Mi ahijada antes y después parte I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No soy de mucho escribir, pero me he animado a compartir mi experiencia.
Hace un poco más de 7 años, me separé de mi esposa. Anduve sin rumbo algunos meses, tomando licor y visitando muchos bares. Tengo un compadre, que vive a dos casas de donde yo vivo, mi ahijada de nombre Claudia, en ese momento contaba con 13 años, era una chiquilla muy bonita, con ojos grandes, morenita clara, pequeñas tetitas en crecimiento con forma de volcancitos, ella es delgadita y tiene bonito trasero gordito y paradito.
Yo visitaba seguido a mi compadre, debido a mi soledad, no quería tener novia todavía después de la separación. Mi ahijada, con la cual tengo mucho cariño, se mantenía conmigo, posiblemente me miraba muy nostalgico y hacia lo posible por estar conmigo, tanto en su casa como en la mía. Sin embargo yo me di cuenta que sus atenciones iban mucho más alla del normal cariño. En ocasiones se me sentaba en las piernas, ella vestía falditas cortas de moda, y ella se movía como frotando sus lindas nalgas contra mi pija, eso me ocasionaba unas erecciones tremendas, tanto que no sabía que hacer en esos momentos, pues se notaba mucho en mis pantalones. Asi también yo le ponía videos o tv de cable y ella se acostaba boca arriba en la alfombra de mi sala, luego ella levantaba las piernas y le podía ver perfectamente su calzoncito de niña, pero también en ocasiones ella se ponía braguitas más ajustadas y más cortitas, que dejaban descubierta una parte de sus nalguitas gorditas. Me ponian muy caliente.
Pero cierta noche, yo estaba libando con mi compadre, padre de Claudita, nos dio las doce de la noche en su casa. MI compadre me dijo que me quedara la noche con ellos, yo ya tenía mi habitación con mi compadre, asi que no fue dificil aceptar. Todavía me di un baño antes de acostarme, me sentía un poco mareado por lo que había bebido. Cuando salgo de la ducha, con un boxer puesto y sobre él una toalla que me envolvía de la cintura para abajo, cuando veo que Claudita está en mi cama, tiene un libro en sus manos y lo lee. Le dije que ya no era hora de que ella estuviera despierta y menos dentro de mi cama. Ella me dijo que no tenía mucho sueño y que por eso estaba leyendo. Bueno le dije que yo vería un poco tv mientras ella leía su libro para acompañarla, pero que dentro de una media hora debía de irse a su habitación. Cuando abrí las sabanas, me pude dar cuenta que ella estaba en calzones y una camiseta de tirantes, eso me fue poniendo la verga maciza. Me metí a la cama, solo con boxer y una playera, ella se acercó y pude sentir su piel contra la mia, sus piernas y mis piernas se tocaban y eso aceleraba que mi pija se fuera poniendo dura.
Estuve viendo tv tratando de que se olvidara que mi ahijada estaba alli en mi cama en ropa interior, con eso se me fue bajando la erección, sin embargo cuando iba a apagar la tv, vi que Claudita estaba profundamente dormida, no pude evitar levantar las sabanas para verla ahora más despacio, la camiseta le apretaba las tetitas y sus pezones se marcaban en ella, luego más abajo, vi que su braguita era del tipo bikini, se miraba muy rica mi ahijada alli dormida.
En eso, apagué la tv, mi ahijada se puso de lado en posición casi fetal. Entonces vine y me puse atras de ella en la misma posición, mi bulto en mi boxer se pegaba a sus nalguitas de forma minima, pero eso bastó para empezar de nuevo otra erección. Me fui pegando más y más a su delicado cuerpecito, mi pija estaba totalmente pegada a sus nalguitas, No pude evitar tocarle sus caderas y sus muslos de forma sutil, mi pija ya formaba un enorme bulto en mis pantalones. Tuve que bajarme el boxer, porque me causaba incomodidad con mi pija erecta. Pero eso fue tentación para mi, pues ahora le pegaba la piel de mi pija contra sus nalguitas. Yo respiraba con dificultad, eso me pasa cuando me excito.
En eso, me arriesgo más, con las manos le comienzo a bajar la braguita a mi ahijada, cuando se la llevó justo hasta los muslos, ella se despierta y me dice por qué le he bajado su calzoncito, yo le digo con dificultad que es porque hay mucho calor, ella asiente y cierra sus ojitos dejando su braguita abajo. Vuelvo a poner mi pija erecta contra sus nalguitas y luego entre sus nalgas, puedo sentir el calorcito que genera su rajita, eso me pone muy caliente, sigo haciéndoselo y ella emite unos gemidos casi imperceptibles, al parecer le esta gustando eso. Los gemidos se vuelven más fuertes, sé que ella esta consciente en ese momento y le digo en el oido -te gusta Claudita?-, ella me responde con un -sii- que se oye como excitada. Como seguimos de lado, le levanto su camiseta por atras y le comienzo a dar besitos y lenguetazos en la espalda, y le vuelvo a preguntar al rato si le gusta, ella vuelve a decir si, ahora un poco más alto. Yo sigo, estoy muy excitado, ahora meto mi mano debajo de su camiseta y busco sus tetitas, acaricio uno de sus senos y con mis dedos juego con su pezón, que rápidamente se pone paradito, hago lo mismo con su otro seno. Claudita emite cada vez más gemidos, además siento mojado el tronco de mi pija que aún lo estoy frotando contra su rajita, será que ella esta mojadita con todo lo que le hago, ante la duda, mi mano suelta sus tetitas y mis dedos llegan hasta su rajita, es cierto!, su rajita esta lubricándose, está toda mojada de su parte íntima.
