ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (20 votos)
Cargando...
Heterosexual

Marifher y las delicias de la inocencia (1)

Este relato no es creación mia, sino que fue escrito por mike80, pero fue una de las historias que se borraron a causa de la purga de Todorelatos.com.

Marifher y las delicias de la inocencia (1)

 

Desperté un poco alarmado; los golpes en la puerta eran intermitentes y cada vez más sonoros. Acababa de mudarme a un apartamento al sur de la ciudad, a causa de las recomendaciones de mis amigos que insistían era la mejor opción. – Esa parte de la ciudad es menos ruidosa, te sentirás más tranquilo, trabajarás con más fluidez, ya veras.- me dijo Ignacio, el mejor de mis amigos.

Era un sábado cuando me mudé y al siguiente día esos retumbos en la puerta ya me habían interrumpido el sueño. Me levanté refunfuñando y renegando entre dientes <así que esta es la parte más tranquila de la ciudad…si como no>. Miré el reloj despertador y éste marcaba las 8:17 a.m. Mi mano se dirigió directamente a la chapa y antes de girarla con violencia, dije alzando la voz < ¡que pasa, que golpes son esos!> Al abrir la puerta completamente, ante mí apareció una visión de ensueño: una criatura de cabellos rubios, de tez blanca y ojos azules, me miraba sumisa y con asombro. En sus manos pequeñas sostenía una pelota de básquetbol y sus dedos delgados y blancos semejaban delicados cristales de hielo a punto de desmoronarse.

– Perdone señor- dijo. – Pensé que el departamento seguía desocupado, por eso jugaba con mi pelota-.

Cuando hablaba apenas movía sus labios rojos y pequeños; parecían en sangre viva. En mi había desaparecido todo rastro de enojo.

– No te preocupes, discúlpame a mi por haberte gritado, es que me siento un poco cansado- le dije con voz pausada y suave.

Ella esbozó una pequeña y tímida sonrisa adornada por el rubor de sus mejillas, dio media vuelta y su delgada silueta se desvaneció al fondo del pasillo, todavía oscuro. Se le notaba una incipiente adolescencia, pero su anatomía ya figuraba un cuerpo de mujer. <Que niña tan bella> pensé. Regresé a mi cama y dormí con soltura. Cuando volví a despertar ya eran las 11:30 a.m. Me di a la tarea de acabar de instalarme y cuando lo hice, agotado y sudando decidí ducharme. Me vestía para salir, cuando escuché que llamaban a mi puerta. Pensé que se trataba de Ignacio y hasta lo imaginé desvelado y con tremenda resaca. Pero al salir, una mujer desconocida, en edad madura pero de ademanes avispados me saludó cortésmente.

-Buenos días joven- dijo estirando su mano.-Soy su vecina, vivo en el 34 y vengo a darle la bienvenida-.

Estreché su mano y le agradecí. En su mano izquierda cargaba una canasta llena de fruta y pan, adornada con un moño azul. Me la entregó en señal de obsequio. Es extranjera pensé. Esas costumbres y ese acento definitivamente la delataban.

-Muchas gracias, la verdad no sé que decir, es usted muy amable y si en algo puedo servirle no dude ni un momento, Me llamo Diego y usted…-

-Constanza, Constanza Pellegrini; Marifher se siente un poco apenada con usted-

-¿Marifher?- dije un poco extrañado.

-Mi sobrina, ya sabe, por haberlo despertado- dijo.

-Ah si, si. Dígale que no se preocupe. Es una niña muy amable y agradable. Además ella no sabía que el departamento estaba desocupado. Pero dígame, sabe usted de algún centro comercial cercano, es que me hacen falta varias cosas y…-

-Muy cerca de aquí, tan solo a unas cuadras por la avenida principal encontrará uno-.

Nos despedimos, metí la canasta y me dirigí al centro comercial. Tengo que devolver el buen gesto pensé; y sin más compré una caja de chocolates y una botella de vino tinto. Por la tarde me dirigí al departamento 34. Toqué un par de veces y abrió la puerta la misma criatura rubia de la mañana.

-Hola- dijo.

-Hola, ¿Marifher verdad? ¿Se encuentra tu tía Constanza?- le cuestioné.

-No, mi tía llega después de las 7:00 p.m., a esa hora cierra la galería.

Miré mi reloj de pulsera y vi que faltaban treinta minutos. Iba a decirle que regresaba después. Pero ella me dijo amablemente:

 

-Si gusta puede pasar a esperarla- me dijo con su vocecita melodiosa.

 

Entré a una sala amueblada elegantemente, llena de cuadros artísticos al óleo.

– Siéntese donde guste- me dijo.

– Mira, les traje algo. Para ti son los chocolates y esta botella es para tu tía-

La niña traía puesto un vestidito azul con detalles de florcitas blancas, que dejaba apreciar sus tersas, blancas y torneadas piernas; parecían de mármol, por supuesto lisas y sin ningún bello.

– Me llamo Diego, perdona por haberte gritado. Quiero ser tu amigo, ¿por que no pruebas un chocolate?

– Si usted prueba uno también- me dijo con una sonrisa plena y llena de confianza.

-Claro, abre la caja y dame uno Marifher- le respondí.

Al dármelo, rocé levemente sus dedos, hacía calor y el chocolate se sentía viscoso, un poco derretido. Ella sonreía y llevaba el chocolate a su boca cuando de pronto la golosina se resbaló de entre sus dedos y aterrizó justo entre sus piernas. Sus mejillas se sonrojaron. Vaya escena; un estremecimiento erótico recorrió mi cuerpo: el contraste de colores el chocolate oscuro, entre esos muslos de nieve.

