Mi alumna Angélica y su hija Viviana
Una alumna especial me enseña algunas de las ventajas de ser docente.
Me llamo Santiago, soy docente de bachillerato, normalista e imparto clases de matemáticas, nací en el 80 y egresé de la normal en el 2002, tuve el mejor promedio de mi generación en todo el Estado, así que me tocó elegir primero, por lo que pude comenzar con una plaza de tiempo completo de 40 horas, 25 en la mañana en una escuela y 15 en la tarde en otra escuela, . Me toca impartir un semestre cálculo diferencial y al otro cálculo integral.
En mi caso ambas escuelas se encontraban en una colonia grande y dado que se encontraban a 20 minutos una de la otra, decidí irme a vivir solo a esa ciudad, a medio camino de ambas escuelas, por lo que me hacía 10 minutos de camino a cualquiera de las dos desde la casa, la situación era y es bastante cómoda, voy al plantel de la mañana, doy clases, normalmente entro a las 7am y a las 12pm termina mi última clase porqué saben que tengo turno de tarde, paso a la casa, como, normalmente me da tiempo de descansar, para entrar a mi otro plantel a las 4pm para salir a las 9pm. La mayoría de mis alumnos son de la colonia donde vivo, así que a veces me los encuentro al ir por el mandado o al salir a algún restaurante que este cerca.
En mi plantel de la mañana hay 5 grupos y en el de la tarde hay 3, así que le doy clases a todos, esas materias son de quinto y sexto semestre, por lo que la mayoría de mis alumnos ya tienen 18. Cuando inicié a dar clases acababa de cumplir 22, por lo que tenia prácticamente la misma edad de mis alumnos, eso ocasionó que se quisieran brincar mi autoridad, pero rápidamente se dieron cuenta que tenía el carácter fuerte y que eso no sería posible, soy estricto pero no demasiado y los trato a todos por igual por eso siempre he tenido su respeto, saben que si estudian pasan y que no les pongo trabas como otros colegas que lo hacen con la intención de pedirles dinero u otras cosas, en mi caso no es así, llego, doy mi clase y listo, no avanzo mas de lo que marca el temario, ni menos.
Me tocó en mi primer grupo una chica llamada Angélica, muy delgada, morena clara, pelo risado hasta la mitad de la espalda, senos medianos pero redonditos y paraditos, nalgas medianas pero redonditas, duritas. Tenia la clásica carita de mosca muerta, chica de familia, bien portada, me gustaba muchísimo, pero nunca hice nada por conquistarla, tampoco le mostré que me interesaba, Angélica era una excelente alumna, siempre entregaba puntual, trabajos bien realizados, su comportamiento era excelente y se sentaba frente a mi escritorio por lo que podía ver sus bonitas piernas cuando estaba en el escritorio.
Un fin de semana cuando ella aún iba en quinto semestre salí a comprar a la tienda un par de new mix y algo de botana, la sala de mi casa tenía una ventana que daba a la calle, ese día hacía mucho calor, así que tenía la cortina abierta para que ventilara, a pesar de que eso me blanqueaba un poco el monitor que tenía, me gustan los monitores grandes por si llego a ver una película, así que era uno de 32″, después de regresar por la botana terminé de ver mi película y comencé a ver un sitio web con fotos de colegialas, estaba perdido por completo en las imágenes, cuando escuché una voz familiar desde la calle diciendo «¡Ay! prooooofeeeeeeeeeee ¡ya lo ví!» seguido de unas risitas, volteé y era Angélica, me sonrió y se fue, admito que fueron unos días difíciles, laboralmente no me podían hacer nada más que mal ver, pero me preocupaba la imagen que le daría a mis otros alumnos y que eso afectara mi autoridad, ser objeto de burlas, no sé, un poco de todo, pero pasaron los días, semanas, terminó el semestre y nunca ví nada de eso, supongo que decidió guardarlo para ella y no decirle nada a nadie, me sentí aliviado.
En sexto semestre noté que Angélica comenzó a faltar, sus calificaciones bajaron, pero lograba mantenerse a flote, aunque salió mal en los exámenes así que reprobó, por lo que se iría a extraordinario, recuerdo bien que fue un día viernes que entregué calificaciones a su grupo, me tocaban las últimas dos horas, yo como lo dijé antes, los trato igual, así que buena o mala, reprobada es reprobada y al terminar el segundo parcial los llamé uno a uno para decirles su calificación final y le dije que lo sentía mucho, que había reprobado y debería presentar el extra, ella se puso triste, sabía que había sido reprobada justamente, pero también sabía que eso ocasionaría que su certificado se lo entregarán un mes después suponiendo que aprobara a la primera oportunidad y no podría entrar a ninguna universidad pública, era triste pero justo.
El sábado siguiente a eso de las 9 de la mañana tocaron a mi puerta, abrí y era Angélica, venía con su uniforme y eso me sacó mucho de onda ¿cómo por qué con uniforme y en sábado? pensé que a lo mejor habría alguna actividad extra-curricular, ella era abanderada de la escolta, así que asumí que era eso, ella me pidió hablar conmigo y se metió, le pedí que se saliera, le dijé que no estaba bien que estuviera sola conmigo y me dijo que era muy muy muy importante, que no se iba a ir y que si quería sacarla gritaría, por su expresión supe que hablaba en serio, así que le dije que estaba bien.