Poco a poco, siempre atras de ella de ladito, le beso el cuello y voy bajando por su espalda, llego hasta donde termina su espalda y comienzan sus nalguitas. comencé a lamerle suavemente sus bellas carnes, lamía y a la vez las mordía con mis labios, su piel era muy tersa como la seda, además tenía cerca su rajita que ya despedía un olor a hembrita mojada. Abri sus tiernas nalguitas con mis manos, inserté mi lengua en el medio y sentí en la punta lo arrugadito de su inmaculado agujerito negro de su culito, lo lamí varias veces, ella pegaba pequeños saltos en la cama, luego sentí que su mano buscaba retirarme de su delicioso culito, era más por nervios, porque la pequeña gemía de placer cada vez que le comía su ano, luego abrí más sus nalguitas y mi lengua llegó hasta su rajita, estaba muy mojada, con la punta de mi lengua degusté los juguitos amargos de su vagina, ella parecía que estaba chillando de gusto, se le oía sollozar y quejarse, en un momento la sangre me hervía y me subía a la cabeza.
No aguanté más, volví a subirme y puse de nuevo mi verga entre las nalgas de Claudita buscando su rajita, la froté de nuevo contra ella, a diferencia de la primera vez, ahora yo estaba empujando buscando introducirsela, con una mano le levanté la piernita buscando más espacio y que su vagina se abriera un poco, mi glande fue entrando, pero cuando logré meterselo, ella gritó mucho, sentí miedo de que se hubiera oido en toda la casa, le pedí que se callara y ella lo hizo, comenzó a morder una de las almohadas y yo terminé de meterle mi glande complemente, luego empujé para que el tronco de mi verga entrara y se deslizara dentro de su vagina, ella comenzó de nuevo como a chillar, entre dolor y placer, luego de meterle la mitad de mi miembro, la comencé a pistonear lento, entraba lento y despacio, le besaba el cuello un poco, luego la sujeté de la cintura y se la terminé de meter casi toda, su vagina me apretaba la verga como ahorcándola. La pistonie lento por varios minutos, sus gritos fueron cediendo y solo se oían sus gemidos de placer, creo que había pasado lo peor y ahora solo gozarla.
Se la saqué, por la oscuridad no pude ver los pequeños grumitos de sangre en mi pene, la coloque al estilo misionero, ella abajo y yo entre sus piernas, se la fui metiendo de nuevo y otra vez ella pegó un grito, no tan fuerte como el primero, mi verga fue entrando despacio de nuevo, su rajita obviamente era estrechita todavía, un poco más dilatada, pero aún cerradita, me fui colocando y le levanté las piernas para abrirselas y con eso logré meterle todo lo largo de mi verga en su vagina, luego a pistonearla, ahora un poco más rapido y ahora sentí que ella estaba gozando más pues no tardó en llegar a un brutal orgasmo, me arañó buena parte de la espalda mientras se corría, increiblemente el dolor de sus uñas en mi espalda me excitó tanto que me derramé dentro de su rajita, le eché una gran cantidad de leche dentro de su vagina, que cuando se la saqué le salían chorritos blancos de su rajita.
Nos quedamos descansando, luego la abracé, nos besamos un ratito y le hice jurar que sería un secreto entre los dos, ella asintió. Al principio me sentí culpable, cuando mi compadre me invitaba a quedarme en su casa por algún acontecimiento yo me negaba, pero luego, una tarde Claudita me fue a visitar a mi casa, yo estaba solo, sus padres no estaban en casa y nuevamente volvimos a hacer el amor, le chupé y besé todo su cuerpo completo, luego hicimos una riquisima 69, donde ella probó por primera vez mi verga, la mamó con mucha inexperiencia, pero igual estuvo muy rico como lo hizo, luego me la cogí en tres o cuatro posiciones, misionero, perruno y ella encima de mi cabalgándome la verga, ya no le dolió la rajita, ni gritó de dolor, solo la oí gemir de gusto y pedirme que la cogiera más duro y rápido.
La tercera vez fue de nuevo en su casa y en su cama, yo fui quien la visitó en su cuarto de habitación, alli ensayé meteresela en su inmaculado culito, logré meterle el glande en su recto, pero solo fue como cinco minutos, al menos quedó la intención. Luego en mi casa logré desflorarla completamente de su culito, se la metí toda en su culito y la pistonie hasta que me corrí dentro de su ano. Fue muy caliente ver como manaba leche de su culito cuando se la saqué de alli.
Luego la historia sigue, cuando me tuve que mudar por un trabajo que me ofrecieron en el extranjero; alquilé la casa donde vivía. Claudita ya de quince años me despidió entre sollozos y lagrimas. Me fui cinco años más o menos. Yo regresé hace unos cinco meses y encontré que Claudita era ya un señorita, muy bella, recien casada y esperando un bebe, con cuatro meses de embarazo. La segunda parte será sobre como tuvimos sexo, estando ella en ese estado.
fin.
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