me cogieron en el metro… y fue delicioso
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por gabyhot26.
Hola a todos, mi nombre es Gabriela pero me gusta que me digan Gaby, ya he escrito otros relatos en la sección de incesto, sin embargo, esta historia es algo que quiero contar ya que es algo que a la fecha me tiene envuelta en una calentura sinfín y es que últimamente, con todo el descaro del mundo, abordo el metro en horas pico solo para ser manoseada y tentada por todos lados; sin embargo, la historia que les contaré ahora fue todo un acto de calentura y descontrol al grado que ya no me importaban las consecuencias.
Me describiré brevemente, mido 1.70, mis medidas son 120-60.100 cabello al hombro, usualmente me lo tiño de rubio, pero soy castaña, ojos azules, piel clara y por mis medidas, pues es inevitable que más de uno voltee a mirarme.
Esto ocurrió hace 4 años un sábado por la noche, aún me encontraba estudiando la universidad y fui a casa de unas amigas a darle retoques al trabajo final, y es que a pesar de que comenzamos muy temprano, no terminamos sino hasta los 11 de la noche, yo estaba preocupadísima porque mi único transporte era el metro y ya no tardaba en dejar de dar servicio, así que el papá de mi amiga me hizo favor de llevarme al metro para que no fuera a perderlo aunque en todo el camino no quitó la vista de mis tetas (en ese momento iba vestida con una blusa blanca escotada, janes ajustados y unas botas negras a medio chamorro con tacón un poco largo).
Llegué con buen tiempo, sin embargo, el policía me hizo saber que ya sólo saldrían un par más y debería correr, uno iba saliendo justo cuando subí la escalera y temía que no fuese a salir el otro, afortunadamente unos minutos después lo escuché que venía.
He de decir que de por sí esa línea no es tan congestionada y menos por la noche, así que en el andén solo había dos chicos platicando y unas señoras que se fueron a la sección de mujeres y pues como para no ir sola me metí en el mismo vagón que ellos, pero obvio al extremo del mismo.
Esa línea en particular es muy larga y yo iba hasta el final de ella y de ahí a mi casa eran solo unos minutos.
Para no hacerla muy larga, no habían pasado ni dos estaciones y los chicos no dejaban de reír y aventarme miradas, sin querer, solté una risita al escuchar que uno de ellos le dijo “lo que pasa es que te vienes haciendo un candado por eso no quieres ir”, al parecer me escucharon y me voltearon a ver ambos con una mirada muy perversa, cosa que me puso muy nerviosa y no pude evitar sonrojarme y como si eso hubiese sido un botón de accionamiento, ambos se levantaron y se dirigieron hacia mí.
Me puse sumamente nerviosa, pero traté de mantener la calma.
La verdad es que fueron muy amables, yo estaba sentada en medio en una de esas filas que son de 5 asientos a lo largo, se pararon cerca y me dijeron que, si podían sentarse ahí cerca de mí, no había nadie y si algo pasaba podría ser más seguro para mí que viesen que no iba sola, yo accedí pues no había pensado en eso.
Obvio, la plática no se pudo evitar y les conté de dónde venía y a dónde iba y ellos me dijeron lo suyo, que venían de tomar unas cervezas con unos amigos, pero pues tenían que cortarla temprano pues ese fin no circulaba su carro.
Para mi sorpresa eran hermanos y no se parecían en nada, uno de 24 y el otro de 25.
Justo cuando la patica estaba más buena y ya estaba en confianza, el tren violentamente frenó y por la inercia mi cara fue a dar a la entrepierna del que tenía a mi izquierda sintiendo una importante erección, traté de incorporarme tan rápido como pude, en eso, sonó la vocecita de quien iba conduciendo que nos quedaríamos un momento parados por una obstrucción en las vías en el túnel, pero fue pura mentira porque a los 10 segundos las luces disminuyeron indicando que era un fallo mecánico.
