Mi alumna Angélica y su hija Viviana parte 3
Tengo la oportunidad de pasar un tiempo de calidad por primera vez con madre e hija y no pienso desaprovecharla.
Esta es la continuación de los relatos anteriores, pueden encontrar el enlace a esos relatos en mi perfil.
El sábado se hizo el día oficial para vernos, esos días la dinámica continuo igual por unos meses, le pedí que siempre viniera maquillada, peinada y de vestido, por alguna razón sin que le dijera, también traía a su hija peinada y con vestido, aunque obviamente sin maquillaje. Contrario a lo que la mayoría podría pensar, incluso podría decir que después de un tiempo me acostumbré y se había hecho algo aburrido, la a rutina era siempre la misma, el día anterior dejaba una silla junto a la puerta, ellas llegaban, se quitaban su ropa, la doblaban y la dejaban sobre la silla, ellas conservaban siempre sus zapatos tipo colegiala y sus medias estilo colegiala, que normalmente eran blancas o negras, así como el tío había enseñado a Angélica, ahora su hija seguía esos mismos pasos, aunque no había corrido con la misma suerte que el tío. Angélica cocinaba el desayuno, Viviana veía caricaturas, llegamos a un punto donde me sentaba a verlas junto a ella, una vez que estaba listo el desayuno, nos avisaba, comíamos, Viviana se iba a ver caricaturas o a jugar con mi consola de videojuegos, en aquel entonces me gustaba más Nintendo y tenía una Game Cube, tenía sexo la confianza llegó a tal punto que mientras viviana jugaba o veía la tele, me sentaba junto a ella y ponía a su mamá a darse de sentones sobre mí, mientras la agarraba y veía a su Viviana, eso era muy muy muy excitante, también era común que le llenará la cara de semen a Angélica con Viviana a un lado. Una vez que terminaba todo íbamos al cuarto, se ponía una gorra de baño, me bañaba, la bañaba, se maquillaba, se vestían y se iban, ya en la puerta le entregaba $500 como habíamos acordado y se iban. Incluso llegue a pensar en pronto dar por terminada la relación, Angélica no me interesaba lo suficiente como para ser mi pareja oficial, era la clásica chica de barrio con poca educación, un poco grosera, un poco corriente, pero el morbo por tener a su hija a un lado me mantenía en esa relación, hasta que un día todo cambió.
Un día al despedirnos, Viviana preguntó porqué le daba dinero a su mamá, ella no sabía que decir, así que yo le contesté que era porqué ella me consiente haciendo cosas que a mi me gustan, meditó un poco y me dijo, «entonces ¿si yo te consiento me darías dinero? es que en el receso todos se compran dulces y tortas y refrescos y yo me quedo con hambre», su mamá estaba muda, le dije, sí, pero necesitarías el permiso de tu mamá, ella le dijo «luego platicamos tú y yo a Viviana» y Viviana me preguntó «¿cuánto me darías?» le contesté, depende de que tanto me consientas, a lo que me dijo «si te consiento tanto como mi mamá me darías lo mismo» se me pusó durísima, Viviana estaba toda colorada y yo solo atiné a decir que sí, pero que aún era pequeña para poder hacer lo mismo que su mamá, hizó un gesto de molestia, se despidieron y se fueron, me quedé como plancha, bien caliente y me la jalé varias veces fantaseando con algo así. El domingo Angélica pasó a verme sin avisarme y después de una plática que inició con su molestia por lo sucedido, terminamos acordando que podía pedirle a su hija solamente acariciarla que no se sentía cómoda con nada más y a cambio le daría $50 a Viviana para su semana, pero sin meterle el dedo ni nada, solo acariciarla y Viviana no me haría nada a mí, yo me sentía que volaba, pero le dije que también quería poder verla en cuatro o con las piernasa abiertas, pudiendo acariciarla, ella lo penso y me dijo «va pero entonces que sean $100 y la verdad te sale barato», sobra decir que me la jale hasta que me dejé todo irritado el miembro, sobra decir que la semana se me hizo eterna.
