Me llamo Rosina 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando volvíamos del monte a mi casa, Carlos me prometió que me iba a contar todo lo que le haga en la cama.
Sabía que me iba a poner celosa, ya que cuando vi a mi madre arrodillada frente a Carlos chupando su pene y con sus tetas al aire, me había sentido traicionada por los dos, pero como me dijo Carlos, él lo hacía para seguir teniendo relaciones conmigo sin que nadie sospeche nada.
Carlos y mi madre se fueron a cenar solos esa noche, yo me quedé a regañadientes, pero tenía que dejarles que hagan lo suyo.
No se a que hora volvieron, yo estaba dormida.
A la mañana cuando nos íbamos Carlos la invita a mamá a que venga con nosotros.
Me sentí muy aliviada.
«Y, que hicieron anoche con mi madre, se la metiste?», le dije acariciando su pene por sobre el pantalón.
«Huy, que curiosa la niña», me dijo riendo y seguía manejando la camioneta.
«Sacala», le dije, «no, espera.
que salgamos de la cerretera, cuando entremos en el camino de tierra la saco y vos te bajas el vaquero, asi te acaricio la conchita mientras me la vas chupando», me dijo y aceleró.
«Carlos, cuéntame que hicieron», le dije sin dejar de acariciar su pene.
«Que sí, que nos fuimos a coger después de cenar», me dijo.
Sentí como se me hacía un nudo en el estómago, «le rompiste la cola como a mí?», le dije viendo como nos desviamos por un camino de tierra.
Carlos se aflojo el pantalón y yo el mío.
«Bueno, sí, se la metí por la cola, pero ya estaba rota, no fui el primero en metersela por ahí», me contaba sacando su pene, que yo agarré con mi mano y lo metí en mi boca mientras Carlos metía su mano dentro de mi pantalón buscando mi ano con su dedo.
«Así que ya le habían roto su cola?, y quien fue, no te dijo?», le preguntaba besando y lamiendo su pene y sentía como intentaba meter su dedo en mi cola.
«No, ni me dijo, ni le pregunté tampoco?», me dijo Carlos, sacando su mano y chupando el dedo que tenía en mi ano.
«Carlos, no seas chancho, como te chupas el dedo que tenías en mi cola», le reproche ya que no sabía si tenía bien limpia mi cola.
«Ahora te vas a vajar el pantalón y te voy a lamer el ano antes de metertela por la cola», me dijo, «y si está sucio?», le dije, «mmmmmmm, mas rico», me dijo riendo.
«Que chancho que sos», le dije empezando a desnudarme.
Carlos estaciono la camioneta y yo me fui al asiento de atrás, sacando mi cola cuando Carlos abrió la puerta.
«Que rica cola», dijo Carlos besando mis nalgas, abriéndolas y sentí su lengua pasar por mi ano.
«A mi mamá le lambiste el ano también?», le pregunté gimiendo porque me encanta que Carlos me lamba toda.
«No, tu madre se pasó saliva con sus dedos», me dijo Carlos acomodando su pene contra mi ano, y empece a gemir y suspirar de placer.
cuando sentí como la empezó a meter en mi cola.
«Y a cual de las dos le entró más rapido», le dije cuando sentí mis nalgas aplastadas contra su cuerpo.
«A ella Rosi, tiene el ojete más abierto que vos, a vos te entra bien, despacio, haciendo dos o tres paradas, a tú madre se la acomode contra el ojete y ella hizo fuerza para atrás y le entró toda de una sola», me dijo moviendo su pene dentro de mi cola.
«Tan abierto tiene el ano mi madre?», le dije gimiendo de placer, sintiendo como Carlos agarrando mis caderas la sacaba y la volvía a meter.
«Haaaaaaa, como me gusta tú cola Rosi, como disfruto cogiendote por el ojete», me dijo Carlos, sacando y metiendo su pene de mi ano, metiéndola toda y moviéndola para los costados, círculos, se notaba que estaba disfrutando cogiendo mi cola.
«Por la vagina Carlos, metela en mi vagina», le pedía con la voz quebrada de placer.
Siento como Carlos me la saca de la cola y grité de placer cuando sentí como Carlos me la metía en la vagina.
«Se nota que estás muy caliente, tenes la concha bien mojada y está hirviendo», dijo Carlos moviendo su pene dentro de mi vagina.
«Si, estoy muy excitada, te imagino cogiendo a mi madre y me caliento mucho», le dije mordiendo mi voz de placer mientras Carlos me cogía por la vagina.
Seguimos cogiendo sin decir más nada, sólo se escuchaban nuestros gemidos de placer.
Yo estaba que no aguantaba más, quería orinarme, sentía esa sensación extraña en mi estómago, su pene entrando y saliendo cada vez más rápido y fuerte de mi vagina.
Empecé a gritar, sentía que me desmayaba, que me orinaba, Carlos sacó su pene de mi vagina y lo volvió a meter en mi cola, fuerte, de una sola vez, haciendo que siga gritando, fue una sensación increíble de dolor y placer.
No podía parar de orinarme, senti el pene de Carlos bien adentro de mi cola, lo sentia latir, escuchaba a Carlos gemir, bien pegado a mi, mover su pene dentro mío.
Nos fuimos quedando más relajados, Carlos seguía con su pene dentro de mi cola.
Poco a poco lo fue sacando, sentía mis piernas dormidas cuando me paré frente a él.
Nos besamos, yo me apreté bien contra su cuerpo, sentía como me salía algo líquido de la cola, rebalando por mis piernas.
Sentía su pene casi flacido apoyado contra mi vagina.
«Quiero que estés con mi madre, pero de solo imaginarlos teniendo relaciones sexuales, me pongo muy celosa», le decía a Carlos todavía desnuda, ayudandolo a preparar el campamento.
«Sabes una cosa?, me gusta mucho sentir como me dejas pujando el ano después de coger mi cola», le dije mimosa, besando su boca y seguimos con lo que estábamos haciendo.
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