Mario y sus pequeñas conquistas estando casado (parte 2)
Les hablare de un hombre que, en su niñes, adolescencia y juventud, había disfrutado de incontables niñas desde 2 años hacia delante. Siempre pidió a Dios para que le quitara ese deseo. Pero ese gusto es incurable. Y se casó para ver si podía lograrlo..
Y Cristal y Lucia seguían viendo televisión mientras Mario le seguía viendo los traseros estando ellas acostadas en la cama boca abajo. A Cristal le estaba cayendo muy bien Mario, pues decía cosas que la hacían reír. El sabia tácticas para caer bien a las niñas y como ella a sus 12 años apenas estaba entrando en la adolescencia, parecía funcionar. En una de esas Lucia se puso a luchar con Cristal y la falda corta que llevaba se le alzo sin el percatarse y Mario le llego a ver ese panti de encaje lindo que tenía, viendo también parte de ese trasero, blanco y terso que poseía esa niña. Ya habían pasado dos horas desde que se fue la mama de Lucia. Y la verdad no le estresaba a Mario no haber ido más allá con la beba, pues ya sabía que le pertenecía y que habría mucho tiempo para disfrutarla. Y además ahora había la posibilidad de seducir una adolescente muy apetitosa. Sin embargo, se preguntaba cómo podía hacerlo. Con ella no podía usar el truco del avión ni del doctor. De pronto se le prendió el foco. El truco del masaje funciona con niñas más grandes. De 7 u 8. Lo había usado con Lucia para probarla. De pronto le dice a Lucia si quería más masaje y ella dijo que sí. Se acostó boca abajo y Mario comenzó a darle masajes en el cuello, la nuca, y la espalda. Era una beba inteligente y sabía que no podían jugar de la otra manera frente a Cristal. Por ello disfruto lo que en ese momento Mario le daba. Y decía: ayyy que rico. Me voy a dormir. Y después de 5 minutos le dice Lucia a Cristal: ¿No quieres que te den masaje? Y Cristal responde: No se. Que como saben es un sí, disimulado y con pena en una niña. Y Lucia la jala y hace que se acueste boca abajo y le dice a Mario que le haga masajes. Y sin que Cristal se dé cuenta, Lucia apunta con el dedo al trasero, como diciéndole a Mario que le haga lo mismo que a ella. Y Mario dice silencio colocando su dedo en la boca. Comienza Mario a darle masajes en los hombros y en la nuca. Le pasa la yema de los dedos detrás de las orejas y el dedo desde la nuca por todo el centro de la espalda hasta el inicio de su trasero. De pronto Lucia le sube la blusa por sorpresa dejando la espalda desnuda y no se la dejaba bajar a Cristal, y antes de que pudiera bajársela comenzó a pasarle el dedo por todo el centro de la espalda, pero así piel con piel. Lo cual hizo que se quedara quieta, sintiendo ese roce en su espalda, además Mario también le hacía caricias con las manos por toda la espalda desnuda y Cristal solo sentía en su piel dichas caricias. Luego con las dos manos pasaba todos los dedos desde el cuello hasta el inicio de las nalgas con los dedos apuntando hacia ese trasero lindo. De pronto en una de esas bajadas por la espalda Mario trata de ir más allá del inicio de las nalgas usando todos sus dedos para meterse por dentro de la falta y el panti, pero solo entraron las yemas. Cristal no reacciono. Y gracias a eso Mario de vez en cuando trataba y trataba de meter sus dedos por dentro de la falda y el panti para poder rozar esas nalgas que lo llamaban. Ahora metía hasta la mitad de sus dedos. Pudiendo tocar esas nalgas blanquitas y provocativas. Con el vaivén de sus masajes ya esa falda con el panti estaba más abajo y se veía parte de su trasero. Y como Cristal no decía nada Mario siguió. Y Lucia le agarro la falta y el panti quitándoselos con una facilidad que no le dio tiempo a Cristal de detenerla y termino de quitárselos del todo. Tanto Mario como Cristal quedaron sorprendidos por el atrevimiento y la pericia de Lucia. Y Cristal se viro para mirar a Lucia y regañarla, dejando ver su hermosa panocha con pelitos recientemente salidos, pero que aún no era un bosque, más bien era como un jardín con poca hierva que dejaba ver muy bien lo hermoso de la superficie. Al darse cuenta que Mario le veía la panocha se volvió a poner boca abajo toda sonrojada. Para que se calmara Mario siguió dándole los masajes con la única diferencia de que también llegaba a las nalgas apretándolas con fuerza. Cristal no sabía lo que le estaba pasando. Un hombre mayor que acababa de conocer tocándole el trasero y ella no solo no lo detenía, sino que además le gustaba lo que estaba sintiendo. Y para el colmo ese hombre le tocaba su trasero delante de su prima pequeña. Lo que le daba un poco más de morbo. Decidió solo dejarse llevar y dedicarse a sentir como por primera vez en su vida un macho acariciaba su culo.
