar.
TÍO ELKIN: ¡Qué ricas tetitas!… ¡Uuff!… ¡Qué chochita tan linda!…
Yo me tapé los ojos, y tío agregó:
TÍO ELKIN: ¡Roni ¿no estás viendo las tetas y la rajita que se manda la putita de tu hermanita?! ¡No seas marica, mira el cuerpazo de la zorrita!
Me quité mi mano de mis ojos y observé, casi llorando, el tremendo cuerpazo totalmente desnudo de mi hermanita.
TÍO ELKIN: ¡Eso, viejo Roni!… ¡Las téticas y la chochita de tu hermanita son una exquisitez!… Jejeje… ¡Vaya perrita tan rica!… ¡Estaba desesperado salir de la cárcel para venir a comerme nuevamente esta cuquita tan rica!…
El tío Elkin comenzó a agarrarle las téticas a mi hermanita y a chupárselas sonoramente mientras llevaba una mano a su chochita y se la sobaba con fuerzas.
Ella gemía.
Después comenzó a besarla de lengua y a meterle los dedos en la rajita. Lupita apenas gimió, y dio un saltico de placer, al sentir esos violentos dedotes entrar sin reparos en su conchita.
TÍO ELKIN: ¡Chúpame la verga, sobrinita!
LUPITA: Jejejeje…
Mi hermanita emitió una leve risita de miedo y de pena, y agregó:
LUPITA: ¡Pero tiito, no podemos hacer eso, mi hermano nos mira!… Jejejeje…
TÍO ELKIN: ¡Y qué!… ¡Pues que el huevón mire para que aprenda cómo debe poner a la putita de su noviecita a mamar la verga!… Jejeje… ¡Si acaso alguna vez llega a tener novia ya que al marica le gustan los hombres!… ¡¿Cierto que sí? viejo Roni!… Jejeje…
Una vez más me dejé llevar por el miedo y contesté con un trémulo y suave “¡Si!”.
TÍO ELKIN: ¡Hable duro, maricón!… ¡Este marica se va a orinar del miedo ahí parado como una hueva!… Jejeje…
Mi hermanita quiso defenderme diciendo:
LUPITA: ¡No se la montes más a mi hermanito, tiito!… ¡Yo tengo ganas de mamarte la verga, tiito, pero al menos deja que Roni se vaya!
TÍO ELKIN: ¡Deja al marica aquí, para que se divierta viéndonos! ¡Qué se haga la paja viendo a su gallardo tío y a su putita hermanita follar rico!… ¡¿Si o no? chino hijueputa! Jejejeje…
Como idiota contesté de nuevo con un leve y sordo “sí, señor”.
LUPITA: ¡Bueno, está bien!… Jejeje… ¡Entonces hagámosle, tío!
Mi hermana puso sus rodillitas en la alfombra, tío Elkin se levantó de la cama y ella desapuntó su cinturón y le bajó los pantalones y los calzoncillos.
Inmediatamente salió esa tremenda y babosa vergota al aire, expulsando grandes goterones de cochino y oloroso líquido preseminal, y Lupita abrió sus ojos, miró esa sucia y maloliente vergota de hampón, se relamió los labios y sonrió como si tuviera muchas ganas de meterse esa inmensa poronga a su linda y pequeña boquita.
LUPITA: ¡Wow!… ¡Tiito!… ¡Parece que tu estadía en la cárcel te hizo crecer más el pipí!… ¡Uuff!… ¡La última vez que me lo mostraste y que te lo chupé no lo tenías tan grande!… Jejeje… ¡Qué bárbaro!… ¡Es hermoso!… ¡Estás muy bueno, tiito!…
TÍO ELKIN: ¡Es que metérselo en el culo a toda esa cantidad de putas que nos llevaban a la cárcel me lo hizo crecer más!… ¡Chupa la verga, putita sabrosa!
LUPITA: ¡Mmmm!… ¡Me encanta! ¡Siempre soñé con chuparle la verga a un preso o a un bandido!
TÍO ELKIN: ¡Me derrites, putita!… ¡Pero basta de charlas! ¡No dilates más esto! ¡Métetelo ya, pirobita!…
Sin perder tiempo, mi obediente hermanita lamió esa asquerosa vergota, la masturbó un poco y se la metió a su boquita.
No podía creer lo que estaba viendo, la nenita ya no se veía ya tan asustada, más bien se notaba contenta y entregada haciendo esa soberana cochinada.
La mamada que mi hermanita le propinaba a tío Elkin duró un buen rato, se evidenciaba que a ella le encantaba hacer eso.
Luego el la agarró del cabello con agresividad, le dio una bofetadita, la acostó en la cama, se quitó la ropa que le faltaba y se le echó encima salvajemente.
