Mi alumna lesionada, requiere de mis cuidados de padrillo – Parte I
Katia tiene apenas 13 años. Un cuerpazo para su edad. Y su cerebro está en este momento carcomido por las hormonas sexuales. .
Es verdad, Katia es una belleza de apenas 13 años. Yo soy profesor de gimnasia en la escuela donde la niña cursa primer año del secundario. Hace ya un par de meses que venía observando el desarrollo de la niña, primero sus pechos. En un mes pasaron de ser pequeñas peras a unos excelentes pomelos. Con pezones agresivos que destacan mucho en su camisa escolar. A pesar de usar sujetador. Es una niña alta para su edad. Bueno no tan niña. Ya es una señorita. Su cuerpo se está rellenando y dejando de lado esos huesos de la infancia para llenarlos de carne y presentarse a los demás como un buen par de piernas con un precioso culo por remate. Su cabello es del color de las zanahorias. O sea una «Colorada». Lo que también trae aparejado un carácter fogoso y bastante intrépido. Hace unos 20 días, al saltar en un ejercicio sufrió una entorsis de tobillo. Lo que trajo aparejado que no pudiera caminar bien. Y en el momento de la lesión me acerqué a ella con el fin de ayudarla a llegar hasta el vestuario donde la revisaría el paramédico de turno. La tomé en mis brazos, la alcé y la llevé en andas. Es livianita a pesar de ser alta. La acomodé sobre un banco a esperar la llegada de la asistencia. Nos pusimos a hablar, y tomó cierta confianza conmigo. Me contó de su familia. Que sus padres están separados hace ya tres años, que vive con su madre y que lamentablemente está muy sola, ya que Ethel, su madre, trabaja en una fábrica y la mayoría de los días, trabaja muchas horas extras para poder ganar más dinero. Llegó la ambulancia y los paramédicos la llevarían para hacerle una radiografía, Katia me pide si la puedo acompañar ya que está algo asustada. Me apiado de la niña, consigo que otro profesor se haga cargo del equipo por un par de horas y voy junto a la niña al hospital. Luego de los estudios y controles, simplemente le recetaron unos anti inflamatorios, unos calmantes y la enviaron a su casa. Ya que estaba la acompañé a su casa, al llegar no había nadie. Su madre, trabajando. Me indica donde está su pieza, la llevo alzada hasta su cama, la ayudo a acostarse, y verificando que no necesitaba nada más y que estaba bien. Me despedí de ella, y para mi sorpresa, katia me echa los brazos al cuello y me da un beso bien en la boca que duró unos largos segundos. Cuando me separé de ella, sus ojitos chispeaban divertidos. Convengamos que a mis 25 años, no soy de mármol. Ese beso despertó en mi al depredador que hay en mi interior. pero me resistí, me costó bastante pero al fin me fui dejando a la niña tranquila que descanse.
Al otro día, llega la hora del entrenamiento y observo que Katia no está. Obviamente la niña no se encontraba en condiciones de hacer deportes, por lo que me propuse que al terminar mis horas de colegio pasaría para ver como estaba Katia. Finalizada la jornada, tomé mi moto y me dirigí hasta la casa de la niña. Toco timbre y pasado un momento siento que alguien se acerca a la puerta y luego esta se abre. Allí estaba mi alumna en camisón. La saludo y me preocupo por su estado. Sonriendo me dice que está ya mejor. Y que si su estado me preocupa, ella se enfermaría más seguido. Epa!!!! Qué está pasando aquí? Katia me invita a pasar, luego se dirige directamente a su habitación, yo al principio no se si seguirla pero ella se da vuelta y me invita a pasar. Se recuesta y eso sube su camisón que ya de por sí es corto dejándome una hermosa vista de sus piernas y el comienzo de sus nalgas. Su piel blanca lechosa me atrae. No pasa por alto mi mirada y sonríe. Haciéndose la tonta abre un poco sus piernas y para mi sorpresa puedo divisar su triángulo con una pelambre colorada. Ella se hace la desentendida. Pero para esto debo reconocer que mi verga ha comenzado a hincharse. Y esta sí que no pasa desapercibida. Es que como uso pantalón de gimnasia tipo jogging, apenas mi tripa comenzó a crecer, generó un bulto notorio en mi entre pierna, el cual concitó el interés de mi alumna. Se sonrojó pero no quitó la vista del bulto. Hace una seña con la mano para que me acerque, como queriendo decirme algo, cuando lo hago me pide que me siente a su lado en la cama. Lo hago y ella me pasa su brazo por sobre mis hombros y me atrae hacia ella en un gesto de cariño. Al menos así lo estaba tomando yo, craso error. De repente la niña comienza a besarme en las orejas, luego el cuello y finalmente me prende la boca en un tremendo beso de lengua, primero medio me resistí pero debo reconocer que el fuego de la Colorada era terrible. Se gira hacia mí pasando una pierna por encima de mi cuerpo quedando a caballito de mi tripa que está dura y haciendo carpa. Katia simplemente abrió un poco las piernas y permitió que mi pija se acomodara bien en medio de su pubis. Me puso sus tetas en mi pecho y seguía besándome desesperada. No pude resistirme y tomé con mis manos sus duras nalgas, las apretaba y acariciaba, levanté su camisón y pude acariciar su culo directamente a su piel, suave. Pronto con mis dedos encontré su agujerito trasero, comencé a acariciarlo y a sobarlo lentamente, se notaba que las caricias no le desagradaban a la niña, es más, estaba poniendo mucho énfasis en masturbarse con mi verga. Pasado unos minutos se fue bajando por mi panza hasta que su cara quedó enfrentada a mi monstruo. Entonces levantando su mirada hasta encontrar la mía, Katia desata el cordón del pantalón y me baja el mismo junto al calzoncillo, lo que hace que mi pija salte hacia adelante liberada de su prisión de tela. La niña se queda mirando la tripa, indecisa, finalmente se anima y la toma por el tronco, arrima su boca y abriendo esos carnosos labios se mete la cabeza de mi verga junto a un pedazo de tronco. Inicia una mamada que no es perfecta pero si su boca está muy caliente. Chupa y lame con ganas, yo acaricio sus pechos. Suspira y gime. Yo realmente tengo la pija dura y estoy a punto de acabar. Ella sigue mamando, y logra su cometido, con un quejido descargo en su boca el semen acumulado de varios días sin sexo. Katia se lo toma todo. Está bastante descontrolada, me sonríe esperando algo más. Decido dárselo. La tumbo sobre la cama, le saco el camisón y me encuentro con ese hermoso cuerpo de doncella púber. Me inclino entre sus piernas y acometo con mi lengua y mis dedos su conchita, la misma ya está algo babosa, no importa, me como su elíxir y pronto la tengo a punto caramelo, sus vellos colorados me incitan más a brindarle placer. pronto me doy cuenta que está por venirse en un orgasmo. Acelero mis caricias, mojo el dedo mayor en sus jugos vaginales y se lo meto de una en el culo. Le entra todo al estar desprevenida y fue el comienzo de una serie de tres orgasmos seguidos. Mi pija ya esta nuevamente lista para el combate, mis 21×6 de buena carne en barra se muestran pletóricos, levanto sus piernas hasta mis hombros, acerco la punta de mi palo a sus labios vaginales, acierto al primer envión con su canal vaginal y suavemente comienzo a penetrar esa virgen conchita. <es muy estrecha, pero está bien lubricada, lentamente mi badajo va internándose en ese caliente y aterciopelado túnel, choco con su himen, lo perforo de una estocada con el consiguiente gritito por parte de la «Colorada» y finalmente logro penetrarla hasta que mi verga topa su útero. Katia me araña, se queja pero intenta que la pija le entre más adentro, comienzo a cogerla con ganas, fuerte, le gusta y se desespera, pronto ya está a punto de acabar nuevamente, renuevo esfuerzos y ahí está su cuarto orgasmo, sigo bombeando y llega el quinto orgasmo. Es tremenda la fogosidad de esta pequeña. Nunca había estado con una mujer tan fogosa y multiorgásmica. Finalmente yo también llegué al borde del climax, le saco la poronga y se la pongo en la boca, me la chupa un poco y finalmente me retiro para lanzar mi lechada a sus tetas y sobre su cara. Katia sonriente acaricia mi palo y lo estruja para que largue hasta la última gota. Pasado unos minutos me dice, profe, mañana tampoco voy a poder ir a la escuela. Podrá venir para ayudarme y traerme las tareas? Obviamente no me puedo negar a ayudar a quien lo necesita tanto. Pero vendré preparado. Pero eso es para la continuación en parte II
Las coloradas somos bien putas siempre jeje