Mathilda y Lucila mis pequeñas amiguitas un viaje en carabana por la Baja California.

Como ella comenzó a pedirme tan rico que la penetrase, aunque sabíamos que no entraría a sus 5 años, me concentré tanto en ello, que no escuché cuando nos descubrió su hermanita menor de unos 4 años, quizás 3 años..

Escondidos, estaba arrodillado atrás de ella cogiéndola entre las piernitas mientras acariciaba sus pezoncitos, su pansita y su conchita de niña de 5 años. Le hablaba dulce a su oído sabiendo que ella estaba muy caliente y mientras le decía que ella me gustaba mucho y me gustaba hacer eso con ella, le preguntaba si a ella le gustaba hacer eso con migo, cuando mi verga ya se le deslizaba cada vez mejor por su tajito.

Era evidente que no entraría mi verga en su vaginita infantil, pero a pesar de eso le preguntaba si quería que se la meta adentro y ella decía que sí.

Como ella comenzó a pedirme tan rico que la penetrase, aunque sabíamos que no entraría a sus 5 años, me concentré tanto en ello, que no escuché cuando nos descubrió su hermanita menor de unos 4 años, quizás 3 años.

Muy curiosa quería saber que estábamos haciendo y quien era yo. Le dijo  que su madre la estaba buscando por toda la playa.

Nos separamos y me fui directo a mi camper forgoneta. Miraba todo desde ahí.

Parecía que no pasó nada, mientras veía que el sol caía en el horizonte haciéndose noche, las niñas jugaban junto a su camper.

No sabía su nombre de mi amiguita, solo sabía que tenía 5 años. era claro que seguía caliente porque se tocaba mucho la conchita mientras jugaba y corría por ahí.

Me masturbaba viéndolas jugar en ese atardecer de la Baja California.

Al día siguiente no salí de mi camper a pesar del calor. por suerte el viento fresco y constante que llegaba desde el mar contribuyó mucho.

Al día siguiente nos cruzamos por casualidad con la hermanita menor y me pareció no reconocerme o recordarme.

Me aseguré de repetir eso para saber si me recordaba y me ignoraba totalmente.

en un momentos de esos mi amiguita me saludó escondida de sus padres. Yo nunca le había pedido eso, lo que me daba un indicio que ella sabía y entendía que eso que hicimos era algo íntimo entre nosotros.

Me di cuenta que ese día una vez más sus padres desde temprano ya estaban fumando muchas flores y tomando cervezas como que no había mañana.

Las niñas, desde temprano ya estaban desatendidas. Ellas reclamaban que querían comer y que quería su desayuno y las horas pasaban.

Cuando me acerque a ellas con mi cereal y mi yogurt para buscar la forma de darle un poco, sus padres fueron indiferente.

Entonces le pregunto a la madre si tenía inconveniente que las lleve a desayunar a mi cámper a las niñas.

Su madre ya estaba tan borracha que me dijo si quieres te las regalo,  rematando con una carcajada, y me dijo, solo es broma.

En el cámper les preparé un buen desayuno. y esas niñas realmente tenían mucha necesidad de comer.

La más chiquita que supe que se llamaba Lucila comió tanto que luego le dio sueño y se durmió en uno de los asientos.

Esto nos facilitó un poco que pueda interactuar con mi amiguita que ahora supe que se llamaba Mathilda. No podía hacer mucho porque tenía la puerta lateral de la van cámper. Cuando empiezo a ver a un grupo de tres mexicanos estaban con los padres de las niñas. Dos entretenían dándole cerveza y de fumar al padre mientras de a uno se turnaban para encerrarse con la madre.

Me di cuenta que aún había muy poca gente en la playa, porque el camino no era el mejor para llegar y solo los viajeros íbamos a esos lugares.

Con cuidado de a poco fui cerrando la puerta.

Cuando la puerta estaba cerrada me arrodille en el piso de la van como aquella tarde y le dije a Mathilda si ella quería repetir eso que habíamos hecho.

Me sorprendio bajándose por completo y dejando en el piso la parte de abajo de su bikini, porque esa tarde lo hicimos haciendo a un lado su bikini.