Le estuvo penetrando rudamente esa chochaza, le daba pinga con total brutalidad mientras la besaba en la boca, luego en el cuello y luego en las tetas, las cuales estuvo estrujando todo el rato.
Yo continuaba como un huevón ahí parado y estático como un tronco, únicamente contemplaba la follada y lloraba como una nena.
Mi hermana no podía controlarse, reía, gemía y gritaba muy fuerte, se escuchaban sus lujuriosos sonidos por toda la casa.
TÍO ELKIN: ¡Ahora montame, mi vaquerita!…
Tío Elkin le puso nuevamente su sombrero a la Lupita, se acostó en la camita y la puso a ella sobre él sentada sobre su miembro para que lo cabalgara, realmente ella lo hizo con total entusiasmo por un buen rato.
Mi hermana, mientras seguía cabalgando al infame tío, soltó un buen chorro de fluidos, líquidos parecidos a orines que cayeron sobre la cara de pervertido de tío Elkin, él abría la boca para que le cayeran adentro, Lupita tuvo un gran orgasmo y yo no lo podía creer.
TÍO ELKIN: ¡Bien hecho, mi vaquerita!… Jejeje… ¡Ahora te lo voy a clavar por el culo, putita vaquerita!… Jejeje…
Cuando escuche a mi tío decirle a Lupe que le iba a clavar la verga ahora por el culo saqué fuerzas de donde no las tenía, salí del cuarto, bajé las escaleras, busqué a mamá y le conté que mi tío se estaba aprovechando de mi hermanita.
A pesar de escucharse claramente los gemidos, gritos y palabrotas que mi hermanita y que mi sucio tío lanzaban, mamá no me creyó que ese infame la estuviera violando, hasta se hacía la que no oía nada.
Por más que le insistí a mi madre no me hizo caso y pensó que eran inventos míos que había usado con el ánimo de hacer quedar mal a tío Elkin.
MAMÁ: ¡Ay, Roni!… Jajaja… ¡Deja de ser mentiroso!… ¡No seas canalla!… ¡Ellos solo están jugando!…
YO: ¡Créeme lo que te digo!… ¡Escúchalos follar!… ¡Se oye a kilómetros!… ¡Solo un sordo no escucharía ese ruido! ¡Y solo un tonto no se daría cuenta que están follando!
MAMÁ: ¡Ay, no jodas!… ¡No soy tonta! ¡El tonto eres tú, chino marica!…
YO: ¡Mamá!… ¡Por favor!… ¡¿Ni siquiera escuchando crees?!… ¡Todos sabemos que Tío Elkin es un violador muy peligroso y que es tan criminal que estuvo en la cárcel por cinco largos años!…
MAMÁ: ¡Es verdad que Tío Elkin estuvo en la cárcel presuntamente por violador, sin embargo, la verdad es que fue condenado injustamente! ¡No quiero escuchar nada más al respecto! ¡Ni una palabra! ¡¿Entiendes? cretino!
Llorando le seguía insistiendo a mi terca mamá.
YO: ¡Él es un criminal, mamá! ¡No puedes ser tan ciega!…
MAMÁ: ¡Basta!… ¡Elkin puede ser un poco pillo y ordinario, pero en el fondo es muy buena persona!… ¡Es tu tío!… ¡Estoy totalmente convencida de que mi hermanito es muy correcto y confío plenamente en él!
YO: ¡Mamá, te digo que lo estuve viendo todo! ¡Tío Elkin está violando a mi hermanita! ¡¿En serio no escuchas sus gemidos y gritos?!
MAMÁ: ¡Pues sí, pero también escucho las risitas burlonas de la Lupe! ¡Es obvio que si Elkin la estuviera violando ella no estaría riendo encantada!…
YO: ¡Mamá!… ¡¿Le crees más a él que a mí que soy tu hijo?!
MAMÁ: ¡No me creas tan pendeja!… ¡Yo sé que tú eres el pillo! ¡Le tienes rabia y envidia a mi hermanito porque él si es todo un machote y tú eres una simple marica!…
YO: ¡Mamá!…
MAMÁ: ¡Escúchame, infeliz!… ¡Yo no soy tan tonta! ¡Soy muy inteligente como para saber que tú eres capaz de inculpar a Elkin de algo que no ha hecho!… ¡Tu tío Elkin es un alma de Dios! ¡Por favor, madura, muchacho, no te puedes quedar con el pensamiento de un niño toda la puta vida!…
YO: ¡Si eres tan inteligente entonces apúrate que tu alma de Dios se está follando a tu hija!
MAMÁ: ¡No me creas tonta, jueputa! ¡Ellos están jugando, no molestes más, no seas bobo ni embustero! ¡Yo sé que tú eres bien mierdita, sé que le tienes envidia a tu tío y que inventarías cualquier cosa para difamarlo y desacreditarlo!
