Martina y Valentina, la fiesta en que comenzó un romance con ambas hermanitas – parte II
Martina con sus 14 años ya es toda una putita. Y su hermana de 11 le sigue los pasos. Es que el padre hace tiempo que se sirve sexo de ambas niñas. Y gracias a Dios, yo también comencé a disfrutar de ese maná de los dioses.
Luego de lo que pasó en el cumpleaños del abuelo de mis niñas, y en donde pude gozar de la conchita de Martina, es como que quedó algo en el aire pendiente. Pero claro, uno debe ser cuidadoso cuando de niñas púberes se trata. En cualquier momento pueden hacerle un comentario a alguna amiga o parienta y se pudre todo. Pero como ya las niñas tenían el secreto de que su padre las gozaba a ambas, tenía la seguridad de que sabían guardar un secreto.
Pasaron unos quince días de ese primer encuentro y me suena el celu. Atiendo y es Martina, me llama para ver como estoy, y de paso comentarme que sus padres están en el trabajo y ellas como hubo paro de maestros, no fueron a la escuela por lo que están aburridas en su casa, y que si estoy de acuerdo, se vienen a tomar la merienda conmigo. Obvio que acepté inmediatamente. Sabía que las niñas llegarían en unos 15 minutos, por lo que lo primero que hice fue tomarme un Viagra (pastillita salvadora si las hay), preparé todo en mi pieza para recibir a las hermanitas. El gel lubricante a mano, un pequeño consolador que usaba para abrirle el culito a mi esposa antes de penetrarla analmente, y me dispuse a esperar solamente vestido con el pantalón del pijama y mis eternas pantuflas.
Suena el timbre y voy a abrir, las dos hermanitas están sonrientes. Las hago pasar y cuando caminan delante mí puedo observar que ambas vienen vestidas de la misma forma. Pollerita muy cortita que permite ver el nacimiento de sus nalgas, una remera de algodón muy ajustada al cuerpo que permite apreciar que no traen sostén, por lo que sus pechos se mueven al unísono al caminar. Las dirijo hacia el living donde ya tenía preparada la reproductora de DVD con un video porno muy caliente y que estaba seguro les gustaría a las dos peques. Para esto debo decir que ya mi verga estaba casi erecta, lo que no pasó desapercibido por las hermanitas. Se miraron entre sí y ambas sonrieron con picardía.
Sin muchas palabras, ya que todos sabíamos lo que sucedería, di marcha al DVD y lo primero que aparece es un morochazo con una tremenda verga tratando de hacerle el culo a una japonesita que no era mucho más grande que mis anfitrionas, al menos de cuerpo. Tanto Martina como Valentina se concentraron en la película y pude de a poco ir apreciando como se iban excitando, sus movimientos corporales las delataban. De pronto Valentina, la menor se arrima a mí y sin pedir permiso se adueña de mi verga que está pletórica, gorda y cabezona por la pastillita. Se acuesta con la cara al lado de mi tripa, la saca por la bragueta y sin más preámbulos se mete media pija a la boca. Comienza a darme una tremenda mamada. Se desesperaba por tragarse cada vez más tripa. Su hermana no quiso quedarse atrás y se arrodilló a su lado y comenzaron a compartir mi verga entre ambas. Pronto me tenían muy excitado por lo que simplemente las detuve y le dije que fuéramos a mi habitación. Las hermanas no dudaron, caminando por delante mío se dirigieron a la habitación, y para mi sorpresa ambas al entrar comenzaron a desnudarse lo que hizo que en un minuto tuviera a las dos hermanas totalmente desnudas frente a mi. Yo tampoco demoré mucho y me saqué el pijama liberando así mi verga. Me acosté en la cama y las hermanitas se pusieron a cada lado, y volvieron a mamar verga con mucho entusiasmo. Y finalmente lograron hacerme acabar, lo que sí escupía semen a raudales. Las hermanas sonrientes se besaron entre ellas, luego volvieron a dedicarle un tiempito a mi tripa la que no se bajaba ni en dureza ni en grosor. Martina por ser la mayor fue la primera en subirse a caballito y tomando la tripa por el tronco se la posicionó bien centrada entre sus labios vaginales y lentamente se fue sentando, al estar tan lubricada la tripa se fue deslizando hasta llegar a tope. La niña como si nada comenzó a moverse como una licuadora, y se pegaba cada sentón que mama mía, y así logró su primer orgasmo de la tarde. Un poco agitada deja su lugar a Valentina, la que por ser más pequeña demoró un poco más en penetrarse con mi tripa, gimió bastante, fruto del tamaño que ostentaba mi verga en este momento, y más para una niña de 11 años. Pero finalmente logro penetrarse hasta que la punta de mi tripa tocó el cuello de su útero. Se quedó quietecita un ratito y luego comenzó a cogerse solita, lo hacía con suavidad pero con ritmo. Y si, ella solita se cogió y logró un fuerte orgasmo que la dejó agotada. Se bajó de encima mío y ambas hermanas se recostaron a mi lado a descansar. Yo seguía con la pija como un mástil. Pasado unos minutos ambas hermanas volvieron a la cargo, masajeaban mi tripa y chupaban nuevamente, decidí que era hora de probar si ambas hermanas se bancaban mi verga por el ano.
