Marisela, la mamá de Danisela – Parte I
Marisela es la mamá de Danisela, ella trabaja en casa y Danisela desde hace unos días, mantiene sesiones de sexo cuando acompaña a su madre a casa..
Marisela tiene 30 años. Tuvo a su hija Danisela a los 15 años. Está casada con un hombre de nacionalidad al igual que ella , paraguayo. Por lo que me contó la relación con Él es muy mala, es de mal carácter, bebe mucho y se pone violento cuando está bebido. Marisela está pensando seriamente en dejarlo. Todo esto me lo contó en medio de una charla que Ella propició. Esa tarde al llegar la ví un poco triste o apesadumbrada. No vino con su hija. lo que me extrañó. Estaba yo preparando la merienda en la cocina cuando se me acercó y con los ojos llorosos me dijo que tenía que hablar conmigo. Automáticamente pensé, mierda. Se enteró que me cojo a su hija y me va a hacer lío.
Entonces le propuse que merendáramos juntos, Marisela aceptó. Estábamos compartiendo la merienda y Ella comenzó a hablar, muy suave, casi sollozando. Me contó que su matrimonio estaba muy mal. Que ya no amaba a su marido, que él era muy violento y le tenía miedo. Que su hija Danisela vivía escapando de situaciones comprometidas y Ella tenía miedo que El la violara. Mientras me contaba esto yo respiraba con más tranquilidad. El problema no era conmigo. Luego de unos minutos de confesión, se rompió el dique emocional de mi empleada y se largó a llorar desconsoladamente. Se la veía tan endeble, tan triste y solitaria que no me pude contener y la atraje hacia mí pecho, la abracé suavemente y Ella no rechazó el abrazo. Es más, hubiera jurado que estaba feliz de como venía la mano. Marisela es una hermosa mujer de 30 años, al igual que su hija tiene un par de pechos generosos, su culo es magnífico, es preciosa de cara y tiene unos labios gruesos que invitan a depositar tu verga entre ellos para que te la mame. Yo como buen calentón, ya estaba medio excitado con la situación, Marisela finalmente se calmó y pude notar que estaba sonrojada, parecía sentir algo de vergüenza. Y no sé por qué pero el cazador sabe cuándo su presa está lista para ser cazada, le tomé de la barbilla, y suavemente le dí un casto beso en los labios, la paraguaya no solo no se hizo a un lado, sentí su lengua rozar mis labios. Entonces me lancé, le prendí la boca con un besazo de lengua, Ella respondía con la misma intensidad, ya enseguida nos estábamos tocando, sus pezones pugnaban por perforar mi pecho, Marisela gemía suavemente, de repente siento su mano sobre mi pierna avanzando hacia mi bulto. Por arriba del jogging lo tomó y lo apretaba, acariciándolo. Me apoderé de sus senos, sus pezones duros me indicaban que estaba muy excitada. La incliné y finalmente la acosté en el sillón, me subí sobre Ella que me hizo lugar entre sus abiertas piernas propiciando que mi pene quedara directamente sobre su vagina, se movía estimulándose como una serpiente. Yo ya tenía la pija dura como un caño. Marisela directamente puso sus manos sobre mis glúteos y me presionaba sobre su vulva, yo mordía su pechos, me separé un poco de ella y bajé rápidamente su calza de lycra y su bombacha, dejando al aire libre una preciosa vagina, chiquita de labios gordos brillosos por la excitación, su pubis depilado, mientras Ella desesperada me bajaba el jogging y el calzoncillo liberando así mi verga. nos sentamos ambos para sacarnos del todo la ropa, todo sin palabras, no era cuestión de arruinar el momento con palabras tontas. Se arrodilló frente a mí, me hizo abrir las piernas y tomó mi falo desde el tronco, y abriendo esos hermosos labios, engulló la mitad de mi poronga. Mamita, qué placer, es una artista en esto de mamar verga, con suavidad e intensidad, pronto ya se la tragaba en su totalidad, hasta la garganta. Cuando estuve a punto de acabar se lo hice saber, Ella solo apuró la mamada y me hizo llenarle la boca de semen Se lo tragó todo, sin derramar ni una sola gota, y siguió mamando, con lo que rápidamente mi verga volvió a ponerse dura, entonces Marisela simplemente se levantó, sonriendo pícaramente me hace recostar en el sillón y se sube a caballito de mi verga, y tomando el palo de carne se lo dirigió directamente a su conchita, bastante estrecha por cierto. Pero simplemente con suavidad, se la fue metiendo hasta que solo quedaron afuera los testículos. Estando bien empernada comenzó a moverse, rotaba las caderas mientras subía y bajaba, me apretaba la verga con sus músculos vaginales como si fuera n una mano, el placer que me brindaba era intenso, al parecer Ella también lo estaba disfrutando porque de repente me dice, me vengo, y soltando un largo suspiro sentí como sus fluidos embadurnaban mi verga, siguió moviéndose y rápidamente llegó a un segundo orgasmo. Descanso por unos minutos con mi tripa dentro, todavía dura, se hizo, se dio vuelta y se sentó sobre la pija dándome la espalda. Se acomodó, tomó mi verga por el tronco y lo dirigió a su ano. Me pide que moje con saliva la cabezota y ponga saliva en su ano, y luego solamente se dejó ir hacia mi tripa, la cabeza costó un poquito al entrar, pero luego toda la verga se fue deslizando a su interior, suavemente, lentamente, hasta que sus nalgas toparon con mi pubis. Y arrancó con un movimiento circular desesperado, parecía querer arrancarme la tripa, saltaba, se la sacaba toda y se la volvía a meter de una, así estuvimos como cinco minutos hasta que no aguanté más y le disparé una serie de chorros calientes de esperma dentro de su aterciopelado túnel trasero. Marisela al sentir mi acabada también tuvo un orgasmo. Luego de unos minutos, nos tranquilizamos, se levantó chorreando jugos de su conchita y su culo. Se fue al baño, luego de lavarse volvió y se sentó al lado mío. Mi verga ya estaba morcillona. Ella la tomó por el tronco, acariciándola, y sin mirarme pero medio sonrojada me dice, Patrón, yo sé que Ud. se cojió a mi Danisela. También sé que Ella quiso, me lo contó todo. Pero le voy a pedir un favor, tenga cuidado cuando la coje, no me la preñe. Es muy jovencita. Y tengo que pedirle otro favor. Yo no me podía negar ante tamaña revelación, a lo que accedí, y le dije, claro. Dime que es. Quiero que me coja dos veces por semana. Yo no le voy a pedir nada, solo sexo. Es que hace mucho que no tengo relaciones con mi marido, y la verdad, Ud. y su verga son mucho mejor que ese paraguayo borracho. La verdad, no me pude negar, así es que ahora tengo a Marisela y a su hija Danisela a mi disposición. Estoy planeando hacer un trío, madre, hija y mi verga. Ese será el día que me adueñe del culito de la hija.
¡Qué rico! Me recordó a otra del mismo nombre, pero no me cogí a su hija.
Muy buena la historia. Esperando el trío con la hija y que las dejes embarazadas. Seria excitante.