YO: ¡Mamá, yo vi la penetración y todo! ¡Ve rápido! ¡Detén esa violación! ¡No hay tiempo!…
MAMÁ: ¡Mira Roni, te voy a ser franca! ¡He tenido mucha paciencia contigo, pero todo llega a su límite! ¡Estoy muy ocupada! ¡Si me sigues molestando con tus tonterías y mentiras y si me continúas llenando la cabeza de cucarachas me veré obligada a castigarte! ¡Chino marica!
YO: ¡Eres una idiota, mamá!… ¡Qué Dios te perdone porque yo no lo haré!…
MAMÁ: ¡Este chino hijueputa respondón y maleducado!
Mamá sacó su mano y me dio tremenda bofetada aflojamuelas.
Me enojé como nunca y tumbé la mesa con todo y recipiente de la ensalada cayéndose esta todita al suelo.
Mamá se quitó su chancleta, traté de huir subiendo de inmediato por las escaleras mientras ella lanzaba fuertemente su estúpida chancla sobre mí, me caí por las escaleras pegándome duro en un codo y más encima sentí impactar pesadamente esa puta chancleta en mi cabeza. Me hizo doler hasta el alma ese maldito chancletazo.
Mamá no me quiso creer, agarró una pesada paila que contenía agua sucia y fría, aquella con la que lavó las papas, me la echó mojándome todito y me estrelló la paila en la cabeza. Como si eso fuera poco tomó la escoba y me dio varios palazos por la espalda.
Entre golpes y malas palabras de parte de mi madre, me incorporé como pude, y por fin fui capaz de subir la escalera, mamá se quedó abajo, y escuché los severos berridos de Lupita, decidí entrar otra vez a su habitación a ver qué estaba sucediendo.
Abrí la puerta y tío Elkin tenía sentada a mi hermanita sobre su maltratadora vergota y le estaba dando con ella por el culo sin ninguna contemplación.
LUPITA: ¡Aaaahhh!… ¡Aaaahhh!… ¡Aaahhh!… ¡Más, tío!… ¡Dale más verga por el culo a tu sobrinita preferida y más putita!…
TÍO ELKIN: ¡Ooohhh!… ¡Estoy en el cielo, putita! Jejeje… ¡Toma más verga por ese puto culazo, perra hijueputa!… ¡Oooohhhh!…
Tuvieron penetración en todas las formas y posturas por un buen rato.
Empezó a llover y ellos siguieron follando.
Después de un rato mi tío se le vino dentro de la cuca a mi hermanita y quedaron en la cama jadeando. Se arroparon y quedaron abrazados durmiendo.
Yo me quedé ahí parado mirándolos como tonto mientras lloraba, y mamá entró a la habitación trayendo un delicioso almuerzo.
Mamá los vio desnudos, con las cobijas puestas y abrazados. Y los despertó para darles el almuerzo.
MAMÁ: ¡Pero!… ¡Pero!… ¡Pero ¿qué es esto?!…
YO: ¡Te lo dije, mamá! ¡¿Ves que no te mentía?!
Mamá ni me determinó, y me sentí tan impotente cuando la escuché decir lo siguiente:
MAMÁ: ¡Oh!… Jejeje… ¡Tan tiernos tío y sobrinita! ¡Veo que estuvieron dándose una siestecita después de tanto jugar y entretenerse!
TÍO ELKIN: ¡Martita!… Jejeje… ¡Es que estaba haciendo tanto frío que la nenita me dijo que la abrazara para calentarla un poquito! ¡Me invitó a acostarnos bajo las cobijas! ¡Es que el frío que está haciendo es brutal!… ¡¿Cierto? Lupita!
LUPITA: ¡Muy cierto, tiito lindo!…
TÍO ELKIN: ¡Esta nenita es una maravilla!… Jejeje…
MAMÁ: Jejeje… ¡Ya veo!… ¡Bueno, el almuercito, les ayudará a calentarse, par de tortolitos!… Jejeje…
TÍO ELKIN: ¡Muchas gracias, Martita!
LUPITA: ¡Muchas gracias, mami!
Ellos se incorporaron, y mientras mi tío mostraba su peludo pecho mi hermanita Lupe se tapaba las tetitas con sus manitas.
Tío recibió los almuerzos y mamá se fue a seguir sus oficios como si nada. Era increíble, yo estaba que estallaba de la ira, no podía creer lo estúpida, ciega y terca que era mamá. Por supuesto, el par de tortolitos terminó el almuerzo y siguieron follando en la cama.
Llegó la noche, mamá alistó el cuarto para mi tío, pero este le dijo que ahí solito sentiría mucho frío y que quería acostarse en la habitación de mis hermanas, en la camita de Lupe en compañía de la nenita para que le diera calorcito, pues el viejo se estaba quejando de un dolorcito muscular debido al frío.
