Marisól a sus 5 añitos descubre como jugar con Nemo en el Arroyo-

Imagina como respira agitada una nena cuando se calienta. Ella aprieta tu verga contra su tajito. Encuentras la forma perfecta de poner tu glande en la entrada de su vaginita infantil. No entra, pero su instinto le dice que ella se tiene que intentar meter esa verga de hombre dentro de su .
Vivo en el campo, me dedico a la agricultura y la ganadería.
Hace 3 años que hice pareja, con Ana Lía, una hermosa mujer de 32 años.

Hasta hace una semana atrás no conocía a nadie de su familia, hasta que vino al establecimiento su hermana unos días de visita. Llegó con Marisol, su hijita de  5 años. Woww, hacía más de 11 años que no tenía la oportunidad de estar cerca a una nena de esa edad.

Hasta en algún momento pensé que había perdido el gusto por las niñas pequeñas. Que va, es como andar en bicicleta, una vez que se aprende, no se olvida más.

Ellas se regresaron hace algunas horas, siento mucho su ausencia, pasamos muy buenos momentos. Fueron días de muchísimo calor y casi desde el primer momento la vi correr solo en braguitas por la estancia, porque no trajo su bikini.

El primer día salimos por la mañana a recorrer el campo en la camioneta, Pasamos a ver el maíz y el girasol, pasamos por el arroyo y la represa, las invité a darse un chapuzón, pero a mi cuñada le pareció muy  turbia el agua, Marisol quería meterse en el agua.

Regresamos a a la estancia, almorzamos y el calor era insoportable. La niña andaba corretendo solo en bragas mientras Ana Lía y mi cuñada se encerraron en el cuarto con aire acondicionado.

No desprecie la oportunidad para ver que tan receptiva era Marisol con migo. Woww, no podía creerlo, en menos que en un suspiro en juegos había podido tocarla muy íntimamente y darle unos buenos apoyones de verga para y movimientos simulando que jugábamos, tan intensos y sostenidos que en un momento que vi que le agradaba sentir las caricias y los apoyones que tuve que despegarme de ella porque casi eyaculo.

Por un momento ella buscó seguir, pero conocía esa sensación, sabía que apenas me apoye en ella eyacularía y era muy riesgos. Su madre y mi esposa estaban dele a hablar y risas.

De un repente comencé a decirle a Marisol que le insista mucho a la madre para que la deje ir al arroyo, mientras yo disimulaba sacando unas uvas de la parra. Sabía que mi esposa y su hermana no querrían abandonar la comodidad del fresco del aire acondicionado.

En menos de 10 o 15 minutos, mi esposa vino como pidiendo un favor, si podía llevar a la nena al Arroyo. Claro que si le dije, que solo me dé unos minutos que limpie las hojas de parra que cayeron en el patio.

Ana Lía dijo que no me preocupara que ella limpiaba. Cargamos mucha agua fresca, frutas y una sandwichera y partimos.

A nada de salir en la camioneta comencé a acariciarle las piernitas y los pezoncitos, mientras le decía que era hermosa.

Se notaba que le gustaba, le pedí que abra un poco sus piernitas que quería ver mejor los dibujos de las frezas de su braga.

Ella abrió las piernitas y se dejo tocar la conchita por sobre las bragas, le decía que linda eran sus bragas mientras prácticamente la estaba masturbando. Poco a poco ella fue hablando menos, su respiración se hizo mucho mas intensa y jadeante.

Se recostó en el asiento y adelantó un poco su caderita para facilitar que la pueda masturbar. Casi comento el error de hacer la pregunta narcisista «¿Te gusta?».

No hacía falta preguntar, las nenas te lo dicen sin palabras cuando gozan de los juegos sexuales.

Llegamos a un lugar donde había unos árboles para dejar la caminera. La cargué en mis hombros y preferí ir arroyo arriba una larga distancia hasta un lugar que es difícil llegar con la camioneta,  ahí nadie nos puede ver y no es tan fácil encontrarnos si nos buscan. Hay un barranco y muchos arbustos. Es fácil ver para afuera desde ese lugar pero no tanto ver desde lejos para adentro de esos matorrales.

Cuando llegamos  enseguida nos metimos entre los matorrales, yo quería tocarla y tener algo de contacto sexual con ella, pero ella estaba muy apurada por entrar al agua.

En un intento desesperado de poder ver una nena de 5 años totalmente desnuda y le dije que sacaríamos sus bragas blancas con frezas para que no se manche con el agua turbia.

Ella dijo:
«Pero mi mamá no va a querer que me quede sin bragas con un hombre»

Le explique que yo era su tío, es como ser otro papá, y los papá podemos ver a las nenas sin bragas, además su madre no vería nada de lo que pasaría ahí, es más, nadie vería, si nosotros no decimos nada, nadie sabrá que es lo que hacemos. Como dudó un poco le dije, que si no se sacaba, tendríamos que regresar sin bañarnos porque no trajo otras bragas para cambiarse.

