Mi alumna Angélica y su hija Viviana (parte 2)
Me reencuentro con Angélica un par de años después de que concluye sus estudios y también tengo la oportunidad de conocer a su hija Viviana.
Esta es la continuación del relato anterior, pueden encontrar el enlace a ese relato en mi perfil.
Era un domingo tranquilo, como ya lo dije antes vivo solo, así que ese día decidí que quería un par de huaraches de bistec, fui a comprarlos con una señora que hace la base rellena de frijoles y como salsa le pone un guacamole que esta delicioso, estuve esperando casi media hora, pase después por una coca de vidrio a la tienda, el señor me conoce y no me pide importe, decidí no desayunar en casa y caminé a un parque que hay cerca de la casa, me gustaba ir a ese lugar porqué había mesas con techito, en especial una rodeada de bastantes arboles y unas flores llamadas ave del paraíso, es un lugar fresco y bonito, para un día caluroso era perfecto.
Estaba desayunando cuando vi una chica que venía caminando por la calle a unos pocos metros, la reconocí de inmediato, era Angélica, aunque se veía un poco cansada, ella también me vio y nos saludamos, se acercó para platicar aunque más por compromiso que por otra cosa, ví la manera en que miró mi desayuno, parecía perro callejero con hambre, me dio lástima y además ella me gustaba, así que le ofrecí, al principio se negó, pero luego me aceptó, así que le dí uno de mis dos huaraches, desayunamos juntos mientras platicabamos, ella me platicó que no había podido estudiar una carrera porqué no tenía el dinero, que tenía que trabajar de cajera en una cremería, le pagaban poco el mínimo y trabajaba de martes a domingo descansando el lunes, una semana en la mañana de 7am a 5pm y otra en la tarde de 12pm a 10pm, turnos de 10 horas, sin vacaciones, aunque sí le daban IMSS, me dijo que andaba bien mal económicamente, vivía con su mamá y su hija que ya tenía 6 iba a entrar a la escuela y no tenía ni para su uniforme, ni sus útiles, vivía al día, su tío ya no le mandaba, se le había enfermado la niña y comenzó a llorar, le pregunté si no tenía novio que la apoyará, ella me dijo que los hombres no apoyan, solo quieren sexo, yo le dije que siempre había apoyado a mis novias, aunque obvio también tenía sexo con ellas, me volteó a ver con una mirada diferente y me preguntó «¿y cómo le gustan las mujeres profe?» yo le contesté «así como tú, delgadas pero no tablas, que te tratan bien en la cama y fuera de ella», vi que pensaba en algo y me preguntó «¿si yo fuera su novia me apoyaría?» y yo le dije que sí pero dentro de lo razonable, me dijo que no necesitaba tanto, unos $500 a la semana serían suficientes, pero que fueran seguros, me reí y le dije, «no manches ganas como $2,500 al mes, $500 a la semana son $2,000 casi casi doblarías tu sueldo por un par de horas cada semana», vi que ella se pusó algo triste y pensativa, lo pensé un momento, yo ganaba bien y me alcanzaba para pagar algo así, así que le dijé que aceptaría algo así pero con una condición, me preguntó cuál era y le dije «quiero que desde que llegues andes desnuda hasta que te vayas y poder hacerlo contigo cuantas veces quiera y como yo quiera» me le quedé viendo sin saber realmente cómo dar el siguiente paso y solo se me ocurrió decirle, «entonces, sabiendo todo esto, Angélica ¿quieres ser mi novia?» , ella me vió, lo pensó, sonrió y me dijó «Sí, acepto», me sorprendí y mucho, sinceramente por un momento pensé que me mandaría al carajo, Angélica me dijo que tenía sed y que si le invitaba un refresco, le dije que sí y le di para una coca de lata, ella fue, la compró, regresó y me dio un beso, la platica fue muy diferente, me dijo que tenía que irse ¿qué cuándo nos veríamos? después de revisar horarios quedamos que nos veríamos sin falta los sábados en la mañana o en la tarde dependiendo de su turno, se fue porqué ya tenía que entrar a trabajar, pero su semblante ya era otro muy diferente.
El sábado en la mañana muy temprano como a las 7 tocaron a mi puerta, era Angélica, pero no venía sola, venía con su hija Viviana, ya tenía unos 6 años más o menos, nunca le pregunté su edad, me saqué mucho de onda, ella me dijo que solo le cuidan a la hija mientras trabaja, que tenía que venir con ella, que ella ya le había dicho a su hija que yo era su nuevo novio y que íban a ir a conocerme y a pasar tiempo conmigo, pero que no dijera nada porqué sus abuelos la iban a regañar, que dijera que fueron al parque y a desayunar y que su hija estaba de acuerdo, le dije que todo eso estaba muy bien, pero que eso no habíamos acordado, que solo estaríamos juntos cuando mucho 4 horas y que no quería limitarme y me dijo que no me preocupara, yo le dije, «mira, de entrada quedamos en algo al llegar y ya valió ¿no?, o sea, voy a darte casi lo mismo que ganas por estar 10 horas 6 días a la semana, por eso te dije que quería y dijiste que sí, pero sino puedes cumplir, les invito el desayuno y aquí la dejamos», yo sabía que su situación económica era mala, pero no era mi culpa y no iba a gastar tanto en algo que no podría disfrutar, ella me vio, guardó silencio, agachó la cabeza, terminó de entrar con su hija, cerró la puerta, y le dijo a su hija, «mi amor, tú sabes que hay personas que tienen costumbres diferentes ¿verdad?» ella asintió con la cabeza, así que continuó explicando, bueno «mi novio tiene otras costumbres que son diferentes, tú tranquila, todo esta bien, solo le gusta y a mí hacer cosas diferentes, pero no vayas a andar de chismosa ¿de acuerdo?», ella volvió a asentir con la cabeza y comenzó a desnudarse, sabía que la situación de Angélica era mala, pero jamás creí que fuera tan mala, me daba curiosidad si sería por necesidad, morbo, o ambas, pero como fuera estaba muy excitado con la situación, terminó de desnudarse y se me acercó y me dio un beso bien cachondo, aunque no pudé evitar que Angélica estaba temblando, se notaba que no era fácil para ella pero tampoco le desagradaba, le pregunté si estaba segura y me dijo que sí, estaba tan caliente manoseandola que no me di cuenta que Viviana se había desnudado también, al separarme de Angélica la vi y me quedé frío, ella vio mi gesto y volteó se quedó fría, casi se cae y tuve que detenerla, pasó en un instante de estar bien caliente a morir de miedo, no sabíamos que hacer, le preguntó a Viviana el porqué se había desnudado y me dijó, pues tú te encueraste, yo pensé que así se acostumbraba estar en esta casa, me dijiste que tenían otras costumbres y solo atinó a decir «ahhh, sí, sí es cierto» y se rió nerviosamente, ella me preguntó porqué estaba vestido y le dije que era porqué iba a ir a la tienda, que la dejaría con su mamá en lo que hacían de desayunar mientras iba a comprar y me salí.