La estúpida de mamá no le vio problema a esa vulgar y cochina propuesta y permitió que tío Elkin se acostara con su sobrinita la Lupe para que se dieran calorcito mutuamente.
Nos fuimos a dormir y no tardaron en escucharse por toda la casa esos gemidos, gritos, risitas y malas palabras de parte de mi sucio tío y de mi hermanita la Lupe.
Estuvieron follando por una buena parte de la noche y a mamá solo se le hacía que estaban jugando, de verdad mamá era una completa huevona y eso me ponía de muy mal genio, por lo menos yo no pude dormir.
Al otro día, llegaron, Dino, Lotario, Kiko y Roso, unos amigotes de mi tío, eran cuatro sujetos de mal aspecto y olorosos a pecueca y a mierda, también habían acabado de salir de la cárcel y traían sus maletas porque como no tenían donde quedarse tío Elkin los invitó a hospedarse en casa sin pedirle permiso a mamá ni a nadie.
Apenas entraron esos individuos se infestó la casa de olor a mugre, a licor y a bazuco, se pusieron de ruana la casa, empezaron a robarse objetos, a romper cosas, a cagarse en el piso, a vomitar y a tirarse pedos.
Mamá los atendió y lidió con ellos porque tío aún estaba durmiendo con mi hermanita, ya era tarde y aún no se levantaba ese par de descarados.
Mamá les dio desayuno y almuerzo a todos esos cretinos y ellos no hicieron más que piropear, morbosear y hasta manosear a la señora de la casa, pues se atrevieron a darle unas cuantas nalgadas sobre su falda y a pasarle sus asquerosas y sucias manotas por las tetas.
A pesar de mamá ser de carácter fuerte no les dijo absolutamente ni una mala palabra y permitió que pasaran como si nada sus osados abusos, antes dejó que Lotario la sentara en sus muslos y le sobara las piernas mientras bebía y fumaba con él.
Estaban destruyendo la casa. Yo trataba de poner orden, pero mi voz era muy frágil y suave, parecía de marica, no me escuchaban ni me hacían caso. Solo Dino se atrevió a decirme:
DINO: ¡Oye, chinchecito, tu mami tiene buen culo y severas tetotas! ¡Está buenísima esa hembrota! ¡Apenas para culearnos esta tarde a la muy puta!… jejeje…
Dino, al decir eso, se atrevió a agarrarle fuertemente las tetas a mamá por encima de su vestido, ella solo rio como una idiota.
Estuve a punto de darle un puño a ese cretino, y antes de que lo hiciera, él me empujó haciéndome caer al piso, y los demás rufianes me comenzaron a tirar pedazos de comida encima y a escupir.
Mamá se rio de mí junto a ellos y luego me regañó por estar armando alboroto y por ser grosero con la visita.
En esas llegó mi hermanita Miriam de su estadía en casa de su amiga.
Inmediatamente los cuatro sujetos la rodearon echándole piropos groseros y tocándola por toda parte, le levantaban la faldita y trataban de quitarle la blusita mientras le tocaban las tetas fingiendo equivocación. Mi hermanita estaba muy asombrada de todo eso.
Mamá no le dio mucha importancia a ese abuso y subió a la habitación de mi hermana, encontró a tío Elkin y a mi hermanita sentados en la cama con la cobija tapando la mitad de sus cuerpos y el miserable estaba dándole a fumar marihuana a la Lupita, la cual tenía las tetas por fuera y se reía como idiota, ya estaba muy enmarihuanada y no caía en cuenta de lo que hacía.
Mamá respiró profundamente y tuvo paciencia. Le comunicó a su infame hermano que habían llegado sus amiguitos exconvictos. Tío Elkin le ordenó a mi paciente madre que los hiciera subir de inmediato a esa habitación.
Mamá bajó y mientras invitaba a esos asquerosos individuos a subir a la habitación de mis hermanas, uno de los sujetos ya tenía sentada sobre sus piernas a mi hermanita menor Miriam y ya la estaba empezando a besuquear y a meter mano totalmente en sus téticas bajo su blusita y en su cuquita bajo su faldita.
Los sujetos subieron y ahí si fue cierto que se armó el despelote en la habitación de mis hermanas con las dos nenitas.
Me quejé con mamá por lo abusivos y ruidosos que eran esos detestables sujetos, y me dijo que a ella le gustaba la gente feliz y ellos eran muy felices, que estaban contentos disfrutando su primer día de libertad, que eso no tenía nada de malo porque estar en la cárcel era algo muy duro y que ojalá siguieran disfrutando la vida de esa manera ya que ellos también tenían derecho a pasarla rico y a hacer fiesta.
Mamá se comenzó a alistar porque tenía que ir a hacer una diligencia.