Ella me dijo que haría cualquier cosa por aprobar, la verdad me estaba calentando y le dije «a ver», en ese momento se abrió los botones de la blusa, la detuve y le dije que no, que no podía ser, que bien o mal ya tenía experiencia y eso sería abusar de ella, aprovechándome de su inocencia, ella se rió, me dijo que eso era muy lindo, pero que ella no era inocente, que había tenido una hija en tercero de secundaria producto de una relación que había tenido desde sexto de primaria con uno de sus tíos, ella me dijo que su tío la enseñó como tratar a un hombre y que era mayor que yo, que él tenía 50 cuando comenzó a abusar de ella, pero que a ella le terminó por gustar lo que hacían, cuando se embarazó le dijo que era suyo y él huyó por miedo, pero que ella nunca le dijó a nadie de quién era, a cambio el le mandaba dinero a escondidas cada semana, no era mucho, pero se ayudaba con eso, me platicó que siempre que llegaba a casa estaba sola con su tío un par de horas por lo que hacían diferentes cosas, me calentó demasiado y le dijé «va, pero tratáme como tu tío, quiero vivir algo de lo que hacías con él», me dijo que estaba bien y me preguntó si podía poner música, le dije que sí, señale la computadora y le dije que tenía bastante música en el reproductor, en ese entonces se usaba mucho uno llamado Winamp, así que me dijo que me sentará en el sillón y fue a poner música, que entraría de nuevo de la calle y fingiría que llegaba a casa y yo era su tío, que ella ya sabía que hacer si al llegar había música y él estaba en el sillón, sonaba a qué ese cabrón la había entrenado cual perro, pero también que a ella le había gustado, así que pusó en una lista canciones de la factoría y de daft punk.
Ella salió y entró nuevamente, me vio, me dio una mirada coqueta, se paró frente a mí y comenzó a bailar moviendo sus caderas, subiendo y bajando, dando la vuelta sobre su propio eje, cada que se daba una vuelta se quitaba una prenda y me la aventaba, el suéter, la blusa, la falda, hasta quedar con sus zapatos de colegiala y unas calcetas blancas que le llegaban arriba de la rodilla, estaba completamente depilada, con piercings en los pezones en forma de corazón, su piel suave, su abdomen plano, moviendo sus caderas mientras se acercaba, era una visión deliciosa, llego hasta donde estaba yo y se arrodillo, con su lengua busco el cierre, lo tomó con sus dientes y me lo bajo, luego metió la lengua y busco mi pene, lo lamió pero no lo sacó, me abrió el cinturón y el pantalón con las manos, me lo bajo a los tobillos y comenzó a besarme los testículos, a lamerme el pene, luego embarró su cara en mi miembro mientras gemía y comenzó a mamar, lo hizo deliciosamente, por momentos se detenía, se enderezaba sin levantarse y se acariciaba los senos, se masturbaba y se lamía los pezones, lo hacía para darme un buen show, luego continuaba, la primera vez que lo hizo me dijo, no quiero que se venga tan pronto, quiero disfrutarlo, mire como me tiene, eso me puso a mil, cuando termine lo hice en su boca, hizo pucheros y dejo salir el semen para que le escurriera por la barbilla, se enderezó y lo dejo caer a sus senos, después de eso me lamió hasta dejarme completamente limpio, con babas pero sin nada de semen.
Me preguntó si tenía hambre, le dije que sí, me dijo espere, me quitó los zapatos, el pantalón y el resto de mi ropa hasta dejarme desnudo, fue a mi cuarto y regreso con mis pantuflas y me las puso, me tomó de la mano y me llevó a la cocina, se pusó a cocinar así completamente desnuda, fue una vista maravillosa, me sirvió, mientras desayunaba, se puso a limpiar la sala así como estaba, desnuda y estuvimos platicando, ella me dijó que era parte de sus obligaciones al llegar a la casa darle de comer a su tío, recordarle que se bañara y limpiar la casa, así que haría lo mismo conmigo que con su tío como se lo había pedido. Ella me dijó que si al llegar había música y su tío estaba en el sillón pues ya sabía que le tocaba hacerle un bailecito y deslecharlo, le pregunté porqué aún tenía sus zapatos y calcetas y me dijó que eso le daba mucho morbo a su tío y que ya se había acostumbrado a andar así mientras limpiaba, terminé de desayunar, lavó los platos y me llevó a la habitación, me acarició y lamió el miembro hasta que se me levantó nuevamente, me recostó y se montó en mi, al terminar nuevamente me lamió hasta dejarme limpio, me tomó de la mano, me llevó al baño y literalmente me bañó hasta dejarme bien limpio, luego, me pasó el jabón y el estropajo y me dijo que era mi turno, que ella también tenía que bañarse, así que lo hice y en cierto momento ella se puso con las manos en el muro y me dijo que faltaba el culito y me paro las nalgas, la penetré hasta llenarla de semen, ella tomó la regadera de teléfono que tenía, se lavó la vagina y el ano, cerró las llaves, me secó el cuerpo, luego por su gesto entendí que debía hacer lo mismo, fuimos al cuarto, ella me dejó un momento, fue por su ropa a la sala y comenzó a vestirse sentada en la orilla de la cama al regresar, era una visión de lo más hermosa, al terminar se paró y me preguntó ¿ya aprobé? le dije que sí, que cambiaría su calificación, me dio las gracias, se despidió y se marchó, me quedé recostado pensando en lo afortunado que era su tío, imaginando todas las cosas que habría hecho con ella, nunca en la vida había sentido tanta envidia de alguien, y acto seguido me quedé dormido.
Ella las siguientes clases notó que estaba tenso y cuando nadie veía abría rápida y discretamente las piernas para que viera, nunca traía ropa interior, era muy excitante, pero nunca más dijimos nada, solo eso, poco tiempo después se graduó, en esa época no había celulares, ni facebook, así que creí que no la volvería a ver, pero el destino tenía otros planes.
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