Me llamo Rosina 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando estábamos regresando, paramos con Carlos a comer algo, ya que los dos teníamos hambre.
«Me palpita el ano», le dije agarrada de su brazo, todos nos veían como padre e hija.
Terminamos de comer y vimos venir unas nubes muy negras, y cuando llegamos a casa estaba lloviendo.
Yo fui al baño y vi que habían manchas de sangre en mi bombacha, enseguida me la saqué y la lave a mano para que mi madre no se preocupe o me pregunte de donde salió esa sangre.
Yo veia a Carlos preocupado por el campamento y por las víboras que ahí teniamos, ya que esos arroyos tienen infinidad de canales que desembocan en él, y se desbordan muy fácil.
Por suerte paró enseguida.
Esa noche estaba nerviosa por lo que me había dicho Carlos, que me la iba a meter por la vagina, estaba ansiosa, ya que después del dolor que sentí cuando metió su pene en mi cola, me.
gustó y disfruté mucho, lo que me daba mucha vergüenza era haberme echo caca.
Me dormí, soñando como Carlos me lambia la vagina, sentía en sueños su boca chupando mis pechos, sentía en sueños como su pene abría mi ano.
Me desperté ansiosa por irnos al monte, me sentía rara, quería volver a hacerlo.
Llegó la hora y nos fuimos, el viaje que siempre me pareció corto, este me resultó internimable.
Cuando llegamos el campamento estaba bien.
«Hagamos una cosa Rosina, demos una vuelta primero y después nos metemos en la carpa», me dijo pasando su mano por mi cabeza.
«Bueno, como quieras», le dije un poco desilusionada, pensando que ibamos a estar todo el día en el campamento.
»Parece que queres quedarte en el campamento», me dijo al ver mi cara, me levantó la camiseta y me la sacó por mi cabeza.
«Entonces nos quedamos», me dijo sacando mi corpiño y besando y lamiendo mis pezones.
Yo cerré mis ojos, sonriendo y suspirando, dejaba que me baje los pantalones mientras me seguía besando los pechos.
Me tiré al piso y me saqué las bora, las medias y me terminé de sacar mi pantalón junto con mi bombacha, quedando totalmente desnuda.
Carlos me miraba mientras se sacaba su ropa, vi que tenía duro el pene, yo no sabía que hacer, solo nos mirábamos.
Acomodó las ropas y me hizo acostar encima, agarrando mis pies, me abre las piernas y vuelvo a gritar sintiendo su boca en mi vagina.
Sus besos, su lengua pasar por mi vagina, su dedo acariciar mi ano, gemi fuerte cuando sin dejar de lamer y chupar mi vagina, me empezó a meter el dedo en la cola.
Yo estaba de piernas levantadas, abiertas, gritando de placer, mientras Carlos seguía entre mis piernas.
Yo no podía hablar, solo gemia, gritaba, retorcia mi cuerpo de placer.
Carlos empezó a besar mi cuerpo, subiendo hasta mis pechos, sentia su pene rozar mi vagina.
Me siguió besando el cuello, las orejas, la boca, siento como acomoda su pene contra mi vagina, di un fuerte grito, ahogado por la boca de Carlos, cuando su pene se desliza dentro de mi vagina.
Algo humedo y caliente salía de entre mis piernas.
Yo instintivamente, pase mis piernas envolviendo su cintura.
Entre besos en mi boca, en mis pechos, Carlos empezó a moverse, sentía su pene entrar y salir de mi vagina, sintiendo un placer como jamás habia sentido.
Quería gritar, llorar de felicidad.
Carlos no dejaba de besarme, metía su lengua en mi boca, yo estaba en el cielo, no podía creer que se disfrute tanto teniendo sexo.
Carlos la sacó, se acostó boca arriba e hizo que me suba sobre él, volviendo a meterla en mi vagina.
Solo sentía placer moviendo mi cuerpo sobre el suyo y sintiendo su pene moverse dentro de mi vagina.
Yo parecía tonta, estaba de boca abierta y no me daba cuenta que me caía la baba, era tanto lo que estaba disfrutando, que sin darme cuenta, empecé a orinarme de nuevo, me sentía mareada, como si estuviera flotando.
Carlos me hizo bajar de encima suyo, haciendo que quede de rodillas, y siento algo caliente, espeso, que salía a chorros de su pene y caía en mi cara, en mis labios, sentía como hasta en mis pechos caían.
Carlos me dice que abra la boca y mete su pene dentro, dejando caer las últimas gotas de leche dentro de mi boca, me dijo que chupe, que pase mi lengua por su pene, yo lo hice, sintiendo el sabor mas extraño que sentí en mi vida.
No fue totalmente desagradable, pero si extraño.
Ese día nos quedamos desnudos, nos bañamos en el arroyo, me volvió a penetrar por el ano, me enseño como chupar su pene.
Yo estaba tan feliz, que le dije porque no cortejaba a mi mamá, que me preguntaba siempre sobre él.
Si Carlos se hiciera pareja de mi madre, podíamos seguir teniendo relaciones también.
No queria que se vaya a su país, queria estar con él y que me enseñe a ser mujer.
Estuvimos una semana completa yendo al campamento y me cogió toda la semana.
Se que Carlos le gusta a mi mamá y voy a ver como puedo hacer para que Carlos y mi mamá sean pareja.
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