Ya cuando se iba a ir subió al ruidoso cuarto de mis hermanas, los muy malditos habían desocupado la nevera y también se habían sacado todos los licores que papá tenía en un estante y que cuidaba celosamente por años, incluso se llevaron unos vinos muy valiosos y de mucho tiempo de añejamiento, los habían subido a la habitación para tomárselos allá, mi papá se iría a poner furioso cuando llegara y viera que ya esos vinos y licores que con tanto esmero había cuidado eran historia.
Mamá tocó a la puerta, pero no quiso entrar a ese cuarto, pues cuando Kiko abrió la puerta salió una gran cantidad de humo tóxico de cigarro, de marihuana y quien sabe de qué más sustancias y porquerías, aparte del olor a pecueca, a peo y a orines.
Mamá habló con mi tío en la puerta y le pidió encarecidamente el favor de cuidar a las nenitas mientras ella no estaba y de hacer que se comportaran a la altura con la visita. Mi tío dijo que confiara en él y que se fuera tranquila que las nenitas iban a estar muy bien.
La loca de mamá confió en tío Elkin, se despidió de él muy afectuosamente de besito en los labios y fuerte abrazo, y se fue como si nada.
Antes de salir yo le dije a mamá nuevamente que no se fuera porque iban a violar a mis dos hermanas entre todos esos bandidos, pero ella me respondió con un fuerte golpe en el estómago y un espeso escupitajo en mi cabeza y me dijo que no fuera tan desconsiderado, tan desconfiado, tan canalla y tan mentiroso, y se marchó como si nada.
Lloré, pero tuve el valor de subirme a un árbol cuyas ramas miraban hacía la ventana de la habitación de mis hermanas y desde ahí pude observar todo lo que sucedió teniendo una panorámica perfecta. No asistí a la academia de electrónica por quedarme vigilando.
Era obvio, esos cinco malditos empezaron a abusar de mis hermanitas como se les dio la puta gana. Las pusieron a mamar, las follaron vaginal y analmente entre todos, las escupieron, se les vomitaron y orinaron encima, les dieron licores y las pusieron a fumar sustancias adictivas de toda clase, les pusieron unas bolsas en sus cabezas como tratando de asfixiarlas y les pegaron bofetadas y golpes mientras las encularon y las penetraron por chocha y boca a la vez.
Miriam se vio asustada, pero Lupita lo disfrutó, y yo observé muy bien cómo ella alentaba a los tipejos a que se siguieran follando a su hermanita a la vez que se la culearan a ella misma.
Debo ser franco, esa vez no pude evitar hacerme muchos pajazos mientras veía asombrado y excitado esas excitantes y morbosas escenas estando yo sobre una de las ramas de aquel árbol.
Se hizo noche.
Todo ya había terminado.
Kiko y Rosso quedaron desnudos y tirados en el suelo, sobre la alfombra inundada de semen, fluidos y vómitos, totalmente borrachos, drogados y sin fuerzas ya que las gastaron en semejante orgía tan brutal.
En la camita de mis hermanitas quedaron ellas dos desnuditas, Lupe sobre el pecho peludo de mi tío Elkin y Miriam entre los cuerpos de los infames Dino y Lotario, quienes se habían divertido finalmente haciéndole un buen sándwich sexual.
Llegó mamá, me preguntó si habíamos estado bien, le dije que esos zánganos abusaron de mis hermanas y ella me dio un coscorrón seguido de una nueva bofetada arranca dientes, sangré un poco, y ella me dijo, otra vez, con un grito, que dejara de decir pendejadas y mentiras sobre esos buenos muchachos, que la nariz se me iría a crecer como Pinocho y que ella me la iba a triturar a puños si seguía calumniando a esos sanos y divertidos hombres.
Subí a encerrarme a mi cuarto lleno de ira y mamá se puso a cocinar esa horrible lengua de vaca y esos asquerosos sesos.
La estúpida de mamá me castigo dejándome sin comida.
Ella misma subió la cena de ellos a la habitación de mis hermanas y vio todo ese desorden. Vio a Lupita y a Miriam todas llenas de semen, desnudas y con sus cabellos desorganizados. Los llamó a la cena y les dejó las comidas ahí.
Ellos se despertaron y empezaron a hartar como cerdos chasqueando y botando comida por todas partes. Mamá les agradeció por haber cuidado y entretenido a mis hermanitas y les pagó algunos pesos por ese favor.
El cínico de mi tío le dijo a mamá que no fuera a alistar más cuartos, que sus amigotes se quedarían en esa misma habitación y mi mami como imbécil aceptó semejante proposición.
Esa noche también fue imposible poder dormir, hicieron mucho ruido follando, además pusieron reguetón a todo volumen, para más piedra del más vulgar y asqueroso posible.