Aunque fuese un accidente no pude evitar sentirme desconcertada al levantarme y decirle que me disculpara, no esperaba ese frenon tan brusco y solo me dijo que no había problema pero que le había dolido un poco, en ese momento se sobo por encima de su pantalón con toda la intención de mostrarme el largo de su pene, estaba de buen tamaño.
Yo me calenté de inmediato y lo notó pues vio como me le quedé viendo fijamente a su bulto, -puedes sobarme tú si quieres- me dijo con una sonrisa pícara, fui poseída por el deseo y puse mi mano encima comenzando a frotársela de arriba abajo, él extendió su mano y tomo una de mis tetas, el hermano detrás mío estaba que no lo creía y sin perder tiempo, cruzó su mano por mi cintura y tomo la otra teta besándome en el cuello, yo me dejé caer hacia atrás sobre él para dejarme hacer a gusto.
Si hay algo que me enloquece es que me soben mis tetas, son muy sensibles y ellos lo hacían riquísimo.
En un momento, bajé el cierre del chico a quien le frotaba la verga y se la saqué.
No lo podía creer, estaba durísima y venosa, en eso me recargaron en el asiento y el otro también se sacó la verga, era muy parecida a la de su hermano pero un poco más larga, empuñe ambas y comencé a masturbarlos lentamente, ellos no perdieron tiempo y con mucha facilidad sacaron mis tetas por sobre el escote, como mis pechos son redondos se veían sorprendente y más grandes así y como si fueran bebés, se pegaron uno en cada teta, me las lamían y mordían mis pezones, to estaba en el cielo, con las luces a media capacidad y el vagón parado era sumamente excitante.
En un momento me levanté, me saque la blusa y el brasier dejando mis tetas totalmente al aire, me arrodillé frente a ellos y comencé a mamarles sus venosos y duros penes uno a la vez llenándolos de saliva y masturbándolos, yo sólo miraba sus caras de placer y con esa calentura que me caracteriza me metí una verga entre mis tetas, la comencé a masturbar y apretar, iba de arriba hacia abajo con fuerza, escupía y echaba saliva constantemente para que resbalara bien, ni bien pasaron 2 minutos y se corrió en el canal de mis melones con una gran cantidad, solo le dije -Wood, que buena corrida, es muchísima-, solo atinó a decirme -disfrútala mi amor, te la ganaste-, eso bastó para frotármela en mis tetas y mis pezones erectos y aun así quedó para llevarme un poco a la boca y probarla.
Aún faltaba el otro, pero me dijo -yo ya vi eso, yo quiero clavártela hasta el fondo de tu conchita Gaby-, yo le dije -si amor, lo que tú quieras-, me desabroché mis janes, me los baje hasta las rodillas, tome su verga nuevamente y se la mame hasta ensalivársela nuevamente y ponérsela dura.
Me senté como si estuviera hambrienta de tener ese pedazote de carne adentro y comencé a brincar de espaldas a él, pero en ese momento, las luces se restablecieron, el vagón comenzó a andar y estábamos próximos a la estación, peor no me importó, seguí brincando sobre esa rica verga, cuando el tren paro y abrió las puertas, subieron personas pero a otros vagones, uffff que alivio, pero yo no quería dejar de cogerme ese fierrote pero en ese momento me avisó que ya se corría, yo me bajé y le dije -dámela en la cara chiquito-, se paró, apuntó a mi cara y me dejó caer un chorro directo a mi boca, los demás los dejó por toda mi cara y uno cayó entre mis pechos.
Estaba muy complacida.
Nos vestimos, limpiamos cuanto pudimos y nos volvimos asentar pues aún faltaban 5 estaciones para mi bajada y 3 para ellos, pero me acompañaron hasta donde yo iba, no por caballeros, sino para seguir metiéndome mano y yo aferrada a sus duras vergas.
Nos vimos algunas veces más y con ellos surgió mi obsesión que a la fecha conservo: ser manoseada en el metro, hay veces que he llegado a masturbar al atrevido y dejarlo correrse en mi mano, pero esa experiencia no la olvidaré nunca.
Espero que les haya gustado y lean mis otros relatos.
No olviden comentar y calificar.
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