Me convertí en la novia de mi tío Ernesto en casa de mi abuela (Parte 2).
Continuo con mi relato de mi despertar sexual con tío Ernesto..
El sábado a mediodía llegaron mis padres por mí a casa de la abuela. Yo estaba jugando con mi tío en el patio, él me correteaba y si me alcanzaba me hacía cosquillas. Obviamente me dejaba un rato correr sin atraparme y ya que me veía que jadeaba por la falta de aire, me agarraba, me tiraba al pasto y me hacía cosquillas a más no poder. Eso me daba mucha ansiedad porque no me podía escapar de él, pero a la vez era muy divertido.
Mi madre vio como traía a su hermano corriendo detrás de mí y me gritó, Jenny ya estamos aquí, deja en paz a tu tío que lo vas a fastidiar. Yo hice como que no escuche y seguí jugando. Como siempre, hice un poco de alboroto al momento de irnos de casa de la abuela, porque yo quería seguir jugando, pero al final me tuve que ir.
Esa semana me la pasé pensando en lo que había sucedido con mi tío y tenía muchas ganas de volverlo a hacer y muchas dudas también. Cada día mientras me bañaba, comencé a tocarme, aunque era muy placentero acariciar mis pequeños labios, con el agua caliente resbalando entre mis piernas, no sentía lo mismo que sentí al restregar mi sexo contra el de mi tío. Llegue a usar mis peluches como juguetes sexuales, los ponía entre mis piernas y apretaba lo más que podía para sentir rico.
El siguiente fin de semana les dije a mis papas que quería ir a casa de la abuela, pero no se pudo porque ellos tenían un compromiso, con el jefe de mi mama y pues me llevaron con ellos. No me quejo porque hubo niños y fue divertido, pero no me pude sacar de la cabeza a mi tío.
Pasaron 15 días para verlo de nuevo. Esta vez hubo reunión en casa de la abuela y fuimos toda la familia. Fuero las dos hermanas menores de mi mama, una de ellas ya estaba casada y tenía dos hijos, un niño de 8 y una beba de 2, muy linda y sonriente. Su otra hermana es un poco mayor que mi tío Ernesto, tenía 25 años en ese entonces y estaba soltera. Era una chica muy alegre y agradable, juguetona y buena onda, sobre todo conmigo, siempre me decía lo bonita que era y lo grande que me estaba poniendo, ella trabajaba de enfermera. Me decía, mira nada más ese cuerpecito tan bonito, ya quisiera yo tenerlo asi, a pesar de que ella era hermosa y tenía un cuerpo muy lindo, esbelto y atlético.
Yo estaba feliz por poder ver a mi tío de nuevo, aunque esta vez lo sentí un poco distante, no me abrazaba como siempre y no quería jugar conmigo. Me decía, ahorita no mi niña es que tengo cosas que hacer. Eso me puso triste y hasta en depresión. Después de comer mi tío pidió disculpas y dijo que se retiraba a su cuarto a hacer tarea de la escuela. Yo me quede jugando con mi tía y mi primo en el patio. Hasta que dieron eso de las 7 de la noche y decidí entrar a buscar a mi tío, estaba decidida a preguntarle que le pasaba que por que no quería estar conmigo.