Esos desconocidos trataban muy mal a mis hermanitas, les decían, perras, putas, zorras, marranas, entre otras porquerías semejantes y peores.
Se escuchaba todo eso y también se oían muy bien que las abofeteaban, las nalgueaban y les pegaban, aun así, mamá seguía insistiendo que estaban jugando y divirtiéndose en una fiesta como lo hace la gente joven y enérgica, la señora de la casa, mientras se peinaba con asiduidad, justificaba todo diciendo que ahora las diversiones eran así.
Al otro día mamá entró al cuarto de mis hermanas para despertar a Miriam, pues le tocaba colegio, pero tío Elkin le pidió que la dejara con él, que por perder un solo día de clases no se iba a acabar el mundo. Mamá accedió a la solicitud de su hermano y los dejó dormir como si fueran putita y cliente recién follados.
YO: ¡Mamá! ¡Con todo respeto, y sin que te enojes por lo que te voy a decir ¿tú vas a permitir que Miriam pierda un día de clases?!
MAMÁ: ¡Cállate, imbécil! ¡Ni me dirijas la palabra! ¡Marica!…
Mamá estaba furiosa, se notaba que su ira se debía a que sabía muy bien que la había cagado al haber permitido a tío Elkin quedarse en casa y sobre todo el haber dejado ingresar a sus vulgares y rudos amigotes, pero no quería aceptar ese error garrafal.
No pasó nada de tiempo cuando se volvió a escuchar tremendo ajetreo en el cuarto de mis hermanitas. Subí, abrí la puerta, y sin entrar a esa sucia alcoba observé.
Kiko y Roso le estaban haciendo doble penetración a la gritona de la Lupita, y Dino y Lotario a la putita de la Miriam. Tío Elkin les metía con ganas su obscena vergota a las bocas a juntas niñitas en forma alternada.
Llamé a mamá de nuevo, ella me contestó con cuatro piedras en la mano, pero subió a mirar que estaba pasando.
YO: ¡Mira, mamá! ¡¿Ahora sí te das cuenta de lo que ocurre?!
MAMÁ: ¡Huele a feo!…
Mamá se atrevió a entrar a ese vicioso cuarto.
MAMÁ: ¡Pero qué rayos viene a contener esto!…
Apenas mamá pronunció eso, Tío Elkin la agarró violentamente de la mano y la hizo acostar en la cochina cama de Lupita, mamá dio un grito y quedó con las patas arriba y mostrando todo el culo y sus calzones.
Al ver eso me dispuse a entrar para defender a mi mami, sin embargo, no pude porque inmediatamente Dino me empujó, cerró la puerta y le echó seguro.
Le di puños y pata a la puerta, pero no pude tumbarla. Adentro se escuchaba que también estaban violando a mamá entre todos esos malparidos, sus gritos eran fuertes y de horror. No pude hacer más que lo de siempre, llorar como una magdalena.
Recordé el árbol al que me había encaramado la vez pasada para poder ver hacía el cuarto de mis hermanas por la ventana, así que me dirigí a él, me subí y miré.
Mamá estaba con su vestido hecho añicos y sus labios reventados, le estaban practicando doble penetración.
La señora tenía su espalda sobre el pecho de Dino, el cual se mantenía acostado en la cama, el canalla le estaba dando verga por el culo a mi madre mientras le agarraba las tetas, Vaya tetas más grandes tenía mi mami ¡por Dios!
Mi madre estaba con las piernas abiertas ya que Tío Elkin, de pie, sobre el piso, en el borde de la cama, le estaba penetrando al mismo tiempo la peluda rajota, y Lotario estaba parado sobre esa cama jalándose la verga y con la cara de mamá entre sus piernas, la muy puta le estaba chupando el culo, le metía obscenamente la lengua con mucho entusiasmo y voluntad por el orto cagado a ese animal.
No podía creer lo que estaba viendo. Nunca pensé que mamá fuera tan puta.
Rápidamente me saqué la verga y empecé a pajearme sobre el árbol, no solo con la escena de la perra de mamá, sino también con las de putillas de mis hermanitas.
Kiko y Roso les lamían las cucas como si fueran tapitas de yogurt mientras juntas estaban acostaditas en la camita de Miriam, una al lado de la otra, pero con sus piernas dobladas descansando en el borde de la cama, es decir, las puntas de sus pies tocaban el piso, y tenían sus brazos cruzados bajo sus nucas.
Tío Elkin ya había puesto a mamá en cuatro, le azotaba la espalda con una especie de látigo a la vez que le estaba perforando el culo. Mientras tanto, ella chupaba con ímpetu las inmundas vergotas de Lotario y del puto del Dino al mismo tiempo. Se veía que mamá era muy garosa, porque se metía juntos pepinos a su boca a la vez, cosa que hacía que sus cachetes se le inflaran en gran forma.