Mario comenzó a pasar sus dedos entre sus nalgas viendo que ya Cristal no oponía resistencia y le llegaba a acariciar el ano. Estaba tan excitado y feliz de haber podido seducir a una adolescente de 12 años y para acabar hermosa que no aguanto más y comenzó a besar ese lindo trasero y pasar su lengua dentro de la zanja del culo de la chica. Lucia entonces se desnudó totalmente e insto a Cristal a terminar de quitarse lo que le quedaba de ropa, por lo que se puso boca arriba y al quitarse la blusa se le vieron esos pechos en desarrollo que tenía, del tamaño de unas naranjas, con corozos bien definidos e hinchados en este momento por lo excitada que estaba. Mario sin previo aviso los agarro y se abalanzo a chuparlos con un deseo desbordante. Mientras Mario le chupaba los pechos a Cristal, Lucia comenzó a quitarle el short y se dio cuenta que no tenía calzoncillos. Luego lo interrumpió para quitarle la camiseta. Y quedo totalmente desnudo. Prosiguiendo con la chupada de las tetas de Cristal ya su verga estaba como un roble y Lucia aprovecho para comenzar a masturbarlo. Al parecer Lucia ya sabía de eso, pues la mama cuando tenía sexo con el marido, no tomaba precauciones con la hija. Mario nunca pensó que ese día sería tan delicioso. Luego le abrió las piernas a Cristal y procedió a darle esta mamada de las buenas. Cristal estaba como volando en las nubes. Porque cada cosa que le hacía era una nueva experiencia para ella. Ni siquiera había visto a nadie tener sexo como Lucia. Solo oía chismes de sus amigas sobre cómo era eso. Mario ya le estaba penetrando el hueco de su vagina con la lengua, mientras Lucia se las arregló para meter la verga de Mario en su boca y comenzarla a mamar de forma torpe pero que igual excitaba mucho a Mario.
Mario tenía ganas de penetrar a Cristal, pero no sabía si ella se iba a dejar. Pues eso ya era un segundo nivel. Pero lo quiso intentar. Después de un buen tiempo en lo que estaban, se bajó de la cama y jalo las piernas de Cristal para que su vagina quedara al borde de la cama y sin preguntar nada le acerco la punta de su verga a la entrada de su vagina. Lucia dijo como emocionada.
Lucia: ¿Se la vas a meter en la concha?
Cristal: ¿Eso no me va a doler? A mí me han dicho que duele mucho la primera vez.
Mario: Si te dolerá un poco, pero después te gustará tanto que querrás hacerlo todos los dias. Aguanta, que Lucia también lo hará después. Y no le importa que le duela la primera vez. ¿Te vas a dejar ganar de ella?
Él no sabía si Lucia pensaría eso, pero igual Lucia asintió lo que él dijo. Pero más lo hacía por querer ver cómo le penetraban la vagina a su prima con esa verga de Mario.
Y bueno lo intentaron. Como ya Cristal estaba bien mojada de la chupada y la verga de Mario también de la chupada de Lucia, pues le presento la punta de la verga en la entrada de la concha de Cristal y presiono con cuidado, pero con firmeza para hacer entrar su verga a la primera. Y lo logro, pero con gritos de dolor de Cristal.
Cristal: Ayyyyy Ayyyyy Ayyyyy. Mejor no, sácalo, sácalo.
Y Lucia viene y le agarra los brazos a Cristal.
Lucia: Ya entro, quédate quieta.
Mario: Si ya entro la cabeza. Ahora solo hay que dejar que te acostumbres y después te comenzare a follar solo con la punta. Allí comenzaras a sentir rico.
Esperaron unos minutos y ya no le dolía tanto y comienza con el mete y saca suave, puesto que solo estaba dentro la cabeza y Cristal respirando con la boca abierta por el dolor y a la vez el gusto que sentía. Y en cada envestida le entraba un poco más y después de 15 minutos en el mete saca ya le estaba entrando todo. Mario iba a tener problemas porque la sabana se había manchado de sangre. Pero eso era algo que a él no le importaba, pues en este momento estaba en el cielo. Después que sintió que se había acostumbrado y lo estaba gozando, comenzó a acelerar el movimiento y eso era un gozo increíble para los dos. Lucia solo se acariciaba su concha pensando como seria cuando le tocara a ella. Y si le cabria en su hueco, mientras miraba como entraba y salía la verga ensangrentada de Mario en el hueco de la concha de su prima.
Lucia se subió encima de Cristal en posición de perrito para que Mario mientras penetraba la vagina de Cristal le chupara el culo. Pero a Mario se le ocurrió algo distinto y mojándose un dedo se lo metió al hueco del culo y la comenzó afollar con el dedo. Y mientras penetraba a Cristal con su verga en la vagina, también follaba el culo de Lucia con su dedo. Allí duraron un buen rato. Él no quería que terminara ese momento. Con Lucia se mojaba el dedo a cada rato pues en su ano no había lubricación. Así que le sacaba el dedo del ano a Lucia, lo chupaba y se lo volvía a introducir al culo. Al final le saco el dedo y viendo ese gran trarsero de la niña decidió sumergir su boca entre esas dos tapas de nalga que tenía esa putita y comenzar a chupar directamente del ano. Tanto fue el gusto combinado con la cogida que le daba a Cristal que sintió que se venía con todo y casi de una saca la verga de la vagina de Cristal y comienza a emerger ese liquido blanco de su verga cual fuera un pozo petrolero, regándose tanto en el traserote de Lucia como en la vagina de Cristal. Uffff. Esa fue una venida de las buenas.
Se volvió a fijar en el reloj y ya solo le quedaba una hora. Decidió mejor comenzar a limpiar. Y que las niñas se asearan. Trajo de afuera un cubo de agua, pues no había baño dentro. Y las niñas se asearon al igual que él. Cogió la sabana y la puso en agua con jabón. La suerte que era de color chocolate, lo cual disfrazaba un poco la sangre. Llego la mama de Lucia y la llamo. Se fueron corriendo las dos. Cristal, antes de salir de la casa, miro a Mario y le regalo una sonrisa pícara.
Seguimos otro dia.
Excitante. Y con morbo, espetó la continuación