Subí a su cuarto y estaba todo oscuro, solo se veía el sentado frente a su computadora con la luz del monitor pegando en su rostro. ¿Tío que estás haciendo? le pregunté. Él brinco del susto y volteo a verme diciendo, chamaca loca me asustaste ¿qué haces aquí? Subir a buscarte, estoy triste porque que no quieres jugar conmigo, le dije, haciendo pucheros y mi cara de sufrida. Ven dame un abrazo, me dijo con ternura, lo siento mucho hermosa, es que tengo mucha tarea y no puedo ir a jugar contigo, pero ya sabes que te quiero mucho. Me intente sentar en sus piernas, pero el me aparto y me dijo, no mi niña ya estas muy grande y no está bien que te sientes en mis piernas. Yo entonces si comencé a llorar de verdad, me sentí rechazada por alguien que quiero mucho. Al verme llorar me abrazo y me dio un beso en el cachete y me dijo, no llores, está bien siéntate en mis piernas, pero quiero que estes quieta mientras termino mi tarea, ¿de acuerdo? Con lágrimas en mi rostro le dije que sí y me subí a él sentándome de lado con las piernas colgando hacia un costado. Me dijo mira, termino este trabajo y nos podemos bajar a jugar en rato ¿te parece? Pero tienes que estar muy quieta para que termine rápido. Como ya estaba muy grande mis pies tocaban el piso con la punta, eso hacía que la silla se recorriera hacia el lado contrario. Eso incomodo a mi tío y me dijo, siéntate mejor viendo a la computadora porque así no me dejas trabajar. Me gire un poco y pase una de mis piernas del otro lado. Quede sentada sobre su bulto con las piernas abiertas y mis pies apoyando las puntas en el piso. Mi tío paso sus manos por debajo de mis brazos para poder escribir en el teclado y mover el mouse. Se ve que estaba incómodo y yo también, pero ninguno dijo nada. Él se dedicaba a escribir y ver el monitor mientras yo veía lo que escribía. Era un trabajo de biología que no entendía nada, pero se me hacía entretenido leer mientras él lo iba escribiendo. Ese día mis padres me habían vestido diferente. Creo que mi mamá se dio cuenta que mi cuerpo había cambiado y que la ropa que tenía ya no me quedaba, así que me llevo a comprar ropa nueva. Era una faldita corta de estambre rosa de la Barbie, no muy pegada pero que dejaba ver mis pompas paraditas y mis piernas delgadas y largas. También me compro una blusa ombliguera con la silueta de la Barbie estampada en el frente, en ese tiempo apenas y se me veían los pechitos asomar, así que debajo no traía ni corpiño ni nada y como hacia frio, mis pezoncitos se me notaban. También un suéter abierto y corto tipo torero a juego con la falda. Creo que fue una de las razones por las que mi tío me estaba evitando ese día, sabía que no podría resistirse a mí con esa ropita. Al momento de sentarme de esa manera sobre él, la falda se me subió y dejo al descubierto mis pantis blancos con figuras de unicornios y olanes color azul claro, esos me gustaban mucho porque eran muy elásticos y cómodos.
Me di cuenta de que de vez en cuando que mi tío dejaba de escribir y se quedaba viendo al monitor un rato, supongo que leyendo su trabajo para ver si algo estaba mal. Cada que lo hacía, me abrazaba con su brazo izquierdo y acariciaba mi estomago desnudo, podía sentir sus manos suaves y cálidas, se sentía rico. Hizo eso varias veces y yo estaba encantada. Después de un par de veces además de acariciar mi pancita, me comenzó a acariciar la pierna, primero me acaricio mi rodilla haciendo círculos con su mano y después poco a poco fue subiendo por mi pierna hasta llegar a tocar los olanes de mis pantis. Yo solo estaba quieta disfrutando ese momento con mi tío y de vez en cuando le preguntaba que, si ya iba a terminar, a lo que él contestaba, ya casi mi niña.
