Menores.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Danm y soy de Venezuela del Litoral Central.
Mi relato transcurre entre los años 80, cuando yo contaba entre los 16 y 17 años.
Nuestra vida diaria desde que comenzamos a jugar entre la selva y montaña que era nuestro entorno, allí conocimos el sexo desde pequeños, comenzamos jugando a las escondidas y los más grandes se aprovechaban de los más pequeños y eso se hizo costumbre, además de una cadena, como íbamos creciendo íbamos tomando el sitio del que se hacía adulto.
Muchos de nuestros juegos comenzaron primero entre los varones quienes nos mostrábamos nuestros penecitos y los más grandes en edad que nos mostraban los de ellos y poco a poco nos hacían tocarlos, sobarlos, masturbarlos y muchas veces nos hacían que se los mamáramos para terminar penetrándonos.
Como dije, eso era costumbre y una cadena, lo que me hicieron y lo hice a otros, se hacía costumbre invitar a los más chicos a jugar en las quebradas y terminábamos haciendo que nos masturbaran, mamaran y ser penetrados.
Luego a nuestros encuentros comenzaron a unirse las niñas, que comenzaron jugando a escondidas y muchas veces lo más que hacíamos era rozarles por las nalgas nuestros penecitos mientras estábamos escondidos, luego era normal hacerlas tomarnos los penes y hacerlas masturbarnos y los más arriesgados llegábamos a tocarles sus conchitas y meter los dedos, en estos juegos también habían niñas que te pedían que le metiéramos nuestros penes por cualquiera de sus huecos.
Recuerdo a Luisita, hija de una amiga de mi madre, sería unos dos años menor que yo, quien en ese momento tendría unos once o doce años, ya tenía un pene normal de tamaño, algo grueso de lo normal.
Una tarde jugábamos a los escondites y sus hermanos también participaban en el juego.
Luisa y yo salimos por la orilla de una quebrada por donde había muchos árboles y era un sitio muy bueno para esconderse.
Luisa para ser menor que yo tenía casi el mismo tamaño y nos escondimos detrás de una piedra donde ya había estado yo con algún niño y otros más grandes que yo, ya había pasado por eso yo mismo.
Cuando me percaté que no nos encontraban dejé rozar mi pene por las nalgas de Luisita, ella al sentir se volteó y me dijo en voz baja, que tienes allí abajo tan duro y yo le dije nada malo, quédate tranquila.
Comencé a rozar con más fuerza, ella llevaba puesto un vestido largo hasta las rodillas, cuando comencé a pegarme a ella, le fui levantando la falda del vestido y ella solo se echaba más hacia mí.
Saqué mi pene del pantalón corto que llevaba y lo comencé a rozar directamente sobre su blúmer, después de un rato comencé a bajar poco a poco su blúmer y deslicé mi pene entre sus nalgas, ella movía su cintura estaba excitada.
Esa era la primera vez que tenía contacto directo con una niña y mis testículos me comenzaron a doler, y comencé a botar líquido preseminal, cosa que me pareció raro, pero la sensación era agradable y nueva para mí, cuando ya estaba bien caliente tome mi pene y lo direccioné a su agujero, eso ya lo había hecho antes pero con chicos y puse la punta de mi falo en el hueco del culito de ella, comencé a empujar, ella solo se retorcía, cuando logré meter la cabeza de mi pene en su culo, ella apretó mi miembro y yo empujé duro para adentro, aquello me llevó a las nubes y comencé un mete y saca un poco descontrolado, ella movía su cadera mientras se apoyaba en la piedra y paraba su culo más hacia mí, eso me hizo experimentar un placer que no había sentido con niño alguno, esa fue mi primera eyaculación, no de leche, pero sí de líquidos, cuando sentí que llegué dejaron de dolerme los testículos, después de llegar me quedé pegado a ella hasta que mi pene se salió solo de su culo, aunque cuando lo saqué aún estaba parado y duro, ella lo tomó con sus manos y lo sobaba, cuando sentimos que alguien se acercaba y tuve que esconderlo rápidamente, después de este encuentro fue Luisita el juguete más preferido que tuve por un gran tiempo.
Cuando logré penetrarla por su cuquita se los cuento en otro relato.
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