Estuve unos minutos en la puerta esperando que cediera la tremenda erección que tenía, fui a la tienda, compré un refresco grande y varias golosinas y me regresé, el desayuno estaba listo, podía verlo desde que entré, mi casa tenía de corrido en una pieza más o menos grande la cocina, el comedor y la sala, podía verlas a ambas desnudas sentadas en la mesa del comedor esperandome, al entrar recordé lo que había dicho antes de salir, así que al entrar me desnudé, Viviana estaba como si nada, pero su mamá, estaba tiesa, estresadísima, seguro imaginando todos los posibles problemas que podría tener, pero ya encarrerada, pues ni como abrirse, yo supuse que mientras no me metiera con la hija no habría un problema demasiado serio, nos dedicamos a desayunar, platicar, ella quería saber cómo había conocido a su mamá, de qué trabajaba, si la quería, cosas así, pretendimos que todo era normal, poco a poco Angélica se calmó, yo ya estaba muy caliente, hasta me dolía y estaba dispuesto a seguir hasta el final, le puse Cartoon Network en la televisión, le di las golosinas y su mamá le dijo que haríamos cosas de novios, que no estuviera de metiche, el sillón daba de frente a la tele pero de espaldas al comedor y la cocina, llevé a Angélica al comedor, comencé a besarla y le metí los dedos, resbalaron hasta el fondo, estaba súper mojada, al parecer a pesar de todo la situación le estaba excitando mucho, la hicé arrodillarse y comenzó a mamar increíble, se notaba lo arrecha que estaba, el paisaje era un sueño, la mamá desnuda de rodillas comiéndome el nabo mientras yo veía a la hija ver caricaturas en la sala, en un momento se paró y se acercó a pedirnos más refresco, Angélica iba a contestar, pero le sujeté la cabeza contra mi miembro y le dije a Viviana, claro, en la cocina agarra tu vaso y sirvete lo que quieras, me dio las gracias y se fue a servir, yo la seguí con la vista, ese bonito cuerpo caminar de ida y vuelta desnuda, mientras su mamá me llevaba al orgasmo, no me pudé aguantar y le llené la boca, ella como era su costumbre y me encantaba me lamió hasta dejarme completamente limpio.
Fui con Angélica a la cocina y comenzamos a platicar en voz baja, ella me confesó que le había excitado mucho todo lo que había ocurrido y le recordé que aún no la había penetrado, platicamos como unos 15 o 20 minutos, tiempo suficiente para recuperarme y por lo excitante de la situación se me paró nuevamente, yo estaba de pie y ella sentada, notó mi erección y me dijo que tenía muchas ganas de que se la metiera y me preguntó si me podía pedir algo, le dije que sí y me dijo que quería que se la metiera de perrito, acepté, entre la cocina y el comedor había una barra tipo desayunadora, la empiné sobre esa barra viendo hacia la sala y comencé a penetrarla, lo hacía varias veces y lo sacaba, me enfriaba un poco y se la volvía a meter, no quería venirme pronto, estaba viviendo una fantasía y quería que durará lo más posible, ambos veíamos a su hija, sé que a ella le calentaba tanto como a mi que su hija estuviera desnuda como si nada y que estuviera tan cerca, en un momento ella se paró y vino a la cocina con su vaso, comenzó a servirse refresco nuevamente, la tenía a un metro, desnuda, no aguanté, me valió madre todo y comencé a metersela rápido y duro a su mamá que no pudo evitar gemir, ella solo nos veía pensativa y se fue, llené a Angélica de semen mientras veía el trasero desnudo de Viviana caminar hacia la sala, como siempre ella se arrodilló hasta limpiarme por completo, sonó la alarma, las 11am, yo estaba exhausto, sinceramente compadecí a Angélica, irse a trabajar después de algo así seguramente sería díficil y agotador, las acompañé a la entrada, se vistieron, se despidieron y le dí $500 a Angélica, me quedé pensando que pasaría, si Viviana diría algo o si todo saldría bien, afortunadamente no dijo nada y lo que sucedió, eso lo contaré después.
Muy bueno. Quiero mas
Ya se han publicado las partes 3 y 4, espero que las disfrutes