Yo seguía pajeándome, pues ya que no podía hacer nada para evitar la situación entonces mi esperanza era al menos tener la felicidad de pajearme viendo a la puta de mamá y a las putitas de mis hermanitas siendo ultrajadas, aunque a gusto de ellas, porque se notaban felices, las muy desgraciadas.
Ahora Kiko se entretenía con el culo de la zorrita de la Lupita, Roso con el de la pequeña Miriam y Dino con el de mamá. Lotario chupaba ávidamente la cuca de la puta de mi madre y tío Elkin la ponía a mamar.
Mi pajazo fue descomunal, eyacule gran cantidad de semen el cual cayó al pasto tras recorrer varios metros de distancia desde la rama del árbol en la que me encontraba sentado.
Adentro la orgía continuaba, el maldito del tío Elkin y sus amigotes se intercambiaban los culos, cucas y bocas de las tres putísimas hembrotas y las irrespetaban como querían, ellas gritaban, reían y gemían de gozo.
Recargué energías y me puse a hacerme otro buen pajazo sobre ese solitario árbol en medio del frío de ese momento.
Todo marchaba muy bien, hasta ya se estaban atreviendo a hacer escenas de lesbianismo, pues mamá le chupaba las vaginas a mis hermanitas y ellas le agarraban las tetas y jugaban con ellas. No pensé que fueran tan putas, sobre todo mi mamá.
Poco a poco se fueron aplacando, todos fumaron marihuana, bebieron y terminaron dormidos Se hizo noche, yo ya había eyaculado muchísimas veces, me bajé del árbol y me fui a dormir sin cenar pues mamá no se levantó a preparar comida, ella quedó toda despernancada con la mano de Tío Elkin dentro de su gran chochota.
A la mañana siguiente me desperté debido a los gritos, gemidos y risas, y también porque me dio un horrible olor, era de semen y sexo. Sin duda estaban follando nuevamente.
Mamá salió tambaleante de ese cuarto, del cual salió humo y malos olores, y así desnuda y llena de semen hasta por la coronilla se puso a preparar el desayuno.
Bajé a la cocina y sin atreverme a mirar a mi putísima madre me senté en la mesita y le pedí que me fritara un par de huevos.
MAMÁ: ¡Frítatelos tú, zángano bueno para nada! ¡Estoy ocupada preparando el desayuno de mis amigos! ¡Depravado asqueroso! ¡Ayer te vi por la ventana subido en el árbol espiándonos!…
YO: ¡Mamá! ¡Tío Elkin y esos tipos te tienen ciega! ¡La droga y el sexo te dominan!
MAMÁ: ¡Cállate, maricón de mierda!
YO: ¡Puta pervertida!…
Mamá me tiró un cucharon y me atinó en toda la frente, se me formó tremendo chichón.
Lleno de ira tiré todo lo que había en la mesita y me levanté.
Mamá agarró un tenedor e intentó punzarme con él, le detuve esa mano, ella era fuerte, me golpeó con un puño, caí al suelo con el labio toteado, me agarró a patadas estando tumbado, me dio un buen puntapié en la barriga, le sujeté una pierna y cayó, me le eché encima, dimos vueltas en el suelo, mamá era supremamente fuerte, ahora ella se me echó sobre mí, forcejeamos, le sujetaba su mano del tenedor por su muñeca hasta que gracias a que con la otra mano le apreté muy duro una teta ella soltó ese maldito tenedor, la puta hizo una cara de perra rabiosa y me escupió en la cara, luego, metiéndole la mano por entre las piernas, le agarre y le pellizqué la chocha haciéndola chillar, ella me dio una cachetada y yo empujándola la hice caer sobre unas ollas con comida, cosa que la hizo quedar turuleta y untada de alimentos, luego, nos levantamos, la perra estaba entorpecida, me aproveché de su momentáneo atontamiento y le metí dos dedos en la raja y otros dos por el culo y la levanté, mamá, saliendo de su aturdimiento me empezó a abrazar y a besar en la boca con gran pasión, le gustaba la rudeza y los golpes, era una sadomasoquista. Aunque me sorprendí de eso también la besé, ella me desnudó, se agachó frente a mí, me agarró la verga y se puso juiciosa a chupármela. Jadeante le dije:
YO: ¡Eres bien puta, mamá! ¡Mi verga era lo que querías ¿cierto? cerdita! ¡Verga es lo que quieres a toda hora, malparida!
MAMÁ: ¡Mmmmmm! ¡Mmmmmm! ¡Mmmmmm!… ¡Cállate, hijo de puta!… ¡Si no eres marica entonces atragántame la garganta con tu vergota tal como lo han hecho los muchachos y mi hermano!