El siguiente sábado ahí estaban ambas, pero la situación era ligeramente diferente, no sabría decir quien estaba más nervioso, Angélica o yo, porqué Viviana estaba tranquila, se desnudo y me dijo «listo, ya me puedes agarrar» y yo solo me reí, le dije que en un momento, primero iríamos a desayunar así que Angélica comenzó a hacer el desayuno, yo me senté, abrí ligeramente las piernas y le indiqué con un par de señas a Viviana que se sentará entre mis piernas de espaldas a mí, Angélica estaba volteada cuando lo hicé, así que la sente con sus pequeñas nalgas directamente en mi miembro, el cual quedó en la parte baja de su espalda y comencé a acariciar todo su cuerpo frotando mi miembro en ella, Angélica volteó y se puso roja por un momento intentó decir algo, pero Viviana estaba tranquila, platicando entre risas conmigo, no se veía nada incomoda y además eso habíamos acordado, cuando sirvió el desayuno que eran unas tortas de salchicha, se me ocurrió algo y me senté a Angélica en la pierna izquierda y a Viviana en la pierna derecha y decidí que no tenía hambre, mientras ellas comían, platicaban y se reían yo acaricaba a cada una con una mano, era muy muy muy excitante, lo más excitante que había vivido hasta el momento, terminando de desayunar fuimos a la sala, le dije a Viviana que se pusiera en 4 de espaldas a mí, después puse a Angélica a darse de sentones sobre mí, mientras acariciaba a Viviana, fue algo increíblemente excitante, me costaba trabajo respirar, demoré como un minuto en venirme pero me valió, ni pena me dió, ja ja ja, como siempre Angélica se puso a limpiarme hasta la última gota de semen, esa costumbre de ella me marcaría de por vida y se volvería una exigencia regular que tendría con mis parejas por el resto de mi vida, mientras ella lo hacía acariaba a Viviana, después de un rato le indique que se abriera de piernas para verla y acariciarla, Angélica aún no me había limpiado por completo cuando ya se me había parado, así que la puse a mamar, ella hacía el oral solo con la boca, sin usar para nada las manos, otra más de sus costumbres que se quedaría conmigo, jalé a Viviana a mi lado, con su espalda en mi cadera, le abrí las piernas con mi mano y comencé a masturbarla jugando con su clítoris con mis dedos, en mi mente estaba respetando el acuerdo porqué no le metí los dedos, le acaricié el clitoris que esta afuera ¿o no?, así que comencé a masturbarla, ella comenzó a apretar mi brazo con sus manos, a respirar con dificultad, cerró las piernas pero aún así tenía acceso a su clitoris, seguí jugando con él, girando, pellizcando, moviendo a los lados, arriba y abajo, «sintonizando la radio», era excitante y divertido, mientras tenía la otra mano en la cabeza de Angélica asegurandome que no alzara la vista, traté de aguantar lo más que pudé, pero cuando Viviana soltó un gemido que era evidentente un orgasmo, yo que ya tenía unos minutos a punto le llené la garganta a Angélica que estaba intentando levantarse por que escuchó el gemido de Viviana, pero no la dejé hacerlo, una vez que tragó, quisó nuevamente ver a Viviana, pero me salió lo dominante, la miré fijamente y le dijé «no vas a ningún lado hasta que me dejes limpio como siempre», así que eso hizo, me limpio, y luego se levantó, cuando vio a Viviana, ella ya se había dormido, era su primer orgasmo y había sido demasiado intenso para ella, Angélica se dio cuenta pero guardo silencio, nos vimos a los ojos, ella se acercó a mi y me dio un beso realmente apasionado y me dijo eres un hijo de puta, me recuerdas tanto al desgraciado de mi tío y me sonrió, se recostó del otro lado, abrió sus piernas, tomó mi mano y la puso en su pubis, así que la masturbé nuevamente hasta el orgasmo y por primera vez se quedó dormida.
Estuve casi dos horas sentado y desnudo, con Angélica en mi costado izquierdo abrazando mi brazo izquierdo y Viviana en la misma situación en el otro. Sonó la alarma, las desperté, Angélica se paro, me dio un pico en los labios y me dio las gracias, Viviana observó a su mamá y ha de haber pensado que era lo correcto, así que hizo lo mismo, me dio un pico en los labios y también me dio las gracias, fuimos al baño, Viviana entró con nosotros, primero Angélica y yo la bañamos a ella, luego Viviana y yo bañamos a su mamá y por último ambas me bañaron a mí, pensé en tener sexo con ellas mientras nos bañabamos, pero quedaba poco tiempo y no hubiera sido posible, se secaron, se vistieron y le dí $500 a Angélica y $100 a Viviana, nos despedimos y se fueron. Aunque algo me preocupaba y era que había alcanzado a ver una libreta de ahorro entre la ropa de Angélica de la Caja Popular Mexicana como las que le había visto tantas veces a mi madre cuando fui por la ropa a la entrada para llevarla al cuarto, miré rápidamente y me dí cuenta que Angélica había estado ahorrando la mayoría de lo que le había dado, me daba curiosidad para que querría tanto dinero, llevaba casi 20 mil pesos ahorrados, pero eso lo platicaré más adelante.
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