Esto sí hizo efecto, sin que le diga nada solita comenzó a sacarse su braga, lo hizo muy lento, pero disfruté ese espectáculo de exhibicionismos  de nudismo infantil.

No podía creer lo que veía, su pubis regordete, su pansita, sus muslos, sus nalgas, sus pezoncitos regordetes me estaba enloqueciendo. Tomó agua, esos labios húmedos infantiles me enloquecían.

Ella no tuvo pudor, se sabía observada, y deseada. Tiernamente me pidió, entremos al agua.

Primero tomé sus bragas para colgarla en una rama, sin antes olerla y sentir ese olor sexual infantil, que quien lo conoce es imposible que lo olvide. Quien lo conoce el olor a las feromonas sexuales de las niñas y le gusta es imposible que no lo desee o lo recuerde.

Ellas se había lubricado mucho y humedeció la bragas.

Cuando entramos al agua, con la escusa de lavarla, lavé su tajito y me encontré un coñito infantil muy lubricado. Pero ella estaba ahora en otra sintonía. Quería jugar en el agua.

Por un largo rato jugamos y me olvidé de lo sexual, hasta que en un momento me di cuenta que teníamos muchos roses íntimos bajo el agua, pensé, no sé si esto alguna vez se repetirá.

con cuidado saqué mi verga del short.

Enseguida sus piernitas y pies hicieron contacto con mi verga y ella preguntó que era eso.

Me tomó por sorpresa su pegunta, por lo general las niñas suelen fingir demencia y hacen como si eso no está ahí, por lo menos así había sido mis experiencias anteriores.

Cuando insistió con su pregunta, atiné a decirle que era un pez.

Ella preguntó si era un pez Nemo. Yo hasta ese día desconocía la película, si saber le dije que sí.

Ella quería que lo saque que quería verlo. le dije que no podíamos sacarlo porque afuera del agua se moría.

Pero le dije que podía jugar a buscarlo con sus piernitas para jugar con él con cuidado de no lastimar al pez.

Así comenzamos a jugar con mi pija con sus piernitas, no tardamos en encontrar un rico juego de esconder y proteger a Nemo que no lo coma el tiburón.

Nemo se escondía entre sus piernitas y le hacíamos una cuevita con las manos, las mías primero, luego las suyas.

No sé si ella creía ese juego, pero me tocaba muy rico la verga mientras estaba cogiendo entre sus piernitas.

Te pido que por un instante imagines tener a una nena regordeta de 5 añitos en un arroyo de agua turbia que no se ve lo que pasa bajo la superficie. Ella totalmente desnuda, si tienes la pija parada, aprieta su verga con tus dos manos como si fuera sus muslos infantiles. Entra entre las piernitas de Marisol, siente sus nalguitas que se apoyan contra tuyo cuando metes tu verga todo lo más profundo que puedes entrar entre esa piernas regordetas de 5 años, imagina que es sentir su manito que te toma desde el glande y se lo presiona en so coñito infantil que comienza a disfrutar la verga de un hombre que la coge por primera ves entre las piernas.

Imagina como respira agitada una nena de 5 años cuando se calienta. Ella aprieta tu verga contra su tajito. Encuentras la forma perfecta de poner tu glande en la entrada de su vaginita infantil. No entra, pero su instinto le dice que ella se tiene que intentar meter esa verga de hombre dentro de su infancia. Su manito aprieta tu glande, ella te quiere adentro, sientes como un hormigueo en tu nuca que baja y recorre tu cuerpo, sintiendo como tu esperma se prepara para salir y entrar en ella.

Le dices, mete a Nemo más adentro de tu conchita. Ella hace el esfuerzo y te dice: «No entra, empuja tu también, métemelo»

Notas como ella está entrando en su estado orgásmico, siente su cuerpo como se pone tenso y tiembla,  se mueve queriendo coger y meterse la verga gimiendo de placer.

Sientes como tu esperma se escabulle entre su conchita y sus dedos. Ella se sorprende al sentir tu esperma, lejos de asustarse se frota su esperma en su conchita a medida que ambos se relajan.

No se si pudiste sentir su sexual infancia, deseando que entres en ella. Pero eso solo fue el comienzo.

La verdad que yo no se si ella pensaba que era Nemo o mi verga. Te puedo asegurar que pasamos 15 días muy intenso, todas las tardes de 14 a las 19:30 fuimos a ese lugar, repetimos los juegos de Nemo cada día, cada hora.

El cuarto día estamos muy caliente los dos y llegamos muy apurados para empezar, en un descuido en un cambio de posición la verga le entró todo el glande. Yo lo sentí increíble entrar en su vaginita que estaba muy lubricada y apretada, pero ella sintió un intenso dolor y lloró un poco.

Dese ese momento tuvimos más cuidado con Nemo. No te imaginas como estoy extrañando a esa niña.