YO: ¡Como quieras, puta! ¡Estás que no puedes de la droga! ¡Maldita drogadicta sadomasoquista! ¡Te demostraré que no soy ningún maricón, prostituta! ¡Asfixiate con mi verga, perra!…
Mamá, de rodillas frente a mí, abrió su bocaza totalmente, la agarré del cabello y le clavé la verga por la boca hasta la garganta.
La garganta profunda de mamá fue increíble.
Luego me la chupó otra vez y me empujó para que quedara boca arriba en el piso, ahí se me sentó encima y se metió mi pipí por su cuca, no dudó la muy ramera en cabalgar mi verga a la vez que recogía pedazos de comida que quedó en el suelo y se lo untaba por las tetas, por la cara y por todo su cuerpo.
MAMÁ: ¡Aaaaaggghhh!… ¡Qué rico!… ¡Ya veo que no eres tan marica como yo y todos pensábamos!… ¡Anótate un punto, maldito hijo de puta!… ¡Aaaaaaaagggghhhh!… ¡Por fin te volviste hombre!…
A mí, como a ella, ya no me importaba nada y con rabia le agarraba y le apretaba esas gigantescas tetotas untadas de comida. La muy cerda era una loca, brincaba muy emocionada sobre mi miembro mientras gritaba como si la estuvieran matando, era una completa marrana.
Las niñas, tío Elkin y sus amigotes bajaron desnudos y se dieron cuenta de lo que ocurría, aplaudieron el incesto madre e hijo y se empezaron a burlarse y a hacerse la paja.
TÍO ELKIN: Jejejeje… ¡Pero… qué lindo esto!… Jejeje… ¡Qué buen incesto!… ¡Este pedazo de huevoncillo por fin se volvió hombre! ¡Ya era hora de que esta mariquita dejara sus maricadas y se convirtiera en todo un macho, un machote como yo!… ¡Y fue su propia puta madre la que lo volvió macho!… Jejeje… ¡Me encanta esta aberración!… Jejeje…
Dino agarró uno de los gigantescos pepinos que habían caído al piso y aprovechó para metérselo por el ojo del culo a mamá, la puta gritó al sentirlo entrar, y maldijo y remaldijo, pero no hizo nada para quitarse ese buen pepinote del culo.
Con la cerda de mamá follé en muchas posiciones en esos momentos, la ponía a mamar y se la clavaba por el culo, y pasados unos minutos empezó la gran orgía, no solo me culié a mi madre sino también a mis hermanitas, fue fenomenal, me vine muchas veces sobre las mujeres de mi familia.
Pasamos días y días completos de terrible degeneración hasta que papá volvió, encontró toda la casa en desorden y en mal estado, con semen, orina y mierda untados y derramados por todas partes, muy podridos y que olían asqueroso.
Nos vio todos drogados, borrachos y desaseados. Nos gritó desesperado. Entre todos lo agarramos y le dimos una paliza, lo dejamos ir para que no volviera a joder, él se marchó y jamás regresó.
Un tiempo después tío Elkin y sus amigotes, al ver que el dinero se había acabado pusieron a putear a las hembritas, yo pude escapar y regenerarme gracias a una fundación.
Nunca tuve el valor de volver ni de averiguar mucho sobre mi madre y mis hermanitas, únicamente me enteré que habían abandonado la casa, que montaron un buen negocio de putas y que después se incendió la que había sido nuestra casa, parece que la impactó un rayo, nunca más supe ni de ellas ni de ellos y solo me queda la anécdota, la cual se la he contado, como ejemplo, a mi bella mujer, a mis hijos y a mis hijas para que no caigan en los vicios y en la degeneración sexual.
ESCRITO POR SIREMIS.
Excelente relato. En próximas entregas, estaría bien si hicieras unos relatos de madres intercambiando hijos.
Muchas gracias. En efecto, así será, vendrán relatos de intercambio de hijos.
Excelente historia 10 /10
Podrias hacer otra parte??
Claro que sí, Sr R, puedo escribir una segunda parte de esta historia y también otros muchos relatos más. Muchas gracias por tu lectura y comentario.
Tienes muy buenas historias la verdad estoy leyendo algunas de tus historias y la verdad tenes una mente brutal 👌 👌 👌
Agradezco tus palabras, eso me motiva a seguir escribiendo más, tengo preparados otros relatos para subir próximamente, espero que sean de tu agrado.
He leído algunos ya
Halloween 🎃 9.5
Una genialidad 👌👌👌👌
Gracias, de la de Halloween estoy escribiendo una segunda parte, no alcancé a tenerla lista para el 31 de octubre pasado, pero tal vez la suba en otra fecha distinta a la de la noche de brujas. También puedes decirme la temática que quieres que tenga algún relato, le doy gusto a los lectores escribiendo lo que ellos deseen, si tienes alguna historia yo podría convertirla en un relato.