Inicié con Martina, la puse en cuatro con una almohada en su vientre para que su hermoso culo quedara más cómodo, y comencé a meterle la verga por la concha, la penetré bien al fondo y mientras la cogía nuevamente, le puse mucho gel en su orificio trasero, metí el consolador con suavidad pensando que la niña se resistiría, pero no, se lo tragó todito y sin una sola queja. Solo suspiros. Viendo eso ya no dudé, se la pondría toda hasta el tronco. A su lado Valentina se masturbaba la conchita con ganas, saqué el consolador del culito de Martina y poniendo mucho gel en ese pequeño ano, lo metí lentamente en el culito de Valentina. Costó un par de quejidos y suspiros pero al final todo el consolador estaba dentro de su esfínter. Dejé a Valentina que se siga masturbando y ahora muy excitada por tener el juguete en su ano, y me dediqué a trabajar con los dedos el culo de Martina, cuando le entraron cómodamente tres dedos decidí reemplazarlo por mi tripa. Le pedí se abriera las nalgas con ambas manos, me presentó el agujero de su ojete bien dilatado, posicioné la cabeza de la chota en su esfínter y al primer pechón esta desapareció dentro de su túnel trasero. Ella misma se fue penetrando tirando su cola hacia atrás hasta que mis testículos pegaban en sus labios mayores. Era imponente ver como esta niña de tan solo 14 años se comía una verga de 20×5,5cms sin queja alguna. Su culo aunque bastante estrecho, parecía un suave guante que me brindaba muchísimo placer, y ella lo estaba disfrutando. Tanto que llegó a su segundo orgasmo bastante más intenso que el primero. Procedí a sacarle la verga del culo a Martina y ya Valentina estaba ansiosa por recibir la verga en su ano, ella solita se sacó el consolador, se puso más gel en la cola, embadurnó mi poronga con mucho gel y me hizo acostar en la cama boca arriba. Obedecí a sus deseos, y la niña de tan solo 11 años, se sube a caballito de mis piernas, posiciona con la mano la punta de mi chota en la abertura de su ano y comienza a sentarse, con mucho esfuerzo y varios quejidos logró que la tripa entrara toda, pero para mi sorpresa, inmediatamente comenzó una cabalgata endemoniada en busca de placer y no duró mucho, pronto estaba al borde de acabar, y yo no pude aguantar más la excitación y le llené el culo de semen con potentes chorros, ella al sentir mi orgasmo logró el suyo y quedó tendida sobre mi, extenuada. Mi tripa se fue muriendo y finalmente se la saqué suavemente. Ambas hermanas estaban cansadas y satisfechas. Nos fuimos al baño y nos duchamos los tres, ambas hermanas me enjabonaron todo el cuerpo y pusieron especial interés en mi poronga a la cual le prodigaron sendos lenguetazos. Finalmente nos vestimos y fuimos para el comedor, había que tomar la merienda.
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