Felizmente ella vino a mí, dándome la espalda se acomodó para que comience a cogerla entre las piernitas.

Pero la puse de frente y nos comenzamos a besar apasionadamente mientras la masturbaba.

Cuando comencé a tocarle ca conchita ella estaba aún seca en su tajito, pero a medida que pasaban los minutos ella lubricó muy fácil y abundante.

El olor de su conchita era tan intenso y agradablemente infantil que me enloquecía, su olor inundó el lugar. Como ella se estaba calentando  mucho, vi que era propicio darle una buena chupada de su conchita.

Cerré todas la cortinas y la acosté en la mesa y comencé a chuparle su conchita. Su primer orgasmo no tardó en llegar, el segundo sí un poco más.

Entre chupada de su conchita comencé a urguetear con mi dedo intentando meterle un dedo.

No fue fácil, pero el tiempo y las circunstancia ayudó, también que ella  comenzó a disfrutar mucho de llegar a los orgasmos y casi todo un pote de crema hidratante para la piel.

Pasamos mas de dos horas en esos menesteres pero mi dedo ya le entraba libremente en su vajina pero ella comenzó a sentir sueño.

La recosté en la cama, pero yo estaba muy caliente.

Mirando a ambas niñas comencé a masturbarme junto ellas.

pero mi atención se comenzó a concentrar en la mas pequeña.

como su bikini era de los que tienen un par de tiras para hacerle un nudo a cada lado, con mucho cuidado de no despertarla se lo desaté.

Primero solo olía su conchita y se la contemplaba mientras me masturbaba. Pero como no se despertaba cuando la tocaba, comencé a ponerme crema hidratante en el dedo para masturbarla.

Minutos despues parece que masturbarla tuvo su efecto, y aunque dormía ella acomodó su cuerpo y sus piernitas para ser mejormente masturbada.

Ver mi dedo masturbado su tajito infantil, y mi verga masturbándose a escasos centímetros  y su actitud, aunque dormida era receptiva.

Cuando parecia que ella estaba sientiendo placer con mi dedo me animé a ponerme crema en mi glande y hacer contacto con su conejito, no fueron más que unos pocos contactos que pude hacer antes de eyacular abundantemente sobre ella. no pude evitar ensuciar su bikini, pero mi verga no dejaba de hacer contacto con su conejito y entre la crema y mi esperma mi verga se deslizó entre ese tajito infantil y sus muslos.

A pesar de ya haber eyaculado el morbo de estar cogiéndola fue superior y no pude parar.

Como ya la estaba cogiendo ella se fue despertando.

Preguntó que le estaba haciendo.

Le dije te estoy dando amor mi vida.

Preguntó por su madre, le dije que ya venia.

Quedamos en silencio por unos segundo, pero no paré de cogerla entre las piernitas y su carita comenzaba a expresar indicios de que se estaba calentando, su pansita se movía a medida que respiraba cada vez mas agitada.

Le pregunté si le gustaba que le dé mi amor.

Me dijo que sí con la cabecita y una sonrisa pícara.

Me animé a acomodarla y ponerme mejor entre sus piernitas para frotarle mi verga en su conchita.

Ella no tuvo ningún orgasmo, pero no dejó de difrutar de la verga y de desmostar que le gustaba la verga en tajito.

Perdí la cuenta del tiempo, pero seguro habrá sido no menos de una hora y media de estar cogiendo con ella hasta que se despertó su hermana.

Las limpie a las dos y cuando miraba que pasaba con sus padres me di cuenta que uno de los mejicanos estaba muy entusiasmado como para poderse coger al padre también, aprovechando que estaba muy borracho.

La verdad que ellos me dieron un poco de miedo, porque había mucha droga y alcohol, la actitud era algo violenta o mafiosa.

No quise que las niñas vean. Arranque mi van y nos fuimos a otra playa apartada donde nos quedamos hasta el atardecer y encontrarnos que los habían robado a ambos y entiendo que se los cogieron a los dos.

Desde ese día, por más de 3 meses convivimos los 5 viajando juntos en carabana.