Martha, la prima de Juan y hermana de Pascual.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después del fin de semana donde tuvimos aquel frenético encuentro sexual, Juan, Pascual y Yo. Llegó el lunes y nuestros padres se fueron a trabajar, los tíos de Juan, quedaron en su apartamento. A eso de las 9:45 am, los padres de Pascual y Martha, salen de compras y se llevan a los dos jóvenes, quedando Martha sola en el apartamento. A unos veinte minutos de haber salido la familia Martha toca la puerta de mi casa, Yo al verla me sorprendo un poco y le pregunto si se sentía mal porque no la veía desde el día en que fuimos al rio. Al entrar ella contesta que tiene nada y me pide que la acompañe porque la familia está de compras y ella no quería ir con ellos. No me imaginaba lo que ella traía en mente.
Nos sentamos a ver tv, le ofrecí refresco y comenzamos a hablar mientras mirábamos sin observar la programación del canal que estaba colocado. Cuál es mi sorpresa, que de repente Martha me toma por la cabeza y comienza a besarme, por lógica razonable mi pene comenzó a crecer y a botar aquel néctar del cual yo soy una fuente, después de un rato de besos, me atreví a tocar sus senos por encima de su franela, los noté firmes duros y con una punta de pezones bastante duros, ella tomó la iniciativa y se quitó la franela, no traía sostenes y a volver a tocar aquellos hermosos pechos noté como quien tiene fiebre muy alta, estaban muy calientes, eso hizo que mi pene quisiera romper mi pantaloncillo, ya por encima se me notaba la humedad producida por el precun, ella puso su mano sobre mi paquete, no dejaba de besarme y no decía nada, yo poco a poca de manera automática comencé a bajar mi mano derecha hacia su entrepierna y vuelvo a sorprenderme Martha no traía debajo de su falda pantaletas, aquello fue la gota que derramó el vaso. No sé como de un golpe me quité mi short, dejando libre mi serpiente, como seguíamos besándonos logré meter un dedo dentro de su vagina que ya para ese momento era un lago de líquidos, sobé aquel clítoris con delicadeza y al abrazarla fuerte no pude dejar de oler lo que había extraído de aquella caverna, su olor era extraño para mí, porque nunca había olido los líquidos de la vagina e incluso me lleve mi dedo a la boca y lo que probé era agradable.
Martha se separó de mí y me dijo que le mamara su cucay se recostó en el sofá, yo sin experiencia me coloque entre sus piernas y baje mi cara, pudiendo sentir el olor de aquello que era nuevo para mí, ella tenía experiencia pues me indicaba que debía hacer.
Decía pasa tu lengua por el clítoris que es este dedito que sobresale de mi gruta, señalando con la punta de su dedo, yo comencé a hacer el trabajo y ella se retorcía sobre el mueble, comencé a notar que mientras mas le lamía su clítoris drenaba mucho líquido de su vagina, hasta el punto que tome mi short y lo coloqué debajo de ella para no manchar el mueble. Después de un rato Martha me vuelve a tomar por la cabeza y me sube a su altura y vuelve a besarme con tanta fuerza que creía que me arrancaría los labios. Así en esa posición ella bajó su mano y tomó mi pene y se lo puso en la entrada de la vagina y yo sin hacerme esperar lo metí de un solo golpe, claro Martha no era virgen, porque mi pene se fue todo hacia dentro. En esta posición estuvimos un buen rato. Ella llevaba el control de todo, luego me retiró y me dijo, siéntate en el mueble y se montó sobre mi y comenzó a cabalgar, todo me era nuevo ya que nunca había tenido la oportunidad de estar con una hembra. Martha seguía saltando encima de mí,
luego se bajo y se colocó de perrito y me pidió que se lo metiera por el culo, pero que primero lo metiera por delante para lubricarlo, siguiendo las instrucciones, hice lo indicado, cuando meto el pene en su culo, pega un grito que ella misma ahogó con su franela, esa bestia se movía haciendo el mete y saca más agradable que inclusive que los de Juan y Pascual. En esta posición es inevitable llegar, pues lo apretado de su culo me hizo estremecer. Apreté con todas mis fuerzas hacia dentro de aquel culo y descargué como un litro de leche, sentía como salían los chorros y que no paraba, al igual que yo, ella sobando su clítoris gritó nuevamente y de repente se desvaneció sobre el mueble, liberando mi garrote de su caverna. Ambos quedamos sentados sin decir nada, aquello había sido lo mejor que me había sucedido, en ese momento no pensaba ni en Juan menos en Pascual. Ella al reaccionar me abrazó y me besó nuevamente, diciéndome esto debe quedar en secreto, no quiero que mi hermano ni mi primo se enteren, porque desde hace unos meses tengo relaciones con mi novio y él me enseñó lo que te hice.
Yo, sin decir nada la abracé y como aun tenía parado mi pene, me metí entre sus piernas y volví a penetrar aquella cuca que era nueva para mi, besé sus labios, mordí sus senos y ella se retiró de mi y bajó su cabeza, tomando entre sus labios mi pene, dándome una mamada que me hizo llegar nuevamente en su boca. Sin botar mi néctar volvió a besarme, haciéndome probarme a mí mismo. Nos abrazamos y nos dirigimos al baño para asearnos. El resto de la mañana trascurrió tranquilo solo de vez en cuando nos dábamos un beso y un abrazo.
Después de ese día no volvimos a tener más relaciones, no sé porque, pero aquello marcó mi gusto por el culo femenino, siempre que tengo relaciones con damas no dejo de darles su ración anal, algunas no quieren al principio pero al probar siempre son las primeras en pedir.
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