De pronto sentí algo debajo de mi colita, algo duro y caliente, de inmediato supe que era su bulto, supongo que, gracias a las caricias se había despertado. Yo eso es lo que estaba esperando. Mi tío se movía un poco tratando de que su pene no pegara en mi colita, pero yo le decía que se acomodara bien para que terminara rápido y nos pudiéramos ir a jugar. Entonces de nuevo se acomodó y volví a sentirlo pegar en mi culito por sobre mis pantis. Yo me comencé a mover un poco haciendo círculos muy lentamente con mi culo y sentí como el pene de mi tío creció más y más. Como mi tío ya no escribía, solo estaba viendo al monitor y acariciándome, yo me incline hacia adelante recargando mis brazos cruzados sobre el escritorio y poniendo mi cabeza sobre mis antebrazos, eso hizo que mi sexo quedara justo sobre su pene, lo cual me hizo hacer ruiditos de placer, mi tío también soltaba de vez en cuando pequeños quejidos ahogados sin dejar de ver al frente. Entonces me comenzó a acariciar ambas piernas, subía y bajaba por la parte interna desde las rodillas hasta donde tocaba mis chones, eso me hacía estremecerme más. Él se dio cuenta de eso, de mis gemidos y la respiración acelerada, así que me preguntó ¿mi vida estas bien? a lo que yo contesté, si tío estoy bien no te preocupes tu sigue con tu tarea. Entonces coloco sus manos en mi cintura, subiendo por completo mi faldita y me comenzó a moverme de un lado a otro, de adelante hacia atrás, lo cual me hizo gemir más, sentí como mis pantis se empapaban de nuevo y como la punta de su miembro duro abría un poco mis labios, ya super húmedos por tanta estimulación. El tenía puesto un pantalón corto muy holgado, supongo que los usaba para dormir, eran muy suaves al tacto.
Metió su mano por debajo de su short y saco su miembro, el cual acomodo justo en la entrada de mi vagina por sobre mis pantaletas. De inmediato note la diferencia, mis panties se mojaron aun mas y sentia que su pene entraba entre mis labios un poco mas. Entonces mi tio me dijo, mi niña por eso no quería que te sentaras sobre mi, mira lo que te estoy haciendo. Yo solo le dije que no se preocupara, que me gustaba mucho y que queria seguir haciéndolo.
Mi tío al escuchar eso, me comenzó a besar el cuello mientras hacía movimientos hacia arriba y hacia abajo que cada que bajaba sitia su pene un poco más adentro. Eso hizo que mi cuerpo se estremeciera de nuevo y comenzara a sentir espasmos en la zona de mi sexo. Gemí tan fuerte que mi tío me tapo la boca para que no nos escucharan, mientras el seguía moviéndome sobre su pene, arriba y abajo empujando como queriendo entrar en mí sobre mi ropa interior. De pronto mi tío, también gimió y se estremeció, te amo mi niña hermosa, te amo tanto. En cuanto dijo eso, sentí un chorro caliente que mojo mi entre pierna dejando un rastro caliente y pegajoso en todos los lugares que toco. Entonces mi tio me dijo bájate hermosa, déjame ir por papel al baño. Se puso de pie y metió se pene dentro de su ropa interior. Esta vez alcancé a ver un poco la forma de su sexo, solo un poco, pensé que sería lindo poder ver a mi tío completamente desnudo. Al ponerme de pie, sentí como el líquido escurría por mis piernas, toque mis patines y mi mano quedo completamente mojada por ese liquido raro. Cuando regreso mi tío me dijo, déjame limpiarte y se puso de rodillas frente a mí. Yo hice lo que él me dijo, abrí un poco mis piernas mientras el subía mi falda para poder limpiarme. Paso su mano con papel por toda mi vagina sobre mi calzón, tratando de secar lo más que se pudiera, cada que me tocaba ahí me hacía brincar, aún estaba muy sensible, el solo me decía lo siento mi vida y seguía limpiando bajando por mis piernas hasta mis pies. Le pregunté, oye tío ¿te hiciste pis? a lo que él me contestó, no nena, ese es un líquido que echamos los hombres cuando nos hacemos mayores y nos gusta mucho una niña. ¿Entonces yo te gusto mucho tío? pregunte. Claro que si mi niña, eres lo que más quiero en mi vida. Entonces me le fui encima y le di un abrazo y un beso en la boca y le dije, yo también te amo tío, te amo mucho.
Entonces quiero que seas mi novia, me dijo. Pero no se lo puedes decir a nadie. Porque no lo entenderían y nunca más nos volveríamos a ver. Claro que no tío, nadie lo sabrá, solo tú y yo.
La siguiente semana era mi cumpleaños número 10 y mis padres estaban organizando una gran fiesta en un salón cercano a la casa de la abuela. Era un jardín de eventos donde se reunía la gente de pueblo a celebrar eventos especiales.
Pero eso se los contare en el próximo relato.



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