– Que pena. Me he embarrado de chocolate; usted debe pensar que soy una boba- me dijo.

– No digas eso Marifher, a cualquiera le pasa, mira-

Y sin pensarlo más me pasé el chocolate por la mejilla a propósito, para embarrarme también. Todo esto para que ella no se sintiera avergonzada. A penas iba a decirle que trajera una servilleta para limpiarse y limpiarme, cuando ella, impulsada como por un resorte se me acercó a la mejilla y con su lengua húmeda y tibia comenzó a lamer el rastro de chocolate. Me quedé inmóvil, petrificado. Cerré los ojos y sentía como esa pequeña ninfa de cuento de hadas, acercaba su cuerpecito perfecto al mío y escuchaba esa respiración entrecortada, y esa risita juguetona. Salí de ese trance cuando sentí que se separaba. Abrí los ojos y la vi; sin dejar de sonreír y de manera inocente me dijo:

-Te toca, ahora tú me limpias a mí-

Se me acercó y levantando su vestidito, arqueo sus piernas hacia delante. ¿Cómo negarme?, ella lo hace con inocencia, es un juego. No puedo decepcionarla. La tomé por la cinturita e hincándome en el suelo para facilitar la dulce tarea, acerqué mi rostro a esos muslitos deliciosos; pude oler el suavizante de su ropa y me cegué de placer. Al primer lenguetazo ella soltó una carcajada infantil y su pequeño vientre se llenó de espasmos.

– No te muevas, porque así no puedo Marifher- le dije con voz temblorosa.

– Es que siento cosquillitas, pero me gustan mucho; hazme más- dijo emocionada.

La tomé con un poco de más fuerza y con mis labios y mi lengua degustaba sus muslos internos con sabor a chocolate, mientras ella reía y trataba de escurrírseme con intentos fingidos, pero la verdad es que le estaba gustando. De cuando en cuando notaba que su risa se transformaba a veces en pequeños jadeos y leves gemidos. Cuando sentí una inevitable erección, me separé de ella y me senté de nuevo en el sillón.

– Ya, ya te limpié bien- le dije.

Y ella en un gesto inocente levantó más su vestidito, dejándome ver sus calzoncitos, para cerciorarse que no le quedaba más rastro de chocolate entre sus piernas.

– Yo quería más- me dijo con un tono meloso, casi como un puchero.

– Después podemos jugar más, por que ya somos amigos; ahora hay que esperar a tu tía, que no tarda en llegar.

– Bueno, pero me lo prometes verdad. Que eres mi amigo y vamos a jugar más.- dijo.

– Te lo prometo, de verdad- le dije.

En eso nos dimos cuenta de que la puerta se abría y entraba la misma elegante mujer que conocí en la mañana. Sonriente me dijo:

-Pero que agradable sorpresa Diego, que bueno que nos visita; dígame, Marifher se a portado bien con usted, es una niña muy sola, aunque va al colegio no tiene amigos y por aquí no hay niños con los que pueda divertirse un rato; por lo regular la cuida una joven que contrato, pero hoy no estaba disponible. Aquí las dos nos hacemos compañía; Marifher es muy joven, pero responsable. A veces ella se hace cargo del departamento.- dijo la mujer en su soliloquio.

-Es una niña muy linda y agradable, me invitó a pasar. Mire les he traído algo. Realmente espero que le guste el vino tinto de Navarra. A Marifher le he traído unos chocolates- dije.

La niña me miró con complicidad.

– Pero muchas gracias Diego, me fascinan los tintos españoles, por aquí tengo un sacacorchos, brindemos por esta ocasión; Marifher ve a tu habitación, estudia un poco y duerme, ya sabes que mañana tienes colegio, anda despídete del joven.-

Marifher se me acercó alegremente, me dio un beso en la mejilla y me dio las buenas noches y se retiró.

Fin del capítulo 1.

8393 Lecturas/8 abril, 2022/0 Comentarios/por Anonimo
Etiquetas: amigo, amigos, colegio, comercial, joven, madura, mujer
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
1/1
Mis inicios 2
Como inicié a Ani, en el mundo travesti gay
MI MARIDO ME BUSCO A MI AMANTE
Una nueva vida con Pepe 10
mi ex vecina
0 comentarios
  1. chein13 Dice:
    10 abril, 2022 en 6:51 pm

    Interesante historia.

    Accede para responder
  2. NekkyHot Dice:
    2 mayo, 2022 en 1:40 pm

    Excelente relato.

    Accede para responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.096)
  • Dominación Hombres (3.279)
  • Dominación Mujeres (2.545)
  • Fantasías / Parodias (2.559)
  • Fetichismo (2.238)
  • Gays (20.352)
  • Heterosexual (7.167)
  • Incestos en Familia (16.300)
  • Infidelidad (4.021)
  • Intercambios / Trios (2.734)
  • Lesbiana (1.066)
  • Masturbacion Femenina (727)
  • Masturbacion Masculina (1.528)
  • Orgias (1.722)
  • Sado Bondage Hombre (406)
  • Sado Bondage Mujer (147)
  • Sexo con Madur@s (3.596)
  • Sexo Virtual (222)
  • Travestis / Transexuales (2.217)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.165)
  • Zoofilia Hombre (2.038)
  • Zoofilia Mujer (1.596)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba