Mi amiga china.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Pablo, tengo 35 años, soltero y adicto al gimnasio, uso la barba larga y los pelos largos.
Trabajo de vigilante en una tienda de chinos, donde trabaja Jiongi, una chica china de 25 años, muy simpática, cosa que me resultó raro, ya que son una gente muy cerrada.
Desde el primer día que fui a trabajar ahí, Jiongi, siempre me bromeó por mi barba, me dice que parezco un "yeye", que en chino significa abuelo, según lo que me dijo ella.
Para ser china, es muy bonita, delgada, de metro sesenta, sus cabellos le llegan casi hasta su cintura, sus tetas son chicas, sin ser pequeñas, un culito bien respingado, realmente es muy linda.
Cada vez que tenemos oportunidad hablamos, ella me cuenta que sus padres están en su país, que los quiere traer, que la dueña de la tienda es amiga de su madre, aunque no entiendo que hablan, cada ves que se dirige a ella lo hace de mala forma, y ella sin decir nada, agacha la cabeza y se va, yo sigo con lo mío y acá no ha pasado nada.
En una de esas oportunidades que teníamos para hablar, nos dimos nuestros números de teléfono, y antes que le dijeran nada, seguí con mis rondas.
Los días domingo esa tienda no abre, ya que esta en un centro comercial, así que descansamos todos los que trabajamos ahí.
Un sábado a la noche me llama Jiongi para decirme si el domingo podemos ir a comer juntos, yo acepté encantado, ya que la chinita me gusta.
Como ella no conoce bien la zona, por lo que me dijo, quedamos en una plaza que esta frente al centro comercial.
A las once de la mañana la pase a buscar en la moto y nos fuimos.
Decidimos ir a Madrid, a un tenedor libre que conozco, y en una hora y algo estuvimos ahí.
Sentía el cuerpo de mi delgada amiga abrazarse a mi cuerpo, como apoyaba su cabeza contra mi espalda, que rica sensación.
Dejo la moto en el estacionamiento, y nos fuimos a caminar, a tomar un aperitivo antes de ir a almorzar, sin darnos cuenta, nos agarramos de la mano y así íbamos caminando, hasta que cuando nos dimos cuenta nos empezamos a reír, yo, la verdad, me gusta mucho esa chica, y le agarre la barbilla y le di un beso en sus labios, me sorprendió como acepto mi beso y me lo devolvió.
Ahora seguimos de la mano, pero mas juntos, rozando nuestros cuerpos.
Tomamos un aperitivo, ella reía por todo, se la veía súper relajada y feliz, los besos iban y venían sin cesar, yo quería abrazarla, y besárla metiendo mano, acariciar sus nalgas, sus tetas, pero el lugar estaba lleno.
Comimos muy bien, caminamos otro rato, y le dije de ir a casa si quería, me dijo que si, que por que no?, y volvimos de nuevo a donde vivimos.
En el viaje, yo sentía como se apretaba a mi, como me besaba la espalda, como apoyaba su cabeza contra mi espalda, yo estaba deseando llegar, pero no iba a hacer locuras de velocidad, así que vine tranquilo.
Dejamos la moto en el garaje de casa y subimos de la mano en el ascensor, entre besos, sonrisas y miradas.
Cuando entramos, nos sentamos en el sillón del salón, y ahí aproveche a besárla fuerte, a meter mi lengua en su boca, a sentir como ella me daba la suya, como no decía nada cuando le acariciaba las tetas por sobre la ropa, y lentamente me iba acostando de espalda sobre el sillón, hacía que Jiongi, se vaya acostando sobre mi, sin dejar de besarnos, mis manos le acariciaban el culo por sobre la ropa, le apretaba las nalgas, que las sentía duras, lentamente le fui subiendo la camiseta que llevaba puesta, hasta llegar al sujetador, que se lo desabroche.
Mientras le acariciaba la espalda y nos besábamos, sentía como su saliva pasaba a mi boca, como gemía, dejando que la acaricie, la hice levantar un poco y le quité la camiseta y el sujetador, dejando sus dos hermosas tetas al aire, que le empecé a chupar los pezones, redonditos, tanto la aureola como el pezón de un color marrón muy clarito, mi pija estaba bien dura, y se la hacía sentir por sobre el pantalón.
Jiongi, se levantó de sobre mi pecho, y ella sola se quitó el pantalón y su braga, dejando que le vea una concha bien peluda, pero hermosa, me hizo sentar en el sillón, y me quitó mi camisa, las zapatillas, me seguía besando y dejando que le acaricie sus tetas mientras me iba desabrochando el pantalón, hasta que me lo empezó a bajar, junto con mi calzoncillo, dejando que mi pija quede a su vista, se arrodilla entre mis piernas y la miraba mientras subía y bajaba el prepucio.
Le empezó a dar besos, y lentamente se la fue metiendo en la boca, yo me retorcía de placer al sentir su lengua lamer mi pija dentro de su boca, mis manos estrujaban las tetas de Jiongi, veía como subía y bajaba su cabeza, haciendo que mi pija entre y salga de su boca, como la lamía toda, metiendo su cabeza entre mis piernas y lamiendo y chupando mis huevos, y volviendo a meter toda mi pija en su boca, ronroneaba como un gato con mi pija en su boca, me miraba con sus ojos almendrados, haciendo que disfrute como loco.
Me pongo en pie, la hago poner en pie a ella, y nos besamos, restregando mi pija contra su concha, la levanto en mis brazos, y así alzada, la lleve a mi dormitorio, entre besos y besos, la deje en la cama, le chupaba y le besaba las tetas, iba bajando besando su vientre, sus caderas, acariciando sus piernas, haciendo que lentamente las vaya abriendo, hasta que me ubico frente a su concha, que se la empiezo a chupar, escuchando como gemía, como movía su cuerpo de un lado a otro, disfrutando de las caricias que le hacía mi lengua en su clítoris.
Le empecé a meter el dedo en su concha mientras no dejaba de chuparla, sus gemidos parecían que estaba llorando, el gesto de su cara, le pregunté si estaba bien, y me dijo que siga, que estaba disfrutando mucho.
La hice dar la vuelta, le besaba y le mordía sus nalgas, se las abrí, vi su ano, bastante mas abierto de lo que me pude haber imaginado, se notaba que ya se lo habían cogido también, pero no me importó, le empecé a pasar la lengua, a chuparlo, sentía como Jiongi levantaba mas su culo contra mi cara, como gemía cuando quería meter la punta de mi lengua dentro de su ojete.
Jiongi paso una pierna por sobre mi cabeza, girando el cuerpo y quedando boca arriba de piernas abiertas, "ven cariño, no aguanto mas, quiero que me folles", me dijo, haciendo que me acueste sobre ella, y gritando cuando le empecé a meter la pija en su concha peluda y mojada.
Yo sentía como le entraba, como mi pija se deslizaba entrando toda en la concha de Jiongi, hasta que se la metí toda, como nuestras pelvis quedaron pegadas.
El gesto de su cara, los gemidos como si fueran de dolor, como me envolvía la cintura con sus piernas y movía sus caderas, como me clavaba las uñas en la espalda gimiendo, "Pablo, Pablo, mucho placer me das, folla a tu Jiongi", me decía, besando y metiendo su lengua dentro de mi boca.
Yo me movía despacio, hacía que mi pija entre y salga bien despacio de su concha, escuchando como gemía, como ronroneaba, sentía los movimientos de sus caderas acompañando los míos.
"Jiongi, date la vuelta", le dije, sacando mi pija de su concha, y dejando que la chinita se de vuelta, dejando su culito para arriba, yo le abrí las nalgas de nuevo y le empiezo a lamer el ojete, Jiongi volvió a levantar su culo, y a medida que le pasaba la lengua, ella abría y cerraba el ojete.
Ella me dijo que la deje poner en el borde la cama, que era mas cómodo, yo me puse de pie, y ella se ubicó en el borde de la cama, abriendo sus nalgas y dejando que le acomode la pija contra su ojete, ronroneando a medida que le metía la pija por el culo, sintiendo como su ojete se abría y le entraba sin dificultad ninguna, notaba como hacía fuerza para atrás, haciendo que mi pija le entre mas rápido, hasta que dio un gemido muy fuerte cuando sintió mi pija bien adentro de su culo.
Dejó de abrir su nalgas y apoyo las manos en la cama, y como yo estaba de pie detrás de ella, noto como ella misma hacía movimientos para adelante y para atrás, como ella sola se cogía el culo.
Cuando se metía toda mi pija bien adentro, sola Jiongi movía su culo en círculos, gimiendo como si llorara, pero gemía de placer, y se volvía a mover para adelante y para atrás, yo estaba quieto viendo como se cogía ella sola el culo.
La agarro de las caderas y se la saco, viendo lo dilatado que tiene el ojete, bien redondo, bien abierto, se la acomodé y se la volvía a meter toda de una sola vez, haciendo que Jiongi gima de placer.
La agarre de las caderas y coordinamos nuestros movimientos, cuando yo iba para atrás ella iba para adelante, haciendo que la pija le salga casi toda de su culo, y cuando yo iba para adelante, ella iba para atrás, haciendo que le entre toda la pija.
Jiongi pasa una mano por entre sus piernas y se empezó a acariciar la concha a medida que yo le seguía cogiendo el culo, los gemidos que dábamos eran casi gritos, "fuerte, fuerte", me empezó a pedir, y yo le empecé a coger el culo fuerte como me había pedido, los ayes de placer que daba eran gritos, notaba como temblaba su cuerpo a medida que mi pija entraba y salía de su ojete y sus dedos masajeaban su clítoris, "Jiongi, no aguanto mas, me voy a correr", le grite, metiendo mi pija bien adentro de su culo, "sí, sí, córrete que me estoy corriendo", me dijo, apretando el ano, mientras yo sentía como salían los chorros de leche dentro del culo de la chinita, como ambos temblábamos de placer, como movía mi pija bien adentro de su culo, mientras los chorros de leche seguían saliendo.
Nos quedamos quietos, sentía como mi pija palpitaba dentro del culo de Jiongi, mis piernas parecían de trapo, los gemidos que daba Jiongi eran cada vez mas suaves, lentamente le saqué la pija del culo, abriendo sus nalgas y viendo su abierto ojete, y como ella hacía fuerza para afuera y la leche le salía, mojando su concha y cayendo a la cama.
Lentamente nos fuimos acomodando en la cama, la abracé y ella apoyo su cabeza en mi pecho y me empezó a contar una historia, que realmente ponía los pelos de punta, no se si me estaba mintiendo o diciendo la verdad, se que con el tiempo la iba a averiguar, pero mientras tanto, quiero seguir conociendo mas a Jiongi, y si su historia es real, quiero ayudarla.
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